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Las 101 frases más reveladoras de Simone de Beauvoir, precursora del feminismo 1

Las 101 frases más reveladoras de Simone de Beauvoir, precursora del feminismo

Merece ser compartido:

Actualizado el miércoles, 8 marzo, 2023

«No quiero la indiferencia. Llaman indulgencia y sabiduría a esta inercia del corazón: pero es la muerte que se instala en nosotros».

Simone de Beauvoir

Se cumplen más de tres décadas desde la muerte de este gran icono del feminismo mundial que siempre ha sido tan admirado como criticado. Simone de Beauvoir, precursora del feminismo contemporáneo, ha marcado la vida de miles de mujeres desde mediados del siglo pasado.

«En tiempos de Santo Tomás, se presentaba como una esencia definida con tanta seguridad como las virtudes somníferas de la adormidera. Sin embargo, el conceptualismo ha perdido terreno: las ciencias biológicas y sociales ya no creen en la existencia de entidades fijadas de forma inmutable que definan caracteres dados como los de la mujer, el judío o el negro; consideran que el carácter es una reacción secundaria ante una situación. Si ya no hay feminidad, será porque nunca la hubo. ¿Quiere eso decir que la palabra «mujer» no tiene ningún contenido?

Es lo que afirman enérgicamente los partidarios de la filosofía de la ilustración, del racionalismo, del nominalismo: las mujeres son aquellos seres humanos que reciben arbitrariamente el nombre de «mujer».

«…La perspectiva que adoptamos es la de la moral existencialista. Todo sujeto se afirma concretamente a través de los proyectos como una trascendencia, sólo hace culminar su libertad cuando la supera constantemente hacia otras libertades; no hay más justificación de la existencia presente que su expansión hacia un futuro indefinidamente abierto. Cada vez que la trascendencia vuelve a caer en la inmanencia, se da una degradación de la existencia en un «en sí», de la libertad en artificio; esta caída es una falta moral si el sujeto la consiente; si se le inflige, se transforma en una frustración y una opresión; en ambos casos, se trata de un mal absoluto…»

Simone de beauvoir en «El segundo sexo»
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«Que nada nos limite. Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia».

Análisis de sus mejores frases

Una de las feministas más importantes del siglo XX y, sin duda, la más relevante en el feminismo de la igualdad, De Beauvoir será siempre recordada por sus intentos de romper la rígida estructura patriarcal en la que nació. Todavía hoy, sigue siendo fuente de inspiración para muchas personas.

Simone de Beauvoir es una de las figuras más influyentes del feminismo moderno. Su libro «El segundo sexo» es un clásico del pensamiento feminista y ha sido fundamental para la lucha por la igualdad de género. A continuación, se presenta una tabla con algunas de las frases más destacadas de este libro y su significado para el feminismo:

FraseSignificado para el feminismo
«No se nace mujer, se llega a serlo.»Esta frase refleja la idea de que el género no es algo innato, sino que es construido socialmente. El feminismo utiliza esta idea para cuestionar los roles de género impuestos por la sociedad y para luchar por una igualdad de género que permita a las personas ser quienes realmente quieren ser, más allá de su género.
«El hombre es el ser humano, la mujer es el sexo en cuanto lo Otro.»Con esta frase, Beauvoir refleja la idea de que la mujer ha sido históricamente considerada como «el otro» en relación al hombre, lo que ha llevado a su subordinación y opresión. El feminismo utiliza esta idea para luchar por la eliminación de la discriminación y la desigualdad de género que sufren las mujeres en la sociedad.
«No se trata de volver a instaurar el matriarcado, sino de eliminar el patriarcado.»Esta frase refleja la idea de que el feminismo no busca invertir la opresión de género, sino eliminarla. El patriarcado es el sistema de poder que ha llevado a la subordinación y opresión de las mujeres en la sociedad, y el feminismo busca su eliminación para lograr la igualdad de género.
«El feminismo es una lucha constante contra lo que te han enseñado que es la normalidad.»Con esta frase, Beauvoir refleja la idea de que el feminismo implica una lucha constante contra los estereotipos de género y las normas sociales que imponen roles y expectativas basadas en el género. El feminismo busca la eliminación de estas normas para lograr una sociedad más igualitaria y libre de discriminación.
«El feminismo no es un destino feliz al que se llega, sino una manera de viajar.»Esta frase refleja la idea de que el feminismo no es un objetivo final, sino un proceso constante de lucha y reflexión. El feminismo implica una toma de conciencia constante sobre las desigualdades de género y la lucha por su eliminación, y se trata de un proceso en constante evolución.

