Actualizado el jueves, 6 junio, 2024
Hoy hablamos de un creador innato de curiosidades científicas y humanistas que harían de él un artista universal durante los sesenta y siete años de su intensa y prolífica vida. Hablamos de Leonardo da Vinci, el gran sabio del arte y la naturaleza, un artista total irrepetible.
Leonardo da Vinci es quizás mejor conocido por cómo su nuevo y atrevido estilo de pintura impulsó el medio hacia adelante y ayudó a marcar el comienzo del Alto Renacimiento. Pero era mucho más que un pintor. Si los cuadernos de Leonardo se hubieran publicado después de su muerte en el siglo XVI, el mundo probablemente habría tomado un rumbo diferente. Sus estudios de anatomía, arquitectura, ingeniería y dinámica de fluidos estaban muy por delante de su tiempo. Hay pocas personas a las que se les pueda llamar auténticos genios, pero Leonardo es uno de ellos. Sin embargo, a diferencia de Albert Einstein y Stephen Hawking, Leonardo intriga no por su intelecto sobrehumano, sino porque era una persona común con una mente curiosa.
101 frases de Da Vinci sobre el amor, el arte y los animales: curiosidades científicas y humanistas que harían de Leonardo da Vinci un artista universal. ¡Y 101 rarezas!
No todos podemos ser tan talentosos como Leonardo, pero hay mucho que decir sobre la participación y el disfrute de la naturaleza que nos rodea. ¿Por qué no dar un paseo por el parque con un cuaderno de dibujo y algunos lápices? Los lápices de colores ni siquiera son necesarios para esto. Observa, dibuja, disfruta.
Significado de las mejores frases de Leonardo Da Vinci
Leonardo da Vinci es considerado uno de los artistas e inventores más importantes de la historia, y sus frases reflejan su pensamiento innovador y su enfoque multidisciplinario. Aquí te dejo algunos de sus dichos más famosos y su significado:
- «La simplicidad es la máxima sofisticación»: Este dicho de da Vinci sugiere que la belleza se encuentra en la simplicidad y que, a menudo, las soluciones más efectivas son las más simples.
- «Aquel que no valora la vida no se la merece»: Da Vinci valoraba la vida y la consideraba sagrada. Esta frase se refiere a la idea de que aquellos que no aprecian su vida y la de los demás, no merecen vivirla plenamente.
- «La pintura es poesía muda; la poesía, pintura ciega»: Esta frase significa que tanto la pintura como la poesía pueden comunicar emociones y pensamientos, pero cada una lo hace a su manera. La pintura habla sin palabras, mientras que la poesía es una imagen que solo se puede ver en la mente.
- «El aprendizaje nunca agota la mente»: Da Vinci era un ávido aprendiz y creía en el poder de la educación continua. Esta frase destaca la importancia de mantener una mente curiosa y siempre en busca de nuevos conocimientos.
- «La sabiduría es la hija de la experiencia»: Para da Vinci, la sabiduría era el resultado de la experiencia, el conocimiento y la reflexión. Esta frase sugiere que no se puede ser sabio sin haber experimentado y aprendido de los errores.
- «La acción es la llave fundamental para todo éxito»: Esta frase se refiere a la importancia de tomar acción para lograr el éxito en cualquier área de la vida. Para da Vinci, no bastaba con tener grandes ideas, sino que también era necesario ponerlas en práctica.
- «El que más posee, más miedo tiene de perder»: Da Vinci reconocía que el apego a las posesiones materiales podía generar temor y ansiedad. Esta frase sugiere que es importante no aferrarse demasiado a las cosas materiales y enfocarse en lo que realmente importa en la vida.
- «Los detalles no son detalles: son el diseño»: Para da Vinci, los detalles eran fundamentales en cualquier diseño o proyecto. Esta frase sugiere que cada pequeño detalle es importante y puede afectar el resultado final de cualquier obra de arte o invento.
Estas son solo algunas de las frases más famosas de Leonardo da Vinci y su significado. Cada una de ellas refleja su enfoque multidisciplinario y su pensamiento innovador, que lo convirtió en uno de los artistas e inventores más importantes de la historia.
El legado filosófico de Leonardo da Vinci se centra en su enfoque multidisciplinario y en su visión innovadora del mundo. Da Vinci creía que el conocimiento no debía limitarse a una sola disciplina, sino que la mente debía estar abierta a todas las posibilidades y explorar diferentes campos del saber.
Además, su pensamiento se caracterizó por la curiosidad y el deseo de comprender el funcionamiento del mundo natural. Da Vinci estudió la anatomía humana, la botánica, la geología, la física y la mecánica, entre otros temas, y aplicó este conocimiento en sus obras de arte y en sus inventos.
El legado de Da Vinci también es una fuente de inspiración para aquellos que buscan la excelencia y la creatividad en sus vidas. Él no se conformaba con la mediocridad, sino que siempre buscaba superarse y crear algo nuevo. Sus obras de arte, como la Mona Lisa y La última cena, son ejemplos de la perfección y la originalidad que buscaba en cada proyecto.
Además, su legado nos recuerda la importancia de la observación y la atención a los detalles en cualquier tarea que realicemos. Da Vinci creía que los detalles no eran algo secundario, sino que eran la clave del diseño y la perfección. Esta filosofía se aplica no solo en las artes, sino también en la vida cotidiana, donde la atención a los detalles puede marcar la diferencia en cualquier tarea que realicemos.
