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¿Qué es la Economía Colaborativa? Guía completa y MOOC gratuito con las claves económicas de su éxito 1

¿Qué es la Economía Colaborativa? Guía completa y MOOC gratuito con las claves económicas de su éxito

Merece ser compartido:

Actualizado el miércoles, 20 noviembre, 2024

En un mundo en el que parecen primar los intereses individuales también hay espacio para una nueva forma de hacer las cosas. La economía de la colaboración y el consumo colaborativo cobran fuerza. Cuando no actúas como piensas, acabas pensado como actúas. Y llevamos tanto tiempo actuando como si no fuera posible el cambio, que ahora que es posible, muchos aún tienen dudas. Pero ha llegado y crece a cada paso: economía de la colaboración.

Una de las claves del éxito del consumo colaborativo reside en el hecho de que las molestias para compartir/alquilar se han reducido al mínimo gracias a la tecnología. Cuando se diseña el sistema de reputación hay que vigilar que sea completo pero a la vez simple durante su uso normal.

A medida que la Economía Colaborativa adquiere mayor extensión está comenzando a suponer un gran reto para las administraciones en su adaptación y regulación en los marcos legales actuales. No olvidemos que estos marcos fueron creados de acuerdo a la lógica del siglo XX, un contexto más estable que la realidad actual, yendo a una velocidad de adaptación mucho más lenta que a la que ésta economía se desarrolla.

Esto es debido fundamentalmente a su fácil adaptación y permeabilidad en la sociedad y su potencial capacidad disruptiva a través de la tecnología digital y a internet. Todo está por hacer y tenemos una oportunidad única e histórica para sumar al cambio.

Destacando 5 de las consideraciones de que Rachel Botsman identificó en el diseño de sistemas de reputación(sobre todo para entornos peer-to-peer/P2P).

  • Competición: Nos gusta ser los primeros de la clasificación por lo tanto es recomendable ofrecer algún tipo de ranking que genere competencia saludable entre los usuarios.
  • Calidad: Hay recompensar a aquellos usuarios que se toman el tiempo y la molestia de contribuir con contenidos/valoraciones de calidad. Deberían ser la referencia para el resto de usuarios
  • Valoración “pegajosa”: Hay que utilizar un sistema de puntuación (estrellas, dedos arriba y abajo, chapas, números, etc.) y buscar un nombre atractivo como “Power Seller”.
  • Gente como yo: Nos gusta saber, y valoramos, lo que nuestros amigos y gente como nosotros piensa de la otra gente. Un sistema de avales relacionado con redes cerradas (de la misma escuela, del mismo trabajo, etc.) ayudará a los usuarios cuando lean las opiniones de otra gente.
  • Vigilancia entre usuarios: (o peer-police) Un sistema de reputación abierto debe estar vigilado por los propios usuarios, pero a la vez, cuando hay problemas es necesario que la organización o empresa sea ágil en ofrecer apoyo, resolver disputas y expulsar a aquellos que abusan o vandalizan el sistema.

MOOC GRATUITO

Uno de los proyectos que nos ha tenido enamoradas y engachadas fue la creación del curso online gratuito de Economía Colaborativa que OuiShare ha elaborado con el apoyo de la Fundación Banco Sabadell.

__ ¿Qué descubrirás en este post? __

Módulo 1: Bienvenidos a la economía colaborativa

1. ¿Qué es la economía colaborativa de la que tanto se habla ultimamente? En este primer módulo os describimos el consumo y la economía colaborativa. Os presentamos los casos de éxito, las ventajas, los retos y los profundos cambios que este nuevo modelo económico puede aportar a nuestra sociedad y a tu vida.

1.1 – ¿Qué es la Economía Colaborativa?

«El consumo colaborativo es una de las diez ideas que cambiarán el mundo»

Time Magazine (marzo 2011)

¿Qué es la Economía Colaborativa (EC)?

Antes de responder a esta breve y a la vez compleja pregunta, hagamos una simplificación. Sabiendo que la economía se sustenta sobre el consumo, entonces te planteo una nueva pregunta. ¿Qué es el Consumo Colaborativo (CC)?

La respuesta a esta segunda pregunta es la puerta de entrada más fácil y familiar para entender mejor la Economía Colaborativa en su conjunto.

¿Qué es el Consumo Colaborativo (CC)?

El Consumo Colaborativo no es nada nuevo, es lo que hemos hecho toda la vida dentro de los círculos de confianza con familiares y amigos. Por ejemplo: ¿cuántas veces has pedido puntualmente dinero a algún familiar que luego le devuelves?, ¿cuántas veces has viajado con tus amigos y has compartido los gastos del viaje?, ¿cuántas veces dentro de tu familia o de tus círculos de amigos se han compartido la ropa de los bebes la cual solo se utiliza durante unos pocos meses? Estos y muchos otros ejemplos cotidianos explican fácilmente las bases del consumo colaborativo. Cuando existe la suficiente confianza compartimos sin problema los recursos y buscamos maneras de compartir gastos para el beneficio de todos.

El problema es que fuera de estos espacios de confianza los hábitos de consumo que hemos desarrollado durante el siglo XX se enfocaron al consumo individualista donde adquirimos la propiedad de algo con la idea de disfrutarlo de manera privada y exclusiva.

La insostenibilidad del hiperconsumo
El resultado de estas prácticas hiperconsumistas y de la obsolescencia programada ha sido una presión medioambiental insostenible para el planeta. El mundo que todos compartimos tiene unos recursos naturales limitados. Para garantizar la vida del ser humano en la tierra debemos reducir la extracción de recursos naturales y la generación de residuos, solo así garantizamos la sostenibilidad del planeta.

Para lograrlo el modelo de consumo tiene que cambiar sí o sí. Por suerte en el siglo XXI estamos empezando a actuar de otra manera, con un consumo basado en el acceso y uso frente a la compra compulsiva, lo que nos lleva a un modelo donde compartimos aquello que ya existe en vez producir más y más.

El consumo colaborativo
Retomando el tema de la definición del consumo colaborativo. El consumo colaborativo es el mismo tipo de colaboración que practicamos a pequeña escala en los círculos de más confianza cuando, mediante el uso de internet y las redes sociales, se amplía a grupos mucho más grandes. Estas prácticas colaborativas toman así una dimensión y una velocidad inimaginable hasta el momento.

Compartir bicicletas en tu ciudad, compartir trayectos en coche o incluso alquilar tu coche a otra persona, ir a dormir a casa de desconocidos, compra/venta de ropa entre particulares, la microfinanciación colectiva, etc. A este conjunto de prácticas es lo que le llamamos Consumo Colaborativo y representan la puerta de entrada a la economía colaborativa.

La definición más formal de consumo colaborativo la tenemos en el diccionario de Oxford: “Un sistema económico en el que los bienes y servicios son compartidos entre particulares, ya sea de forma gratuita o por un precio, por lo general a través de Internet

Orígenes del consumo colaborativo
A finales de 2010 se publicó el libro «What’s mine is yours: the rise of collaborative consumption” (Lo mío es tuyo: el crecimiento del consumo colaborativo) de Rachel Botsman. Este libro fue el primero en describir, agrupar y categorizar muchas de las iniciativas que hoy son referentes en el mundo de lo colaborativo.

Más allá de los numerosos ejemplos, la lectura del libro ayuda a comprender como colaborando, compartiendo y generando la confianza entre desconocidos se están creando estructuras y redes que permiten a la la sociedad funcionar de manera más eficiente, horizontal y distribuida. A gran escala estos cambios tiene el potencial de cambiar la vida de todos, para mejor.

Como curiosidad el Consumo Colaborativo en sus primeros años fue criticado con palabras como “neo comunistas”, “hippies digitales” o “moda pasajera”. Sin embargo el empuje definitivo al reconocimiento del consumo colaborativo fue su inclusión en la lista de las diez ideas que cambiarán el mundo en la prestigiosa y reconocida revista Time. La lista se confeccionó con aquellas ideas que “pueden hacer frente a nuestros problemas más graves: las guerras, las enfermedades, el desempleo y el déficit”.

De nuevo ¿qué es la Economía Colaborativa (EC)?

Tras esta introducción al Consumo Colaborativo, ahora es más sencillo de entender la respuesta a la pregunta inicial ¿Qué es la Economía Colaborativa (EC)?

Desde OuiShare se define la Economía Colaborativa como el sistema de relaciones y conjunto de iniciativas (culturales, sociales, económicas e incluso políticas) basadas en redes horizontales y la participación de una comunidad, y que tiene efectos en todos los ámbitos de la sociedad.

Los 6 bloques de la economía colaborativa
La economía colaborativa se divide en seis grandes bloques.

1. El Consumo Colaborativo es probablemente el bloque más conocido hoy en día. Como comentamos anteriormente se trata de aprovechar el poder de Internet y de las redes peer-to-peer para reinventar cómo compartir, alquilar, intercambiar o comerciar bienes y servicios.

2. La Producción Colaborativa. El Movimiento Maker y la Peer Production están marcando el comienzo de una nueva revolución industrial (a menudo llamada 3a revolución industrial) en base a la cultura Do-It-Yourself (DIY) y la aplicación de los principios del software libre a la fabricación. Esto ha sido posible gracias a la democratización de las herramientas de fabricación digital, al desarrollo de espacios creativos compartidos (FabLabs, HackerSpaces, MakerSpaces) y al intercambio de conocimientos e información entre los fabricantes.

3. El Conocimiento Colaborativo y Abierto crea la base para la construcción de sociedades colaborativas y sostenibles mediante la apertura y la democratización de los gobiernos, la ciencia, la educación, la cultura y la economía. El conocimiento abierto representa los cimientos de la economía colaborativa y afecta al resto de bloques. La velocidad y el impacto de la economía colaborativa sólo han sido posibles gracias a que muchas de las personas liderando los proyectos emplean prácticas y herramientas abiertas, que permiten a los modelos de la economía colaborativa crecer y distribuirse mucho más rápido de lo que lo harían en una economía capitalista tradicional

4. La Financiación Colaborativa. Las finanzas participativas y el capital distribuido. El dinero es un bien que se ha digitalizado abriendo las puertas a que los usuarios se coordinen de manera directa para ofrecerse entre ellos las funciones que tradicionalmente han hecho las entidades financieras. Crowdfunding, préstamos entre personas o el intercambio de divisas son los ejemplos más conocidos

5. Gobierno abierto y organizaciones horizontales. Más allá de los datos abiertos gobiernos y administraciones se abren también a la participación ciudadana directa con presupuestos participativos, la co-creación de soluciones o la integración del ciudadano como fuente de información (ej: de reparaciones necesarias). Por su lado las organizaciones adoptan estructuras menos jerárquicas. De los títulos, órdenes y control sobre la información se pasa a los roles , al empoderamiento mediante la confianza a priori y a un acceso casi universal a la información

6. Sistemas de intercambio de valor. Tras experimentar los devastadores efectos de la crisis financiera los ciudadanos estamos optando por reinventar “el dinero”, parte de sus funciones y la manera en que este se crea y se hace circular en una comunidad (monedas alternativas, bancos de tiempo, etc.). Se buscan alternativas para depender menos del dinero tradicional.

En este Curso OuiShare de Economía Colaborativa
En este curso describimos y analizamos la economía colaborativa en sectores como la educación, la movilidad, el turismo y las finanzas, entre otros. No centramos especialmente en la parte de consumo, finanzas, conocimiento abierto y sistemas de intercambio de valor. En próximas ediciones la intención es poder ampliar el temario para dar cobertura también al resto de bloques

Juntos, descubriremos las ventajas, los retos y los profundos cambios que este nuevo modelo económico, que no tiene marcha atrás, puede aportar a nuestra sociedad y a tu vida.

¿Seguimos?

1.2 – Conceptos (I): la confianza

«Ser capaces de generar confianza entre desconocidos cambia las reglas del juego en la sociedad»

Fredéric Mazzella (co-fundador de BlaBlaCar)

La confianza para que la sociedad funcione

La confianza es un elemento clave para que cualquier sociedad pueda funcionar. La crisis económica ha venido acompañada de una crisis de valores y de confianza hacia las instituciones tradicionales de la sociedad. Los ciudadanos cada vez nos fiamos menos de que las instituciones privadas y públicas tradicionales cumplan su papel.

Antes este panorama los ciudadanos no se han quedado quietos y han empezado a buscar mecanismos para poder reconstruir la confianza entre ellos. Esta confianza había mermado por culpa del hiperconsumo y el individualismo que le acompaña.

El consumo y la economía colaborativa en general es uno de los resultados de esta búsqueda de regeneración de confianza para que la sociedad pueda seguir funcionando. Por su lado gobiernos y partidos políticos, corporaciones y medios de comunicación de masas tendrán encontrar sus propias soluciones para volver a ganar la confianza de los ciudadanos.

Todos tenemos experiencia personal y sabemos que la confianza es muy difícil de conseguir y muy fácil de perder.

La confianza dentro de las plataformas de consumo colaborativo

Como ya hemos comentado las plataformas de consumo colaborativo ponen en contacto a desconocidos. Para que estos desconocidos puedan llegar a completar una transacción a través de la plataforma es necesario que tengan la confianza suficiente para hacerlo.

Podemos decir que la confianza es aceite que permite hacer funcionar el motor de la economía colaborativa.

Cuando hablamos de confianza podemos ver 3 entornos:

  • Confianza en la propia plataforma:
    • Por ello es importante que funcione bien a nivel técnico, que ofrezca atención al cliente, que ofrezca seguros, etc. Un mayor nivel de confianza con la plataforma representa una ventaja competitiva diferencial.
  • Confianza en el otro usuario con quien quieren realizar la transacción
    • Tengo que poder confiar en aquel usuario desconocido. Por ello las plataformas proporcionan perfiles de usuario con identificación digital completa, comentarios cruzados, etc.
    • Esta confianza dentro de la red de usuarios de una plataforma es su mayor activo y las plataformas dedican muchos esfuerzos a ello.
    • Detallamos más esto más adelante en este mismo tema.
  • Confianza en el entorno legal existente
    • Los usuarios también reclaman disponer de una regulación que tenga en cuenta estos intercambios entre personas y todo lo relativo al pago de impuestos si hay ánimo de lucro en estos intercambios. Este es un punto donde la administración debe avanzar para que todos los participantes tengan la mayor seguridad legal posible. Seguir en la situación actual de “alegalidad” o falta de reconocimiento de estas actividades no beneficia a nadie.

La reputación como nueva moneda y mecanismos de generación de confianza en las plataformas

La parte más importante de cualquier servicio de consumo colaborativo son los mecanismos de reputación y la capacidad de generar confianza entre desconocidos.

Esto es cierto tanto para servicios con ánimo de lucro (Airbnb), para servicios para compartir gastos (BlaBlaCar) como para servicios en base a favores (Couchsurfing). En este último caso es el más evidente: ya que no hay ningún pago por el servicio, la única moneda que funciona en el sistema y te permite ser alojado es tu reputación. Si pierdes tu reputación, aunque tengas dinero, nadie te alojará. En la próxima década el poder e influencia se van a trasladar de los poderosos y con dinero a quienes tengan la mejor reputación y la red más confiable. Para ir pensando en ello.

Rachel Botsman, autora del libro “What’s mine is yours” ha dicho «la reputación es la nueva moneda«. Aunque es cierto en gran medida hay que recordar que las monedas se gastan cuando compras algo pero la reputación no se consume o se gasta cuando las usas. La reputación se pierde de golpe, no puedes “medio confiar” en alguien.

Por todo ello, sin ser un camino de rosas, experimentarás que la mayoría de usuarios de las plataformas de consumo colaborativo se comportan de manera ejemplar e incluso van más allá de lo que se podría esperar con tal de conservar e incrementar su reputación en la plataforma. Este buen comportamiento hace que cuando empiezas a participar en el consumo colaborativo tu nivel de confianza en la población en general aumente.

BeTrustMan y “D.R.E.A.M.S”
Si quieres aprender más sobre los mecanismos de identificación digital y reputación digital para el consumo colaborativo te recomendamos el estudio de BlaBlaCar http://www.betrustman.com.

En este estudio llegaron a la conclusión que un perfil completo de usuario es capaz de generar un nivel de confianza superior al que genera aquel vecino con el que sólo te cruzas al ir a pasear el perro o bajar la basura. Es decir, si hay suficientes indicadores, podemos llegar confiar más en alguien a quien sólo conocemos por Internet que con un vecino.

BlaBlaCar definió el esquema “D.R.E.A.M.S.” con los elementos claves para generar esta confianza. Aunque no es perfecto es una muy buena herramienta.

DREAMS corresponde a las iniciales en inglés de

  • Declared. En el sentido de autodescribirse como usuario. Una mezcla de campos cerrados (listas o un rango numérico) y campos abiertos (de expresión libre) permiten crear un perfil rico.
  • Rated. Evaluado por parte de los otros usuarios en sus acciones en la plataforma. Esto es probablemente el detalle más relevante en el momento de generar confianza.
  • Engaged. Los usuarios más fieles y activos en la plataforma (en el caso de BlaBlaCar aquello que tienen el nivel de “Embajador”) generan mayor confianza. Activity. Que respondan de manera veloz. Aquí trabajar con aplicaciones para móviles proporciona mucha ventaja.
  • Activity. Que respondan de manera veloz. Aquí trabajar con aplicaciones para móviles proporciona mucha ventaja.
  • Moderated. La persona debe tener una identificación completa y verificada: e-mail verificado, número de teléfono validado, etc.
  • Social. Conexión con las grandes redes sociales e idealmente con contactos/amigos en común de primer o segundo grado.

Vale la pena recordar lo que dijo Fredéric Mazzella (co-fundador de BlaBlaCar): «ser capaces de generar confianza entre desconocidos cambia las reglas del juego en la sociedad«.

La reputación es contextual

Un detalle importante al hablar de la reputación es que ésta es contextual a una plataforma. Ser un buen conductor en BlaBlaCar no implica ser un buen anfitrión en Airbnb.

Las plataformas no comparten sus mecanismos de reputación por lo que cuando te has labrado una buena reputación personal en una plataforma te conviertes en un usuario cautivo de la misma. Si quieres empezar a usar otra plataforma diferente tendrás que construir el perfil desde cero.

Para «resolver» este problema ya han empezado a aparecer servicios que agregan tus diversas reputaciones en un único perfil y que te permiten generar un nivel de confianza más elevado cuando eres un usuario nuevo en una plataforma y no tienes aún ninguna referencia. La startup madrileña Traity está bien posicionada para ser un actor importante en este campo a nivel mundial.

Lo de confiar en desconocidos es siempre complicado y de hecho, la única manera de saber si puedes confiar en alguien es confiar y, de hecho, es lo que llevamos haciendo toda la vida!

1.3 – Conceptos clave (II): la comunidad

«El consumo colaborativo es una de las diez ideas que cambiarán el mundo»

Time Magazine (marzo 2011)

Una plataforma sin una comunidad no vale nada

A menudo la mejor manera de ver el valor de algo es ver qué ocurre si aquello desaparece de la ecuación.

¿Sirve de algo YouTube sin gente subiendo y gente visualizando esos vídeos? ¿Sirve de algo la Wikipedia sin los contribuidores y los editores de los contenidos? ¿Sirve de algo Twitter sin twitteros? … y en general sirven de algo las plataformas tecnológicas sin su comunidad de usuarios? Evidentemente no.

Lo mismo ocurre con cualquiera de las ideas de la economía colaborativa. Sin una comunidad activa, con confianza y que genere transacciones entre sus miembros la plataforma se convierte en algo totalmente inútil.

De hecho al lanzar una plataforma crear este germen inicial de usuarios (tanto gente que ofrezca como gente que consuma) configura el denominado problema del huevo y la gallina y es uno de los más complejos de resolver para un emprendedor. Hay que buscar un equilibrio entre ambos lados de la ecuación para que la plataforma o marketplace resulte útil a sus participantes.Muchas veces eso se consigue focalizándose en un nicho (tipo de producto, región geográfica, idioma, etc.) muy concreto.

¿Realmente hay comunidades alrededor de las plataformas colaborativas?

Hay una inercia a utilizar la palabra “comunidad” para referirse en general a los usuarios de una plataforma o marketplace, sin embargo, siendo certeros convendría ser justos y diferenciar entre:

  • Comunidades: es el máximo grado de empoderamiento de las personas, es cuando adquieren más roles, y participan también de aspectos críticos como la gestión, la gobernanza y la toma de decisiones.
  • Networks: Redes de personas que se interrelacionan, que comparten y donde se producen alianzas en función de intereses concretos.
  • Usuarios: Personas que se relacionan y que utilizan los servicios de una plataforma o marketplace.

Dar más roles al usuario, es complejo, lleva tiempo y se necesitan recursos. La tendencia y la intención, está en acercarse lo más posible a un modelo de comunidad, por el salto cualitativo que se da en cuanto a la involucración y a la experiencia de usuario dentro de estas plataformas que crean una verdadera comunidad.

Motivaciones de los aquellos que comparten

Las comunidades se generan alrededor de intereses y necesidades comunes que se articulan a través de las plataformas, pero si nos quedamos solo con este análisis superficial la comunidad es difícil que prospere. Debemos comprender mejor las principales motivaciones de los participantes en estas plataformas. Según varios estudios se pueden simplificar en:

1. Los beneficios racionales son lo que motivan de entrada a los usuarios. Los beneficios económicos (medidos en dinero y/o tiempo) son los que se perciben en primer lugar. Desde el punto de vista del consumidor se puede obtener ese bien/servicio a un precio bajo o gratuito y desde el punto de vista del productor (el usuario que ofrece el bien o servicio) se pueden generar ingresos extras llegan a 200-300 €/mes fácilmente. Esta parte de beneficios racionales también incluye la flexibilidad que aportan estos servicios y la oportunidad de acceder de manera puntual a bienes y servicios que uno no podría permitirse comprar.

2. Los beneficios emocionales se descubren mayoritariamente al usar los servicios de la economía colaborativa. Sentirse parte de una comunidad, o relacionarse directamente con otros iguales (pares), lo que denominamos la “experiencia humana”, es lo que realmente engancha y lo que hace que la gente repita. Los beneficios emocionales también incluye el sentimiento de ayuda mútua y el sentirse inteligente por consumir de una manera más racional y eficiente.

3. Las motivaciones de índole medioambiental, que entrarían dentro de la parte de beneficios racionales, siempre aparecen en último lugar. Es evidente de que si comparto el coche o intercambio la ropa estoy ayudando a conservar el medioambiente pero la mayor parte de la masa de usuarios no piensan mucho en ello cuando deciden compartir. Sin embargo se ha demostrado que es una motivación importante, para los pioners de los servicios de economía colaborativa.

Los roles de los usuarios en una comunidad

La cantidad y variedad de roles que otorgues a los miembros de tu comunidad determinan el tipo de proyecto que estás creando.

  • En un negocio lineal tradicional (un hotel, un supermercado, un banco, etc.) tu único rol es ser consumidor de aquello que la empresa oferta. En los “servicios” (Spotify o las bicicletas públicas en tu ciudad), aunque compartas el bien no se crea una comunidad real, es una red de usuarios. Tu único rol es suscribirte al servicio y pagar tu cuota mensual
  • Los “mercados”(marketplaces) son aquellos proyectos donde los participantes pueden adoptar mayoritariamente 2 únicos roles. Ser productor o ser consumidor del valor que se intercambia en la plataforma. Por ejemplo puedo ser conductor o puedo ser pasajero en BlaBlaCar. Un mismo usuario puede tener roles distintos en ocasiones distintas. Es el formato más habitual en la mayoría de proyectos de economía colaborativa actuales.
  • Si otorgamos mayor número de roles a los participantes de nuestro proyecto ya estaremos hablando de una “plataforma”. Los proyectos más interesantes son aquellos capaces de detectar las habilidades de su comunidad y que disponen de mecanismos simples y eficientes para poner esas habilidades al servicio del proyecto. Cuando los usuarios hacen tareas de marketing, tareas de ideación de productos, tareas de organizar eventos, de atención al cliente, etc. estaremos explotando a fondo las capacidades de nuestra comunidad.