Estas frases de Simone de Beauvoir son fundamentales para el feminismo, ya que reflejan ideas claves que han sido fundamentales para la lucha por la igualdad de género. El feminismo se basa en la idea de que el género es una construcción social que ha llevado a la opresión y discriminación de las mujeres, y busca la eliminación de estas desigualdades a través de la toma de conciencia, la lucha y la reflexión constante.

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«La mujer rota es la víctima estupefacta de la vida que ella misma eligió: una dependencia conyugal que la deja despojada de todo y de su ser mismo cuando el amor le es rehusado. Sería en vano buscar moralejas en estos relatos; proponer lecciones, no; mi intención ha sido totalmente diferente”.

“La mujer rota” de Simone de Beauvoir.

Simone de Beauvoir es la precursora del feminismo contemporáneo y el éxito de su libro El segundo sexo (Feminismos) y, en general, de su obra, radica en que trasciende de una época a otra.

«Lo que las mujeres deben a Simone de Beauvoir es inconmensurable«, afirma la periodista y escritora francesa Danièlle Sallenave en Castor de guerre. «Y no solo las mujeres; los hombres también«, pues «la liberación de las mujeres es una condición ‘sine qua non’ para la liberación de los hombres».

Sus reflexiones ponen en jaque la concepción tradicional burguesa de familia y pareja. De Beauvoir analizó las características de la opresión masculina y configuró así sus pensamientos sobre la condición social de la mujer. Destruyó los mitos femeninos y luchó por una verdadera liberación.

Luchó contra todo para defender sus ideas, atacando toda la estructura sobre la que se asienta y justifica la dominación masculina desde diversos puntos de vista (sociológico, antropológico, etnológico, histórico, etc).

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Frasescélebres de Simone de Beauvoir

La historia de vida de Simone de Beauvoir se ha tergiversado y socavado durante décadas, al igual que su trabajo. Durante mucho tiempo fue vista como la sombra de Jean-Paul Sartre, pero ha salido a la luz material nuevo que revela la originalidad de sus ideas y la importancia de otras personas en su vida romántica. Su filosofía tuvo sus orígenes en sus primeros años, con la religión, su familia y su lectura dando forma a sus trabajos posteriores. A diferencia de Sartre, que tenía poco que decir sobre ética, Beauvoir buscaba respuestas filosóficas para llevar una buena vida.

1. «El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal».

2. «En sí, la homosexualidad está tan limitada como la heterosexualidad: lo ideal sería ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación».

 3. «Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa».

4. «Sólo después de que las mujeres empiezan a sentirse en esta tierra como en su casa, se ve aparecer una Rosa Luxemburgo, una Madame Curie. Ellas demuestran deslumbrantemente que no es la inferioridad de las mujeres lo que ha determinado su insignificancia».

5. «El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres».

6. «No se nace sino que se deviene mujer».

7. «La familia es un nido de perversiones».

8. «La naturaleza del hombre es malvada. Su bondad es cultura adquirida».

9. «El hecho de que exista una minoría privilegiada no compensa ni excusa, la situación de discriminación en la que vive el resto de sus compañeros».

10. «Es lícito violar una cultura, pero a condición de hacerle un hijo».

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«La principal plaga de la humanidad no es la ignorancia, sino el rechazo al conocimiento».

Selección de frases famosas e inspiradoras de Simone de Beauvoir sobre la sororidad, la mujer y el feminismo

«El día que una mujer pueda amar no desde su debilidad sino desde su fortaleza. Cuando pueda amar no para escapar de sí misma sino para encontrarse, no para humillarse sino para afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal».

Fuente: El segundo sexo.