Frases célebres sobre el arte
Hoy, llegar a un conocimiento tan global y transversal como al que llegó da Vinci sería muy difícil, ya que tanto la ciencia, como la tecnología y las humanidades han evolucionado y crecido de forma exponencial y, para llegar a estos niveles de sabiduría, se necesitaría ya la ayuda de una máquina o un chip.
Pero, da Vinci lo consiguió en la época del Renacimiento, donde el gusto por las letras, la historia y la ciencia renacía; una época antropocéntrica, donde el concepto del ser humano prevalecía por encima de todo lo demás, a diferencia de la Edad Media, donde Dios resultaba ser el creador de todas las cosas.
Así pues, nuestro artista llegó a ser, en una época favorable para su desarrollo, pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. Como ingeniero e inventor, Leonardo desarrolló ideas muy adelantadas a su tiempo, tales como el helicóptero, el carro de combate, el submarino y el automóvil. Por otro lado, como científico, hizo progresar mucho el conocimiento en las áreas de anatomía, la ingeniería civil, la óptica y la hidrodinámica.
Como pintor, sólo se conservan veinte obras, ya que muchas se echaron a perder por el gran número de experimentos que hacía con las pinturas. Aún así, han llegado hasta nuestros días múltiples dibujos y bocetos de la naturaleza y de inventos que sirvieron para futuras generaciones. Junto con Miguel Ángel, forman la pareja de genios más grandes que ha dado la historia en el campo del arte. Los dos de una gran tenacidad, de un indiscutible talento y de una sorprendente sensibilidad.
Las obras más reconocidas de Leonardo, que han sido versionadas y copiadas muchas veces, son: La Gioconda, El hombre de Vitrubio y La santa cena; todas ellas, de una pintura excepcional que aportó innovaciones en la época que han pasado a la historia.
El legado artístico de Leonardo da Vinci es incalculable y sigue siendo una fuente de inspiración y admiración en la actualidad. Da Vinci es considerado uno de los artistas más influyentes de la historia del arte occidental, y sus obras maestras continúan cautivando a millones de personas en todo el mundo.
Su habilidad como pintor se destaca en obras como la Mona Lisa, La última cena y La Virgen de las Rocas, que son consideradas algunas de las más grandes obras de arte de todos los tiempos. En estas pinturas, Da Vinci demostró su habilidad para crear retratos realistas y expresivos, así como su capacidad para capturar la emoción y el sentimiento en sus obras.
Además de su habilidad como pintor, Da Vinci también es conocido por su habilidad como dibujante y por su uso innovador de la técnica de la sfumato, que le permitía crear una transición suave y gradual entre las luces y las sombras en sus obras. También era un experto en la representación de la anatomía humana, y sus dibujos anatómicos son considerados algunos de los más precisos y detallados de la historia.
El legado artístico de Da Vinci también se extiende a otras disciplinas, como la arquitectura, la escultura y la ingeniería. Él aplicó sus habilidades artísticas en el diseño y la construcción de edificios, puentes y máquinas, y sus diseños y bocetos son considerados algunos de los más innovadores y avanzados de su tiempo.
Citas célebres de Leonardo da Vinci
Leonardo da Vinci fue una de las mentes más brillantes de todos los tiempos, y sus citas son igual de eternas. Desde sus pensamientos sobre la creatividad hasta sus sabias palabras sobre la vida, las citas de Leonardo da Vinci ofrecen una visión única de la vida y la mente de este hombre extraordinario. Sus palabras pueden proporcionarnos motivación, inspiración y guía en nuestra propia vida. En este artículo, exploraremos algunas de las citas más famosas de Leonardo da Vinci y discutiremos su relevancia en el mundo actual.
A continuación os escribimos unas frases que nos muestran la incomparable naturaleza de este creador genial:
«Allí donde hay más sensibilidad, es más fuerte el martirio».
Leonardo da Vinci, entendiendo a las personas altamente sensibles
«Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte».
Leonardo da Vinci, sobre el paso deltiempo
«Aquel que no castiga la maldad, ordena que se haga».
Leonardo da Vinci, coincide con la visión de Suzuki Roshi sobre la muerte
«El placer más noble es el júbilo de comprender».
Leonardo da Vinci, frase sobre la ciencia de la comprensión
«El que no valora la vida no se la merece».
Leonardo da Vinci, compartiendo la filosofía del valor de la vida de Lao-Tse
«No hay consejo más leal que el que se da desde una nave en peligro».
Leonardo da Vinci, sobre la importancia de los consejos prácticos
«Los hombres geniales empiezan grandes obras, los hombres trabajadores las terminan».
Leonardo da Vinci, valorando la importancia de acabar los proyectos
«La vida ocupada resulta larga».
Leonardo da Vinci sobre la gestión del tiempo
«La sabiduría es hija de la experiencia».
Leonardo da Vinci poniendo en valor la práctica
«Quien de verdad sabe de qué habla no encuentra razones para levantar la voz».
Leonardo da Vinci sobre cómo argumentar y dialogar
«La ciencia más útil es aquella cuyo fruto es el más comunicable».
Leonardo da Vinci ya anticipó el valor de la divulgación científica
«La pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega».
Leonardo da Vinci relacionando poesía y pintura
«La amenaza es el arma del amenazado».
Leonardo da Vinci sobre el miedo del violento
«Reprende al amigo en secreto y alábalo en público».
Leonardo da Vinci sobre cómo aconsejar a un amgio
«Verdaderamente, el hombre es el rey de los animales, pues su brutalidad supera a la de éstos».
Leonardo da Vinci en la defensa animal
«Una obra de arte nunca se termina, solo se abandona».