Una de las tendencias más interesantes para dar más poder a la comunidad es el llamado “equity crowdfunding” (del que hablaremos en el módulo de finanzas). En este caso la comunidad se convierte en inversora en el propio proyecto y en algunos casos llega a formar parte activa de la toma de decisiones acerca del futuro del proyecto (modelos de gobernanza horizontal).

La clave es otorgar diferentes roles a las personas que conforman la comunidad, de tal modo que su contribución a la comunidad sea valorada y visibilizada. De este modo se va co-creando con la comunidad modelos de gobernanza horizontales y distribuidos, donde la comunidad es la que controla a sus individuos o proyecto que conforma el valor común de la comunidad.

Del “community manager” al “community gardener”

En el entorno de las redes sociales se habla del rol de “community manager”. En el entorno de la economía colaborativa preferimos hablar de los “community gardener”, los cuidadores del jardín que representa una comunidad.

Al igual que en un jardín hay que sembrar semillas de aquello que queremos que crezca, abonar la tierra y regar, a la vez que mantenemos a raya las malas hierbas que estropearian nuestro jardín.

Sin ser una lista completa os podéis hacer una idea acerca de la complejidad que representa el cuidado de una comunidad con la siguiente lista de actividades que hay que tener en cuenta:

  • Preservar los valores con los que se inició la comunidad.
  • Balancear los intereses económicos con los valores y la misión de la comunidad que son el fin real. El dinero debería ser un medio.
  • Alimentar el sentido de aportar continuamente valor a la comunidad y a las personas que la conforman.
  • Contar continuamente con las personas que forman la comunidad, hacerlas parte del proyecto continuamente. Sentir que el proyecto es suyo.
  • Gestionar bien y eficazmente las malas experiencias dentro de la comunidad.
  • Mantener una buena relación entre valor aportado e implicación.
  • Trabajar la escucha activa y los sistemas de evaluación entre los miembros.
  • Empoderamiento de las personas. Atención personalizada, convivencias con usuarios, dar reconocimiento a los usuarios más activos y comprometidos que ayudan a otros usuarios.

Las comunidades son uno de los temas más complejos dentro de la economía colaborativa y podría dar para un curso entero. Para aquellos que tengáis interés en profundizar os recomendamos el material extra de este tema.

1.4 – Cinco casos de éxito de consumo colaborativo

“El siglo XX fue definido por el hiperconsumo, el siglo XXI será definido por el consumo colaborativo”

Rachel Botsman

Las polémicas plataformas de economía colaborativa

La mayoría de empresas de consumo colaborativo operan bajo el paradigma de plataforma digital, donde el rol principal de la empresa es facilitar y simplificar el encuentro de la oferta y la demanda para que se produzca intercambios de algún tipo de valor (alojamiento, conocimiento, asiento en un coche, ropa, dinero, etc.). Muchas de las plataformas cobran un % sobre el precio del intercambio lo que les permite ser rentables si consiguen un elevado volumen de usuarios.

Como hemos visto antes las claves para que estos intercambios ocurran es la generación de confianza entre desconocidos y el empoderamiento real de la comunidad de usuarios. Cuando estas condiciones se cumplen las empresas pueden experimentar crecimientos exponenciales.

Con estos casos de éxito las iniciativas de consumo y economía colaborativa están demostrando que se pueden hacer las cosas de una manera más eficiente, más económica y en algunos casos más transparente.

Cinco casos de éxito en los orígenes de la economía colaborativa

Aunque volveremos a hablar de estos casos en los capítulos correspondientes os hemos preparado una lista con cinco grandes casos de éxito del consumo colaborativo. Os ayudarán a comprender la magnitud actual del consumo colaborativo y la velocidad a la que crecen.

  1. Airbnb (alojamiento)
  2. BlaBlaCar (movilidad)
  3. Wallapop (segunda mano – generalista)
  4. SocialCar (alquiler de vehículos)
  5. Chicfy (segunda mano – ropa)

1) Airbnb
Lo que comenzó en 2007 en San Francisco como el alquiler de unos colchones de aire para alojar a invitados (con el fin de que los fundadores pudieran pagar la mensualidad), es en la actualidad la mayor oferta de alojamientos del mundo: Airbnb.

Airbnb se autodefine una comunidad donde la gente publica (anfitriones), descubre y reserva (viajeros) alojamientos únicos en todo el mundo. Presente en 34000 ciudades de más de 190 países, permite alojarse en una habitación sencilla, un apartamento entero, o incluso hasta en un barco o un castillo, la oferta espacios donde disfrutar de una experiencia original es muy amplia.

En 2015 Airbnb hospeda a más de 1 millón de viajeros al mes y tiene una valoración económica de más de 13000 millones de dólares. Ha recibido desde sus inicios una inversión de 700M de dólares.

2) BlaBlaCar
El caso de Blablacar el referente de la economía colaborativa más conocido en España. BlaBlaCar, de origen francés, fue una de las empresas pioneras en el sector de movilidad colaborativa y lo que propone es un modelo de compartir gastos en un trayecto hecho con un vehículo privado y donde hay asientos vacíos. Los precios se establecen para que no haya ánimo de lucro por parte del conductor.

Hoy Blablacar (especialmente tras la compra de Carpooling.com), es la mayor plataforma colaborativa que facilita el compartir los gastos de un viaje en coche entre desconocidos. Más de 20 millones de usuarios registrados y más de 3 millones de viajeros cada mes.

A mitades de 2014 recibió más de 100 millones de dólares de inversión para expandirse a Europa del Este, India, México (donde ya funciona) y en algunos otros países de América Latina a los que llegará a lo largo de 2015.

Tras Francia, España es uno de los países con más actividad para BlaBlaCar y ha sido el segundo donde han introducido el sistema de reservas y pagos a través de la plataforma.

3) Wallapop
Con la crisis económica, muchas personas han encontrado en el comercio de segunda mano una gran oportunidad y es un sector en rápido crecimiento en España.

La startup de Barcelona Wallapop, con su aplicación móvil de compra/venta y trueque de objetos ha revolucionado el sector. La aplicación permite a los usuarios comprar y vender artículos de segunda mano y encontrar oportunidades sin intermediarios, directamente de usuario a usuario. Los usuarios tienen entre los 18 y 40 años y gastan unos 200 euros de media.

En 2015, la marca cuenta con más 7 millones de descargas (España, Reino Unido, Francia, México y Estados Unidos), 15 millones de referencias de productos en catálogo y un volumen diario de 4.000.000 de euros en transacciones entre usuarios.

La aplicación se ha mantenido en el Top 10 del ranking de aplicaciones más descargadas para iOS y Android desde su llegada al mercado tanto en la categoría de Lifestyle (App Store), como Shopping (Google Play).

4) SocialCar
SocialCar fue una de las empresas de consumo colaborativo en España en 2011 ofreciendo el alquiler de coches entre particulares, un concepto desconocido hasta el momento.

Los inicios no fueron nada fáciles ya que requirió negociar un seguro especial (para un conductor universal) y así poder hacer los alquileres con las máximas garantías. Los usuarios tenían que cambiar de aseguradora y ello representaba una barrera de entrada importante. Aún con todo, como los usuarios pueden ganar entre 200-300€/mes alquilando su propio vehículo, varios miles de propietarios se animaron.

Tras la experiencia acumulada, ya en 2014, SocialCar consiguió una modalidad de seguro por días mucho más simple de contratar y que ha permitido la explosión de su oferta de vehículos. A mitades de 2015 cuenta con 40.000 usuarios y ha recibido una inversión de 800.000€ para su expansión internacional.

5) Chicfy
¿Cuántas prendas de ropa y complementos mantenemos guardados en los armarios sin uso alguno? Estamos ante otro gran recurso infrautilizado que se acumula en nuestras vidas, en este caso en el fondo de los armarios.

Chicfy, es un marketplace de origen Granadino donde las mujeres pueden vender la ropa que yo no usan y/o comprarla a otras mujeres.

La startup Chicfy es otro ejemplo de éxito, especialmente por su rápido crecimiento con el mínimo coste, pasando de una idea a un proyecto en crecimiento sin tener ninguna ronda de inversión. Su truco fue focalizarse solo en un objetivo, conseguir un crecimiento de usuarios activos. En solo 7 meses, con una inversión total de menos de 5000 euros lo lograron, pensando en una estrategia que se basaba en colaborar con bloggers del mundo de la moda. De este modo consiguieron una fuerte tracción para activar la plataforma web.

En 2015 añaden más de 3000 prendas al día y acumulan un stock superior a los 50 millones de euros distribuido en los armarios de la comunidad. Cada usuaria, de media, consigue unos 750 euros mensuales a partir de sus ventas dando salida a decenas de prendas que no utilizaba. Estos números hicieron que Chify recibiera una inversión de 360.000€ en 2014.

Una vez repasada la velocidad y la escala que está alcanzando el consumo colaborativo, veremos su aplicación en sectores como el turismo, la movilidad, las finanzas, etc. a lo largo de los próximos módulos. Como ya habrás intuido todo ello también supone una gran oportunidad a la par que plantea importantes retos para la sociedad (¿cómo encajar estas nuevas prácticas?). Esto lo reservamos para el último módulo.

Módulo 2: Ocio y movilidad colaborativa

¿Dejarías que un extraño durmiera en tu casa? ¿Y le prestarías tu coche? Probablemente la mayoría de la gente respondería que no, pero…. ¿Y si en lugar de un extraño fuera un familiar? ¿Y un amigo? En definitiva, ¿y si fuera alguien en quien pudieras confiar? Hablemos del ocio y la movilidad colaborativa.

2.1 – Turismo colaborativo. Alojamiento

Un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), indica que el 47.6% de los españoles no pueden irse de vacaciones más allá de una semana al año. Ante esta situación el viajero de hoy busca otros modos de viajar que le permiten economizar. Una de las opciones que está creciendo con mayor fuerza es el turismo colaborativo.

Esta nueva fórmula de hacer turismo se basa en compartir e intercambiar desplazamientos, alojamientos, comidas y actividades de ocio de la mano de las personas locales del lugar de destino. Además del posible ahorro estas fórmulas permiten vivir experiencias más humanas  y auténticas que, que hacen que cada viaje sea diferente y único y que ayudan a romper con el modelo del turismo de masas.

Todo viaje incluye alojamiento, transporte, alimentación y actividades. Éstos son los focos de los diversos temas de este módulo.

¡Bienvenido al turismo colaborativo!

Alojamiento gratuito

Con el turismo colaborativo cada vez puedes encontrar más opciones de alojamiento gratuito. ¡Seguro que esta idea te ha gustado!  A continuación destacamos algunas de las opciones más representativas:

Couchsurfing, la mayor plataforma gratuita de alojamiento contando con más de 7 millones de personas en más de 100.000 ciudades de todo el mundo. Es una plataforma web que te facilita ser alojado en casa de desconocidos de manera totalmente gratuita a cambio simplemente de ser un buen huésped que comparte su cultura o simplemente una buena conversación. También existe la opción de que si una persona no puede alojarte pueda siempre ayudarte a conocer mejor el lugar y su cultura o también participar en grupos locales donde se generan actividades de todo tipo.

Te preguntarás,¿porqué alguien que no conozco va a hospedarme en su casa o va a tomar un café conmigo como si fuera un amigo o un familiar? La mejor forma de entenderlo, es probándolo. Si tienes pensado próximamente viajar a una ciudad de cualquier parte del mundo, esta podría ser tu oportunidad.

Si en el caso de Couchsurfing, el alojamiento gratuito se realiza fundamentalmente en ciudades, en el segundo ejemplo que te proponemos, el alojamiento se realiza en zonas rurales de cualquier parte del mundo. Estamos hablando de la modalidad de alojamiento gratuito llamada “wwoofing” mediante el uso de la plataforma WWOOF. Esta te permite alojarte gratuitamente en pueblos, ecoaldeas o simplemente en granjas en mitad de la naturaleza a cambio de trabajar como voluntario ó también llamado “wwoofer”. Las tareas a realizar como voluntario consisten  fundamentalmente en trabajos en huertas, cuidado de animales, bioconstrucción, producción de alimentos, etc.  En este caso la experiencia de ser alojado, es compartida a la vez con más personas, pues habitualmente convives con más voluntarios de distintas partes del mundo compartiendo un mismo hogar y unas mismas tareas de trabajo en el campo. Sin duda una forma de conocer el mundo y a la vez desconectar de la vida en las ciudades.

Una tercera  opción de alojamiento gratuito o casi gratuito (pues en ocasiones hay que pagar una tasa anual que oscila entre 15 y 60 euros) es el “HouseSitting”. El propietario estará fuera de su casa durante un periodo durante el cual podrás estar alojado en su casa de manera gratuita a cambio de cuidarla y mantenerla en perfecto estado hasta su regreso. De este modo te conviertes en un “HouseSitter”. Hay que tener en cuenta la gran responsabilidad que asumes como cuidador de la casa y de las mascotas del propietario. Este modelo de alojamiento es poco conocido en España pero muy popular en el mundo anglosajón con portales como http://ultimatehousesittingguide.com/

En esta misma categoría alojamiento gratuito hay que incluir proyectos como, HelpX o Workaway que ofrecen alojamiento y manutención a cambio de trabajo en la granja, hostel, proyecto, etc.

Intercambio de casas

Te has preguntado alguna vez, ¿Para qué comprar o alquilar una segunda residencia para las vacaciones de verano con tu familia, si gracias al intercambio de casas puedes tener acceso a miles de ellas en todo el mundo? ¿Te imaginas disfrutar de tus vacaciones junto a tu familia cada año en un lugar diferente? Te explicamos cómo.

Habitualmente el uso de una segunda vivienda propia o alquilada para las vacaciones de verano suele suponer más de la mitad del presupuesto de las vacaciones. Mediante una plataforma colaborativa que te dará acceso a miles de casas diferentes en todo el mundo todo este gasto puede reducirse a un intercambio gratuito de casa entre particulares y a una simple cuota anual o una pequeña cuota por día de vacaciones.

En el intercambio de casas nunca hay dinero de por medio, solo existe la confianza que genera un acuerdo voluntario entre particulares para cederse mutua, temporal y, en la mayoría de ocasiones, simultáneamente sus viviendas. Es frecuente que el intercambio incluya también el coche. Pero no solo se intercambia una casa por otra casa, en ocasiones se intercambian una casa por un barco o una autocaravana. La idea principal es disfrutar las vacaciones en un lugar diferente con una experiencia diferente del modo más económico. Con este acuerdo de confianza se crea un vínculo especial entre los participantes que, sin ser obligatorio, a menudo comparten una comida o una copa antes de intercambiar las llaves y se dejan regalos de bienvenida.

El perfil de los intercambiadores de casas es el de una persona de 35 años de edad, clase media o media-alta, con estudios superiores, con trabajo y profesiones liberales. Para las familias con niños la comodidad de estar en una casa de verdad no tiene precio, el algo muy diferente a estar en un hotel.

En la actualidad hay una gran cantidad de plataformas que facilitan el intercambio de casas entre particulares. Hemos seleccionado unos cuantos ejemplos representativos.

  • Empezamos con la mayor plataforma de IntercambioCasas que te da acceso a 50.000 casas distribuidas por el mundo por una cuota anual de unos 95€.  
  • Otros ejemplos desarrollados más recientemente son MyTwinPlace, una plataforma que te permite acceder a miles de casas con un registro gratis, y solo cobrando una pequeña cuota por día de vacaciones de 9.99€ que incluye un seguro cuando exista un intercambio acordado.
  • Otra interesante plataforma es Trampolinn, la cual introduce un modelo de puntos de intercambio que genera mayor flexibilidad de opciones.
  • Por último la plataforma Knok una red global de intercambio de casas especialmente enfocada para familias con niños. Un ejemplo que proponen es que una familia formada por dos adultos y dos niños, para un viaje a parís, puede ahorrar más de un 90% de dinero usando un intercambio antes que un alojamiento en un hotel.

Alojamiento mediante pago

Otra opción de alojamiento colaborativo es ser alojado en casa de un ciudadano local en tu destino pero, en esta ocasión,a cambio de un precio a modo de un alquiler por días.

Las ventajas son evidentes. A menudo este precio es inferior al precio de alojarte en un hotel y además te encontrarás como en casa, donde el anfitrión te facilitará tu estancia y te ayudará a descubrir la ciudad de un modo más auténtico, dejando de lado el turismo de masas, conociendo de primera mano la cultura local.

La plataforma Airbnb es la líder indiscutible en este tipo alojamiento. Para la estancia se paga un precio por noche y la plataforma se queda una comisión del 6-12% por parte del turista y el 3% por parte del anfitrión.https://player.vimeo.com/video/144555371?byline=0&portrait=0

Airbnb ha revolucionado el modelo del alojamiento turístico por varios motivos:

  • La tecnología tanto móvil como web, que con su buen diseño y usabilidad te permite en muy poco tiempo ( en tan solo 3 clicks) reservar tu alojamiento.
  • El desarrollo de herramientas que potencian la confianza entre las personas y su comunicación.
  • La cantidad, variedad y calidad de espacios donde alojarte que va desde un piso o habitación de un particular hasta un castillo, pasando por un vagón de tren, un iglú, una yurta mongoliana, una casa en un árbol, un barco o un faro entre otros.
  • La profesionalidad de la plataforma en la atención al cliente tanto al viajero como al anfitrión.

Airbnb a través de su plataforma colaborativa, en solo 6 años ha conseguido más de 650.000 espacios (que generan más de 1 millón de anuncios) en más de 34.000 ciudades en casi todos los países del mundo. Este volumen de oferta es similar al ofrecido por las mayores cadenas hoteleras internacionales (Intercontinental, Marriot, etc.) que han necesitado entre 60 y 100 años para conseguirlo.  Una demostración de la capacidad de agregación y la eficiencia que presentan las plataformas de consumo colaborativo que operan a escala global.

Presencia de Airbnb en el mundo a mitades de 2015

El turismo representa en España casi un 12% del PIB y mediante plataformas de turismo colaborativo como Airbnb se puede conseguir que estos ingresos lleguen a los bolsillos de muchos particulares a la vez se contribuye a dinamizar el comercio local. España es el tercer destino más importante de Airbnb (tras Estados Unidos y Francia) y Barcelona es la cuarta ciudad del mundo con una oferta de más de 11.000 espacios.

Más allá de Airbnb es posible encontrar muchas iniciativas que ofrecen su propia variante como son  Bedycasa,9flats,Wimdu,Roomorama,Flipkey,Homeaway, y otras más que irán llegando para especializarse en un grupo particular de viajeros.

Todas estas grandes cifras reflejan la transformación del sector turismo, y el claro posicionamiento de un nuevo modo de hacer turismo, más colaborativo y entre personas.

Airbnb genera un ecosistema de servicios a su alrededor

Airbnb ha adquirido tal escala que se están generan servicios externos entorno a la actividad de estas plataformas colaborativas. Algunos ejemplos:

  • canistaywithyouwhileirentmyplaceonairbnb, para quedarte en casa de otra persona cuando alquilas tu piso en Airbnb.
  • Huntbnb, para saber si tu piso está listado, sin permiso, en Airbnb).
  • BeyondPricing para ajustar el precio de tu oferta de Airbnb de manera automática.
  • Otalo, un metabuscador de alojamientos que te permite buscar a la vez entre varias plataformas. Lo mismo que ocurrió en su día con los buscadores de vuelos.

Polémicas con el turismo colaborativo

Por un lado el sector hotelero tradicional se siente amenazado por el cambio de perfil del turista que está buscando otras formas de alojarse. En la gran mayoría de casos el sector tradicional, lejos de entender y adaptarse a este cambio, intenta presionar a los gobiernos para que se prohíba bajo la premisa de ser una competencia desleal, de no disponer de las licencias adecuadas y de poca transparencia en el pago de impuestos cuando hay un lucro.

También hay oposición por parte de algunos colectivos ciudadanos debido a las molestias en la convivencia y la gentrificación que se pueda estar generando en zonas de alta concentración turística.

Otro punto de vista es cuando este tipo de alojamientos han permitido no construir nuevas infraestructuras (hoteles) para grandes eventos como el Mundial de Fútbol (2014) y los futuros Juegos Olímpicos en Río de Janeiro. El ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con Airbnb, ha pedido a los cariocas que abran sus casas y ganen algo de dinero.

Con todas estas polémicas hay ciudades y regiones que apoyan a estas nuevas formas de alojamiento (Amsterdam, Londres,Hamburgo, Seúl, etc.) y otras donde las administraciones están cooperando menos (Nueva York, Barcelona, Madrid por ejemplo).

Situación de la regulación de apartamentos turísticos en España en mayo 2015

Es importante destacar que también dentro del sector tradicional de los hoteles comienza a haber movimientos hacia la creación de nuevos modelos de alojamiento que mezclan los servicios del hotel con el alojamiento en casa de particulares, este es el caso del proyecto Bemate, fruto de la compra de la startup Alterkeys (el airbnb español) por parte de la cadena hotelera Room Mate. De este modo la cadena hotelera quiere competir con en este nuevo espacio.

La cadena Hotusa ha creado un fondo (HotusaVentures) para poder invertir en startups que innoven en el sector turístico, otro paso en la buena dirección.

El sector del turismo colaborativo va a seguir reinventándose, el gran reto es conseguir que el sector pueda regularse con unas condiciones lo suficientemente flexibles para facilitar la adaptación a los cambios y a la vez conservando la autenticidad de un turismo generado entre particulares, apostando por una economía directa entre personas.

2.2 – Turismo de experiencias

Los viajes que siempre recordarás. Turismo de experiencias.

 Es momento de ver qué podemos hacer allí donde hemos viajado, es decir vivir las experiencias locales, descubrir de la mano de personas locales la verdadera realidad, esa que se sale de los circuitos turísticos programados por agencias de viaje u hoteles.Vivir la gastronomía del lugar comiendo en casa de particulares.

Mucha gente que hace turismo pierde la oportunidad de conocer la gastronomía local de allí a donde viaja. Muchos turistas acaban alimentándose en restaurantes turísticos de bajo coste (con una calidad y experiencia no siempre positiva) o bien en cadenas de comida rápida.

¿Qué te parecería comer algo realmente auténtico? ¿Te imaginas comer en casa de una persona local que quiere compartir contigo su casa y su plato preferido? Sentirte en casa, acogido por una familia que abre sus puertas para compartir contigo la mesa en lo que sin duda se convierte en toda una experiencia que recordar.  Además habitualmente se comparte la mesa no solo con la familia sino con más invitados que pueden ser viajeros o  personas locales, creándose un ambiente muy interesante, donde generar nuevos amigos viajeros y locales.

Para facilitar este tipo de encuentros están surgiendo plataformas colaborativas que ponen en contacto a viajeros con particulares que organizan comidas y cenas, de pago, en sus propias casas. El sistema se podría simplificar como un “Airbnb para comidas”.

Un particular anuncia algún tipo de experiencia gastronómica o encuentro culinario en su domicilio, fija un precio que oscila entre los 20 y los 60 euros, y el portal cierra la venta online añadiendo una comisión que suele oscilar entre el 10% y el 15%. Como viajero tienes un buscador por ciudad y fecha. Podrás leer todos los detalles de la casa, los cocineros y la comida (incluyendo comentarios de anteriores comensales) en el perfil de la oferta para poder decidirte. Aunque el foco de estos servicios es la gastronomía el cocinero no sólo tiene que preparar la comida; deberá ejercer de buen anfitrión y dar conversación a sus invitados, explicar sus recetas, darles trucos sobre la ciudad, etc.

Destacamos el caso de EatWith, que esta siendo el proyecto que más se está expandiendo y creciendo en oportunidades de experiencias gastronómicas. Aunque Eatwith empezó en TelAviv (Israel), la actual ciudad del mundo con mayor actividad de la plataforma es Barcelona dónde durante su primer año se organizaron más de 1.000 cenas. Los anfitriones son una mezcla de gente local apasionada por la cocina y extranjeros residentes en la ciudad que ofrecen saborear la cocina de sus países.