«El ser humano no es ni una piedra ni una planta, y no puede justificarse a sí mismo por su mera presencia en el mundo. El ser humano es humano sólo por su negación a permanecer pasivo, por el impulso que lo proyecta desde el presente hacia el futuro y lo dirige hacía cosas con el propósito de dominarlas y darles forma. Para el ser humano, existir significa remodelar la existencia. Vivir es la voluntad de vivir».

Fuente: Es un buen día para recordar a Simone de Beauvoir.
Publicado en Excelsior el 9 de enero de 2018.

«El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres».

Fuente: Mifsud, Tony. Decisiones responsables: Una ética del discernimiento. Ediciones Universidad Alberto Hurtado. ISBN 9789569320866.

«En cierto sentido, el misterio de la encarnación se repite en cada mujer; todo niño que nace es un dios que se hace humano».

Lobato, Abelardo. La pregunta por la mujer. Ediciones Sígueme, 1976. p. 86.

«Encanto es lo que tienen algunos hasta que empiezan a creérselo».

Noticias de la semana, números 919-926. Editorial Perfil, 1994. p. 85.

«Es absolutamente imposible encarar problema humano alguno con una mente carente de prejuicios».

Fuente: Los Grandes Escritores: Vidas, obras y estilos de los más influyentes autores de la historia. Autor y editor Borja Loma Barrie, 2017.

«Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma».

Fuente: El segundo sexo, dedicatoria.

«La belleza es aún más difícil de explicar que la felicidad».

Katz, Mónica. Más que un cuerpo: Cómo descubrir tu verdadera belleza. Editorial Penguin Random House Grupo Editorial Argentina, 2015.

«La inmortalidad, no importa si la imaginamos celestial o terrenal, es incapaz de consolarnos de la muerte, cuando se ama tanto la vida».

Fuente: Une mort très douce (Una muerte muy dulce)- Laveaga Na, Gerardo. Para aproximarnos a Simone de Beauvoir.

«Las personas felices no tienen historia.»

Fuente: Gallotti, Alicia. El Arte de Ser Mujer. Ediciones Robinbook, 2008. Página 23.

«Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que uno se acostumbra».

Fuente: Segundo Congreso Nacional Derechos Humanos: 22-23-24 de octubre de 1982, 1

«Me parecía que la tierra no hubiera sido habitable si no hubiese tenido a nadie a quien admirar.»

Estudios: Filosofía, historia, letras, números 83-85. Editorial Departamento Académico de Estudios Generales, ITAM, 2007. p. 161.

«No hay muerte natural: nada de lo que sucede al ser humano es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aún si los humanosla conocen y la aceptan, es una violencia indebida».

Fuente: Une mort très douce (Una muerte muy dulce). Volumen 3 de Pocket Edhasa.

«No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización en conjunto es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino».

Fuente: El segundo sexo. Simone de Beauvoir. Editorial Cátedra, 2005.

«¿Qué es un adulto? Un niño inflado por la edad».

Ortega Blake, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Editorial Penguin Random House Grupo Editorial México, 2013

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Becoming Beauvoir

Convertirse en Beauvoir cuenta la historia de la filósofa, escritora e ícono feminista francesa Simone de Beauvoir para un público contemporáneo. Haciendo uso de cartas y diarios inéditos, Becoming Beauvoir describe cómo la famosa intelectual se convirtió en ella misma.

En su obra pionera, El segundo sexo , Simone de Beauvoir anatomizó muchas de las injusticias que han sufrido las mujeres a lo largo de los siglos. El libro se publicó en 1949 y provocó innumerables conversaciones importantes, que se desarrollaron en universidades, en televisión y en las páginas de los periódicos. También inspiró a una generación de feministas de la segunda ola.

Simone de Beauvoir no era una activista, ni siquiera era feminista cuando empezó a escribir el segundo sexo. Era una intelectual, una filósofa que quería encontrase a sí misma y conocer el papel que tenía en el sociedad por el hecho de haber nacido con vagina.

Pero el trabajo filosófico de Simone de Beauvoir a menudo ha sido descartado por depender demasiado de las ideas de su compañero de toda la vida, el filósofo Jean-Paul Sartre. Durante décadas, su condición de pensadora importante se ha visto socavada por personas deseosas de descartar el trabajo de una mujer intelectual.