Leonardo da Vinci sobre lo inacabable del arte
«Todo conocimiento comienza por los sentimientos».
Leonardo da Vinci dando valor a la emoción en la educación
«Son vanas y están plagadas de errores las ciencias que no han nacido del experimento, madre de toda certidumbre».
Leonardo da Vinci poniendo el valor la duda y curiosidad en la ciencia
«No he perdido ante la dificultad de los retos, sino contra el tiempo».
Leonardo da Vinci entendiendo que no hay límites más que los temporales
Selección de las mejores reflexiones de Leonardo da Vinci
Sobre la mortalidad: «Cosa bella mortal pasa y no dura».
El valor del agua: «El agua es el vehículo de la naturaleza».
Pasado, presente y futuro: «El agua que tocamos en los ríos es la postrera de las que se fueron y la primera de las que vendrán; así es el presente».
La placer del conocimiento: «El placer más noble es el júbilo de comprender».
Valorar la vida: «El que no valora la vida no la merece».
Mantenerse puro y humilde: «El verdadero color de una cosa aparecerá en su parte no afectada por ninguna clase de sombra ni de brillo».
Sarcasmo: «Fíjate bien por la calle, al anochecer, cuando hace mal tiempo, en las caras de los hombres y las mujeres. ¡Cuánta gracia y cuánta dulzura hay en ellas!».
Sobre las amenazas: «La amenaza es el arma del amenazado».
De dónde surge la belleza: «La belleza no es una virtud del pintor, sino del color que la engendra».
La inmortalidad del arte: «La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte».
El método científico en el arte: «Son vanas y están plagadas de errores las ciencias que no han nacido del experimento, madre de toda certidumbre».
Divulgación científica: «La ciencia más útil es aquella cuyo fruto es el más comunicable».
Comprender la naturaleza: «La naturaleza benigna provee de manera que en cualquier parte halles algo que aprender».
Las leyes naturales: «La naturaleza nunca quebranta sus propias leyes».
Poesía y Pintura: «La pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega; una y otra van imitando la naturaleza en cuanto les sea posible».
El valor de la experiencia: «La sabiduría es hija de la experiencia».
La sabiduría y la humildad: «Las habitaciones o viviendas pequeñas ponen a la mente en el buen camino; las grandes hacen que se extravíe».
La belleza de la naturaleza y la luz natural: «La vivacidad y claridad de los paisajes pintados no podrá igualar nunca a la de los paisajes naturales y soleados como no caigan sobre los cuadros los rayos solares».
El valor de la teoría del arte: «Los que se enamoran de la práctica sin la teoría son como los pilotos sin timón ni brújula, que nunca podrán saber a dónde van».
Aptitud para el dibujo: «Muchos aspiran al dibujo y le tienen afición, pero carecen de aptitud; por eso se ven los niños que, faltos de aplicación, no acabn nunca de sombrear completamente sus apuntes».
Consejos en momentos adecuados: «No hay consejo más leal que aquel que se da desde una nave en peligro».
Autogobierno: «No se puede poseer mayor gobierno, ni menor, que el de uno mismo».
El valor de la experimentación disruptiva: «Nuestras mayores tonterías pueden ser muy sabias».
El observador creador: «Observa la luz y admira su belleza. Cerrad los ojos y mirad: lo que habéis visto ya no existe, y lo que veréis no existe todavía. ¿Quién lo rehace, si quien lo hace está en perpetuo movimiento?».
Contra la violencia argumentativa: «Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz».
En favor del activismo social: «Quien no castiga el mal, ordena que se haga».
El valor de la reflexión: «Quien piensa poco se equivoca mucho». «Quien poco piensa mucho yerra».
Cómo aconsejar y criticar: «Reprende al amigo en secreto y alábalo en público».
Cuidar a las buenas personas: «Si encuentras a un hombre virtuoso y bueno, no lo apartes; hónralo para que no tenga que huir a refugiarse en desiertos y cavernas u otros lugares solitarios, lejos de tus insidias; míralo como a dios terrenal, merecedor de estatuas y simulacros».
La importancia de la risa: «Si es posible, hay que hacer reír incluso a los muertos».
Ser auténtico: «Toda cosa desea naturalmente mantenerse en su ser».
El conocimiento a través de la emoción: «Todo conocimiento comienza por los sentimientos».
La brutalidad humana: «Verdaderamente, el hombre es el rey de los animales, pues su brutalidad supera a la de éstos».
Os ofrecemos un es un relato esclarecedor y reflexivo de una de las personas más reconocidas de la historia gracias Walter Isaacson. Este autor ha estudiado biografías y relatos anteriores de la vida de Leonardo, incluida la primera, del siglo XVI, así como la riqueza de notas de Leonardo. Isaacson pinta un retrato muy humano del legendario artista e ingeniero renacentista. Aunque es una de las pocas personas en la historia que realmente puede ser llamado un genio, Leonardo era solo un ser humano y hay mucho que se puede aprender de su curiosidad y enfoque de la vida.
Comprende la vida de un ícono de innovación y descubrimiento
Leonardo da Vinci no era un artista corriente. Era el prototipo del hombre renacentista, sin vergüenza de incursionar en muchos campos. De hecho, parte de lo que lo convirtió en un innovador tan increíble fue su amplia gama de intereses y su dominio de múltiples disciplinas, todo lo cual fue impulsado por una profunda curiosidad por el lugar que ocupa la humanidad en la naturaleza.