Tras esta deliciosa comida, ¿qué te parece seguir descubriendo nuevas experiencias ofrecidas por particulares? ¡Sigamos con nuestro viaje colaborativo hay mucho por descubrir!Vivir el arte y la cultura acompañados de personas locales

La mejor inmersión en la cultura, costumbres y actividades interesantes del lugar a donde viajas es a través de las propias personas que viven allí y que pueden ser guías locales acerca de sus pasiones.

Existen varias plataformas colaborativas que facilitan la conexión entre viajeros y guías locales quienes comparten propuestas variadas de experiencias únicas para los viajeros: desde rutas gastronómicas, culturales y deportivas hasta recorridos de compras, tours fotográficos o talleres para aprender a hacer artesanías, entre otras. Por cada experiencia reservada, el guía deberá abonar una comisión a la plataforma, alrededor del 15% habitualmente.

Desde 2010, a nivel internacional Vayable es la plataforma de referencia. Actualmente ofrece más de 10.000 experiencias de viaje en más de 840 ciudades, incluyendo algunos destinos españoles como Barcelona o Madrid. Vayable también ofrece un interesante servicio llamado “Insiders” donde una persona local te ayuda a organizar todos tus días en el destino para la compra de entradas, desplazamientos locales, consejos personalizados, etc

 En España contamos con varias plataformas similares como son Trip4Real o Sherpandipity. Ambas se fundaron en el año 2013, Trip4Real se fundó en Barcelona mientras que Sherpandipity se fundó en Madrid. Entre las dos plataformas se ofertan miles de actividades por toda  España, pero principalmente en las ciudades de Barcelona, Madrid, Sevilla y Valencia. En el caso de Trip4Real en 2015 ha iniciado su expansión internacional en diversas ciudades europeas.

Con el lanzamiento de estas plataformas muchas personas que ejercen como guías oficiales se sintieron amenazados. Con el paso del tiempo esa amenaza se ha transformado en una oportunidad ya que estos guías oficiales usan también estas plataformas herramienta para ofrecer, gestionar y monetizar sus actividades.

Recientemente se ha creado la  plataforma FunTrip4all (aun en fase de desarrollo). Ésta consiste en una plataforma de experiencias que conecta a personas con o sin necesidades especiales con guías locales que puedan ofrecerles una experiencia de viaje adaptada a sus necesidades. Es importante matizar la amplitud del concepto de necesidades especiales. No hay que confundir necesidades especiales con discapacidades, dado que hay personas con necesidades especiales que no tienen discapacidades, como por ejemplo personas jubiladas, una persona que va temporalmente con muletas, etc. También se quiere impulsar la figura del guía que con alguna discapacidad pueda empoderarse y tomar ese rol. Quien mejor que una persona con esa misma necesidad (ir en silla de ruedas) para guiar a otras personas con la misma necesidad.

Ahora que conoces estas iniciativas que te ayudarán a disfrutar de un viaje más auténtico, estoy seguro que preferirás llevarte contigo más experiencias locales y menos souvenirs, pues al final las cosas más importantes en esta vida, no son cosas.

¡Disfruta de las experiencias más locales y auténticas en tu próximo viaje!

2.3 – Movilidad colaborativa para turismo

La movilidad colaborativa para turistas

Para cerrar el círculo del turismo colaborativo tenemos que ver cómo llegar al destino (coche o tren principalmente) y cómo nos movemos dentro de las ciudades de manera colaborativa (más allá del transporte público tradicional).

Este es un tema muy importante ya que probablemente tu primera experiencia con la economía colaborativa sea precisamente con la movilidad colaborativa. No pierdas detalle.

Compartir trayectos en coche

¿Cuántas veces has compartido un coche con tu familia o con tus amigos para ir al campo, a la montaña o la playa? Estoy seguro de que han sido muchas veces las que has compartido un trayecto con personas cercanas y con quien tienes confianza.

¿Qué pasaría si tuvieras la oportunidad de viajar cuando y donde quieras compartiendo los gastos del viaje en coche con personas a las que no conocías de antes y hacerlo con un nivel de confianza suficiente? Es justo lo que te proponen empresas como BlaBlaCar (“Conectamos Conductores con Pasajeros para compartir coche”) o Amovens.es (“Encuentra compañeros para compartir coche”).

Estas empresas han creado unas plataformas con un simple buscador donde:

  • Por un lado hay conductores que comparten las plazas de su coche para  hacer un trayecto hacia un lugar determinado en un día establecido y así poder compartir los gastos.
  • Por otro lado están las personas que buscan una plaza en un coche para hacer un trayecto.
  • Cuando la oferta de una persona encaja con la demanda de un pasajero se produce un acuerdo entre ambas partes a través de la plataforma.

Todas estas plataformas tienen herramientas para generar la suficiente confianza entre desconocidos como para tomar una decisión segura: cada persona  tiene un perfil  con su vehículo y su identidad digital verificada, fotos de las persona, valoraciones cruzadas entre conductores y pasajeros, conexiones con las redes sociales, amigos en común, intereses y aficiones personales, etc. La suma de todas estas herramientas e indicadores sirve para crear la reputación personal que genera confianza suficiente en el resto de usuarios.

Algunas plataformas ofrecen la fórmula de “sólo para mujeres” para aumentar el nivel de confianza entre las usuarias.

Actualmente el uso de estos servicios de movilidad compartida se ha popularizado y extendido en muchos países. En Europa hablamos de más de 3 millones largos de trayectos  compartidos al mes entre personas desconocidas. En España las rutas más fáciles donde encontrar un coche compartido son por ejemplo Madrid-Valencia con un precio medio de 18€, Madrid-Barcelona (26€) y Barcelona-Valencia(16€).

Es importante tener en cuenta que estas plataformas, en sus términos y condiciones de uso, especifican que sólo se pueden compartir gastos sin generar un lucro para el conductor. Hay un precio sugerido por el sistema de la plataforma (que se puede subir/bajar un poco) pero en todo caso el propio mercado o comunidad ajusta el precio. Si subes mucho el precio pensando en  ganar dinero quedarás fuera del mercado comparado con los otros conductores que ofrecen la misma ruta.

Algunas de las plataformas han establecido desde 2014 el pago a través de la web con el fin de reducir los plantones, aumentando el compromiso de los usuarios con su decisión acordada con el pago. Blablacar, una de las plataformas que ha introducido el pago a través de la web, confirma que se ha reducido el número de plantones de un 40% a un sólo 4%. Al realizar el pago vía web, la plataforma cobra una comisión del 10% sobre el pasajero, de este modo cubren los gastos de la gestión y el desarrollo y mejora de la plataforma.

Compartir un trayecto tiene muchos beneficios, como son el ahorro de dinero para todos los compañeros de viaje, la generación de nuevas relaciones sociales y la disminución muy significativa de las emisiones de CO2.

En definitiva hacemos un uso más eficiente del coche. Cada día en España hay 100 millones de asientos vacíos, ¿te imaginas el impacto que tendría sobre la carretera si utilizaramos gran parte de esos asientos? Sin duda habría menos coches en la carretera, mejorando la circulación y además reduciendo la contaminación.

Movilidad colaborativa dentro de la ciudad

Como turista es habitual que no tengamos un vehículo propio en el destino por lo que acabaremos usando el transporte público tradicional y los taxis. Veamos algunas novedades que nos ofrece la mentalidad colaborativa.

Sistemas de bicicleta compartida

Cada vez son más las ciudades de Europa que se suman a la creación de redes de movilidad urbana en bicicleta. Estos proyectos surgen de iniciativas públicas o público-privadas con el fin de generar otro modelo de transporte alternativo, más ecológico y más atractivo, ya sea para hacer turismo o también para su uso habitual por parte de los residentes. El sector de sistemas públicos de bicicleta compartida están siendo los medios de transporte urbano que más están creciendo en la última década.

A nivel Europeo destacan:

  • En Londres el sistema de bicicletas “Barclays“ donde el ayuntamiento Londinense con el apoyo del Banco Barclays han impulsado un sistema de 8000 bicicletas compartidas y más de 570 puntos de estacionamiento con una distancia media de 400 metros entre cada parking de bicicletas.
  • En París se cuenta con la red de bicicletas Velib, con más de 18000 bicicletas y más de 1200 puntos de estacionamiento, de este modo la ciudad más visitada por turistas, te permite con facilidad conocer toda la ciudad sobre dos ruedas.
  • Otros casos destacados de Europa, son Call a Bike en Alemania un sistema de redes de bicicletas distribuida entre varias ciudades como Munich, Colonia o Hamburgo ofreciendo más de 100 puntos de estacionamiento que van a seguir aumentando en los próximos años en el centro de la ciudad y alrededores.
  • Amsterdam, la ciudad con más bicicletas por habitante, cuenta además con un sistema llamado Ov-Fiets que te permite a través de una tarjeta alquilar bicicleta y viajar en transporte público o solo con bicicleta. Cuenta con más de 240 puntos de estacionamiento, situados próximos a estaciones o paradas de transporte público.
  • Por último en Niza, existe el sistema Bicicleta Azul con más de 175 puntos de estacionamiento de bicicletas distribuidos por toda la ciudad.

En varias ciudades de España, contamos también con sistemas de bicicleta compartida reconocidos a nivel internacional

  • En Barcelona desde el 2007 se cuenta con el proyecto “Bicing“ que facilita más de 6000 bicicletas con un coste de abono anual de 50€ que incluye un seguro de accidentes. No está permitido el uso por parte de los turistas en este caso.
  • En el resto de España destacan también otros sistemas como el Sevici de Sevilla, Valenbisi de Valencia, Bizi de Zaragoza, o el reciente BiciMAD en Madrid.

No tienes excusa para no usar los sistemas de bicicletas compartida en las ciudades que visites (o en la que vivas).

Compartir taxi

A menos que viajes con un grupo de amigos cuando usas un taxi estarás sólo ¿te importaría compartirlo si puedes rebajar el coste, no tienes que desviarte demasiado de tu ruta y compartes tus emisiones de CO2? Para eso se están desarrollando simples aplicaciones para smartphones.

Este tipo de servicios funciona principalmente para trayectos de gran demanda como son los que tienen como origen o destino el aeropuerto (es el nicho que mejor funciona), grandes eventos de música, deportes, ferias, etc.

En España el pionero y principal referente es JoinUpTaxi. Más allá del servicio en la ciudad JoinUp también trabaja con polígonos industriales que concentran muchos trabajadores de empresas diferentes que en un momento determinado pueden compartir un viaje al aeropuerto o al centro de la ciudad.

Los ciudadanos te llevan con su coche

Esta es la versión más polémica de movilidad colaborativa y mucha gente considera que no debería catalogarse como tal. Aquí nos limitamos a presentar los hechos para que puedas formar tu propia opinión.

La multinacional norteamerica Uber ha generado gran controversia en España desde que comenzó a operar a principios de 2014 con el servicio UberPOP en Barcelona. Según define la propia empresa los conductores de UberPOP son ciudadanos locales dispuestos a compartir su propio coche durante un viaje proporcionando transporte a otros ciudadanos, por lo que están ofreciendo un servicio comparable al de un taxi tradicional pero sin las licencias ni el tipo de seguro que se exigen habitualmente para el vehículo y el conductor. La aplicación de Uber facilita todo el proceso de encuentro de la oferta/demanda para estos trayectos urbanos. Como era previsible todo ello ha generado una fuerte oposición por parte del sector del taxi. Esta misma situación se está repitiendo en muchas de las ciudades del mundo donde Uber está operando.

Desde la Comunidad Europea dicen que este tipo de servicios no deberían prohibirse, aunque sí que piden que se añadan ciertas mejoras a nivel de pago de impuestos y seguros para los conductores y los pasajeros. Los gobiernos nacionales bajo la presión del sector del taxi tienden hacia la postura más beligerante llegando incluso a la prohibición cautelar de la aplicación de Uber hasta encontrar una regulación adecuada. El estado de California en Estados Unidos ha sido el pionero en buscar un encaje regulatorio para este nuevo tipo de operadores a los que ha llamado TNCs (Transport Network Companies)

La situación evoluciona muy rápidamente y lo mejor es leer las últimas notícias en la prensa y blogs especializados.

Otras las plataformas que ofrecen un servicio similar a UberPOP, aunque no operan en España, son Lyft.me (principal competidor de Uber), SideCar o Djump.in. En algunos casos estos servicios facilitan ademas compartir el trayecto con otros usuarios Uber lo llama UberPool y Lyft lo llama Line.

Compartir mesa en el tren

La movilidad colaborativa también ha llegado al mundo del tren de media y larga distancia. Sin ir más lejos en España:

  • Tenemos plataformas para buscar compañeros de viaje con quienes compartir la “tarifa mesa” promocional en los trenes de Alta Velocidad (AVE). Al realizar una compra colectiva para acceder a esta tarifa entre varias personas podemos ahorrar significativamente en nuestro billete de tren, hasta un 60% de descuento.
  • También es posible revender billetes que no vas a usar y recuperar parte de su coste original. Funcionan muy bien para trayecto que decides realizar en el último minuto

Es un sector con mucha oferta de plataformas: ComparteTren, TrenHub, Truecalia, la app Compartir Tren Mesa AVE entre otras, páginas o grupos privados de Facebook o incluso gente que se coordina simplemente por Whatsapp.


Creemos que es un sector con mucho potencial y en el que veremos fusiones entre algunas de estas plataformas para poder crear un mercado más dinámico y con mayor volumen de oferta.

2.4 – ¿Realmente necesitas comprarte un coche?

Los jóvenes prefieren tener un móvil que tener un coche

Para los jóvenes del siglo XX, adquirir un coche suponía todo un rito para iniciar la vida adulta. En cuanto a las familias tener un vehículo o varios, suponía un símbolo de alto status y buena vida.

En el siglo XXI todo este concepto sobre el coche ha comenzado a cambiar. Ahora para las nuevas generaciones, el símbolo de libertad no está en un coche, sino en los dispositivos tecnológicos, como los smartphones, tablets o laptops.  

Según una encuesta desarrollada en Madrid 6 de cada 10 jóvenes entre los 18 y 25 años, opinan que prefieren el móvil/tablet al coche. Otro dato interesante es que durante los últimos 30 años, dentro de la población comprendida entre los 18 y 24 años, ha ido descendiendo el porcentaje de jóvenes con carnet de conducir, pasando del 20% al 8%.

La decisión de no tener un coche resulta evidente cuando se conoce el coste de tener un coche en propiedad y conducirlo de manera moderada: entre 5.000-7.000 €/año cuando se incluye la depreciación del vehículo, seguro, reparaciones, etc.

Los jóvenes lo tienen claro. Tener un coche es una carga y un gasto innecesario, prefieren gastar el dinero en otras cosas. Lo que realmente quieren es desplazarse

¿Qué alternativas existen para movernos si no queremos tener un coche en propiedad?

Carsharing o coche compartido

Es posible que ya hayas escuchado alguna vez el término anglosajón “carsharing“. Este concepto lo empleamos cuando hablamos de empresas que gestionan una flota de coches (gasolina en su mayoría, con híbridos y eléctricos en algunos casos) que se pueden alquilar por horas de manera muy ágil (mediante un aplicación o un sitio web).

Las empresas de carsharing ubican los coches en parkings subterráneos en el centro de las ciudades. En la mayoría de casos hay que recoger y devolver el coche en el mismo parking. Con estos servicios de carsharing solo pagas por el uso del coche, que incluye carburante y seguro. Este sistema de movilidad es útil tanto para particulares como para empresas que en momentos puntuales necesitan un desplazamiento corto dentro de la ciudad o para recorridos de media distancia.

Un coche de carsharing quita de la circulación entre 15 y 20 coches privados. Esto implica un impacto positivo desde el punto de vista medioambiental por la reducción de emisiones y también un impacto social positivo, dado que las calles con menos coches se vuelven más seguras y transitables. Por si eso fuera poco los usuarios de carsharing son personas más conscientes del uso del coche y reducen el número de kilómetros en coche e incrementan el uso del transporte público.

En España existen varias plataformas colaborativas de carsharing. En Madrid está RespiroMadrid y BlueMove, (comienzan a ofrecer servicios en otras ciudades de España, por ejemplo Sevilla), tienen tarifas que empiezan en los 2€/h.

En Barcelona Avancar fue el carsharing pionero. Empezó a operar en 2005 con apoyo institucional y acabó comprada por la multinacional Zipcar en 2012. Ahora la misma tarjeta que se usa en Barcelona se puede usar para acceder a los más de 10.000 vehículos de la red Zipcar en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Austria.

¿Te has parado a pensar cual es espacio que los coches ocupan en la ciudad? Sin duda tener menos coches en la ciudad nos beneficia a todos.

Alquiler de vehículos entre particulares.

En España contamos con 29 millones de vehículos de los cuales unos 5 millones apenas salen del garaje. Muy probablemente muchos de tus vecinos de ciudad tiene uno de esos vehículos que apenas se utiliza. En ocasiones, puedes necesitar una furgoneta o un coche durante varios días, y las opciones habituales que tienes es alquilarselo a una empresa o pedirselo a un familiar o amigo. ¿Te imaginas que un vecino de tu ciudad te pudiera alquilar su coche o furgoneta durante los días que necesites?https://player.vimeo.com/video/144555372?byline=0&portrait=0

Esto es lo que propone el servicio de alquiler de vehículos entre particulares: las personas propietarias de un vehículo que no utilizan pueden obtener unos ingresos mientras otras personas usan su vehículo, siempre con la cobertura de un seguro y la confianza entre las partes.  

En España desde el año 2011 contamos con la empresa SocialCar quien ha sido la pionera en este tipo de servicios. Sus usuarios más activos consiguen ingresar de media entre 200-300€/mes por el alquiler de sus vehículos. Para ofrecer total garantía SocialCar ha colaborado con empresas aseguradoras para diseñar un nuevo modelo de seguro basado en el conductor universal. Como en otros casos para lograr una mayor confianza entre los usuarios y facilitar el intercambio, se han integrado herramientas tales como perfiles verificados, sistema de valoraciones y comentarios entre los usuarios.

Una vez confirmado el alquiler, con un 15% de comisión por la gestión del proceso por parte de la plataforma, quedas con el conductor para hacer la entrega de llaves (en mano) y la revisión del estado del vehículo. El hecho de realizar la entrega de llaves en mano y tener que devolver el coche a la misma persona genera un grado extra de compromiso y confianza para devolver el coche en buen estado. La gente cuida mucho más el coche de un persona con quien has creado una confianza y amistad que con una empresa.

Otra ventaja de este modelo del alquiler entre particulares es que existe una gran diversidad de vehículos. Puedes encontrar desde coches utilitarios, 4×4, furgonetas, coches clásicos e incluso coches adaptados para personas con movilidad reducida.

 En España, además de SocialCar, recientemente a lo largo de 2015 comenzará a operar un nuevo servicio dentro de Amovens para facilitar el alquiler barato  de coches cercanos entre personas. También se espera la llegada de la empresa líder en este tipo de servicios en Francia: Drivy.

También existen plataformas colaborativas especializadas en el alquiler de caravanas entre particulares. En España contamos con  AlquiloMiAutocaravana y AreavanAreavan,

¡Ya no necesitas ser propietario de un coche ni de una caravana, para lanzarte durante unos días a la aventura de la carretera!

Compartir aparcamiento en la ciudad

Es probable que conozcas de primera mano la frustración de querer encontrar aparcamiento en la ciudadUn reciente estudio ha revelado que casi un 18 % del tráfico que se genera en Barcelona en días laborables se debe a que la gente busca un hueco para estacionar su vehículo. A diario, los trabajadores del centro de la ciudad pasan más de 20 minutos para encontrar aparcamiento. ¿De verdad no podemos pensar en algo mejor en el siglo XXI?Sabemos que en la ciudad hay miles de plazas de aparcamiento de particulares y empresas que no se están utilizando durante largas franjas de tiempo a lo largo del día y que podrían ser usadas por otras personas. Las plazas de aparcamiento al igual que los coches se convierten recursos infrautilizados que puestos en valor podrían solucionar problemas.

En Reino Unido, desde el 2006, ya existe Parkatmyhouse donde particulares y otras entidades como garajes, centros comerciales y hoteles alquilan plazas de aparcamiento con el fin de ampliar la posibilidades de aparcar cómodamente dentro de la ciudad.

En España recientemente hay iniciativas similares como WeSmartPark, Parkfy  que principalmente están empezando a operar en Madrid y Barcelona. No son los servicios más “colaborativos” que nos podemos imaginar pero si que usan los mismos principios que otras plataformas para poner en valor aquello que está infrautilizado.

Aplicando las mismas ideas al mundo náutico

Si eres un apasionado del mar ¡esto te gustará! Podemos encontrar los mismos conceptos del alquiler de coches entre particulares y del intercambio de casas en el mundo náutico. Los barcos son unos de los recursos con menor uso (unos 20 días/año de media) y un mayor coste: el desiquilibrio ideal para pensar en un servicio colaborativo.

En los últimos años hemos visto aparecer varias iniciativas que buscan optimizar el uso de los 200.000 barcos que hay disponibles en los 8.000 kilómetros de costa en España: Nautal.es, Boatbureau, Bydsea, Boaterfly y Seemysea.

 Para el concepto de intercambiar o alquilar amarres entre particulares existe la iniciativa BitaMooring.

¿Se te ocurre cómo aplicar el alquiler, el intercambio, la suscripción a un servicio, etc. a otros ámbitos de tu vida? Es lo que veremos en los próximos módulos de este curso

Módulo 3: Un nuevo modelo de consumo y producción

¿Cuánta gente tiene en su casa un taladro para hacer agujeros en la pared? Esta herramienta se usa unos 12 minutos en toda su vida. ¿Es necesario que todos compremos una?. El siglo XXI nos demostrará que es mejor tener acceso a las cosas que la propiedad de las mismas.

3.1 – Un consumo más responsable gracias a la segunda mano

“Algún día miraremos al siglo XX y nos preguntaremos por qué poseíamos tantas cosas”  

Bryan Walsh (Time Magazine)

¡15 veces más que nuestros abuelos!

¿Alguien se ha detenido a contar cuántas cosas poseemos hoy en día? Ordenadores, teléfonos móviles, robots de cocina, bricolaje, libros, cámaras, zapatos… La organización WWF Francia estima que en la actualidad tenemos de 3.000 a 4.000 objetos en nuestros hogares, 15 veces más que nuestros abuelos. La realidad es que nuestros abuelos podían vivir perfectamente con menos y nosotros siendo sinceros también podemos. La mayor parte de cosas que acumulamos en casa son cosas totalmente prescindibles, sin ellas podremos vivir igual o mejor.

La acumulación de bienes en propiedad en las sociedades más “ricas” ha sido una dinámica alentada por la cultura del consumismo surgida durante la mitad del siglo XX pero no olvidemos que el planeta tierra tiene unos recursos limitados, por lo que no podemos seguir consumiendo recursos de este modo.

Los cambios de hábitos hacia un consumo más responsable en el consumo colaborativo, se basan en dos principios:

Las cinco “R”s: A las clásicas Reducir, Reciclar, Reparar, Reutilizar que operan a nivel individual sumanos Redistribuir en un ámbito más colectivo. Dando acceso a otras personas a un mismo recurso (intercambio, segunda mano, alquiler, regalo, etc.), evitando que tengan que ser producidos de nuevo, evitando así también el impacto ambiental y la acumulación de cosas.

El acceso es mejor que la propiedad: Internet y la cultura digital han supuesto una ruptura en la forma en que se consume; en la Red los usuarios están acostumbrados a compartir recursos digitales no teniendo que ser propiertarios de una obra para disfrutarla (música, cine, libros…). Estos mismos principios ahora se pueden aplicar a los objetos físicos, por ejemplo con el carsharing o las bicicletas públicas compartidas que hemos visto en el módulo anterior.