Descubrirás que el trabajo de Beauvoir era tan distintivo y original como el de su famoso socio. Verá cómo diferían sus ideas y cómo su relación, aunque importante, no fue lo único que sucedió en la vida de Beauvoir. Lo más importante es que aprenderá exactamente de dónde provienen las ideas de Beauvoir y cómo se desarrollaron con el tiempo.

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Simone de Beauvoir ha sido tergiversada toda su vida

Si está familiarizado con la filosofía francesa, es probable que pueda evocar una imagen mental de Simone de Beauvoir. Allí está, elegantemente vestida, sentada en uno de sus cafés favoritos en Montparnasse, con una taza de café y su cuaderno. Y siempre acompañada de Jean-Paul Sartre, el filósofo existencialista y su amigo y socio de toda la vida.

De hecho, es casi imposible imaginar uno sin el otro. Beauvoir es a menudo retratado como la figura un poco menor en la asociación, no tan seguro de sí mismo, ni tan brillante. Esta impresión coloreó la forma en que fue vista a lo largo de su vida. Tampoco podría estar más lejos de la verdad.

Desde su aparición en la escena intelectual, Beauvoir ha sido tergiversado. El tiempo en el que vivió es en gran parte culpable. Durante el siglo XX, muchos no podían imaginar a una mujer que fuera independiente, libre tanto de pensamiento como de acción. Esto significó que los hechos importantes de su vida se desvirtuaron y los biógrafos y críticos de libros hicieron la vista gorda a sus ideas.

Pero, en los últimos años, han salido a la luz más hechos que desafían esta idea de Beauvoir. Sus diarios de estudiantes, inéditos, y una serie de cartas que escribió a otros hombres muestran que no era simplemente una figura sumisa en su relación. 

Aunque Jean-Paul Sartre fue una poderosa influencia en su trabajo, Beauvoir ya había discutido muchas ideas en sus diarios que luego se atribuyeron a Sartre. De hecho, muchas de las ideas filosóficas contenidas en El ser y la nada , el libro de Sartre de 1943, fueron exploradas por Beauvoir antes de su publicación. Por ejemplo, su primera distinción entre ser «para mí» y ser «para los demás» es sorprendentemente similar a una distinción trazada por Sartre en su libro.

Y luego están sus cartas a otros hombres, que revelan que su devoción romántica por Sartre estaba lejos de ser completa. Fue su gran socio intelectual, pero de ninguna manera el principal romance de su vida. De hecho, el único hombre al que alguna vez se refirió con el cariñoso tu , fue el cineasta Claude Lanzmann, con quien convivió de 1952 a 1959.

A pesar de estas verdades, la sociedad continuó tergiversando a ella y menospreciando sus ideas. En Francia, fue apodada «Notre Dame de Sartre», nuestra señora de Sartre. Y el neoyorquino la describió, reductivamente, como «la existencialista más bonita que jamás hayas visto».

¿Por qué fue tratada de esta manera? Bueno, era una mujer con un intelecto formidable y un poderoso sentido de independencia. Eso fue simplemente inaceptable.

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«Cuando era niña, cuando era adolescente, los libros me salvaron de la desesperación: eso me convenció de que la cultura era el valor más alto»

Las semillas de la filosofía de Beauvoir estuvieron presentes incluso en su infancia

Simone de Beauvoir nació en París, en 1908, de Georges y Francois Beauvoir. Como hija de una familia de clase media alta, a Simone le encantaba explorar las propiedades rurales de su familia y estudiar el mundo natural mientras lo hacía. 

Sus padres la enviaron a una prestigiosa escuela de conventos. Allí se convirtió en una estudiante precoz, lo que llevó a su padre a exclamar con orgullo: «¡Simone piensa como un hombre!» Fue durante estos primeros años cuando se sentaron las bases de sus ideas.

Una parte importante de su educación fueron las diferencias religiosas de sus padres. Mientras que su madre era una católica devota, su padre era un ateo comprometido. Esta división significó que la idea fundamental de diferencia , y de argumento espiritual o filosófico, fue presentada a Beauvoir desde el principio. Más tarde afirmó que esta atmósfera fue una de las razones por las que se convirtió en intelectual.