Leonardo es un mito por derecho propio. Ha inspirado a artistas y mentes creativas desde el pintor Raphael hasta el novelista Dan Brown, desde el artista surrealista Salvador Dali hasta el músico Bradford Cox, líder de la banda Deerhunter. Pero si realmente quieres entender a Leonardo, tienes que ir más allá del mito.
La de Leonardo no era una vida corriente. Es mucho más fácil apreciar el talento y los conocimientos de Leonardo si realmente sabes contra qué estaba reaccionando y qué presagiaban sus ideas y trabajos.
Sobre todo, esta es una historia de inspiración. Es la historia de un hombre que pasó gran parte de su vida trabajando por encargo, sin terminar proyectos o publicar sus mejores obras. Es una historia que demuestra que, al final, el talento siempre prevalecerá, sin importar las distracciones o dificultades en el camino.
Leonardo era un hijo ilegítimo, pero esto funcionó a su favor
Incluso en el mejor de los casos, ser etiquetado como «ilegítimo» difícilmente se consideraría una gran ventaja. Pero para Leonardo da Vinci resultó ser un beneficio distinto.
Leonardo nació el 15 de abril de 1452, hijo de Piero da Vinci y Caterina Lippi, una campesina de 16 años. No estaban casados.
Piero era notario en la ciudad de Vinci. En otras palabras, trabajó para comerciantes y príncipes de la clase alta, resolviendo disputas y manejando transacciones comerciales. Fue un trabajo bastante respetable en estas cosas, incluso significó que Piero podría usar el título honorífico «Ser».
Pero como Leonardo había nacido fuera del matrimonio, no estaba obligado a unirse al negocio de Piero.
El padre, el abuelo y el bisabuelo de Ser Piero habían sido notarios y, en circunstancias normales, Leonardo también se habría convertido en uno. Sin embargo, para ser notario tenías que ser miembro del gremio. No hace falta decir que había reglas sobre a quién dejaban entrar. Ciertamente, no había niños nacidos fuera del matrimonio, razón por la cual la puerta estaba cerrada a Leonardo.
Sin embargo, esta exclusión le dio a Leonardo la oportunidad de prosperar. Tampoco fue el único que se benefició de ser un hijo ilegítimo. De hecho, algunos de los cardenales, príncipes y generales más famosos de la época habían nacido fuera del matrimonio. Lo mismo ocurrió con los poetas renacentistas Giovanni Boccaccio y Petrarca, así como con el artista Leon Battista Alberti, quien influyó mucho en Leonardo.
En teoría, Piero habría podido completar el papeleo para «legitimar» a Leonardo en una fecha posterior. Pero tenía poco sentido: estaba claro desde el principio que Leonardo estaba destinado a la vida como artista.
Tiene sentido. No lo habían enviado a ninguna de las principales escuelas latinas, y esto estimuló aún más a Leonardo a aprender a través de su curiosidad personal única y de la experiencia. Otro tipo de vida le esperaba.
Leonardo se destacó como aprendiz y finalmente superó a su maestro
En 1464, Piero se mudó con el pequeño Leonardo de Vinci a Florencia, una ciudad famosa por sus artes y comercio. En ese momento, vivían allí 83 trabajadores de la seda, 84 talladores de madera y 30 pintores. Además de eso, la ciudad tenía la tasa de alfabetización más alta de toda Europa.
Fue en Florencia donde Leonardo realmente comenzó a florecer. A los 14 años inició su aprendizaje en el taller de Andrea del Verrocchio, artista e ingeniero que también era cliente de Piero.
En aquellos días, convertirse en pintor y artista era muy parecido a convertirse en carpintero o herrero. Fue un trabajo artesanal muy formal.
El taller de Verrocchio no fue diferente. Los clientes encargaron pinturas del estudio de Verrocchio tanto como jarrones o pomos de latón, que también estaban disponibles para encargar allí.
En realidad, es en parte gracias a los logros de Leonardo que los artistas no son vistos como meros artesanos en estos días, sino más bien como personas creativas y muy respetadas que pueden producir obras que invitan a la reflexión. Pero Leonardo, el artista, se formó en el taller de Verrocchio. La formación fue rigurosa y Leonardo realmente desarrolló sus habilidades: adquirió una comprensión de la perspectiva, la geometría y cómo pintar luces y sombras.
Cuando tenía 20 años, Leonardo no solo se había ganado el título de «maestro pintor», sino que también había superado el talento de su maestro.
Puede comparar el trabajo de los dos pintores con mayor claridad en El bautismo de Cristo , en el que colaboraron Verrocchio y Leonardo.
La pintura muestra un par de ángeles al lado de Cristo. El pintado por Verrocchio es bastante plano y sin vida. Hay una característica nítida que hace que el cabello del ángel parezca asentarse sobre su cabeza como una peluca mal colocada.
El ángel de Leonardo es bastante diferente. Tiene un rostro y ojos animados, y no tiene bordes afilados. Utiliza una técnica conocida como sfumato , que se puede traducir como «ahumado», para suavizar las líneas nítidas y hacer que la transición del cabello a la frente parezca natural.
Leonardo usó sfumato porque pensó que representaba con mayor precisión cómo el ojo humano percibe los objetos. En los siglos venideros, se haría famoso en todo el mundo por esta misma técnica.
Famoso por ser pionero en nuevas y audaces técnicas de pintura
Durante la década de 1470, Leonardo continuó trabajando en el estudio de Verrocchio como maestro pintor.