Un ejemplo muy claro del hiperconsumo es el que suele emplear Rachel Botsman, coautora del libro “Lo que es mío, es tuyo. Crecimiento del consumo colaborativo”. Prácticamente todas las casas tienen una taladradora con el supuesto coste que conlleva en la adquisición y mantenimiento. Por lo general un ciudadano corriente utiliza una taladradora para hacer agujeros en la pared unos 12-13 minutos en toda su vida útil. ¿Tiene sentido entonces comprar una taladradora? ó quizás ¿tiene más sentido compartir la taladradora entre varios o cambiarla en Internet por algo diferente cuando dejemos de necesitarla?

En los siguientes apartados hablaremos de iniciativas que te ayudarán a liberarte de cosas que no necesitas durante toda tu vida sino solo durante unos minutos, ahorrando o incluso ganando dinero y a la vez contribuyendo a crear una sociedad con mayor confianza entre las personas.

Todo esto es un cambio de cultura, que no solo es una buena idea sino que además es necesario.

El auge y consolidación del sector segundamano

El sector de la segunda mano ha sido utilizado (El País 2014) por la mitad de los españoles en los últimos años. Del total de las personas que recientemente utilizan este sector, casi la mitad compró, un tercio vendió y el resto, hizo ambas cosas. Otras encuestas (OCU 2014) proporcionan datos de una magnitud similar.

Para seguir dando una dimensión a este fenómeno, por ejemplo el portal SegundaMano.com añade 12.000 anuncios cada día y más de 11 millones de usuarios (en España somos unos 47 millones de habitantes) buscan, compran y venden artículos cada mes. Por si esto fuera poco SegundaMano compro a MilAnuncios, su principal competidor en febrero de 2014. Ambos portales estaban en 2014 en el top 5 de tráfico de internet en España. Otro ejemplo de plataforma es Loquo con más de 300.000 anuncios. Todo cambia tan rápido que estas cifras, que corresponden a principios de 2015, seguro que ya se han incrementado.

A lo largo de la última década las tiendas de Cash Converters, eBay y los portales de SegundaMano o Milanuncios han realizado una larga labor de educación y de generación de valor en este sector que culturalmente ha sido percibido como un sector poco atractivo pero que con el paso del tiempo, las circunstancias socio-económicas y la influencia de las tecnologías ha conseguido revalorizarse y consolidarse.

Ahora bien, las nuevas tecnologías están reinventando todos los sectores y el sector del segunda mano también. Algunas de estas nuevas iniciativas, nacidas ya en la generación de los teléfonos inteligentes, son Wallapop y Selltag que apuestan por hacer la vida más fácil al usuario.

Wallapop consiste en una aplicación móvil que fomenta la compra-venta e intercambio a nivel local. Es decir mediante la geolocalización puedes ver que objetos hay más cercanos a tu alrededor y que te puedan interesar. Las cifra del impacto de esta reciente aplicación son impresionantes: más de 7 millones de usuarios (mitades 2015) en España y cada mes se produce un movimiento de ventas e intercambios entre la totalidad de usuarios de más de 20 millones de euros / mes. A mitades de 2015 recibió una inversión de más de 38 millones de euros y hay rumores de otra importantes inversión antes de terminar el año. El último giro ha sido posicionarse también como una aplicación para ligar con el tag #WallaSingle

También existe la aplicación Selltag, que algunos denominan como el “Ebay Español” que al igual que Wallapop apuestan por una buena experiencia de usuario para que el proceso de compra-venta se fácil, rápido y en un entorno de confianza.

Mercados especializados dentro del sector segundamano

Como ya vimos en el apartado anterior, existen varias plataformas y aplicaciones que te facilitan el intercambio de objetos. Muchas veces buscar algo concreto en estas grandes plataformas puede ser bastante complejo, por eso han surgido alternativas a las plataformas generalistas, como son las nuevas iniciativas digitales que se especializan en un sector concreto del mercado de segunda mano. De este modo la experiencia de la búsqueda es mejor y más eficaz para el usuario que tiene una preferencia por ese sector específico.

Sector ropa

Dentro del sector ropa, uno de los de mayor volumen de productos, hay tres subsectores muy particulares:

1. Ropa y complementos de alta calidad para mujeres.
Dentro de esta categoría encontramos una iniciativa exitosa como es Chicfy, que anima a las mujeres a vender y vaciar su armario obteniendo dinero y a la vez renovar su armario con ropa de otras usuarias. Cada día se suben a la plataforma entre 2000 y 4000 prendas de ropa. En este mismo espacio de mueve LaMasMona, que ofrece alquiler de prendas de alta calidad, tanto directamente de las marcas como de otros particulares.

2. Ropa y complementos para bebés y niños.
Como sabemos la ropa de los bebés y de niños solo nos sirve durante un periodo de tiempo que va de unas pocas semanas a unos cuantos meses. ¡Crecemos muy rápido de pequeños! Todo esto hace que muchas familias acumulen en poco tiempo mucha ropa y articulos de niños que no saben que hacer con todo ello. Se estima que un bebé supone un gasto anual de unos 5000 euros solo en ropa y artículos de primera mano. Todo esto se puede reducir hasta la mitad o más recurriendo a iniciativas de compra-venta online entre particulares, como son Quiquilo, Creciclando o MundoEconene y destacamos especialmente el caso de Percentil, que recientemente ha comprado a Kirondo (una empresa alemana del mismo sector) convirtiendose así en líder a nivel europeo de este sector.

Y más allá de la compra-venta existe también la modalidad del alquiler de accesorios a través de iniciativas como MyBabyStock ó BackPackBaby.

El mundo de los bebés y los niños es uno de los sectores con mayor actividad dentro del consumo colaborativo.

3. Trajes nupciales o de boda.
¿Cuantos trajes de boda actualmente están en un armario guardando polvo? Posiblemente sea una cifra muy importante. Lo habitual es que un traje de boda solo se utilice una vez en la vida. ¿Para qué sirve un traje de boda guardado en un armario durante toda su vida?, ¿y si tu traje pudiera servirle a otra persona, y esa persona pudiera ahorrarse un dinero importante antes que comprar un traje nuevo? Si quieres vender tu traje de boda, consulta esta iniciativa Nuptialista.com.

Otros verticales o sectores especializados

Otros sectores más especializados dentro del mercado de segunda mano son por ejemplo los relacionados con la compra venta de entradas. En este campo hay un gran vacío legal y como ocurre con muchas iniciativas del consumo colaborativo, estas operan en la alegalidad (donde no hay regulación). En el caso de la reventa de entradas podemos hacerlas de un modo rápido y llegando a más personas a través de Ticketbis, iniciativa nacida en el 2011 en el país vasco, que hoy ya se encuentra operando en más de 15 países.

Otro sector interesante para la segunda mano es la electrónica, y en concreto todo lo relacionado con los productos de Apple, los cuales mantienen su valor con el paso del tiempo. Una iniciativa que ha centralizado los productos de Apple de segunda mano es ManzanasUsadas.

También en el sector de los smartphones hay iniciativas como DineroPorTuMovil donde puedes conseguir dinero vendiendo tu móvil.

Los mismos conceptos para los libros de texto, ya sea en la escuela o instituto (TruequeBook) y también en la universidad (Relibrea, La Nube Universitaria y en algunos casos las propias universidades). Se pueden encontrar a la venta tanto libros como los mejores apuntes.

Y si eres un fan de los muebles de IKEA y te gustaría amueblar tu apartamento con un precio más ajustado, puedes encontrar en Pikeando toda una plataforma de segunda mano únicamente de muebles de IKEA.

Seguro que rebuscando por internet encuentras un portal de segunda mano especializado en alguna de tus aficiones!

3.2 – Consigue lo que necesitas sin dinero

Al colaborar con otras personas podemos decidir hacerlo a cambio de dinero o también pensar en otros mecanismos como el trueque o el simple regalo. Puede que no sea la manera más fácil y directa de conseguir lo que necesitas, pero sin duda es la más gratificante y la que incide más en la componente social de la economía colaborativa.

El trueque se potencia en internet

El trueque es otro modelo del consumo colaborativo, basado en el intercambio de objetos o servicios por otros objetos o servicios y se diferencia de la compraventa habitual en que no intermedia el dinero en la transacción.

El ser humano siempre ha tenido la necesidad de cambiar aquellos objetos de los que era propietario pero no necesitaba, por aquellos que realmente deseaba. En el comercio se intercambiaba materia prima por artículos artesanos, o productos elaborados a cambio de otros que el artesano no producía. En los antiguos mercados el trueque era lo cotidiano. Con el paso del tiempo, apareció la moneda (dinero) y entonces el trueque dejó paso al pago con monedas, simplificando el proceso de intercambio entre personas, entre empresas y entre personas y empresas.

Una desventaja del trueque es que no resulta siempre fácil encontrar a quien quiera intercambiar lo que nosotros deseamos por lo que podemos ofrecer. Otro inconveniente en el proceso de trueque es la complejidad del cálculo en el valor exacto entre las cosas que vamos a intercambiar (falta de unidad de valor). De todas formas, se suele establecer el precio de los productos o servicios según su valor en el mercado.

Actualmente con internet, muchas de estas desventajas antes mencionadas se pueden minimizar, por ejemplo con internet ampliamos las posibilidades de encontrar a una o varias personas con las que realizar el trueque directo estando incluso lejos geográficamente. También se pueden generar trueques indirectos mediante el uso de monedas virtuales o puntos, con los que luego poder hacer un intercambio generándose un trueque activo.

Para poder gestionar el trueque a través de internet se han desarrollado varias plataformas que facilitan gratuitamente el contacto entre empresas o particulares que desean intercambiar sus productos o servicios.

Destacamos varias iniciativas:

  • Una de ellas ya la hemos mencionado anteriormente como es Wallapop la cual empezó facilitando la compraventa de segunda mano entre particulares y ahora ha añadido la posibilidad de realizar trueque entre particulares sin coste alguno.
  • La plataforma móvil Obsso desde el principio ha ofrecido una plataforma para realizar el trueque directo entre particulares. El único coste que existe son los posibles gastos de transporte que lo cubrirán los particulares. El futuro de la plataforma es incierto.
  • Cronnection que permite el intercambio de bienes y servicios empleando como moneda de cambio el tiempo o puntos Cronnection (moneda virtual). Un modo de conseguir puntos es vendiendo objetos a los cuales les pones un precio en puntos. De este modo puedes adquirir cosas sin necesidad de tener dinero. También puedes ganar euros vendiendo puntos y tiempo a aquellas personas que no tienen tiempo para ganar puntos. Es un modelo complejo que combina la compra-venta con el trueque entre objetos, tiempo y puntos.
  • Truequers, que actualmente cuenta con más de 20000 ofertas. Por ahora opera solo en Chile. En México encontramos Truekeo por ejemplo.

En el mundo empresarial el trueque (mediante crédito mútuo) también se está popularizando dentro de redes de empresas que se ofrecen servicios entre ellas sin necesidad de liquidez. El caso más conocido es el WIR Bank en Suiza. En España el líder es TrocoBuy, que también es un referente europeo

Regalar, dar o prestar sin pedir nada a cambio

Y para terminar simplemente podemos regalar aquello que ya no usamos a las personas u organizaciones que puedan darle un buen uso. Regalar es un modo de materializar las relaciones sociales y lo hacemos de manera habitual en nuestros círculos de confianza más próximos. Todo esto tiene que ver con la economía del Don, o economía del regalo cuya máxima es “dar lo que puedes y recibir lo que necesites”.

En el consumo colaborativo, también encontramos iniciativas que se basan  en  regalar aquello que ya no necesitas sin pedir nada a cambio:

  • Yerdle conecta a personas que dan gratuitamente un objeto con otras personas que solicitan ese regalo. Se ha llegado a definir como el “eBay gratuito”. Cuando existe un coste de desplazamiento, este será cubierto por la persona que recibe el regalo. Actualmente solo opera en los Estados Unidos. Con esta herramienta mucha gente está ahorrando mucho dinero y el medio ambiente se está beneficiando.

Instrucciones de Yerdle

  • Otra iniciativa similar es la veterana red mundial Freecycle, que del mismo modo la gente regala y da gratuitamente cosas. Podemos encontrar nuestro grupo local dentro de los más de 5000 que existen por todo el mundo.
  • En España contamos con Nolotiro.org. Esta es una plataforma donde la gente ofrece aquellos objetos que ya no necesita a otras personas que sí puedan necesitarlos.
  • Peerby, una iniciativa Holandesa, aboga por el préstamo gratuito de objetos entre vecinos del barrio. Sin duda otra forma inteligente de crear una red apoyo mutuo entre los vecinos, generando un uso más eficiente de los recursos y fomentando el ahorro. De manera similar opera StreetBank en el Reino Unido

Al igual que en el caso de la seguna mano podemos encontrar otras iniciativas que no son tan generalistas sino que están enfocadas en un sector concreto. Por ejemplo destacamos la iniciativa SegundaManita, basada en la donación o regalo de ropa y artículos para bebés y niños. Sin duda una gran oportunidad de ahorro para las familias.

Otro fenómeno en crecimiento es el de las “tiendas gratis” o “ferias gratis» (gratiferias). Las tiendas generalmente se crean dentro de espacios cerrados, como son locales que comparten su espacio para esta actividad, o centros sociales autogestionados. En cuanto a las ferias estas se realizan en espacios públicos generalmente en parques o plazas. También se pueden encontrar gratiferias en grupos de facebook donde las personas suben la foto de aquellos objetos que quieren regalar.

El regalo y donación también es muy útil para la cooperación al desarrollo siempre que se haga con las garantías suficientes y no sea una manera encubierta de enviar desechos tecnológicos a otros países. Algunos buenos ejemplos:

  • NoteGood que consiste en redistribuir la donación de tecnologías (ordenadores, laptops, tablets)  por parte de empresas y particulares. Estos recursos serán reparados (cuando sea necesario) y actualizados con software libre, dejándolos listos para ser regalados a escuelas de países en vías de desarrollo.
  • Otra iniciativa similar cuya prioridad es la donación de materiales para la educación, agricultura y sanidad es PontSolidari.
  • Reutiliza.cat acaba de recibir fondos europeos para replicar su modelo fuera de Cataluña.

Todas estas ideas son geniales dado que no sólo nos ayudan a ahorrar, sino que además fomenta un consumo responsable, ya que participando en ellas evitamos tirar y que se tiren a la basura infinidad de objetos que pueden ser útiles para muchas personas.

3.3 – La cultura digitalizada es colaborativa

Internet y la cultura digital han supuesto una ruptura en la forma en que entendemos y practicamos el consumo. Hemos transformado lo tangible en intangible, hemos pasado de los átomos a los bits que nos genera mayor abundancia con menos recursos materiales. Hoy por ejemplo, en un solo libro electrónico, podemos llevar todos los libros (en formato ebook) de una biblioteca, o escuchar toda la música que queramos a través de internet, en cualquier lugar y momento. 

La democratización del acceso y la generación de valor en el entorno digital ha supuesto una verdadera revolución que ha roto muchas barreras físicas y ha puesto muchos sectores patas arriba, obligando a reinventar muchos modelos de negocio, como por ejemplo la industria cultural de libros, videos, música, fotografía, videojuegos, etc.

El consumo digital transforma el producto en servicio

Los modelos de consumo están cambiando en la era digital. Actualmente muchos de los nuevos proyectos lo que hacen es cambiar la compra del producto por la suscripción a un servicio que nos da acceso al mismo producto cuando lo necesitamos.

Se están generando servicios muy interesantes para crear y compartir colaborativa y digitalmente la cultura del siglo XXI. 

MÚSICA: Actualmente resulta muy común usar Spotify para escuchar música a través de internet. El antiguo modelo en el que los músicos grababan para compañías discográficas y estos se encargaban de producir las copias de los productos que posteriormente distribuían por el mundo para su puesta en venta en tiendas y centros comerciales ha quedado 100% obsoleto. Con la era digital todo el proceso se ha simplificado, desapareciendo prácticamente todos los intermediarios. Ahora los músicos siguen grabando pero ya sin necesidad de compañías discográficas, siendo el propio músico su propio sello discográfico y en muchos casos el propio músico quien difunde su música desde internet. Ahora por algo menos de lo que te costaba un CD de música, tienes acceso ilimitado a (casi) toda la música que quieras y cuando quieras.

VÍDEO: Otra industria que se ha transformado ha sido la del mundo del cine. Cada vez es más común encontrar plataformas que te ofrecen todo el cine o series que desees mediante el pago de una suscripción mensual o bien la compra o alquiler de una película en concreto, incluso la pre-compra de estrenos. Un ejemplo de plataforma es WuakiTV.

LIBROS: En el sector editorial ocurre lo mismo, hoy puedes encontrar muchas plataformas desde donde puedes suscribirte mensualmente para tener la posibilidad de leer todos los libros que desees o bien pagar por un libro concreto para leerlo en formato electrónico e ir creando tu propia biblioteca virtual. Dos ejemplos de origen español: Nubico y 24Symbols.

Muchas de estas plataformas están transformando las industrias tradicionales pero distan de ser los mejores modelos de la llamada economía colaborativa, dado que sus modelos son cerrados y sus plataformas solo ofrecen un servicio asociado a un rol de consumidor. No se fomenta la generación de diferentes roles entre los usuarios, la formación de comunidad ni herramientas para que generen valor, o un modelo más abierto y distribuido para compartir.

Por suerte también existen algunas plataformas que van un paso más allá para compartir libros, crear “estanterías digitales” personales y generar una comunidad de lectores alrededor de las mismas. Anobii o la plataforma Bookcamping son dos muestras de ello.

Compartir cultura también en el mundo “offline“

Anteriormente comentamos sobre algunas iniciativas que a través del mundo digital está facilitando el acceso, el compartir y el intercambiar cultura entre particulares. Esto mismo ocurre en el mundo “offline“ tangible y material con iniciativas que generan un libre intercambio entre particulares.

Sin duda el segmento más popular es el de los libros.

  • Bookcrossing es un movimiento ciudadano que promueve y facilita la práctica de dejar libros en lugares públicos para que los recojan otros lectores, que después harán lo mismo. Para introducir un libro a la red bookcrossing, antes se tiene que registrar en la plataforma web. Una vez registrado el libro, se le asigna un código de identificación. El juego que propone esta iniciativa consiste en que cada persona que encuentra el libro acceda a Bookcrossing y realice un comentario sobre su hallazgo y posteriormente una vez leído liberarlo de nuevo al espacio público. Es interesante ver la trazabilidad que ha tenido cada libro con una red humana y la historia colectiva.
  • También existen las plataformas enfocadas al intercambio de libros que ya no quieres por libros que quieras a través de una comunidad de lectores como es BookMooch
  • Como ya comentamos anteriormente también funciona el trueque de material escolar (en cada colegio) a través de la plataforma Truequebook En cuanto a la compra-venta de libros tanto de texto entre particulares existe Relibrea o La Nube Universitaria, especializada en la venta de libros y apuntes del mundo universitario.
  • La red de bibliotecas públicas y privadas,donde cada libro tiene un código asignado y cada libro es leído por muchas personas no deja de ser un ejemplo de economía colaborativa “offline”.
  • En Alemania, Austria y Suiza existe otro movimiento interesante llamado “Bibliotecas Libres“ Esta iniciativa consiste en la creación de pequeñas bibliotecas situadas en algunos puntos de la ciudad, donde las personas pueden tomar libremente un libro y una vez leído devolverlo de nuevo a la biblioteca. Todas estas iniciativas funcionan en base a la confianza y la buena voluntad de los ciudadanos, facilitando así el acceso a la cultura libre y abierta en cualquier punto de la ciudad y a cualquier persona.

Lo digital democratiza la producción de cultura

La digitalización de la cultura ha democratizado su producción y distribución. Una capacidad sin igual en la historia de la humanidad.

Hoy en día desde un teléfono móvil inteligente cualquiera puede crear un vídeo, subirlo a YouTube y disponer de una audiencia global en pocos minutos. Un proceso que era ciencia ficción 10 años atrás.

La producción digital en la música no es ninguna novedad. Aquí lo interesante son las plataformas colaborativas donde por ejemplo producir en directo canciones entre diferentes músicos situados en diferentes lugares del mundo, un ejemplo es WholeWordBand.

Si más bien lo que te gusta es escribir libros existen plataformas que han simplificando la cadena de intermediarios para la autopublicación y la impresión de copias bajo demanda. Un par de ejemplos de este tipo de plataformas que dan valor tanto al escritor como al lector: Lulu.com o Bubok.com.

3.4 – El empoderamiento del ciudadano productor
El surgimiento del ciudadano productor
Una de las grandes virtudes de la economía colaborativa es la de empoderar al ciudadano, hacerle protagonista activo de esta nueva economía. Para ello se le facilitan herramientas con las que involucrarse para generar valor y recibir valor a través de plataformas colaborativas. De este modo cada persona puede sacar partido de sus bienes, propiedades y habilidades, muchas veces infrautilizados. Esto permite generación de ingresos, un consumo más sostenible y crear lazos comunitarios.

Esta nueva realidad está generando una nueva tipología de ciudadano, al que denominamos “ciudadano productor”. Este concepto significa que la persona puede no sólo ser consumidor (el rol tradicional) sino productor de bienes o servicios de manera directa para otros ciudadanos.

La participación del ciudadano productor en plataformas para compartir, intercambiar y vender bienes y servicios supone una evolución en su rol como ciudadano. Con esta actividad se habla del micro-emprendimiento que permite la generación de ingresos gracias a todos los servicios ofrecidos desde la plataforma por el ciudadano productor. Lo normal es que estos ingresos no lleguen a ser un salario aunque sí que pueden ser una fuente importante en caso de desempleo.

El boom de la artesanía con la economía colaborativa
Desde la prehistoria se datan las primeras artesanías en formas de objetos elaborados a mano llevadas a cabo por nuestros antepasados.

Durante las últimas décadas, la artesanía ha estado sufriendo el duro impacto de una sociedad industrializada que les ha generado una competencia desmedida con los productos procedentes de procesos industriales de bajo coste, con apariencia similar a los productos artesanos, pero con menor precio y calidad. Además otro problema añadido para la sostenibilidad de los artesanos ha sido el aspecto de la comercialización de sus productos, dado que estos se realizan en talleres individuales o de pocas personas, con poca capacidad para llegar a la gente, es decir al mercado.

Todo esto ha ido provocando que el sector de la artesanía fuera desapareciendo poco a poco de la sociedad. Sin embargo, como hemos comentado al principio de esta unidad la aparición de la economía colaborativa y el surgimiento del ciudadano productor, está ayudando a generar un nuevo renacimiento de la artesanía.

Las plataformas empoderan al artesano
Gracias a las plataformas los productos que elabora un artesano en su taller o garaje (sea en Madrid, Nairobi o La Paz) se pueden vender con mucha facilidad al mercado global.

En este ámbito el proyecto más importante es Etsy, fundado en 2005, en la ciudad de New York. Etsy busca facilitar la vida a los artesanos y para ello han creado una plataforma colaborativa donde se conectan directamente artesanos y personas de todo el mundo interesadas en comprar artesanías y manualidades. Es un inmenso mercadillo de artesanías donde cada artesano puede abrir su propia tienda online y ofrecer sus productos.

Uno de los grandes éxitos de Etsy es el cuidado que reciben los artesanos a quienes se les ayuda facilitando herramientas para mejorar sus ventas, dándoles difusión con reportajes, entrevistas, etc. Y un aspecto más importante aún, es que están facilitando herramientas y espacios para que la comunidad de artesanos colaboren entre sí, se ayuden y se auto-organicen, hasta el punto de que se están creando grupos locales de “etsianos” que pasan del mundo online al mundo offline para hacer cosas juntos.

estsy bcn

Etsy está ayudando a que muchos artesanos puedan vivir cómodamente solo con las ventas que realiza a través de la plataforma. Por cada venta Etsy se queda con una comisión de solo el 3.5%. El 96.5% restante es para el artesano. Etsy tiene una comunidad de de 1.4 millones de vendedores y casi 20 millones de compradores.