Aunque su padre era ateo, ella era profundamente religiosa, al menos hasta su adolescencia. Descubrió un igualitarismo fundamental a través de los valores cristianos: la idea de que todos los seres humanos son iguales a los ojos de Dios. Mucho antes de perseguir la igualdad política como adulta, abrazó la noción de igualdad en la Iglesia. 

Esta idea religiosa de la igualdad también informó su feminismo. Si todas las almas humanas son iguales ante Dios, ¿por qué se trata a las mujeres de manera diferente que a los hombres? 

Su lectura también moldeó su filosofía posterior. Las novelas que leyó de niña le provocaron importantes interrogantes. A la edad de once años, leído y querido de Louisa May Alcott Mujercitas . Beauvoir se inspiró especialmente en el personaje de Jo March, que se definió, no por su belleza o su virtud, sino por su deseo de aprender.

En la novela de Alcott, March decide que no quiere hacer tareas domésticas aburridas. Quiere hacer lo que más le gusta: escribir y estudiar. ¿Por qué las mujeres deberían tener que renunciar a todo, se pregunta, mientras se anima a los hombres a perseguir sus sueños? 

Durante su niñez, Beauvoir comenzó a preguntarse cómo se podía esperar que amara a un hombre que no la trataría como a una igual. Y llegó a la conclusión de que el único tipo de amor que valía la pena considerar era un «amor-amistad», basado en un intercambio equitativo de ideas.

La relación de Beauvoir con la fe dio forma a su filosofía

Cuando era niña, Simone de Beauvoir se levantaba temprano en la mañana y miraba cómo el mundo natural se despertaba en la finca de su familia. Ella lo veía todo como obra maravillosa de Dios. 

Durante sus primeros años de vida, asistía a misa tres veces por semana y llevaba un cuaderno para registrar lo que llamaba «resoluciones santas». Por un tiempo, incluso consideró convertirse en monja. Pero las cosas cambiaron cuando entró en la adolescencia. El mundo comenzó a parecerle menos perfecto y su mente se inundó de dudas.

Para empezar, Beauvoir notó que el mundo que Dios había creado contenía profundas contradicciones. ¿Por qué, por ejemplo, se les permitió a los hombres vivir vidas tan libertinas e inmorales mientras se esperaba que las mujeres actuaran como santas? Este injusto doble rasero era difícil de ignorar. Su padre dormía hasta tarde, jugaba al bridge todo el día y bebía hasta que, hacia el anochecer, se dirigió a un burdel. Su madre, mientras tanto, escatimó esfuerzos para mantener el hogar.

La fe de Beauvoir se erosionó aún más durante una visita a una librería religiosa en Saint Sulpice, en París. El encargado de la tienda se acercó a ella, la llevó a la parte trasera de la tienda y se expuso a ella. Después de eventos como este, Beauvoir encontró más fácil pensar en un mundo sin Dios, que en un Dios responsable de los muchos males y contradicciones de la sociedad.

Y si no había Dios que te guiara a lo largo de la vida, Beauvoir se preguntó, ¿entonces qué? A los 19 años empezó a plantearse ideas que luego pasarían a llamarse existencialistas . Ideas, de hecho, que se atribuirían a Sartre. Ella escribió que “el acto es la afirmación de nosotros mismos”, lo que significa que nuestras acciones son las que nos definen. En lugar de un Dios todopoderoso que dirige nuestras vidas, debemos hacer nuestro propio camino hacia adelante.

A pesar de su creciente ateísmo, Beauvoir todavía se guiaba por su fe. Como filósofa en ciernes, consideraba que su vocación era similar a la de un profeta. Sabía que tenía algo importante dentro de ella, algo que sería útil para otros. 

Este sentimiento la llevó de regreso a una historia bíblica. En esta historia, Dios requiere un mensajero y le pregunta al pueblo de Israel: «¿A quién enviaré?» El profeta Isaías responde: “Aquí estoy. Enviame.» La propia Beauvoir podía oír una voz dentro de ella que susurraba, aquí estoy , aquí estoy , una y otra vez. 