Mientras estuvo allí, pintó un retrato notable: Ginevra de Benci . Fue su primera pintura no dedicada a un tema religioso, e incluso logró demostrar un estilo de retrato completamente nuevo.
Hasta ese momento, la mayoría de los retratos de ese estilo tendían a ser perfiles laterales. Pero Leonardo eligió una pose de tres cuartos para la Ginevra sentada. Y en lugar de un retrato directo, Leonardo intentó capturar algo de su misterioso ser interior. Sus ojos y su sonrisa la muestran como una joven intensa y pensativa.
Pero no fue solo la reputación de Leonardo como pintor lo que creció en esta época. También se dio a conocer a las autoridades locales.
Dos veces se hicieron denuncias anónimas a la policía. Estos afirmaron que Leonardo se había involucrado ilegalmente en sodomía. Sin embargo, como una de las acusaciones también mencionó a un miembro de la poderosa familia Medici, lo más probable es que se movieran los hilos para garantizar que las acusaciones, y cualquier posible cargo, no tuvieran ninguna posibilidad de ir a ninguna parte.
No es que lo que estaba haciendo fuera particularmente inusual. Florencia era una ciudad conocida por la homosexualidad. De hecho, «Florenzer» era el término del argot para «homosexual» en Alemania en ese momento.
En 1477, Leonardo abrió su propio taller en Florencia y comenzó a trabajar en lo que sería el primero de muchos proyectos inconclusos. Esta pintura, conocida como la Adoración de los Magos , adoptó un enfoque extremadamente novedoso del tema.
Era una escena lo suficientemente común como para pintar. Y, normalmente, el artista mostraba a los tres reyes trayendo regalos al niño Jesús.
Pero Leonardo lo planeó de otra manera. María y Jesús se sentaban en medio de un torbellino de emociones. Incluso los animales representados se sentirían abrumados por el asombro espiritual.
Exteriorizar la psicología a través del gesto y la expresión era precisamente la misma técnica que había utilizado en su retrato de Ginevra. Pero esta vez fue aún más radical.
La pintura nunca se terminó, y el cielo y algunos elementos de acabado permanecieron intactos. Leonardo dejó completamente atrás tanto su pintura como la ciudad de Florencia.
Leonardo da Vinci en Milán
Aunque solo tomó una semana viajar de Florencia a Milán en 1482, las dos ciudades bien podrían haber sido mundos separados. Mientras que Florencia era una república donde los banqueros ricos eran muy influyentes, Milán estaba gobernada por la familia Sforza.
Leonardo se había dirigido allí con la esperanza de encontrar un mecenas dispuesto en Ludovico Sforza, el futuro duque de Milán. Leonardo proporcionó a Ludovico una lista impresionante de sus habilidades. Afirmó que era competente en ingeniería militar y, por lo tanto, podría diseñar puentes portátiles, cañones móviles y carros blindados. De lo contrario, añadió Leonardo tangencialmente, las esculturas y las pinturas serían sus búsquedas en tiempos de paz.
Incluso entonces estaba claro que Leonardo estaba decidido a no limitarse a pintar solo.
Durante sus años en Milán, Leonardo buscó explorar su interés principal, a saber, la relación análoga entre naturaleza, humanos, arquitectura e ingeniería.
Por ejemplo, a principios de la década de 1480, Leonardo sugirió que una ciudad sana funcionaría mejor como un ser humano sano. Los canales harían circular agua limpia como las venas circulan sangre, mientras que un sistema de alcantarillado subterráneo eliminaría los desechos como el sistema intestinal elimina las heces. Esta idea se adelantó a su tiempo. Sin embargo, Ludovico no aceptó la oferta de Leonardo de rediseñar las vías fluviales de Milán.
Sin embargo, Leonardo encontró su nicho en otro lugar: al duque le encantaba tener a Leonardo a mano para ayudar con el entretenimiento en la corte.
Incluso antes de llegar a Milán, Leonardo había adquirido experiencia en el teatro. Había diseñado accesorios y pintado fondos para producciones en Florencia. En Milán, se puso a toda marcha. Sus concursos, obras de teatro y demostraciones científicas se llevaron a cabo en la corte Sforza.
La máscara de los planetas de Leonardo fue una actuación especialmente elaborada. Sus accesorios mecánicos y paisajes pintados encantaron al público. Y con este éxito, las acciones de Leonardo subieron aún más. De hecho, ¡estaba logrando más fama como artista que como pintor!
Aprovechó su acceso a grandes mentes colaborando e intercambiando ideas
A su manera, Leonardo era encantador. Quienes lo conocieron lo describieron como radiante, guapo, elegante y talentoso narrador. Según su primer biógrafo, Vasari, la mera presencia de Leonardo podía consolar al alma más atribulada.
La cancha de los Sforza en Milán atrajo mentes brillantes de todos los campos. Leonardo se propuso usar sus habilidades sociales para hacer conexiones y crear oportunidades. Hoy, podríamos llamarlo networking.
Por ejemplo, aunque Leonardo era bastante experto en geometría, sus habilidades matemáticas en otras áreas no estaban tan desarrolladas. Afortunadamente, estuvo cerca del matemático Luca Pacioli, quien lo ayudó a mejorar su aritmética. De hecho, los cuadernos de Leonardo contienen muchas listas de tareas pendientes, una de las cuales dice «aprende la multiplicación de raíces del maestro Luca».
Leonardo también fue un colaborador entusiasta. Por ejemplo, proporcionó las ilustraciones para el libro de matemáticas de 1498 de Pacioli, Sobre la proporción divina . Fueron los únicos dibujos suyos que se publicaron en vida, y son sorprendentemente hermosos.