En España se ha creado un proyecto similar a Etsy, llamado Artesanio, que se define como una red social de creadores, que facilita la compra-venta entre particulares de productos de artesanía, patrones y materias primas. Sobre cada venta que se realice entre particulares, la plataforma se lleva una comisión del 3%.

Estas plataformas, son una gran oportunidad para quienes quieran llevar a cabo un microemprendimiento con todas las ventajas que facilitan las plataformas (visibilidad, gestión de pagos, consejos de cómo vender, etc.) y casi sin riesgo alguno más allá del tiempo invertido.

De la plataforma a la calle
Cuando tienen éxito en Esty o Artesanio los creadores quieren vender también en la calle. Para hacerlo ya no necesitan disponer de una tienda propia ni permanente ya que se pueden apoyar en el concepto de “Pop-Up Stores” o “Pop-Up Shops”. Estas iniciativas consisten en crear una tienda temporal dentro de un evento, o dentro un espacio durante un día. Aquellos artesanos que participen en el pop-up pueden vender sus productos cada vez en diferentes lugares sin ser propietario de ninguna tienda. Esta actividad generalmente surge como una colaboración entre artesanos que no tienen una tienda física y locales que abren su espacio unos días al mes para que otros puedan vender en ella.

Este concepto llevado al mundo de las plataformas colaborativas es lo que dio origen a PopPlaces, que ofrece una amplia gama de espacios en alquiler para períodos cortos de tiempo (sea una tienda, un evento, una celebración, etc.)

Como has podido comprobar, se están generando nuevas formas de hacer las cosas más flexible y colaborativa buscando que todas las partes ganen, generando valor y recibiendo valor.

3.4 – El empoderamiento del ciudadano productor

El surgimiento del ciudadano productor

Una de las grandes virtudes de la economía colaborativa es la de empoderar al ciudadano, hacerle protagonista activo de esta nueva economía. Para ello se le facilitan herramientas con las que involucrarse para generar valor y recibir valor a través de plataformas colaborativas. De este modo cada persona puede sacar partido de sus bienes, propiedades y habilidades, muchas veces infrautilizados. Esto permite generación de ingresos, un consumo más sostenible y crear lazos comunitarios.

Esta nueva realidad está generando una nueva tipología de ciudadano, al que denominamos “ciudadano productor”. Este concepto significa que la persona puede no sólo ser consumidor (el rol tradicional) sino productor de bienes o servicios de manera directa para otros ciudadanos.

La participación del ciudadano productor en plataformas para compartir, intercambiar y vender bienes y servicios supone una evolución en su rol como ciudadano. Con esta actividad se habla del micro-emprendimiento que permite la generación de ingresos gracias a todos los servicios ofrecidos desde la plataforma por el ciudadano productor. Lo normal es que estos ingresos no lleguen a ser un salario aunque sí que pueden ser una fuente importante en caso de desempleo.

El boom de la artesanía con la economía colaborativa

Desde la prehistoria se datan las primeras artesanías en formas de objetos elaborados a mano llevadas a cabo por nuestros antepasados.

Durante las últimas décadas, la artesanía ha estado sufriendo el duro impacto de una sociedad industrializada que les ha generado una competencia desmedida con los productos procedentes de procesos industriales de bajo coste, con apariencia similar a los productos artesanos, pero con menor precio y calidad. Además otro problema añadido para la sostenibilidad de los artesanos ha sido el aspecto de la comercialización de sus productos, dado que estos se realizan en talleres individuales o de pocas personas, con poca capacidad para llegar a la gente, es decir al mercado.

Todo esto ha ido provocando que el sector de la artesanía fuera desapareciendo poco a poco de la sociedad. Sin embargo, como hemos comentado al principio de esta unidad la aparición de la economía colaborativa y el surgimiento del ciudadano productor, está ayudando a generar un nuevo renacimiento de la artesanía.

Las plataformas empoderan al artesano

Gracias a las plataformas los productos que elabora un artesano en su taller o garaje (sea en Madrid, Nairobi o La Paz) se pueden vender con mucha facilidad al mercado global. 

En este ámbito el proyecto más importante es Etsy, fundado en 2005, en la ciudad de New York.  Etsy busca facilitar la vida a los artesanos y para ello han creado una plataforma colaborativa donde se conectan directamente artesanos y personas de todo el mundo interesadas en comprar artesanías y manualidades. Es un inmenso mercadillo de artesanías donde cada artesano puede abrir su propia tienda online y ofrecer sus productos. 

Uno de los grandes éxitos de Etsy es el cuidado que reciben los artesanos a quienes se les ayuda facilitando herramientas para mejorar sus ventas, dándoles difusión con reportajes, entrevistas, etc. Y un aspecto más importante aún, es que están facilitando herramientas y espacios para que la comunidad de artesanos colaboren entre sí, se ayuden y se auto-organicen, hasta el punto de que se están creando grupos locales de “etsianos” que pasan del mundo online al mundo offline para hacer cosas juntos.

 Etsy  está ayudando a que muchos artesanos puedan vivir cómodamente solo con las ventas que realiza a través de la plataforma. Por cada venta Etsy se queda con una comisión de solo el 3.5%. El 96.5% restante es para el artesano. Etsy tiene una comunidad de de 1.4 millones de vendedores y casi 20 millones de compradores.


En España se ha creado un proyecto similar a Etsy, llamado Artesanio, que se define como una red social de creadores, que facilita la compra-venta entre particulares de productos de artesanía, patrones y materias primas. Sobre cada venta que se realice entre particulares, la plataforma se lleva una comisión del 3%.

Estas plataformas, son una gran oportunidad para quienes quieran llevar a cabo un microemprendimiento con todas las ventajas que facilitan las plataformas (visibilidad, gestión de pagos, consejos de cómo vender, etc.) y casi sin riesgo alguno más allá del tiempo invertido.

De la plataforma a la calle

Cuando tienen éxito en Esty o Artesanio los creadores quieren vender también en la calle. Para hacerlo ya no necesitan disponer de una tienda propia ni permanente ya que se pueden apoyar en el concepto de “Pop-Up Stores” o “Pop-Up Shops”. Estas iniciativas consisten en crear una tienda temporal dentro de un evento, o dentro un espacio durante un día. Aquellos artesanos que participen en el pop-up pueden vender sus productos cada vez en diferentes lugares sin ser propietario de ninguna tienda. Esta actividad generalmente surge como una colaboración entre artesanos que no tienen una tienda física y locales que abren su espacio unos días al mes para que otros puedan vender en ella.

Este concepto llevado al mundo de las plataformas colaborativas es lo que dio origen a PopPlaces, que ofrece una amplia gama de espacios en alquiler para períodos cortos de tiempo (sea una tienda, un evento, una celebración, etc.)

Como has podido comprobar, se están generando nuevas formas de hacer las cosas más  flexible y colaborativa buscando que todas las partes ganen, generando valor y recibiendo valor.

3.5 – La economía colaborativa también se come

El renacimiento de la alimentación local

La industria alimentaria a escala global sigue el patrón de centralizar y concentrar (poder, dinero, alimentos) de la era industrial frente a la idea de distribuir y democratizar que plantea la era digital.

Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que este modelo de alimentación industrial y globalizado está provocando un gran impacto ambiental con la generación del 7% de gases de efecto invernadero y además deforestación y agotamiento de recursos hídricos para  producción alimentos que finalmente no son consumidos.

El enfoque de la economía colaborativa está agitando el sector con nuevas ideas y modelos que están devolviendo el valor la alimentación local y más responsable tanto social como ambientalmente.

Creación de grupos de consumo local con herramientas digitales

Actualmente se están generando plataformas colaborativas entre productores locales y ciudadanos que están creando circuitos/canales cortos de comercialización. Estas iniciativas ya mueven al menos un tercio de los alimentos ecológicos en España y, suponen una gran esperanza para reequilibrar el poder en el sistema agroalimentario, devolviendo a los productores la función social de abastecer a la población de alimentos sanos, locales y de calidad, recuperando las relaciones entre campo y ciudad, y manteniendo un empleo sostenible en el medio rural.

Estos canales se representan de diversas formas. Por un lado mediante grupos de consumo, formado por vecinos que hacen compras colectivas directamente a productores. Y por otro lado están las cooperativas de consumidores o los mercadillos locales.

De todas estas modalidades, la que más está creciendo es la de los grupos de consumo, pero sigue siendo una opción de pequeños consumos dispersos y aislados. Para lograr ser este modelo una alternativa al modelo industrial, es necesario trabajar la distribución inteligente en red, para lo cual es necesario el apoyo en las nuevas tecnologías.

Desde la Economía Colaborativa han surgido iniciativas como La Colmena que dice Si, una empresa social que se ha expandido en los últimos años, creando una red europea que multiplica el mismo modelo en diferentes países, siempre trabajando de una manera autónoma y adaptada a la realidad autóctona.

“La Colmena que dice Si” ha creado una plataforma colaborativa que facilita a la red de usuarios la compra directa de alimentos de producción sostenible y artesanal entre productores de proximidad (a menos de 250km) y consumidores que forman un grupo de consumo. A través de la plataforma los consumidores hacen semanalmente el pedido y el pago online de los alimentos a los productores desde su grupo de consumo. La recogida de los alimentos se realiza cada semana en un mismo día, hora y lugar al que se le denomina Colmena.

El proyecto comenzó en Francia en 2011 y la red  actualmente conecta a más de 520.000 consumidores con 4.000 productores en 804 Colmenas en Francia, Bélgica, España, Italia y el Reino Unido. En España hay 8 Colmenas abiertas entre Madrid y Barcelona, 14 en construcción y se está trabajando para ampliar la red a todo el territorio español.

La Colmena es una especie de mercado efímero que se monta en un espacio donde los consumidores y vecinos van a buscar su pedido y al mismo tiempo conocen a los productores y a las personas que forman el grupo, generándose un encuentro donde además se pueden generar otras actividades culturales o artísticas. Para gestionar el proceso y la organización de cada colmena existe la figura del responsable de Colmena, quien garantiza que cada encuentro sea una experiencia de creación de comunidad y de consumo.

El responsable es una especie de microemprendedor, una persona empoderada que por su trabajo de coordinación y dinamización recibe un 8,35% de las ventas de la colmena y otro 8,35% es para el mantenimiento de la plataforma y del equipo que gestiona el proyecto a nivel global. Los productores cobran el 83,3% del precio de venta, y esto hace posible una venta directa a precios muy razonables para los consumidores.

Te invitamos también a conocer una reciente plataforma colaborativa similar a la Colmena que dice Si. Esta alternativa aún en una fase de desarrollo, se llama Open Food Network. Esta iniciativa cuenta con una gran ventaja para su expansión al desarrollarse digitalmente sobre codigo abierto para que otras personas puedan replicar el modelo libremente en su localidad, convirtiendose en una red distribuida sin que exista  una empresa que lo centralice. Actualmente ya  comienza a expandirse aunque lentamente por Europa y Australia.

Por último destacamos La Ecomarca, una iniciativa que intenta impulsar el modelo de grupos de consumo y que nace a partir de un modelo cooperativo y de la economía social y solidaria.

Recuperando las huertas con redes y plataformas colaborativas

Actualmente hay muchas personas jóvenes procedentes de entornos urbanos que profesionalmente están dando un salto hacia el sector agrícola como una oportunidad laboral. Si tenemos en cuenta que según datos del Banco Mundial vemos que invertir en agricultura genera una reducción de la pobreza de 2 a 4 veces más efectiva que otros sectores. Todo esto parece indicar que la vuelta al campo más allá de ser beneficioso para el bienestar individual de algunas personas, también es un modo de generar prosperidad social, superar la pobreza y además retomar una producción de alimentos más responsable y ecológica.

Existen algunas iniciativas de la economía colaborativa que quieren impulsar esta tendencia de nuevos agricultores y horticultores. Para quienes no tienen tierras donde cultivar esta la iniciativa Huertos Compartidos, una plataforma colaborativa española que se ha inspirado de la iniciativa anglosajona Landshare

La función principal de Huertos Compartidos, es conectar a propietarios de terrenos (urbanos y rurales) con personas que quieren cultivar huertos ecológicos en ellos. Ya hay más de 4000 usuarios participando, entre los cuales 250 son propietarios de fincas de 9 provincias, que las ceden a cambio de compartir la cosecha o la alquilan. Otro servicio que ofrecen es el de el asesoramiento a nuevos hortelanos que no tienen suficientes conocimientos para trabajar un huerto mediante una “red de huertos tutelados“. También cuentan con otra red de huertas solidarias, cuando los propietarios de las tierras quieren que estas se destinen a ONGs de colectivos 

Cada hortelano paga el primer año una cuota de 150 euros a la plataforma, el segundo y tercer año de 100 euros y después ya no tendrán que pagar nada a la plataforma por su utilización. En el caso de las ONGs de colectivos en situaciones especiales, el uso de la plataforma es gratuita. De momento han recuperado 70 hectáreas abandonadas y según datos de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) solo en el 2011 se abandonaron 135.000 hectáreas de cultivo. Esto quiere decir que hay una gran abundancia de tierras que compartir y sobre las que contribuir y generar autoempleo.

Además de esta marcha al mundo rural, también existen iniciativas dentro de las ciudades que evocan el mundo campesino, como son los movimientos y las redes de huertas urbanas y de grupos de consumo que apuestan soberanía alimentaria. Se calcula que en el mundo actualmente hay 800 millones de personas involucradas en agricultura urbana.

 En España destacamos algunas de las redes de huertas urbanas como son por ejemplo la Red de Huertos Sociales Ecológicos y Urbanos en Zaragoza, la Red de Huertos Urbanos de Madrid y la Red de Huertos Comunitarios y Urbanos de Barcelona.

Iniciativas colaborativas para reducir el despilfarro alimentario

 “El despilfarro es el último producto de un sistema, el de la alimentación industrial, que es totalmente insostenible e inhumano… En un planeta donde mil millones de personas pasan hambre, es imperdonable que se desechen todos los años 1.300 millones de toneladas de comida”– Carlo Petrini, fundador de Slow Food

Para tratar de sensibilizar y generar soluciones a este problema global están surgiendo muchas iniciativas y proyectos sociales. Aquí van algunos de ellos:

  • En Alemania los jóvenes del colectivo Slowfood Alemanía pusieron en marcha  un formato de evento abierto y gratuito llamado Schnippel disko, y que en pocos meses se extendió por Europa rápidamente siendo muy popular en Francia adoptando el nombre de Disco-Soupe. La intención de las Disco Sopas, bajo un formato lúdico, es sensibilizar sobre los retos y formas de actuar contra el despilfarro alimentario, a través de cocinar colaborativamente entre ciudadanos alimentos salvados de acabar en la basura acompañando todo el proceso con música y arte en directo. En España los colectivos FoodSharing en Español y FeedingZaragoza han realizado varias DiscoSopas en Mardrid, Barcelona y Zaragoza. FoodSharing en Español ha facilitado unas herramientas que comparte abierta y libremente para que cualquier persona desarrolle una Discosopa.
  • También desde Alemania y para reducir el impacto del despilfarro tenemos la plataforma colaborativa FoodSharing.de. Esta plataforma conecta personas y comercios que, en vez de tirar a la basura sus alimentos a punto de caducar o que no van a consumir, los ofrecen gratuitamente en la plataforma, subiendolos a una cesta virtual. Por otro lado hay personas registradas en la plataforma que se encargarán de recoger las cestas de comida. Para la recogida ambas partes se pondrán de acuerdo en un día, lugar y hora para el intercambio. Otra opción es que las cestas se dejen  en centros o puntos de recogida situados en un mapa en la plataforma. Actualmente la plataforma cuenta con más de 15.500 usuarios activos y ya se han salvado más de 3500 kilos de comida. Esta herramienta está actualizando su desarrollo tecnológico para convertirse en una herramienta abierta a todo el mundo, para que se pueda replicar en cualquier barrio, pueblo o ciudad libre y gratuitamente.
  • Otras iniciativas interesantes son Fruta Feia, una plataforma que recupera de los agricultores los alimentos no aptos para la venta por no cumplir con los canones para la venta en comercios y que luego venden a una cooperativa de consumidores que desean consumir esos alimentos totalmente sanos pero imperfectos para el comercio convencional. Un proyecto similar es Espigoladors, el cual consiste igualmente en recuperar alimentos, una parte destinada a sectores sociales en riesgo de exclusión y luego otra parte para elaborar productos para vender.

Por último nos queda hablar de la generación de restaurantes que elaboran comidas a partir de alimentos reciclados o desechados diariamente por supermercados, granjas, hogares y cadenas de restaurantes. Un buen ejemplo de estas iniciativas la encontramos en el proyecto The Real Junk Food Project, que da de comer entorno a unas 100 a 150 personas a la semana a cambio de la voluntad. 

Cada día surgen nuevas iniciativas en torno a nuevos modelos de alimentación sostenibles  donde la cultura colaborativa y la inteligencia colectiva está muy presente.

Módulo 4: Finanzas colaborativas

Hablaremos de las nuevas herramientas financieras como el crowdfunding, los préstamos entre personas, las monedas alternativas o el bitcoin. La colaboración entre muchos está cambiando el dinero y el intercambio de valor. No pierdas detalle!

4.1 – Las finanzas colaborativas

 “Necesitamos servicios bancarios pero no bancos”

Bill Gates (Fundador de Microsoft)

La Economía Colaborativa reinventa los servicios financieros

La Economía Colaborativa se usa el poder de las redes distribuidas para organizar a una comunidad alrededor de unas necesidades comunes (movilidad, turismo, etc.). En el caso del sector financiero ocurre lo mismo cuando existe un interés común en financiar ciertas actividades o proyectos. Simple a la vez que revolucionario para el sector financiero.

En la actualidad muchos servicios bancarios (crédito, inversión, intercambio de divisa, etc.) son hoy ofrecidos también por startups especializadas donde la colaboración y el empoderamiento mediante herramientas digitales permiten a las personas gestionar como se mueve el dinero. La gente se está convirtiendo en un pequeño banco.

El sector financiero es uno de los más afectados por la revolución colaborativa. Los bancos que tendrán que adaptarse a una sociedad colaborativa y distribuida, donde las personas conectan sin intermediarios, con la eficiencia de la tecnología y buscando un mayor grado de confianza entre las personas.

Un primer cambio relevante dentro del sector bancario fue el crecimiento de la llamada banca ética (TriodosBankBanca Fiare, etc. ). Este tipo de banca se define por un modelo más transparente, participativo y con una cultura de coherencia donde lo importante no es solo el beneficio económico sino que el beneficio social y ecológico para la sociedad están, como mínimo, al mismo nivel. También se ha venido desarrollando la banca basada en cooperativas de ahorro,  (Coop57, o Jak) y otras alternativas como son Cooperativas de autofinanciación social en red (CASX).

Estas alternativas son interesantes pero no dejar de ser bancos tradicionales. La llegada de la Economía Colaborativa está aportando alternativas al concepto de banco como tal. Veamos las alternativas que ya están funcionando.

Ahorra con tus amigos

Se están desarrollando herramientas para el ahorro colectivo. Por lo general todas estas herramientas comparten la idea de que puedes organizarte para ahorrar y gestionar el dinero de manera colectiva con un grupo de amigos de confianza. Consiste en el acceso a una herramienta digital (online) donde puedes crear un grupo con las personas con quienes tengas confianza y quieras crear un ahorro colectivo para un proyecto o actividad. Una vez creado el grupo les puedes mandar una solicitud o invitación para que puedan acceder. Una vez dentro cada amigo pone una cierta cantidad de dinero en el bote de ahorro común. Las condiciones para hacer uso de ese fondo serán creadas por el propio grupo, por ejemplo la cantidad de dinero que una persona podría recibir en función de su aportación, las condiciones del crédito (tasa por el préstamo y plazos de devolución), también la periodicidad de la realización de los aportes de ahorros en semana, quincena o mes. 

Dentro de esta idea existen varios enfoques y proyectos diferentes, por ejemplo:

El proyecto Puddle. En base a la idea general antes comentada, específicamente en este proyecto, en función de la cantidad que cada persona aporta tiene derecho a tomar prestado una cantidad, hasta 5 veces más de lo que has contribuido, del resto del grupo. La tasa por el préstamo no se reparte como dividendos a la gente sino que quedan en el fondo de ahorro común para su uso futuro y también para cubrir potenciales impagos. Esta liderado por el catalán Jean Claude Rodriguez-Ferrera Masson desde San Francisco.

El proyecto TuTanda. En este caso consiste en que un grupo de amigos, familiares o compañeros de trabajo, se organizan para aportar de manera semanal, quincenal o mensual, una cantidad de dinero, el cual será repartido entre los participantes según la periodicidad que se haya asignado. Con esto, cada participante recibirá el total del fondo en algún momento, convirtiéndose en un crédito para los que reciben el fondo y en un ahorro para los que ahora aportan y lo recibirán en el futuro. Esta herramienta que facilita la gestión y además da la posibilidad de que el ahorro y reparto lo realicen personas que viven lejos de sí, rompiendo los límites de la proximidad, consiguiendo una autofinanciación.

Aportando luz al intercambio de divisas y los pagos internacionales

Dentro de la Economía Colaborativa, también se están desarrollando herramientas para el intercambio de divisas p2p (entre personas). Es decir, a la hora de viajar a otros países en ocasiones necesitamos realizar un paso intermedio como es el de hacer un intercambio de divisas (monedas) para disponer de dinero del país de destino. Muchas veces los bancos y otras entidades ofrecen este servicio con una comisión elevada que encarece el intercambio y que fomenta un mercado especulativo “no oficial” como alternativa con el correspondiente riesgo. Otro caso de frustración con el problema de las divisas es a la hora de hacer un pago internacional donde tienes que emplear otra divisa, esto hace que el proceso de compra se haga complejo. Para todo esto ya hay proyectos que buscan facilitar el camino y hacerlo más sencillo y eficiente apoyándose en la tecnología. Los siguientes proyectos son ejemplos representativos:

Intercambio de divisas:

  • Proyectos como WeSwap o Weeleo, se enfocan para el intercambio de divisas/moneda entre particulares sin la mediación del banco. Pensado especialmente para los turistas colaborativos, quienes van a un país y a través de estas herramientas se ponen en contacto con un persona del lugar de destino con quien tras llegar a un acuerdo entre tu oferta y su contraoferta, se produce un acuerdo que se materializa en un intercambio de las divisas en persona. De este modo todo el mundo obtiene más dinero del que obtendría cambiando por un banco y además se puede compartir un café y algunos trucos locales acerca de la ciudad que estás visitando.

Transferencias:

  • El proyecto Transferwise ideado para pagos y transferencias internacionales entre particulares. Este proyecto es fundado por gente que también creo Skype y PayPal en su día. Transferwise permite enviar divisas entre particulares en más de 20 monedas con una comisión del 0,5% frente al 4,5% habitual de los bancos.
  • El proyecto Kantox, radicado en Barcelona, hace lo mismo que Transferwise pero especializado a la transacción y pago entre empresas. El servicio ha tenido muy buena recepción y en 4 años de vida han conseguido transferencias por más de 1.000 millones de dólares.

Seguros en grupo

El sector de las aseguradoras en general resulta especialmente interesante para la Economía Colaborativa. La necesidad de ofrecer seguridad en los intercambios directos entre personas representa una gran oportunidad expansión de negocio para las empresas aseguradoras. Las más avispadas ya se están posicionando en el sector.

Además están desarrollando también herramientas innovadoras para seguros colaborativos. Posiblemente estemos ante uno de los sectores que tiene mayor potencial de reinventarse gracias al consumo y la economía colaborativa.