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Una experiencia en el verano de 1926 tuvo una influencia duradera en la filosofía de Beauvoir

Una sola vida puede contener muchos eventos transformadores: accidentes, encuentros fortuitos, ganancias inesperadas. Si su vida no hubiera tenido momentos tan fatídicos, podría haberse desarrollado de manera completamente diferente. 

Para Simone de Beauvoir, el acontecimiento que cambió la vida se produjo en el verano de 1926. Tenía 18 años y ella y su tía habían viajado a Lourdes, un lugar de peregrinaje católico. 

Fue en Lourdes donde fue testigo por primera vez de un terrible sufrimiento físico. Muchos enfermos también habían hecho el viaje, buscando alguna cura milagrosa, y ella sentía repugnancia por lo que ella llamaba su “elegancia intelectual y sentimental ante los inválidos”. De repente se sintió avergonzada de sus propias pequeñas preocupaciones y nimiedades, y por un momento consideró una vida de completo sacrificio personal.

Pero después de reflexionar un poco, lo reconsideró. En lugar de renunciar por completo a su propia vida para aliviar el sufrimiento de los demás, intentaría encontrar un equilibrio. Decidió que no se avergonzaría de vivir, sino que intentaría vivir la mejor vida posible. Sería buena y generosa sin negar su propia vida. 

Después de su experiencia en Lourdes, Beauvoir comenzó a preguntarse si un código moral podría construirse principalmente sobre la base del respeto y la consideración por otras personas. Ella razonó que podía permanecer libre e independiente, que sería posible cultivar sus propios intereses y dar mucho de sí misma a los demás. De hecho, era importante preservar la parte de ella que era «para ella misma» para que pudiera ser útil a los demás.

También concluyó que la filosofía debería reflejar la vida real, en lugar de tener lugar en una burbuja. El logro intelectual no servía de nada si no se acercaba a lo que más importaba: la vida misma. Quería cerrar la brecha entre saber algo intelectualmente y sentir algo en la realidad. 

Ella creía que la literatura, no la filosofía, era lo mejor para cerrar esta brecha. La literatura contenía sentimientos, experiencias, todos los colores de la vida misma, y también podía contener filosofía. Envalentonada por lo que había descubierto, terminó un manuscrito novedoso de 68 páginas que llamó Tentative d’existence , «Un intento de existencia». Ella todavía tenía solo 18 años.

El primer encuentro de Simone de Beauvoir con Sartre

Después de sobresalir en la escuela, Simone de Beauvoir se embarcó en un curso de educación superior. Aprobó sus exámenes de bachillerato en filosofía y matemáticas, antes de comenzar su licenciatura en filosofía en la Sorbona. 

Terminó en 1928 y luego comenzó a prepararse para el examen de agregación notoriamente difícil, que le permitiría enseñar. Fue durante este tiempo, en la élite École Normale Supérieure, que conoció a Jean-Paul Sartre. Estaba estudiando para el mismo examen. Sin embargo, su reunión inicial no fue tan trascendental como mucha gente piensa.

Sartre no se estableció de inmediato como el centro de su universo; ciertamente no fue amor a primera vista. En ese momento, estaba enamorada del amigo de Sartre, René Maheu. Cuando Sartre trató de organizar una cita con Simone, envió a su hermana, Hélène, en su lugar, describiendo al hombre que su hermana iba a conocer como bajo y extremadamente feo.

Sin embargo, cuando René Maheu reprobó el examen de agregación y tuvo que dejar la École Normale Supérieure, Sartre hizo su movida. Beauvoir se sorprendió gratamente al descubrir que la forma en que se presentaba en la universidad era poco más que un acto. En la escuela, parecía un bromista con un ingenio agudo. Pero, de hecho, era enormemente generoso con las personas que conocía y se tomaba el tiempo de explicar los puntos más sutiles de la filosofía a cualquiera que expresara interés. 

Rápidamente desarrollaron un vínculo profundo y se convirtieron en amantes. Beauvoir describió a Sartre como «el amigo incomparable de mi pensamiento», pero incluso en estos primeros meses de su aventura, él no fue la única persona en su vida. Continuó abrigando esperanzas románticas para otros hombres, Maheu entre ellos.