Representó los poliedros como estructuras esqueléticas de madera y usó sombras inteligentes y caras transparentes para ayudar a los lectores a comprender sus características geométricas.
Además de los matemáticos, a Leonardo le encantaba pasar tiempo con arquitectos, especialmente Donato Bramante y Francesco di Giorgio, quienes también tenían tendencias artísticas.
A menudo se encontraban hablando de Vitruvio, el ingeniero militar romano del siglo I a.C. que escribió un tratado de arquitectura muy famoso.
Vitruvio pensó que los edificios deberían seguir los principios del cuerpo humano. Por lo tanto, una sien debe diseñarse con un punto central que sea equidistante al frente, la espalda y los lados, al igual que el ombligo humano es equidistante de la parte superior de la cabeza y las puntas de las manos y pies extendidos.
Fue una idea que encontró el favor de Leonardo. Se estaba obsesionando cada vez más con las proporciones de la anatomía humana y las analogías que se podían encontrar en la naturaleza.
Fueron estas discusiones las que llevaron directamente a la creación del dibujo más famoso de Leonardo, el Hombre de Vitruvio , que representa a un hombre, no muy diferente al propio Leonardo, colocado proporcionalmente en el medio de un círculo y un cuadrado.
Su enfoque revolucionario de la narrativa y la psicología
El Hombre de Vitruvio no fue la única obra de arte increíble que Leonardo produjo durante su estadía en Milán.
El duque también le encargó la realización de dos retratos.
La primera y más conocida es La dama del armiño . Es un retrato de Cecilia Gallerani, una de las amantes de Sforza, con quien Ludovico tuvo un hijo en 1490 cuando tenía 16 años.
Se ha sugerido que la comisión se dio para conmemorar el embarazo.
Una vez más, el retrato de Leonardo rompió con la tradición. Es una imagen llena de misterio. Parece representar a una mujer que obviamente está pensando en algo.
Su postura y el simbolismo de la imagen cuentan una historia. Su confusión interior se puede sentir incluso después de todos estos años. Por ejemplo, por la forma en que su mano está tiernamente colocada sobre un armiño, una especie de comadreja de cola corta, se aclara el valor de su relación con Sforza. La pista está en el animal: el rey de Nápoles le había concedido al duque la Orden del Armiño.
Cuando comparamos el retrato con el de Ginevra de Benci, queda claro que Leonardo había estado trabajando en su técnica de sfumato. El juego de luces y sombras confiere a la imagen una profundidad extraordinaria. Además, el análisis moderno ha revelado que Leonardo usó capas de esmalte extremadamente delgadas y casi transparentes para ayudarlo a controlar el brillo de los colores.
También se cree que el segundo retrato, La Belle Ferronnière , representa a una de las amantes del duque que había quedado embarazada, Lucrezia Crivelli. Era una dama de honor de la esposa del duque, Beatrice D’Este.
Es una imagen extraña. La interacción de luces y sombras es animada, pero el cabello es un poco plano, hay un brillo extraño en el pómulo y su cuerpo no se sienta bien. Solo la cinta del vestido de Lucrezia tiene el toque distintivo de Leonardo.
Esto plantea la posibilidad de que partes de la imagen sean obra de uno de los estudiantes de Leonardo. Pero la mano y la influencia de Leonardo aún se pueden detectar.
La Última Cena captura un momento imposible
Como todo gran artista, Leonardo sabía que la observación era una habilidad preciada. Los seres humanos, la naturaleza y los animales fueron todos sujetos de un estudio detallado en sus cuadernos. Especialmente los caballos surgen repetidamente mientras pasó años trabajando en un monumento que lamentablemente nunca se completó debido a la llegada de las fuerzas invasoras francesas en 1494.
De lo contrario, los humanos eran su principal interés. Y mucho de lo que presenció a través de la observación fue digerido y puesto en práctica en la mundialmente famosa La Última Cena .
El duque había encargado a Leonardo que pintara un fresco en el comedor del monasterio de Santa Maria delle Grazie. Leonardo comenzó en 1495, pero de manera típica, no fue exactamente rápido, para gran frustración de Ludovico.
Pero Leonardo tenía mucho en qué pensar, así que no podemos culparlo demasiado.
Los enfoques creativos de la óptica, la perspectiva, así como la postura y el gesto humanos, se utilizaron mientras Leonardo intentaba capturar el momento en que Cristo reveló que Judas lo había traicionado.
No era un solo momento lo que Leonardo quería representar. También estaba tratando de explicarle al espectador lo que acababa de ocurrir y lo que sucedería a continuación. Y Leonardo lo hizo 12 veces, una por cada apóstol. Si miras de uno a otro, es posible tener una idea real de la gama de emociones: están enojados, asustados, resignados al destino o, en el caso de Judas, agarrando con avidez una bolsa de plata.
Leonardo también usa algunos trucos para impresionar realmente el momento en el espectador. La mesa es increíblemente estrecha y juega con las líneas de perspectiva para crear una sensación de profundidad que atrae la atención hacia la figura del mismo Cristo. Pero lo hizo deliberadamente. Estaba jugando con las reglas de la perspectiva que había estado estudiando tan obsesivamente. Era una señal de que había llevado su trabajo en geometría y ciencia a su arte.
Ingeniero militar bajo el mecenazgo de Cesare Borgia
Aproximadamente 20 años después de que Leonardo se jactara ante Ludovico Sforza de sus habilidades como ingeniero militar, finalmente se enfrentó a los verdaderos horrores de la guerra.