  • Friendsurance, es un proyecto pionero de origen alemán que ofrece los servicios de cobertura de las aseguradoras tradicionales pero incluye una componente social. El factor diferencial que aporta es la posibilidad de que los usuarios desarrollen redes sociales entre sí, en este caso para cubrir las reclamaciones de coste reducido. Dos o más personas conectan mediante invitaciones y aportan una pequeña cantidad en caso de que alguno de ellos comunique un siniestro. La aseguradora sólo se hace cargo de la parte que exceda la cantidad depositada por los miembros de la red. Es más, Friendsurance sostiene que devuelve parte de la inversión realizada a los asegurados. ¿Cuál es el truco? La propia naturaleza de la idea hace que se reduzca el fraude, ya que la cantidad percibida por el solicitante sale de los bolsillos de los miembros de su red, que son sus amigos, por lo que se desvanece el factor “estafemos a la empresa de seguros”.
  • Con el provocativo y simbólico nombre de Guevara arrancó en 2014 en el Reino Unido la primera plataforma aseguradora para vehículos que funciona como un club de usuarios: cuanto mejor conduzca el grupo, menores serán las reclamaciones y, en consecuencia las cuotas, explica el fundador, Kim Miller, que ha logrado aunar 100.000 libras esterlinas en la primera tanda de financiación. 

4.2 – Crowdfunding (I): Crowdfunding de Recompensas y Donaciones

El crowdfunding como herramienta para financiar tus proyectos

El crowdfunding o “financiación colectiva” es una forma de cooperación entre muchas personas cuyo objetivo es reunir una suma de dinero, u otros recursos no monetarios, con los que apoyar el desarrollo de una iniciativa concreta. La coordinación entre estas personas se establece a través de una plataforma de crowdfunding.

Hay que entender que más allá del dinero y la tecnología, el mecanismo del crowdfunding es un proceso de involucramiento comunitario entre una persona o una organización con una idea y un grupo de gente o comunidad que quiere participar en el esfuerzo de hacer esa idea o proyecto realidad de una manera activa y comprometida. De este modo se crean lazos humanos que serán más importantes que el dinero recolectado para sacar el proyecto adelante. Todo ello está permitiendo sacar adelante muchos proyectos que no habrían podido conseguir financiación por métodos más tradicionales.

Existen varias modalidades de financiación colectiva, como son el crowdfunding de recompensas, de donaciones, de préstamos y de inversiones.

Todos ellos los iremos viendo a continuación en estos capítulos. En su conjunto y a nivel mundial movieron más de 16.000 millones de dólares en 2014 triplicando las cifras de 2013.

Crowdfunding basado en recompensas

Este modelo por el momento es el más conocido. Está centrado en lo que podríamos considerar la pre-venta de algo, un libro, un casco, un disco, una evento, etc. Un mecenas aporta una cantidad económica y, a cambio en función de la cantidad aportada recibe un retorno que en la mayor parte de las ocasiones son productos o servicios del propio proyecto. Las personas que aportan y reciben algo a cambio son denominados mecenas o micromecenas.

Las plataformas crowdfunding de recompensas de mayor impacto han sido generalmente las que fueron pioneras en este sector y que  tuvieron un enfoque general para albergar proyectos de diferentes ámbitos, como el arte, la cultura, la educación, lo tecnológico, lo social, etc. Las plataformas generalistas y de mayor impacto a nivel internacional son KickStarter, Indiego  o Ulule que se denomina como la primera plataforma europea de crowdfunding. A nivel España son conocidas principalmente Verkami, Lanzanos y Goteo. 

Goteo es referencia internacional al estar enfocada en los proyecto de carácter libre y abierto. Esto significa que los proyectos deben apostar por el procomún, el código abierto y el conocimiento libre, poniendo por lo tanto el acento en la misión pública, favoreciendo la cultura libre, licencias libres tanto de software como de hardware y el desarrollo social. Goteo recibió en 2014 el Premio a la ONG del Año por el Foro Cívico Europeo.

En paralelo han ido surgiendo plataformas de crowdfunding enfocada a sectores o nichos concretos: Mola.fm para impulsar a músicos, Fromlab para el desarrollo de productos o artesanías, Libros.com para apoyar la financiación de libros, Precipita.es para proyectos de investigación y ciencia, UnitedFoodRepublic para proyectos gastronómicos, Sport2help para financiar proyectos solidarios con el deporte, Namlebe para apoyar proyectos políticos y sociales.

Para estar al día de las nuevas iniciativas podéis visitar UniversoCrowdfunding.

Crowdfunding basado en donaciones

Este modelo de financiación colectiva es el  principalmente empleado por organizaciones sin ánimo de lucro. Este modelo es una alternativa para ayudar a financiar proyectos, que tradicionalmente se realizaban por las donaciones periódicas de socios. Ahora y con difusión de los proyectos por redes sociales, se consigue una mayor participación ciudadana en estos proyectos dado que para colaborar en un proyecto, ya no hace falta ser socio de la organización que promueve el proyecto, sino que se hacen contribuciones puntuales.

El punto diferencial respecto al crowdfunding basados en recompensa, es que el donante no recibe nada material en forma de pre-venta, simplemente la satisfacción de haber apoyado un proyecto que era de su interés. Las cuantías aportadas las determina directamente el donante en cada caso, pueden ir desde 1€ hasta miles de euros.

Varios referentes: Microdonaciones.net iniciativa de HazloPosible, Migranodearena.orgWorldCoo o los pioneros de Teaming.

Es interesante saber que si el promotor está catalogado como “Organización de interés general”, ya que en este caso el donante se puede acoger a una desgravación fiscal. Hemos de fijarnos bien si en la plataforma o en el proyecto nos indican esa ventaja.

El gran reto: crowdfunding cívico y de impacto local 

Uno de las desafíos más importantes que aún existen es vincular a las comunidades cívicas de ámbito más local y tradicionales con las posibilidades de las herramientas de crowdfunding. Estas organizaciones podrán incrementar su impacto con un mayor comprensión y uso de estas herramientas.

Existen plataformas orientadas a tipo de crowdfunding cívico, aunque la mayoría fuera de España. Destacamos SpaceHive, Bulbintown, CrediblesNeighbor.ly o Citizinvestor por ejemplo.

¿Cómo lanzar una campaña de Crowdfunding de recompensas?

Una campaña de crowdfunding dista mucho de ser “dinero gratis”. Hay numerosos casos de éxito conocidos, como Bamboo Bikes Barcelona que en la plataforma Verkami recaudó su objetivo en solo 12 minutos y acabó obteniendo un 600% de su objetivo, pero para llegar a esto hay que planificar muy bien la campaña. 

Para el éxito de la campaña necesitarás seguro una comunidad que crea y apoye el proyecto. Por lo tanto antes del lanzamiento de una campaña de crowdfunding hay que crear y desarrollar una comunidad comprometida. Intentar sacar adelante una campaña sin esta comunidad será muy difícil.

En internet encontrarás diversos tutoriales más extensos y completos que la breve explicación que sigue: 

1. Elegir la plataforma de crowdfunding más adecuada para el tipo de proyecto. Esta  es una decisión crucial para el éxito de la campaña. Sólo en España hay más de 50 plataformas. Hay que invertir tiempo para entender qué condiciones ofrecen (comisiones, apoyo a la campaña, etc.) Recomendamos la lista de plataformas crowdfunding que mantiene la web UniversoCrowdfunding como referencia.

2. Después es el momento de diseñar la campaña, un proceso en el que las plataformas suelen ayudar de manera muy activa o incluso hay consultores especializados en este ámbito. A rasgos generales, diseñar una descripción del proyecto, complementarlo con un buen vídeo explicativo, fijar una duración de la campaña (lo habitual entre 30-90 días), la cantidad de dinero (u otros recursos no monetarios) a recolectar y sobretodo un buen diseño de las recompensas. Es decir lo que vas a ofrecer a cambio de las aportaciones de dinero u otros recursos. Es muy importante ser transparente y comunicar con precisión en qué y cómo se gastará el dinero obtenido.

3. Publicación de la campaña en la plataforma durante el período pre-establecido para recolectar las aportaciones de la gente. Durante este periodo es muy importante ser muy activo en la promoción de la campaña. Siendo recomendable empezar por los círculos más cercanos como familia y amigos para luego llegar a la comunidad ampliada e incluso a desconocidos.

4. Al final del período se verá si se llegó al objetivo marcado o no. En caso de ser una campaña bajo la regla del “todo o nada”, sólo obtendrás el dinero (menos algunas comisiones e impuestos) si has llegado al objetivo marcado. En el caso de campañas bajo la regla “todo vale” vas a poder obtener el dinero siempre (habitualmente con comisiones más elevadas para la plataforma). En el caso del “todo vale” hay que pensar muy bien cómo vas a entregar las recompensas comprometidas aunque no hayas llegado al objetivo de dinero.

Insistir de nuevo em que es necesario estudiar bien el tema de las comisiones de la plataformas, de los impuestos y la fiscalidad sobre el dinero que vas a recolectar e incluir ese “gasto extra” dentro del objetivo que marques para la campaña.

4.3 – Crowdfunding (y II): Crowdfunding de préstamos y crowdfunding de inversiones

Retomamos del capítulo anterior las modalidades de financiación colectiva que aún no hemos repasado: crowdfunding basado en préstamos y crowdfunding basado en inversiones. Estos son las modalidades de crowdfunding que el gobierno ha regulado con la reciente ley del crowdfunding

Crowdfunding basado en préstamos

Este tipo de crowdfunding basado en préstamos colectivos, se denomina también crowdlending. Este modelo de financiación colectiva se da entre particulares como «p2p lending» o bien entre particulares y empresas «p2b lending».

¿Cómo funciona?

Para este tipo de crowdfunding la campaña va destinada a cubrir una necesidad de crédito de una persona (reformas, un coche, consolidación de deudas, etc.) o una empresa (para comprar nuevas máquinas, para tener liquidez, para comprar stock, etc.).

El funcionamiento consiste en que una persona o empresa a través de una plataforma especializada en préstamos financiados por la multitud (crowd) solicita una cantidad económica y un plazo para devolverlo. La plataforma suele hacer un estudio sobre la viabilidad del usuario o empresa  y le asigna un nivel de riesgo, indicando también el interés que tendrá que pagar por el dinero obtenido si finalmente alcanza el objetivo. En otras ocasiones el propio prestamista determina el interés al que le prestará el dinero. Las personas que entregan dinero a cambio de un tipo de interés son prestamistas.

Superado el proceso de viabilidad con el que garantizar la solvencia del prestatario (la persona o empresa que pide el préstamo colectivo), se cuelga la solicitud en la plataforma y los prestamistas deciden si prestan dinero (al tipo de interés previamente expuesto por la plataforma o ellos mismos) y qué cantidad. Si el prestatario recibe lo que ha pedido, mensualmente devolverá una parte más los intereses, que serán ingresados proporcionalmente en la cuenta de cada uno de los prestamistas.

Para los inversores (prestamistas) la diversificación en muchos pequeños créditos es una manera de minimizar los riesgos por impago, con respecto a invertir todo su dinero en un solo crédito. Los intereses derivados para el prestamista siempre serán menores que los intereses fijados por un banco tradicional para un mismo crédito. Además para el inversor (prestatario) estos intereses suponen una rentabilidad mayor que con un plazo fijo de sus ahorros en un banco. De este modo al inversor le interesa invertir antes su dinero en estas plataformas que mantenerlo en el banco. Este mayor rendimiento se debe a la menor inversión para  escalabilidad, eficiencia, automatización y simplificación de los procesos del modelo o plataforma  a través de la tecnología digital e internet. 

Aunque estos modelos sean más eficientes, transparentes, y controlables por el propio usuario, siempre existe el riesgo de perder parte o la totalidad del dinero invertido. Pese a que las plataformas filtran las empresas con menor riesgo, siempre existe la posibilidad. En este sentido con el fin de dar garantías a las partes implicadas en estos modelos, el gobierno español regulado estas actividades en 2015.  

Un sector en rápido crecimiento

La empresa que lidera el sector en España es Comunitae, que desde su apertura en el año 2009, ha prestado alrededor de €15 M, con niveles de morosidad por debajo de la banca tradicional. Se les han sumado servicios de otras partes de Europa que han empezado a operar en España como Lendico, Bondora o TrustBuddy. Para los préstamos a pymes Arboribus es el líder nacional y LoanBook también presenta bastante actividad. Según un estudio realizado por Loogic el mercado de crowdlending en España ya tiene un tamaño de alrededor de 20 millones de euros al año. Aquí puedes ver las principales plataformas crowdlending establecidas en España.

Según el informe ‘Moving Mainstream. The European Alternative Finance Benchmarking Report’ publicado por la Universidad de Cambridge, el mercado de la financiación alternativa (en su conjunto) creció en Europa un 144% durante 2014.

España ocupa el sexto puesto por detrás de países como Reino Unido, Alemania u Holanda, entre otros. La financiación alternativa en España ha experimentado un crecimiento del 152% entre 2012 y 2014. De entre los segmentos que más se han desarrollado, destaca el de los préstamos P2P o crowdlending, es decir, préstamos entre particulares. Los préstamos P2P crecieron al 363% en nuestro país.

En Reino Unido incluso el gobierno ha empezado a usar estas plataformas y mecanismos para hacer llegar crédito a las pymes. 

Aún con todo esto en España y Europa en general, a excepción del Reino Unido, este tipo de préstamos entre particulares están creciendo pero no llegan a las cifras de los Estados Unidos donde empresas como LendingClub (que ha salido a bolsa) mueven ya muchísimo dinero.

Crowdfunding basado en inversiones

Este modelo de crowdfunding o financiación colectiva denominado “equity crowdfunding” se produce cuando una persona, (generalmente un emprendedor) o una startup, que necesita financiación para su proyecto,  ofrece  a cambio participaciones en el capital de la empresa a las personas que le quieran apoyar, a cambio de su dinero. Las personas que adquieren participaciones se denominan inversores.

La adquisición de estas participaciones es como tener acciones de esa empresa o startup desde muy poco dinero. De ésta forma no solo se puede apoyar un proyecto que nos interesa, sino ganar dinero en el futuro si ese proyecto tiene éxito. En definitiva te conviertes en inversor de la empresa o iniciativa del emprendedor.

Las participaciones en algunos casos se reciben como acciones y en otros casos se reciben como derechos sobre los ingresos del proyecto. Este tipo de crowdfunding está siendo usado con mucho éxito por empresas tanto para su creación como para procesos de ampliación de capital.


La plataformas más conocidas de equity crowdfunding en España son CrowdCube, TheCrowdAngel, SociosInversores,  SeedQuick , Inverem.es o ECrowd. 

En algunos países ya se pueden adquirir participaciones por 10€. Esta opción de financiación de empresas u organizaciones, desde la propiedad de la misma, supone una democratización de la propiedad, y la posibilidad de empoderar mucho más a los ciudadanos y a los usuarios de las propias plataformas. En España sin ir más lejos PopPlaces (mercado de espacios), Zank (P2P lending), Foxize (P2P learning) o La Más Mona (alquiler de vestidos) han realizado ampliaciones de capital con sus propios usuarios.

También comienzan a surgir nuevas fórmulas de equity crowdfunding, donde además de financiar a emprendedores o startups a cambio de participaciones, se convierten en plataformas con un ecosistema de emprendedores. Un ejemplo de estas plataformas es Bihoop.

Las cifras del crowdfunding en España

Las diversas opciones de crowdfunding siguen ganando terreno a los bancos, por ahora con cifras relativamente modestas en el conjunto de la economía pero creciendo de manera muy acelerada. Más datos en este enlace.

4.4 – Monedas alternativas, complementarias y criptomonedas. De lo local a lo global

“Todo el dinero es cuestión de creencia”

Adam Smith (Economista)

La influencia del dinero en nuestras vidas

A lo largo de la historia el dinero siempre ha asumido un papel demasiado central en la economía en relación al poder, pero no olvidemos que el dinero es solo una creación humana, por lo que en cualquier momento puede perder su valor al cambiarse por otra nueva creación.

La mayor parte de los problemas actuales tienen al dinero como la causa última del problema. Por ello  es urgente explorar alternativas al dinero capitalista tradicional y descubrir nuevas maneras de valorar el trabajo, el tiempo, la naturaleza, la comunidad, etc.

Vivimos en un mundo abundante pero son nuestras propias creencias y mecanismos (como el dinero) lo que hace que se convierta en un mundo de escasez para muchos. Es una paradoja que aquello que nos puede ayudar como herramienta, se convierta en nuestro propio problema, debido a que el dinero ha pasado de ser un medio a un fin. Acumular y ganar más dinero se ha convertido en un fin en sí mismo, cuando en realidad el dinero es una herramienta que al igual que la confianza nos ayuda a realizar acciones de un modo más simplificado y ágil.

Es importante entender cómo se crea el dinero en la economía actual. Dentro de esta unidad encontrarás contenidos extra donde profundizar en el tema. La idea básica es que la banca privada es quien puede crear el dinero de la nada a base de otorgar préstamos con interés. Es decir que en el fondo el dinero se crea como deuda. Esto lo dice el propio banco de Inglaterra.Ante esta realidad, los ciudadanos buscan soluciones alternativas en forma de monedas sociales y complementarias, de las cuales algunas siguen teniendo forma tangible (billete físico) y otras intangible de bits que se gestionan desde los terminales digitales, como smartphones, tablets o portátiles.

Estamos ante un proceso de cambio del pensamiento y creencia sobre el dinero lo que hará que pase de ser un bien escaso, a un bien abundante y distribuido. El dinero es uno de los mecanismos más potentes que existen para cambiar nuestra sociedad y mejorar la vida de los ciudadanos. A continuación presentamos algunas de las nuevas formas del dinero.

Las monedas sociales alternativas y complementarias

Julio Gisbert, experto en nuevas monedas, define la moneda social como «una herramienta para favorecer los intercambios de bienes y servicios que se realizan entre las personas en una zona concreta», explica. Julio Gisbert recuerda la diferenciación entre las «monedas complementarias» y las «monedas alternativas»

  • Las monedas complementarias conviven con el euro, se pueden cambiar, y buscan «dinamizar la economía local y crear empleo»
  • Las monedas alternativas «mantienen sinergias con colectivos sociales y ecologistas teniendo un matiz anticapitalista».

Solo en España circulan más de 30 monedas distintas del euro. Se llaman eco, turutas, boniatos, zoquitospumasmoras, etc. Para entender este proceso de creación de monedas alternativas y complementarias adjuntamos en los contenidos extra de esta lección, un documental de RTVE llamado “monedas de cambio” que explica de manera muy clara y precisa todo este movimiento.
Lo más interesante de crear y usar tu propia moneda es que puedes literalmente diseñar los parámetros de creación y uso de esa moneda, como por ejemplo, su valor de intercambio con respecto a la moneda oficial, establecer condiciones como es la pérdida de valor con el tiempo si no se usa para favorecer los intercambios y penalizar la acumulación, o el nivel de crédito que los usuarios de esa moneda puedan tener, etc.

Las monedas sociales refuerzan la economía local y relaciones entre los vecinos, evitando burbujas económicas. Sin embargo también tienen inconvenientes, como es cuando hay un bajo número de usuarios de la moneda social generando intercambios muy limitados. Además suele ser una moneda que solo es válida en un área muy limitada, no siendo válida en otras comarcas o ciudades. Por lo tanto la moneda social no es una alternativa a las monedas globales, pero sí son una moneda complementaria que genera valor a nivel local en su utilización.  

Bitcoin y otras criptomonedas digitales

Para tener impacto en un sistema financiero globalizado es necesario usar los mismos mecanismos, la digitalización del dinero y una escala global. Con esta intención surgen las criptomonedas, monedas globales alternativas a las oficiales del sistema financiero. Esta temática actualmente está en plena ebullición, haz algunas búsquedas en Internet y encontrarás información abundante. Criptomonedas es la denominación más común para referirse a este sistema de intercambio de valor en base a monedas complementarias 100% digitales y 100% descentralizadas (el sistema no tiene dueño), anónimas y sin respaldo alguno de los de bancos centrales u otras autoridades.A diferencia de un billete o moneda física, una criptomoneda es un bien digital:

  • Se almacena en un monedero electrónico (algo similar a un número de cuenta bancaria) que tiene asociadas una dirección pública y una clave privada.
  • Se hacen transacciones entre usuarios mediante estos monederos virtuales usando las direcciones públicas de los monederos. La clave privada (que no debe ser divulgada) permite acceder a los fondos que tengas en ese monedero y realizar las transferencias.

Además estas criptomonedas sirven para realizar un intercambio económico entre dos personas que pueden estar al otro lado del mundo o ser un vecino de tu barrio sin la intermediación de ningún banco. Desde el punto de vista del usuario todo funciona con sólo copiar y pegar la direcciones públicas y hacer un par de clicks.

Si bien en las monedas complementarias locales la confianza se genera con el uso de está en un grupo reducido y geográficamente próximo. En una criptomoneda la confianza se genera porque los usuarios confían en la tecnología, cuando esta es de código abierto (cualquiera puede ver el código) y además todas la transacciones que se dan en una criptomoneda determinada se registran en una contabilidad pública distribuida (el llamado “blockchain”). Son los propios usuarios (miles de ordenadores de todo el mundo) que se aseguran de efectuar el seguimiento, control y registro de las transacciones. Gracias a esto y un complejo sistema criptográfico es posible garantizar de que nadie haga trampas.


La criptomoneda pionera y más conocida es el BitCoin que fue creado en 2009 por el desarrollador de pseudónimo Satoshi Nakamoto, del que aún no se conoce la identidad real, y que sentó las bases del resto de criptomonedas.El problema de estos modelos de criptomonedas globales, especialmente el Bitcoin por diseño, es que:

  • La confianza de su sistema se basa únicamente en la confianza a la tecnología. Esto hace que sea innecesaria la existencia de una confianza previa entre las personas participantes del intercambio. Lo que parecía una “solución” al sistema financiero actual no hace más que replicar esquemas del dinero actual.
  • Además el BitCoin está diseñado para ser escaso y deflacionario (resulta más “rentable” guardar tus BitCoins para el futuro que gastarlos hoy) favoreciendo la acumulación, las desigualdades, la especulación y la fluctuación de su valor respecto al dólar.
  • Todo esto sin hablar del elevado consumo de electricidad que requieren los complejos cálculos criptográficos de minado de las bitcoins y el potencial uso del BitCoin para actividades ilícitas gracias a su anonimato.

Sin un diseño más inteligente de las criptomonedas no estamos mejorando en nada el sistema monetario actual y sólo estamos perpetuando sus problemas.

Por suerte hay alternativas al BitCoin, que buscan no solo ser monedas alternativas al sistema oficial global financiero sino que además cuentan con mecanismos más responsables y éticos. Por ejemplo el LiteCoin (criptografía menos compleja, más veloz y requiere menos energía), PeerCoin (no tiene límite en creación de monedas, pero sigue beneficiando la acumulación de monedas), SolarCoin (simplificando, por cada Kilowattio generado mediante fuentes solares se entrega un SolarCoin), o la reciente FairCoin (una moneda que fomenta la cooperación global).  En esta web se recopila las criptomonedas más importantes del mundo. Por cierto, España ha declarado Bitcoin (y el resto de criptomonedas) exentas de IVA.

Ninguna de estas monedas por si sola podrá reemplazar la necesidad del dinero tradicional, pero sí que nos señalan un escenario donde monedas locales y regionales coexistirán con sistemas de crédito negocio a negocio y criptomonedas globales que tengan valores sociales incorporados en su diseño. Podremos usar diferentes sistemas de monedas según nos convenga no dependiendo tanto del sistema financiero bancario y las monedas oficiales. 

En resumen, los ciudadanos estamos creando alternativas al dinero capitalista tradicional y estamos buscando otras maneras de valorar los intercambios entre nosotros, siendo algo sencillo y revolucionario.

La tecnología blockchain. La puerta a un mundo 100% distribuido

Lo más interesante de las criptomonedas es la tecnología base sobre las que funcionan: “blockchain”. Su comprensión va más allá de los contenidos de este curso de economía colaborativa pero puede resultar muy revolucionaria y hemos incluido un breve apunte.