Contrariamente a impresiones posteriores e incluso a sus propias memorias, los diarios privados de Beauvoir revelan que ella no estaba subordinada a Sartre. Ella fue lo suficientemente audaz como para calificar sus primeros ensayos como torpes y, como ya hemos visto, algunas de las principales ideas que se le atribuyen en realidad provienen de ella. Tomaron forma durante sus largas y apasionadas discusiones.

Simone de Beauvoir era, en todos los sentidos, igual a Sartre. Un logro asombroso subraya esto. A los 21 años, cuando Beauvoir aprobó el examen de graduación en la École Normale Supérieur, era la persona más joven en hacerlo. Sartre también aprobó ese año y recibió una calificación ligeramente mejor, pero tenía 24 años y había reprobado el año anterior. 

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La relación abierta de Beauvoir con Sartre despertó sentimientos complejos y tuvo un lado oscuro

En 1929, poco después de tener una relación sentimental, Sartre y Beauvoir pasaron un tiempo juntos en la finca de su familia en Meyrignac. Vagando por los prados de verano, consolidaron su vínculo. Hablaban constantemente de vida, literatura y filosofía. También hablaron sobre el tipo de vida que les gustaría vivir juntos.

Fue durante este tiempo encantador que decidieron los términos de su relación. Tendrían uno abierto, con muchos «amores contingentes».

Esta relación abierta se adaptaba a Beauvoir, quien estaba enamorado de otros dos hombres junto con Sartre. Al igual que Sartre, creía que una vida de libertad y autorrealización era la única forma de vivir. Entonces, cuando Sartre le dijo que no podía prometerle entregarse por completo, ella estaba emocionada por las posibilidades de su relación. Beauvoir ya sabía que podía amar a varias personas y no veía ninguna razón por la que debería dejar de hacer eso. 

Entonces, cuando se embarcaron en su relación abierta, comenzaron a sentirse atraídos por otras personas. Una de esas personas era Olga Kosakiewicz, de 19 años, estudiante de la Universidad de Rouen, donde Beauvoir era tutor. 

Tanto Beauvoir como Sartre quedaron encantados con la brillantez de Kosakiewicz y comenzaron a pasar tiempo juntos como un trío. Pero a pesar del pacto que Beauvoir y Sartre habían hecho en Meyrignac, esta nueva dinámica resultó difícil. Beauvoir estaba perturbado por el enamoramiento de Sartre con Olga, mientras que Sartre se enojó cuando Kosakiewicz tomó otro amante.

Esta fue una verdadera prueba de sus ideales. ¿Era realmente sostenible una vida de libertad y “amores contingentes”? La asociación de por vida de Sartre y Beauvoir demostraría que esto es posible, pero no sin un arduo trabajo. Beauvoir comprendió que las relaciones eran cosas precarias: podían morir si no se atendían con cuidado.

A lo largo de los años, Beauvoir y Sartre entablaron relaciones con varias estudiantes. En su opinión, en lugar de ser explotados, estos estudiantes eran libres de ir y venir cuando quisieran. Esta perspectiva, sin embargo, no tuvo en cuenta el poder que ejercían sobre estos estudiantes y, en años posteriores, la reputación de Sartre y Beauvoir se vio empañada por sus acciones.

Beauvoir no estaba de acuerdo con una faceta clave de la filosofía de Sartre

En 1943, Sartre publicó la obra filosófica que aseguró su lugar como reconocido intelectual francés: El ser y la nada . Esta fue su tesis en apoyo del existencialismo. 

Aunque la pareja tuvo largas conversaciones sobre sus ideas compartidas sobre el existencialismo, había una afirmación en el libro de Sartre con la que Beauvoir no estaba de acuerdo. Este desacuerdo continuaría dando forma a su propio trabajo de manera significativa. 

En El ser y la nada , Sartre planteó un argumento que introducía dos conceptos. Uno fue la «facticidad». El otro fue la «trascendencia». La facticidad se refiere a todos los atributos personales que una persona no ha elegido, como el color de piel, el lugar de nacimiento, el género, la familia y el cuerpo. La trascendencia, por otro lado, se refiere a la libertad de ir más allá de estas cosas.