Era el año 1499 y las tropas francesas de Luis XII tomaron Milán y disolvieron la corte del duque. Los franceses no se opusieron al propio Leonardo; de hecho, había planes para que Leonard se encontrara con el rey francés. Sin embargo, el conflicto militar en curso significó que Leonardo tuvo que regresar a Florencia.
Leonardo se encontró bajo el ala de un tal Cesare Borgia, un aliado de Louis que estaba empezando a conquistar territorios en toda Italia. Lo más probable es que fue Niccolo Machiavelli, el autor de El príncipe , quien, mientras negociaba la rendición de Florencia al conquistador Borgia, también arregló el trato para asegurar los servicios de Leonardo.
Con la aprobación de Borgia, Leonardo recorrió la Italia devastada por la guerra y sugirió cómo se podrían mejorar los diseños de puentes y fortalezas. Calculó, por ejemplo, que si las fortalezas tuvieran paredes curvas en lugar de planas, las balas de cañón podrían desviarse parcialmente y causar menos daño.
Sin embargo, lo que realmente amaba a Borgia eran los asombrosos y detallados mapas de Leonardo. Para tomar un ejemplo, el mapa de Imola de Leonardo de 1502 fusionó arte y ciencia. Inusualmente, estaba en color y representaba el territorio desde la perspectiva de un pájaro. Y también fue a escala, trazando distancias entre casas y pueblos en todas direcciones.
Fue gracias a este tipo de precisión y detalle que Borgia pudo lanzar ataques relámpago antes de que los príncipes independientes que eran sus enemigos tuvieran tiempo de preparar una defensa.
Sin embargo, después de ocho meses, Leonardo había tenido suficiente. Aunque Borgia era conocido por su carisma, también era un asesino corrupto y cruel. Después de todo, es bien sabido que él fue el hombre en el que Maquiavelo basó El Príncipe . E incluso Maquiavelo estaba preocupado por los horrores infligidos por el ejército de Borgia.
Convertirse en ingeniero militar había sido un sueño de toda la vida para Leonardo, pero se había convertido en una pesadilla.
Incluso las obras inacabadas demostraron ser influyentes
Cuando Leonardo regresó a Florencia, conoció al chico nuevo de la cuadra: Miguel Ángel, cuya estatua, David , era un espectáculo digno de contemplar.
Presentado con tal talento, las autoridades idearon un desafío y encargaron tanto a Leonardo como a Miguel Ángel que pintaran diferentes secciones del Salón del Consejo de Florencia.
Pero la competencia no atrajo a ninguno de los artistas.
El fresco planeado por Leonardo podría haber sido potencialmente tan poderoso como La Última Cena . Habría sido aún más grande, cubriendo alrededor de un tercio de una pared de 174 pies. El tema propuesto era la Batalla de Anghiari, una victoria florentina de 1440. Leonardo imaginó tremendos remolinos de sangre, polvo, dientes rechinantes, caballos que lloraban y soldados aterrorizados.
Miguel Ángel estaba destinado a pintar otra pared, utilizando una batalla diferente como inspiración.
Los dos artistas no se llevaron bien. Para empezar, el malhumorado Miguel Ángel fue grosero con Leonardo en cada oportunidad que tuvo. Y además, la atmósfera competitiva realmente no encajaba con el temperamento artístico de Leonardo.
Al igual que lo había hecho antes en Florencia con la Adoración de los magos , Leonardo abandonó la batalla de Anghiari.
Pero esta vez lo que estaba en juego era mayor: habría sido un trabajo enorme. Pero su abandono es comprensible. La Última Cena le había mostrado a Leonardo que el trabajo al fresco requiere un conjunto de habilidades diferente a la pintura. No era un artista de frescos entrenado y en su trabajo inicial sobre la batalla de Anghiari, Leonardo luchó por encontrar las mezclas de pintura adecuadas para ayudar a que el fresco se adhiriera al yeso.
A pesar de su carácter incompleto, se celebraron los esfuerzos de Leonardo. Cuando los bocetos preparatorios de ambas obras se mostraron al público en Florencia, jóvenes artistas viajaron por Europa para admirarlos.
El famoso Rafael mismo dibujó sus propias versiones de ambos, mientras que Cellini llamó a la exhibición «la escuela del mundo». Hoy en día, los dibujos todavía se consideran ejemplares del Alto Renacimiento.
El trabajo de Leonardo sobre la anatomía humana
Antes de dejar Florencia para siempre, Leonardo aprovechó la oportunidad para reanudar sus estudios de anatomía humana.
En muchos sentidos, los resultados de los exámenes minuciosos del cuerpo humano de Leonardo pueden contarse entre sus obras más impresionantes. Sin embargo, permanecieron sin descubrir durante muchos años.
Un profesor de anatomía de la Universidad de Pavía pudo proporcionar alrededor de 20 cadáveres frescos para que Leonardo los diseccionara. Mientras se dedicaba a esta obra macabra, Leonardo hizo hermosos dibujos de todos y cada uno de los huesos, músculos y órganos humanos.
Claramente, un conocimiento profundo de la anatomía es inmensamente útil si quieres convertirte en un mejor pintor del cuerpo humano. Pero el interés de Leonardo no era meramente artístico. Su aprendizaje fue más profundo que la percepción visual sola.
Escribió 13.000 palabras de texto para acompañar los 240 dibujos, que detallaban sus pensamientos sobre el funcionamiento de los ojos, el corazón, el cerebro e incluso el feto humano.