Este invento (blockchain app stack) simplifica mucho la creación de aplicaciones informáticas totalmente distribuidas (donde no hay un ordenador central sino un gran número de ordenadores coordinados) para todo tipo de necesidades. Las llamadas organizaciones autónomas y descentralizadas son dignas de un libro de ciencia ficción futurista, pero pronto serán realidad.

Para ver algunos ejemplos de posibles servicios basados en esta tecnología recomendamos leer: “Humans, bits and blocks”

Módulo 5: La inteligencia colectiva y colaborativa

Hoy en día cualquier persona puede aprender y enseñar algo a otra persona. Internet permite conectarnos para compartir el bien más preciado: el conocimiento. Este nuevo modelo de aprendizaje (directo, co-creado, libre y abierto) es usado tanto por particulares, como por empresas e investigadores.

5.1 – El aprendizaje entre iguales

Hoy en día desde casi cualquier rincón del mundo, cualquier persona puede aprender y enseñar algo a otra persona. Internet permite conectarnos para compartir el bien más preciado: el conocimiento.

Este nuevo modelo de aprendizaje (directo, co-creado, y basado en conocimientos libres y abierto) es usado ya tanto por particulares, como por empresas e incluso investigadores.

Un nuevo contexto requiere un nuevo modelo de educación

En el contexto de profundos cambios socioculturales en el que estamos inmersos, el modelo educativo dominante hasta el momento ha dejado de ser el más adecuado. Estos modelos han estado basados en la industrialización y estandarización del conocimiento (las carreras o másters) y una educación orientada a cubrir las demandas de un mercado laboral predecible. Hoy en día tanto el conocimiento como las necesidades del mercado laboral evolucionan muy rápido. El futuro es de las profesiones que todavía no existen y que hoy no se pueden estudiar.

El modelo educativo para el siglo XXI y la economía digital debe ser flexible y enfocado en el desarrollo del talento de cada persona para que por sí misma y acompañada por los demás en el proceso.

En este tema os presentamos algunos de los nuevos conceptos y modelos de educación continuada, entre iguales y en abierto que basados en los principios colaborativos ya están funcionando.

El aprendizaje peer-to-peer (P2P) o entre iguales.

La educación entre iguales se basa en la premisa de que toda persona tiene algo que enseñar a los demás, por eso gracias a la conectividad de las tecnologías digitales hoy por hoy se hace más fácil compartir tu talento y conocimiento con cualquier persona interesada en aprenderlo.

Aprendizaje online

Desde 2013 la plataforma Tutellus trabaja para solucionar los problemas de formación relacionados con la distancia y con un producto formativo convencional muy frío, institucional, caro e inaccesible para la mayoría. A través de la plataforma cualquier persona gratuitamente puede emplear las herramientas facilitadas para crear los cursos o talleres que quiera compartir con el mundo. De este modo los usuarios de Tutellus aprenden o enseñan de forma colaborativa, apoyándose en la propia comunidad para conseguir una experiencia formativa sencilla, social y divertida.

El objetivo de Tutellus es crecer y llevar la educación hasta el último rincón del planeta y con ello ayudar a la gente a ganar dinero compartiendo aquello que le apasiona. A mitades de 2015 cuentan ya con más de 500.000 usuarios en 160 países.

Otra cosa interesante de Tutellus es que quiere crear líneas de colaboración con las universidades, facilitando cursos universitarios con créditos oficiales ECTS. Se definen como la plataforma colaborativa para aprender y enseñar en Español más grande del mundo.

Existen otras plataforma hispanas como Educabilia (de origen argentino), AprendumFloqq, etc. aunque es conveniente revisar si siguen en funcionamiento. Muchas tienen un claro enfoque hacia el mercado de América Latina donde el aprendizaje online es más habitual que en Europa.

También hay servicios especializados, por ejemplo, en aprendizaje de idiomas entre iguales. Uno de los más exitosos de origen español es Busuu. Con poco más de 7 años de vida cuenta con más de 50 millones de estudiantes. Poliglota es un servicio similar establecido sobretodo en América Latina. No podemos dejar de mencionar Duolingo.

A escala global y con un enfoque hacia el “long life learning” destaca la P2P University

Aprendizaje offline

El concepto de aprendizaje p2p también tiene su versión “offline”. En Foxize School la formación se realiza presencialmente.

Esta plataforma, focalizada en la educación sobre negocios digitales, facilita la conexión entre personas que quieren enseñar un curso con personas que quieren aprender. Se articula sobre el concepto de píldoras de 3h orientadas a profesionales que quieren mejorar sus conocimientos en un campo concreto. Además de facilitar la conexión, también facilitan la plataforma para la gestión de pagos, comunicación-difusión y si fuera necesario la búsqueda de un espacio donde impartir el curso. Sin ir más lejos en OuiShare Academy hemos impartido cursos con Foxize en los últimos años.

Desde el punto de vista del alumno lo interesante es poder personalizar absolutamente el recorrido formativo y desarrollar por lo tanto un conjunto de capacidades únicas.

Un último detalle acerca de Foxize. En 2015 consiguió financiarse mediante una campaña de equity crowdfunding (concepto visto en el módulo 4), en la que muchos profesores y alumnos tomaron parte.

En “offline” también existen también plataformas especializadas como

  • Mingles: permite aprender y practicar idiomas con una red de profesores nativos y encuentros con otros estudiantes en bares singulares de Madrid. En estos casos la componente de aprendizaje y la componente social quedan claramente balanceadas.
  • SharingAcademy: clases particulares entre universitarios a través de un portal ágil y con gestión de reputación de profesores y alumnos.

La educación abierta, gratuita y global

En las plataformas de aprendizaje p2p habitualmente el acceso al conocimiento es de pago. Hay un precio por curso o una subscripción al servicio, aunque también pueden existir algunos cursos gratuitos en modalidad “freemium”.

En paralelo existen otras opciones gratuitas y también de gran calidad para aquellos que quieren autoeducarse. Internet es una mina de conocimientos: desde blogs de de expertos en temáticas, videotutoriales en youtube o audios en plataformas de tipo podcast.

Otra opción más guiada y estructurada  es el formato de cursos denominado con las siglas MOOC (Massive Open Online Course),  en español “curso masivo, online y abierto/gratuito”. Este modelo de educación está revolucionando el sector no solo por la gran calidad de los contenidos siendo gratuitos, sino también por el impacto social que está generando a lo largo y ancho del mundo, llegando a millones de personas cada día.

Este Curso OuiShare de Economía Colaborativa (#COEC) que estás realizando es un ejemplo de MOOC.

Hay dos grandes referencias del concepto MOOC:

  • Salman Khan, graduado en ingeniería eléctrica por el MIT durante el verano de 2004 comenzó a echarle un cable a su prima con las matemáticas. Al vivir lejos uno del otro, Salman decidió hacer una serie de clases o tutorías a distancia remoto a través de un software e internet. Este modelo ayudó a  mejorar los resultados de su prima y al poco tiempo más primos  se sumaron a las clases virtuales.  Por la falta de tiempo, Khan optó por subir las clases a YouTube. Dos años después Salman lanzaba Khan Academyuna plataforma online con miles de  mini lecciones gratuitas de matemáticas, economía, química, humanidades, etc desde un nivel básico a muy avanzado. Cuenta con una media de 10 millones de estudiantes activos al mes.
  • Tres de las más prestigiosas universidades del mundo como son Stanford, el MIT y Harvard con el fin de ofrecer enseñanza superior de forma accesible, atractiva y eficaz a escala mundial, en el año 2011 crearon Coursera. Con la misma aproximación de curso universitario han aparecido otras plataformas de cursos MOOC como son Udacity, edX en habla inglesa. Una de las plataformas más importantes que imparten cursos MOOC en español son Miriada X. Actualmente muchas universidades están integrando en su oferta académica el modelo MOOC compartiendo cursos dentro de las plataformas MOOC antes mencionadas, o creando sus propias plataformas, todo ello en la búsqueda de una adaptación a los nuevos tiempos y a las necesidades reales de los estudiantes del siglo XXI.

La certificación de los conocimientos: de los títulos a las píldoras

Una de las funciones tradicionales de una institución educativa (universidad, escuela de idiomas, instituto, etc.) es certificar que el alumno ha seguido el curso/carrera y ha adquirido ciertos conocimientos. Habitualmente se trata de pasar exámenes y obtener títulos oficiales.

Como hemos visto en este tema hoy la gente al igual que compra “canciones” en vez de “discos”, también aprende por “píldoras de conocimiento” en vez de por “títulos”. Esto impacta directamente también en cómo se pueden certificar estos conocimientos.

Por un lado cada vez hay menos “titulitis” y la adquisición de ciertos conocimientos o habilidades se certifican mediante su uso en un proyecto personal o dentro de una empresa. No es tanto lo que sabes sino lo que haces con lo que sabes.

El proyecto Open Badges de Mozilla trabaja para solucionar este problema facilitando que quien lo desee pueda emitir, ganar y mostrar insignias en la web a través de una infraestructura técnica desarrollada en código abierto.

5.2 – Conocimiento abierto

 “Todo lo que sabemos, lo sabemos entre todos”

Antonio Machado

Ya nos decía George Bernand Shaw: “Si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana e intercambiamos las manzanas, entonces tanto tú como yo seguiremos teniendo una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea e intercambiamos ideas, entonces ambos tendremos dos ideas.»

El conocimiento abierto, la nueva norma para el siglo XXI

Bajo esta la mentalidad de compartir podemos crear abundancia de conocimiento (ideas, software, diseños de hardware, publicaciones científicas, datos de servicios públicos, etc.) cuando los compartimos de manera abierta.  

El conocimiento abierto son un conjunto de iniciativas, movimientos y corrientes de pensamiento orientadas a disminuir o incluso eliminar las barreras de acceso a los contenidos, a los datos y a la información. La idea de encontrar un hueco entre el estrecho e incómodo marco legal, de un lado, y el interés público de otro, que satisfaga las necesidades de la sociedad, es la idea que da forma a todo lo que consideramos conocimiento abierto y que vamos a comentar someramente en este capítulo.

Para que un contenido digital o un dato sea considerado conocimiento abierto (“open knowledge en inglés) este contenido, información o dato debe poder ser libremente utilizado, reutilizado y redistribuido sin las habituales restricciones legales, tecnológicas o sociales.  

Actualmente las líneas de acción más habituales para la aplicación del conocimiento abierto son:

  • Datos e información de origen científico, histórico, geográfico (teniendo en cuenta que los datos en estos tres campos podrían tener propiedad intelectual asociada), y también tecnológico, transporte, climático, etc., así como todos los datos que almacenan los gobiernos y las Administraciones Públicas, en general parte del dominio público.
  • Contenidos de todo tipo, incluyendo películas, música, libros, etc. Especialmente interesante cuando hablamos de contenidos educativos abiertos (como este mismo curso), con la intención de buscar un lugar más equilibrado entre la protección de la propiedad intelectual y el dominio público.
  • El software de código abierto, el software libre, diseños de hardware abiertos, etc.

Énfasis especial se merecen los datos que almacenan gobiernos y Administraciones Públicas. A menudo se habla de políticas de transparencia y datos abiertos pero para que estos datos sean considerados como conocimiento abierto los datos deben ser proporcionados en un formato amistoso que los haga usables (no sirve por ejemplo una foto o un papel escaneado) y sin restricciones que limiten su reutilización. El uso real de datos y conocimiento abierto por parte de las administraciones (presupuestos, debates políticos, declaraciones de bienes, agenda de reuniones con grupos de interés, etc.) es un ejercicio de transparencia que ayuda a atajar la corrupción. En un modelo abierto la sociedad civil puede ejercer el rol de controlar y contribuir en los procesos. En España la Fundación Civio realiza un labor ejemplar en este ámbito.

El acceso al conocimiento abierto facilita además el desarrollo social en cualquier parte del mundo, para resolver problemas de nuestro entorno, siendo también una herramienta para luchar contra el analfabetismo y hacer un mundo más justo y equitativo. Aplicando el conocimiento abierto a la hora de facilitar soluciones, estas no van de norte a sur, sino en cualquier dirección a través de la Internet, superando el viejo paradigma de norte y sur, por un paradigma global donde el conocimiento de valor generado abiertamente en cualquier parte del mundo puede replicarse, adaptarse y desarrollarse en cualquier lugar. Toda esta transformación se hará posible a medida que el acceso a Internet vaya aumentando en los países donde existe una mayor brecha digital y de este modo la cultura abierta tomará mayor relevancia en estos países.

Cambiando los modelos cerrados por abiertos

Dentro del paradigma de los modelos cerrados, el acceso al conocimiento está limitado debido a los derechos de propiedad intelectual generados por las licencias privativas y en el ámbito industrial por las patentes.

Los modelos de conocimiento “cerrado” desarrollan una lógica de escasez, al no permitir un desarrollo abierto de sus productos o servicios con el apoyo de comunidades contribuidoras. Por lo tanto el modelo “cerrado” desaprovecha un gran potencial de desarrollo al mantener sus recursos cerrados con el fin de capturar para sí mismos todo el valor generado con la comercialización del producto.  

La lógica cerrada adoptada durante el siglo XX está cambiando cada vez más  aceleradamente en el siglo XXI hacia una cultura más abierta que genera modelos mixtos o abiertos apostando por la generación de un valor más distribuido y a la vez con mayor potencial de desarrollo.

Una de las comunidades internacionales que está impulsando a nivel mundial la cultura abierta como un modelo de desarrollo es la Open Knowledge Foundation, que fomenta el acceso a la información y al conocimiento de forma abierta y directa.

En este sentido OuiShare también aporta su granito de arena a la creación de una sociedad abierta y colaborativa mediante la divulgación de la mejores prácticas en el campo del conocimiento abierto.

La Wikipedia y otros ejemplos de cocreación de conocimiento abierto

Cuando hablamos de la cocreación del conocimiento abierto, es habitual hablar de uno de los ejemplos más representativos y con mayor impacto como es la Wikipedia.

Esta es la enciclopedia colaborativa abierta que ha superado en alcance, contenido y accesibilidad a todas sus predecesoras en formato papel y digital. Desde su creación a principios del 2001, se creó una comunidad de apasionados con el objetivo de crear en Internet una enciclopedia global traducida en múltiples idiomas. Actualmente ya son más de 3,5 millones personas las que han contribuido en el desarrollo del proyecto. Actualmente es la séptima web con más visitas en el mundo.

La Wikipedia se está convirtiendo para muchos contenidos en una fuente alternativa a los medios de comunicación y divulgación tradicionales. Sin embargo, el propio proyecto aclara que la Wikipedia actualmente no es una fuente primaria, por lo que insiste en que hay que tomar los contenidos con precaución. Habitualmente el uso de la Wikipedia es obtener una primera impresión sobre un concepto para, posteriormente, ir profundizando en otras fuentes.  

Para mejorar la fiabilidad y velar por unos contenidos de calidad libre de errores, la fundación Wikimedia, responsable del proyecto Wikipedia, ha iniciado el proyecto Wikipedia Academy para concienciar a expertos de universidades, empresas y centros de investigación de todo el mundo sobre las ventajas de colaborar para mejorar la Wikipedia.

Es importante destacar que los contenidos de la Wikipedia son contenidos abiertos bajo una licencia CC-BY-SA, por lo que nadie controla los artículos en exclusiva, y los contenidos se pueden modificar, adaptar e incluso re-distribuir (comercialmente o no), sin previo aviso, siempre que la propia obra y cualquier obra derivada siga conservando la misma licencial.

A raíz del proyecto de la Wikipedia, se ha demostrado que a través de las tecnologías es posible trabajar cooperativamente entre muchas personas para desarrollar un proyecto, estableciendo un marco inicial en bases a unas pocas reglas y unas herramientas sobre las que trabajar. En este sentido se han generado diferentes tipos de “Wikis” enfocadas a unas temáticas concretas, por ejemplo enfocado al mundo del viaje Wikitravel, enfocado a citas celebres de personas que han contribuido a la historia Wikiquote, también la versión diccionario como es Wiktionary. Solo en Español ya hay más de 1000 wikis de diferentes temáticas. Si quieres crear una Wiki en Wikia aquí tienes un curso.

Tomando esta misma filosofía de cocrear conocimiento abierto destacamos algunos ejemplos de manera breve:

  • Proyecto LATIn ayuda a superar el problema del acceso a los libros de texto. En Brasil por ejemplo el coste de los libros universitarios suponen el 67% del salario mínimo anual o en Argentina un 46% del ingreso total de una familia promedio. Ante esta situación el proyecto LATIn cocrea libros abiertos diseñados específicamente para cada región en formato electrónico siendo gratuito o en formato papel bajo un precio más bajo al no existir licencias ni derechos que pagar por su distribución. Los libros de texto creados seguirán siendo libremente disponibles para reutilizar, traducir, adaptar y mezclar.
  • LocalMotors es un proyecto americano de apasionados por los vehículos. Codiseñan y construyen vehículos de todo tipo. Siempre liberando los diseños de los mismos para que otras personas puedan aportar mejoras. Se hicieron famosos al fabricar con una impresora 3D por primera vez el chasis de un coche
  • El proyecto FLOK, que ha sido un proceso participativo en red y a la vez un proyecto de investigación abierta para crear propuestas de políticas públicas y acciones políticas para la transición de Ecuador hacia la economía social del conocimiento. A mitades de 2015 se presentó el libro que resume los aprendizajes del proyecto.

Estas son unas pocas de las millones de iniciativas que existen trabajando en conocimiento abierto. Son el ejemplo de la gran abundancia generada cuando muchas personas cooperan abiertamente en un proyecto.

Tipos de licencias abiertas

Frente a los modelos de conocimiento privativo, como el Copyright (en el mundo anglosajón) o la propiedad intelectual, y más específicamente el derecho de autor, y la propiedad industrial (patentes, marcas, know how, etc.),  aparecen las licencias abiertas.

En el ámbito del conocimiento y los datos:

  • Las licencias Creative Commons, una de las herramientas de lo que se conoce como el movimiento Copyjustright, dotan tanto a autores y creadores individuales como a grandes empresas e instituciones de una manera simple y estandarizada, de la posibilidad de ceder sus derechos de autor o, en el caso de las empresas, la titularidad de esos derechos, obteniendo a cambio el reconocimiento, como mínimo, de la autoría de sus obras creativas permitiendo que otros puedan copiar, distribuir y hacer uso específicos de las mismas. Existen diferentes modelos de licencias Creative Commons diferentes modelos de licencias Creative Commons pudiéndose adaptar con flexibilidad a los criterios del autor garantizando el acceso abierto a la obra. 
  • Las licencias generadas en el movimiento Copyleft. Existen diferentes tipos de licencia que permiten la libre distribución de copias, versiones modificadas o derivadas y redistribuciones, estableciéndose que la misma licencia se preserve en versiones modificadas de la misma obra. Un ejemplo de licencia copyleft es una de las habitualmente aplicadas en el desarrollo de Software abierto como es la licencia pública general (GPL) es el modelo de licencia más popular y destacada aunque existen muchas otras.

Las que aplican sector tecnológico del software de código abierto, del software libre y del hardware abierto:

  • El software de código abierto lleva décadas funcionando. Sin ir más lejos Internet no sería posible sin el software de código abierto que corre en la mayoría de servidores. Este mismo curso online usa el software de código abierto Joomla. 
  • El software libre es un movimiento que comparte muchas licencias con el movimiento de software de código abierto, pero con algunas diferencias. Por ejemplo el software de código abierto se enfoca más en la liberación del código para el desarrollo de herramientas que pueden ser o no ser libres. Por otro lado el software libre, le da más importancia al aspecto ético con la liberación de herramientas, facilitando su acceso gratuito, quedando el aspecto de la mejora del código abierto en un segundo plano. 
  • El surgimiento del hardware abierto responde a la búsqueda de un modelo similar al desarrollado en el software abierto pero llevado al diseño de los dispositivos físicos. En Open Hardware existen bastantes tipos de licencias, que responden a diferentes especificaciones.

No podemos cerrar este apartado sin mencionar a Arduino (en 2015 la marca para fuera de EEUU es Genuino). Este proyecto se basa en la liberación del diseño y las especificaciones técnicas de una placas de electrónica con las que construir dispositivos tecnológicos. Las placas arduino están facilitando el desarrollo de muchos dispositivos diseñados fuera del circuito comercial, incluyendo diversas impresoras 3D. 

Las empresas también se suman

A medida que se está expandiendo esta nueva realidad del conocimiento abierto y libre, algunas grandes empresas están reorientando su filosofía cerrada o privativa hacia una filosofía abierta. ¡Se han dado cuenta de que no sirve de nada tener un montón de patentes sin usar en los cajones de la empresa!

Dos ejemplos recientes: las compañías automovilísticas Tesla o Toyota quienes han comenzado a permitir el uso de sus patentes sin demandar a nadie que haga un uso justo de las mismas. De este modo se facilita  que otros agentes externos contribuyan en el desarrollo de esas tecnologías. De este modo generar un ecosistema que impulse el desarrollo de un mercado en el cual competir: Tesla libera sus patentes de coches eléctricos y Toyota para coches con motores basados en hidrógeno. Liberar las patentes les permite que otros puedan desarrollar coches basados en estas tecnológicas y entrar en una competencia entre plataformas/estándares (un poco como iOS y Android en el mundo de los teléfonos móviles)

En otro ámbito, la empresa nacional de ferrocarriles en Francia SNCF, ofrece datos en abierto (horarios, retrasos, planos de estaciones, etc.) para que los pasajeros los puedan usar y proponer mejoras.

Con todo lo expuesto en este capítulo queda claro que el futuro tiende hacia los modelos abiertos y colaborativos que fomenten el desarrollo de ecosistema colaborativos y abundantes.

Y tú, ¿estás dispuesto a compartir tus conocimientos?

5.3 – Coworking: nuevos modelos y formas de trabajo

https://muhimu.es/oficinas-mas-originales-del-planeta/

El trabajo ya no es lo que era

Los modelos de organización empresarial y el trabajo van cambiando a medida que la sociedad y la tecnología (energía, comunicación, etc.) evolucionan. Los modelos y formas de trabajo de la revolución industrial (hiperconsumismo, a gran escala, centralizado, muy jerárquico) han quedado desfasados cuando se han confrontado con la revolución digital.

La actividad productiva actual está más enfocada a trabajos individuales y con un alto grado de especialización. Además la mayoría de las tareas son desarrolladas a través de un dispositivo tecnológico sin necesidad de actividad física alguna, solo actividad mental.

En este contexto surge un modelo de trabajo enfocado a la nueva economía social y creativa basado en el conocimiento y caracterizada por la co-creación y colaboración como motores de cambio de los sistemas de trabajo y organización. A menudo estos trabajadores ya no pertenecen a una gran empresa sino que trabajan como autónomos por proyectos con equipos creados ad-hoc.

Para facilitar el trabajo de esto nuevos profesionales se necesitan espacios donde se respire la cultura colaborativa, el trabajar en tu proyecto individual o colectivo, pero sintiéndote parte de una comunidad, han surgido los coworkings.

El coworking, un modelo inteligente de trabajar y socializar

Sin duda encontrar hoy trabajo se vuelve una tarea complicada no solo por la escasez de empleo generado por el tejido empresarial convencional sino también por la gran cantidad de personas que demandan un puesto de trabajo. Nunca ha sido tan difícil encontrar trabajo y nunca fue tan fácil poder crear tu propio trabajo.

Un entorno adecuado para iniciar esta aventura del emprendimiento es formar parte de un espacio coworking donde profesionales de diferentes sectores, autónomos, emprendedores y empresarios comparten el mismo espacio físico para trabajar en sus propios proyectos o colaborar entre sí fomentando proyectos comunes. Los coworkings se convierten en plataformas colaborativas “offline”.