Sartre usó estas nociones para describir algo que llamó «mala fe», que esencialmente significaba actuar sin autenticidad. Por ejemplo, creía que un camarero que trabajaba en un bar estaría actuando de “mala fe” si creía que su facticidad, es decir, el hecho de que fuera camarero, determinaba quién era. 

Sartre creía que nunca deberíamos dejarnos determinar por nuestra “facticidad” y que todos tenemos el poder de aprovechar nuestras circunstancias, sean cuales sean. 

Beauvoir, por otro lado, pensó que este era un argumento difícil de hacer. ¿Qué pasa con las personas que fueron oprimidas por otros debido a quienes son? ¿Qué pasaría si tu facticidad significara que eras judío en la década de 1930? ¿Podría simplemente “aprovechar al máximo sus circunstancias”?

Sartre creía que todos los seres humanos eran esencialmente libres para trascender sus circunstancias. Beauvoir respondió preguntando: «¿Qué tipo de trascendencia podría lograr una mujer encerrada en un harén?»

Reconoció que el componente que faltaba en el argumento de Sartre era el poder, el poder de elegir tu destino. Si bien parece bastante simple decir que los seres humanos son libres, la verdad es mucho más complicada. 

Beauvoir comenzó a articular las complicaciones en dos de sus ensayos más importantes, Pyrrhus and Cineas y The Ethics of Ambiguity . Su argumento central, que no todo el mundo tiene la opción de simplemente «trascender» sus circunstancias, definiría las grandes obras de su vida. 

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La cuestión de una vida ética es lo que definió la vida y el trabajo de Beauvoir

La filosofía de Beauvoir comenzaba a alejarse de la de Sartre sobre la cuestión de la ética. De hecho, en el conjunto de El ser y la nada , Sartre solo tenía unas pocas páginas breves e inconclusas sobre una vida ética. Si bien la libertad en sí era importante para él, no estaba particularmente seguro de qué hacer con esa libertad. 

Por ejemplo, Sartre se quejó de que algunas personas no distinguen entre emborracharse en su habitación y convertirse en líderes mundiales. Pero no pudo explicar por qué importa la diferencia entre esas dos cosas. Beauvoir, por otro lado, podría. 

En su ensayo Pirro y Cineas dejó en claro que nuestras acciones tienen consecuencias. En esta obra, utiliza la analogía de Pirro, un rey que gobernó durante el siglo IV a. C., y su consejero, Cineas. Pirro está discutiendo su plan para conquistar el mundo con Cineas. Durante su conversación, Cineas le pregunta al rey: «¿Qué importa si descansas en casa o conquistas el mundo?»

Y, en su ensayo, Beauvoir responde a la pregunta de Cineas. Empezar a conquistar el mundo significa ejercer un poder enorme sobre la vida de los demás. Simplemente descansando en casa o, como dijo Sartre, emborrachándose en su habitación, no tendría ningún efecto en esas vidas.

En lugar de la perspectiva nihilista y sombría por la que Sartre se hizo conocido, Beauvoir desarrolló una filosofía que tomó en cuenta la forma en que nos relacionamos con los demás. A diferencia de Sartre, quien escribió que «el infierno son otras personas» en su obra de 1944 Sin salida , Beauvoir pensó que un mundo en el que no coexistiéramos sería miserable. 

Su filosofía tomó en consideración las acciones de uno y la forma en que esas acciones cambian la vida de otras personas. No bastaba con buscar la libertad, como habían hecho ella y Sartre por ellos mismos y su relación. Ella creía que deberíamos ejercer esa libertad de manera ética. Nuestras acciones crean continuamente las condiciones en las que otras personas tienen que vivir sus vidas. Por tanto, nuestras decisiones deben ser éticas. 

En esencia, el punto de vista filosófico de Beauvoir era este: deberíamos buscar la libertad como individuos. Pero debemos usar esa libertad con responsabilidad.

Las 101 frases más reveladoras de Simone de Beauvoir, precursora del feminismo 10
Las 101 frases más reveladoras de Simone de Beauvoir, precursora del feminismo 23

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Una respuesta a «Las 101 frases más reveladoras de Simone de Beauvoir, precursora del feminismo»

  1. Avatar de Clo
    Clo

    Gracias por compartir, nos hace más informadas y con más discernimiento!!!

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