Estos dibujos y observaciones habrían contribuido enormemente a la suma del conocimiento humano si hubieran sido publicados. Leonardo se adelantó a su tiempo. Por ejemplo, sus cuadernos contienen la descripción más antigua de los efectos de la arteriosclerosis en el cuerpo.
Pero quizás su estudio más impresionante sea el del corazón.
En ese momento, el hígado era el órgano más asociado con la sangre. Leonardo no solo reconoció la importancia del corazón; incluso pudo comprender el funcionamiento de la válvula aórtica, gracias a su conocimiento previo de las leyes de la dinámica de fluidos y un poco de engaño artístico con cera y un corazón de toro: llenó el corazón con cera y utilizó el molde resultante para crear una réplica de vidrio para poder observar el movimiento del fluido en su interior.
Sorprendentemente, pasarían 450 años antes de que la ciencia moderna realmente se familiarizara con la dinámica de fluidos en el corazón. Cuando lo hizo, por supuesto, mostró que la hipótesis de Leonardo era correcta desde el principio.
Las observaciones de Leonardo siguen siendo útiles hasta el día de hoy en parte porque, como todos los grandes maestros, realmente sabía cómo hacer las cosas más comprensibles. Utilizó analogías fantásticas, como describir el corazón como la «semilla central» de la que emanan todas las «raíces y ramas».
El patrocinio del rey Francisco I
En 1507, Leonardo regresó a Milán. Ahora, sin embargo, se sentía mucho más inclinado a trabajar en estudios científicos del aire, el agua y la geología. Estos encajaban muy bien con sus observaciones sobre aves, peces y máquinas voladoras.
Después de una estancia equivocada en Roma entre 1513 y 1516, Leonardo se encontró de repente con el patrón para acabar con todos los patrones: el carismático, como muchos de los mecenas de Leonardo, el rey Francisco I de Francia.
A los 64 años, Leonardo viajó fuera de Italia por primera vez en su vida. No volvería jamás. Se convertiría en el artista e ingeniero oficial del Rey.
El rey Francisco llegó a llamar a Leonardo el «pintor más eminente de nuestro tiempo». A Leonardo también se le dio la oportunidad de diseñar un nuevo pueblo real en el país, pero nunca se construyó. Además de eso, Francis incluso le dio a Leonardo un salario adecuado. Ya no se le pagaría por comisión individual.
En 1517, Leonardo recibió la visita del cardenal Luigi de Aragón. El secretario del cardenal, Antonio de Beatis, grabó el encuentro. Nos dicen que Leonardo admitió que un derrame cerebral reciente lo había privado del uso de su mano derecha, y sintió que sus días como artista habían quedado atrás. Pero también mostró a sus invitados tres cuadros que estaba en proceso de completar, cada uno una obra maestra:
Uno fue San Juan Bautista. En él, una figura seductora y andrógina de pelo largo emerge de las sombras, una mano levantada apuntando crípticamente hacia el cielo.
El segundo fue la Virgen y el Niño con Santa Ana. Sigue siendo una obra maestra, pero el autor piensa personalmente que las expresiones de los sujetos palidecen en comparación con la representación de Juan el Bautista de Leonard.
El tercero, que había estado cargando durante años, se convertiría en una de las pinturas más famosas de todos los tiempos.
La Mona Lisa
A lo largo de su vida, Leonardo se esforzó por comprender y los misterios del mundo. No fue porque deseara fama o gloria, sino porque lo impulsaba una profunda curiosidad.
En concreto, sus pinturas fueron ejercicios de movimiento y emoción. Un simple gesto de Leonardo podría revelar la mentalidad y los motivos de una persona. Este enfoque lo convirtió en uno de los más grandes pintores de la historia. Leonardo había insuflado vida a lo que antes estaba quieto y estático.
La Mona Lisa a menudo se considera la obra maestra absoluta de Leonardo. No es solo una pintura de una mujer, sino que también apunta a sus intereses fuera de la pintura, y es un testimonio del hecho de que algunos misterios humanos son insolubles.
El retrato es más conocido por la sonrisa de su sujeto, que parece expresar diferentes emociones según el punto de enfoque.
Si miras sus ojos, la sonrisa está desenfocada. Esto hace que las comisuras vueltas hacia arriba de su boca parezcan estar sonriendo. Pero cuando te concentras en la boca misma, la sonrisa desaparece.
También en esta imagen, Leonardo utilizó sus estudios de óptica y percepción para difuminar el paisaje. Esto contrastaba con el método estándar del día, que era mantener todos los aspectos del lienzo enfocados, sin importar sus respectivas distancias.
Sus estudios de la luz y la reflexión le dieron la idea de utilizar una capa de fondo blanco plomo. Este capta la luz a través de finas capas de esmalte translúcido. El efecto es especialmente evidente alrededor de las mejillas. Casi parecen brillar de vida.
Se han escrito libros sobre la composición de la Mona Lisa , pero aquí basta con señalar que el fondo también es revolucionario. El río en el fondo fluye hacia el pañuelo de seda de la modelo, y el paisaje fluido se vuelve uno con su cabello, como si estuviera fusionada con la naturaleza.
Al aplicar los patrones de la naturaleza a la forma humana, Leonardo encapsuló su investigación sobre la naturaleza y la relación entre ella y la humanidad. Este mensaje continúa cautivando a las audiencias en todas partes.
Leonardo poseería a Mona Lisa por el resto de su vida, falleciendo ocho días después de su 67 cumpleaños, el 23 de abril de 1519.
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