Además iniciar una actividad profesional dentro de un coworking tiene ventajas evidentes a nivel de costes. Como coworker pagas una cuota mensual (como un gimnasio) que te da derecho de acceso y uso al espacio. Esta cuota es mucho menor que pensar en tener un espacio individual para trabajar (alquiler, acondicionamiento, altas de suministros, etc).

El diseño arquitectónico de estos espacios es también muy importante. Por un lado son espacios atractivos donde poder recibir a tus clientes. Por otro lado los usuarios denominados coworkers trabajan juntos sin barreras que dividan sus espacios, lo que permite un mayor dinamismo e interacción entre ellos (networking), reforzando vínculos profesionales y personales. La mayoría de coworkings también tienen una agenda de actividades que mezclan actividades dirigidas por un lado a la cohesión y cuidado de su comunidad interna con eventos abiertos y cursos de todo tipo que les permite rentabilizar el espacio.

Sin ir más lejos varios miembros de la organización OuiShare, creadora de este curso de economía colaborativa, trabajan desde varios espacios de coworking como por ejemplo en Madrid UtopicUs y en Barcelona el MOB y Betahaus. También hemos grabado los videos introductorios de este curso en estos espacios de coworking.

No estamos hablando únicamente de una nueva forma de trabajar, sino también de una manera diferente de vivir. Hablar, compartir, proponer, ayudar, conectar, unir y progresarson acciones comunes en todos los espacios de coworking, sea de la ciudad que sea y se encuentre en el país que se encuentre. Esta es la esencia del coworking, desde el día que se creó hasta hoy.

España  a la cabeza del movimiento de coworking en Europa

España desde el año 2012 es el país con mayor número de espacios coworking por habitante. En relación a este crecimiento del sector se habla ya de una posible burbuja..

Según la organización Coworking Spain, sitio de referencia en castellano, muchos supuestos coworking son espacios que alquilan espacios pero que distan mucho de la filosofía global de lo que es un espacio colaborativo, haciendo sencillamente un uso publicitario del concepto coworking. Se está produciendo una situación curiosa y es que los coworkers si tienen claro que es lo que quieren mientras que muchos espacios coworking solo han visto una oportunidad de negocio, pero la realidad es que finalmente pierden a los coworkers que no encuentran aquello que buscan en un supuesto coworking, como es por ejemplo un ambiente agradable, compartir y vivir unos valores colaborativos y la cercanía.

Gestionar un espacio de coworking es algo mucho más complejo de lo que pueda parecer de entrada. Los coworking que serán sostenibles en el tiempo son aquellos que tengan una comunidad comprometida a la que le aporten valor.  El tamaño también importa. Para coworkings generalistas, con mezcla de profesionales de muchas disciplinas, disponer de mucho espacio y un volumen importante de gente. Los coworkings más pequeños a menudo acaban especializados y sirviendo de manera muy precisa a un comunidad concreta (diseñadores, arquitectos, ingenieros, foto/video, etc.).

Para estar al día de las últimas novedades y tendencias acerca del coworking en España se celebra de manera anual del CoworkingSpainConference. En la edición de 2015, celebrada en Valencia. No os perdáis el documento resumen con todos los datos acerca del coworking en España.

Nuevas tendencias dentro del mundo coworking

Redes de coworkings

El sector del coworking moviliza no solo a profesionales del entorno local, sino también cada vez más freelancers profesionales del emprendimiento digital (nómadas digitales o knowmads) quienes pueden trabajar de un modo flexible en cualquier parte del mundo si encuentran un coworking y conexión a internet.

Ante esta situación han surgido iniciativas que intentan facilitar la estancia temporal de estos trabajadores nómadas que van de una ciudad a otra. Una de estas iniciativas es Copass, una plataforma y red social, que te permite conectar con otros coworkers nómadas y con espacios coworkings, fablabs, hackerspaces y cualquier espacio colaborativo de muchas ciudades del mundo.  

Tan solo tienes que crear una cuenta de usuario y añadir crédito a tu cuenta. Con el crédito podrás ir pagando tu estancia, teniendo pleno control del crédito que dispones en cualquier momento. Como miembro de la plataforma tienes días gratis y descuentos.

Coworking corporativo

El denominado coworking corporativo surge con el fin de reformar y revitalizar las estructura corporativas para atraer y retener los mejores talentos laborales. Ya hay pequeñas empresas (pymes) ubicadas en espacios de coworking sin embargo es una novedad la entrada de las corporaciones en este sector.

Las grandes corporaciones quieren aprovechar el potencial del trabajo colaborativo dentro de sus organizaciones. Los coworking corporativos se convierten en extensiones de las corporaciones, compartiendo conocimientos y conexiones para encontrar o establecer nuevas oportunidades de negocio, ampliar la cartera de servicios y tener profesionales especializados que formen un equipo humano multidisciplinar que pueda llegar al éxito.

 Algunas de las grandes corporaciones se están beneficiando de las ventajas del modelo coworking corporativo con iniciativas como Coca-Cola Workplace 2020 en Berlín o IBM BlueMix Garage en San Francisco. En estos eventos se mezclan los empleados de las corporaciones con los freelance y profesionales independientes en un mismo espacio colaborativo con el objetivo de contratar talento para futuros proyectos. De este modo se simplifica el proceso habitual de selección, y trabajan directamente mano a mano con los futuros colaboradores viéndolos en acción.

Sin duda en los próximos años vamos a ver a seguir viendo grandes cambios en los modelos de trabajo, cada vez más flexibles y enfocados en el talento y el continuo aprendizaje y puesta en práctica.

 ¿Tú crees que podrías trabajar desde un espacio de coworking? ¿has visitado alguno en tu ciudad?

5.4 – Bancos de tiempo: nuevos modelos de intercambio

¿Hay algo más allá del dinero?

El dinero ha ido adquiriendo una gran influencia en la vida moderna. Se ha convertido en el principal canal para la generación de relaciones económicas y transversalmente también en las relaciones sociales. Dinero y poder, es una relación muy estrecha que la sociedad ha asimilado y ha naturalizado. De este modo el dinero, especialmente su acumulación desmedida y la desigualdad social que ello crea,  ha dejado de ser una solución para convertirse en un problema para la inmensa mayoría. Tenemos una sociedad “empobrecida” y sujeta a deudas asfixiantes, solo hace falta mirar el caso de Grecia durante 2015.

En esta situación se hace necesario el replanteamiento de las estructuras de intercambio de valor, creando un ecosistema de soluciones socialmente aceptadas.

En capítulos anteriores hablamos de monedas alternativas y en este apartado nos focalizamos en “el tiempo”.

El tiempo como unidad de intercambio

Un posible modelo complementario y que permite enriquecer el paradigma de los intercambios de valor es aquel que emplea como unidad de intercambio el tiempo. Cuando la moneda de intercambio es el tiempo, se establece unos límites reales haciendo que democráticamente todas las personas cuenten con un mismo recurso por igual.

¿Te imaginas que el tiempo y la confianza, sustituyeran al dinero y al poder?  Por un lado ya no podríamos hablar de ricos y pobres, todos tenemos las mismas 24 horas al día.  No tendría sentido acumular más tiempo del que realmente necesitamos para poder vivir, por lo que podría existir una mayor democratización y distribución y acceso al bienestar.

 Sin duda este cambio es posible, los principales límites son de nuestro propio pensamiento y concepción de cómo debe funcionar la sociedad. Dejar de pensar en dinero y pensar en tiempo es un cambio radical pero posible.

Actualmente ya existen herramientas que hacen del tiempo la nueva moneda de intercambio de servicios y conocimiento entre personas: los Bancos de Tiempo.

Los bancos de tiempo (BdT)

Un banco de tiempo (BdT) es un sistema alternativo de intercambio de servicios, favores, conocimientos y talentos por tiempo.  De este modo los servicios tienen un precio en horas. Es lo mismo una hora de cuidar a un bebé, que una hora de reparar la cocina, que una hora de clases de alemán.

El funcionamiento de un banco de tiempo consiste básicamente en que cada intercambio se transforma en una transacción de tiempo acordado entre las dos personas, haciendo que una de las partes reduzca el crédito de su cuenta y la otra lo aumente por el servicio o intercambio dado a la otra parte. Con este modelo sencillo se fomenta las relaciones sociales sin la barrera del dinero, se  revitaliza la comunidad, se fomenta la reciprocidad, el comercio y la cooperación entre los usuarios de los bancos de tiempo.

Los bancos de tiempo son un modo interesante de poner en valor habilidades y talentos con el que ampliar las oportunidades más allá de la economía de mercado.

Ya existen estudios y experiencias donde se ha demostrado que los BdT funcionan igual de bien para cualquier rango social por ejemplo en minorías étnicas, religiosas, jubilados, etc y también funciona bien para cualquier entorno, en comunidades rurales, urbanas, profesionales, educacionales e institucionales. Una herramienta con muchísimo potencial para la cohesión social en los territorios.

Para que un banco de tiempo sea efectivo, es importante que exista un gran número de personas activas (masa crítica) que compartan su tiempo y habilidades, y que la moneda tiempo no se acumule sino que circule continuamente entre las personas. Uno de los retos habituales en la gestión de los bancos de tiempo es que la gente se centra en ofrecer y acumular horas en su cuenta y no son capaces de consumir horas con el resto de participantes en el BdT al mismo ritmo. Nos gusta más dar que recibir ya que culturalmente es la manera habitual de ganar reputación dentro de una comunidad

Aunque los bancos de tiempo existen desde hace muchas décadas a nivel de barrio, actualmente con el desarrollo tecnológico y digital, los BdT comienzan a tener una mayor escala y un mayor atractivo tanto por la facilidad del accesocomo por la diversidad de servicios ofrecidos.

Bancos de tiempo de ámbito local

Los bancos de tiempo de ámbito local, están orientados a intercambiar habilidades o servicios los cuales principalmente se llevan a cabo vía “offline” es decir alejados de un teclado.  Unos ejemplos son arreglos en casa, cursos de cocina, cuidado de animales, ayuda en mudanzas, asesoramiento legal, clases de idiomas, asistencia y acompañamiento a personas mayores, entre otras.

La referencia en España sobre bancos de tiempo locales, es la web BDTonline promovida y mantenida por la “Asociación para el Desarrollo de los Bancos de Tiempo”. La web contiene toda la información y herramientas para crear y gestionar un banco de tiempo local con el apoyo de una herramienta digital.  Si tienes interés en crear un banco de tiempo en tu municipio, barrio o ciudad, lo primero es investigar si ya hay un banco de tiempo en tu zona o cerca ya que hay más de 150 bancos de tiempo en España.

Bancos de tiempo de escala global

Con los bancos de tiempo de escala global también podemos realizar un intercambio de servicios, conocimiento o talentos siempre y cuando estos fundamentalmente se puedan intercambiar  vía “online” digitalmente.

Lo que antes era un banco de tiempo local, ahora puede hacerse con la dimensión global, existiendo comunidades dispersas por el mundo, donde las personas (particulares) hacen un intercambio de servicios, habilidades y talentos que puedan gestionarse a través de internet. Por ejemplo la traducción de un texto, el desarrollo de una página web, y cualquier servicio, conocimiento y experiencia que pueda transferirse digitalmente a través de internet. 

Algunos ejemplos de bancos de tiempo globales (y que también pueden crear un impacto local), son TimeRepublik, la plataforma Comunitats y Cronnection. Este último banco de tiempo integra además un sistema de puntos complementario para intercambiar objetos y no solo servicios.

¿La escala traerá problemas legales?

A medida que los bancos de tiempo vayan teniendo un mayor nivel de uso y en impacto consecuencia económico, ¿generará esto un choque con los mecanismos de la economía y fiscalidad en general? Estas actividades basadas en la moneda del tiempo no se declaran como actividad económica y se imposibilita a la administración de ingresos fiscales monetarios.


¿Supondrá esto un cambio  en los estados recaudadores, comenzando a valorar la moneda del tiempo como una moneda para el servicio y bien público?

5.5 – Innovación abierta: co-creación e inteligencia colectiva

Los seres humanos somos sociables por naturaleza

Durante toda la historia el ser humano ha estado permanentemente en interacción con las personas de su entorno, generando redes sociales humanas (familias, tribus, comunidades, empresas, etc.) que han sido fundamentales no solo para su protección sino también para la consecución de objetivos comunes y la transmisión del conocimiento y desarrollo a lo largo del tiempo.

En el siglo XXI, gracias a internet y los desarrollos tecnológicos y digitales han surgido muchas redes sociales que han imitado las redes sociales humanas de toda la vida pero a través del entorno “online“ y de un modo escalable, permitiendo ampliar tu red social a cualquier parte del mundo, tanto con personas como con organizaciones.

Cuando estas redes enfocan su actividad a la co-creación con los miembros de la red hablaremos de inteligencias colectivas, que son un elemento fundamental para los procesos de innovación abierta.

La innovación abierta como parte de la economía colaborativa

 La innovación abierta es, tal y como lo definió el profesor Henry Chesbrough:

“La innovación abierta es el uso intencional del conocimiento interno y externo para acelerar la innovación interna y ampliar los mercados. Esto implica que las organizaciones deben ser capaces de utilizar tanto las ideas internas como externas para el desarrollo de la innovación.”

Dentro del proceso de la innovación abierta uno de los elementos fundamentales es la ampliación y dinamización de las redes sociales humanas tanto internas como externas. Esta ampliación de las redes da una mayor capacidad de generación y transmisión de conocimiento e ideas. Toda esta abundancia se canaliza  y distribuye para el proceso de innovación abierta. De este modo se pone en juego la co-creación de la inteligencia colectiva a lo largo del proceso en determinadas fases de desarrollo. 

Lo habitual es que la colaboración entre la comunidad y la organización (startup,  empresa, administración), se materialice con el desarrollo de una plataforma por parte de la organización que facilita la participación por parte de la comunidad.

En esta colaboración entre la empresa y la comunidad, existen diferentes niveles de apertura y compartición de valor en función del  diseño del modelo de negocio del proyecto. Cuanto mayor apertura exista en la colaboración y creación de redes entre la empresa, la comunidad y otros colaboradores, mayor será el grado de innovación abierta.

Algunos ejemplos de innovación abierta  

Sin intención de ser exhaustivos listamos ejemplos de algunas empresas que abren su modelo de negocio a la innovación abierta con la co-creación activa aportada por la comunidad.

Quirky

Los fundadores y desarrolladores de Quirky creen profundamente en este modo de innovar y de hacer las cosas. El fundador,  Ben Kaufman, comenta que “las mejores ideas están en la cabeza de las personas“. 

Con su modelo de co-creación Quirky posibilita que esas ideas afloren y se conviertan en productos reales e innovadores. De hecho, ya han convertido en productos más de 300 ideas desde su fundación en 2009, como ‘Porkfolio,’ un cerdito-hucha con una app que te dice cuánto llevas ahorrado o ‘Pivot Power Genius’, una regleta de enchufes flexible que permite encender los dispositivos enchufados a él desde cualquier lugar a través de tu smartphone.

Quirky funciona como una plataforma en la que la comunidad la forman personas externas a la organización que contribuyen directamente en las actividades clave de la organización, como el desarrollo de producto, marketing o ventas. Algunas motivaciones comunes que hacen contribuir activamente a los miembros de la comunidad son la satisfacción, la retribución, el entretenimiento con lo que hacen y el acceso a productos únicos.

La distribución de los beneficios sobre la venta del producto están establecidas de antemano y forman parte de “las reglas del juego” bajo las cuales la gente decide contribuir.

Aunque el concepto de Quirky es bueno y desde el exterior parecía funcionar, lo cierto es que a principios de 2015 pasó por muchos apuros económicos. Para salir del atolladero Quirky ha empezado a ofrecer su sistema de innovación abierta (y con ello su comunidad también) como un servicio a otras empresas bajo el nombre de “Powered by Quirky”. Entre sus primeros clientes hay Mattel o General Electric.

Local Motors

Local Motors, fundado en 2007 en Phoenix Arizona se focaliza en la fabricación de vehículos de motor eléctrico utilizando la filosofía de código abierto. El diseño de los prototipos se realiza abiertamente y la fabricación de los vehículos se realiza en tres micro fábricas actualmente situadas en Estados Unidos, pero se espera que en los próximos años lleguen hasta 100 distribuidas por el mundo. 

Sus productos actuales van desde varios automóviles eléctricos, como son algunos modelos de coche, de moto, de bicicleta y triciclo, hasta coches de juguete montables por niños, coches controlados por radio y monopatines. Recientemente han desarrollado el primer coche creado a partir de piezas producidas en impresoras 3D. El modelo del coche se llama “Strati”.  

Open Source Ecology

OpenSourceEcology es una plataforma que permite la fabricación de cincuenta tipos de máquinas industriales, todas ellas en código abierto, con la idea de poder llegar a construir una pequeña civilización con las comodidades modernas. También tienen diseños abiertos sobre casas como es el prototipo Ecology Microhouse.

Y muchos más

La lista de plataformas de innovación abierta es larga y se puede aplicar a casi cualquier sector:

  • Wikihouse para contrucción de casas y su primo hermano OpenDesk para mobiliario de oficina
  • Poppy Project. para el desarrollo de robots a través de impresoras 3D.
  • MiMedellin una plataforma donde los ciudadanos de la ciudad de Medellín proponen ideas y propuestas para la mejora de la ciudad en colaboración con la administración local. Un proceso muy similar se sigue en Bogotá Abierta

Con estos ejemplos puedes hacerte una primera idea de los grandes cambios que la innovación abierta y los ecosistemas colaborativos representan para el modelo de producción de bienes y servicios. Estamos viendo solo la punta del iceberg.

Módulo 6: Los retos de la sociedad colaborativa

Nos enfrentamos a la urgente necesidad de reorientar la economía para ponerla al servicio de las personas y no al revés. Con lo visto en los módulos anteriores estamos sentando las bases de la sociedad colaborativa pero el camino se presenta lleno de retos.

Módulo 6: Los retos de la sociedad colaborativa

“Compartir lo cambia todo” –

Clay Shirky

El empoderamiento ciudadano en el centro de la sociedad colaborativa

Llegamos al último módulo de este curso acerca de la economía colaborativa.

En los temas anteriores hemos visto cómo gracias a la tecnología, las comunidades y la reputación podemos colaborar los unos con los otros de manera directa y sencilla. Podemos ya compartir casas, coches, ropa, dinero, ideas y conocimiento, etc. … y acabaremos compartiendo cada vez más porque es lógico desde el punto de vista económico, social y medioambiental.

El nuevo poder, sobre el que se articula toda la economía colaborativa, el la participación masiva y la coordinación entre iguales que permite crear cambio e impacto en la sociedad.

Cada vez más gente se siente empoderada al tener acceso al conocimiento y a la libertad de escoger las opciones que más les convenga en la vida. Este sentimiento de empoderamiento ciudadano no tiene marcha atrás.

La mayor parte de los ciudadanos dan sus primeros pasos en la sociedad colaborativa empezando por algo tan simple como ser usuario de alguno de los proyectos de consumo colaborativo de los que hemos presentado a lo largo de este curso. Es el primer descubrimiento de las nuevas capacidades que tenemos como ciudadanos individuales y también como colectivos.

Los retos de la sociedad colaborativa

No todo podían ser buenas notícias. La sociedad actual no está preparada para encajar a un conjunto tan numeroso y activo de ciudadanos empoderados que han decidido organizarse entre ellos.

En este módulo queremos explorar cómo puede llegar a ser una sociedad colaborativa y algunos de los principales retos que se presentan para llegar ahí.

Los retos, que no son los únicos, de los que queremos hablar en los temas que siguen son:

  • ¿Es posible un encaje legal y fiscal de las actividades de la economía colaborativa?
  • ¿Cómo pueden y deben adaptarse las empresas tradicionales al nuevo escenario? ¿Sobrevivirán?
  • ¿Qué implicaciones tiene la economía colaborativa para el mundo del trabajo y las redes de apoyo social en general?
  • ¿Cómo pueden coexistir las grandes plataformas de ámbito más comercial con los proyectos a más pequeña escala de ámbito más comunitario y social? ¿Es posible?
  • ¿Cómo podemos aprovechar las ideas de la economía colaborativa a nivel de ciudad e incluso a nivel de barrio?
  • Y la lista podría continuar…

No existen respuestas “correctas” a estos retos pero si preguntas interesantes sobre las que profundizar y debatir acerca de cómo realizar la transición hacia esta nueva sociedad en las mejores condiciones posibles, siendo conscientes de lo que se puede ganar y lo que se puede perder.

¿Te apuntas a la sociedad colaborativa?

6.2 – Retos legales de la economía colaborativa

“No se puede resolver un problema, con el mismo nivel de pensamiento con el que fue creado”

Albert Einstein

La sociedad colaborativa no encaja con la regulación actual

Creemos que la reflexión de Albert Einstein que abre este capítulo es aplicable al actual problema de la regulación de la Economía Colaborativa.

Por un lado en esta sociedad colaborativa, ni los bienes, ni el trabajo, ni los espacios pueden dividirse de manera simple y clara entre uso comercial-uso residencial, público-privado, tiempo de trabajo y tiempo de ocio, remunerado-gratuito, profesional-amateur, etc. En la sociedad colaborativa todo queda entremezclado y las áreas grises se expanden por todos lados.

Por otro lado las regulaciones actuales responden a un modelo del pasado en base al pensamiento lineal e industrializado, donde todo está organizado y jerarquizado. Las regulaciones existentes (impuestos, seguros, licencias, zonificación, etc.) no encajan con lo colaborativo y encuentran dificultades para adaptarse.

Se viene observando en los últimos años una resistencia natural al cambio y numerosos choques regulatorios. Nos queda mucho por inventar para permitir que la sociedad colaborativa tenga un encaje regulatorio adecuado a su verdadera naturaleza (confianza, colaboración, tecnología, innovación abierta, etc.) apoyando el desarrollo de una sociedad cada vez más empoderada y auto-organizada.

Demasiado grande para ignorarlo

La economía colaborativa es vista como una oportunidad para unos y una amenaza para otros. Se pone en duda el status quo y con ello se genera una amenaza para los operadores cómodamente asentados, desde hace años, en muchos sectores. Estos operadores están usando su posición dominante, presionando a los legisladores para regular o prohibir, cuando toman cierta escala e impacto, las nuevas actividades de la Economía Colaborativa

El autor americano Clay Shirky define en 5 fases el proceso de aceptación de un cambio:

  1. La llegada de la tecnología o técnica a la sociedad.
  2. La adopción social de esa tecnología.
  3. La reacción reglamentaria de las viejas estructuras para prohibirlo o debilitarlo.
  4. La desobediencia civil de una sociedad que necesita el cambio.
  5. El acuerdo negociado entre las partes implicadas.

En 2015, dependiendo de los sectores, podemos decir que nos encontramos entre las fases 2 y 3. La regulación, siempre que no sea entendida como una prohibición o limitación de la actividad, es buena y necesaria para el desarrollo de los proyectos ya que aportará mayor seguridad a todos los participantes (consumidores, productores, plataformas y administración).

La economía colaborativa está adquiriendo una escala demasiado grande como para ignorarla o pensar que la prohibición es la solución.

  • No se puede simplificar el problema mediante la criminalización de un grupo cada vez más numeroso de ciudadanos. La prohibición o limitación no da la oportunidad a que estos servicios y ciudadanos puedan evolucionar y tener un mejor encaje regulatorio.
  • El otro extremo, eliminar por completo las reglas que protegen al interés público, tampoco es la vía correcta.
  • Lo que hay que hacer es establecer un diálogo constructivo, y a poder ser completamente transparente y abierto, para trabajar en el desarrollo conjunto de unas regulaciones adecuadas que permitan que la economía colaborativa haga a los ciudadanos más independientes a nivel financiero y a las comunidades y ciudades más resilientes y agradables.

Los frentes regulatorios más calientes tienen que ver con la gestión de licencias para ejercer una actividad, la fiscalidad y el pago de impuestos, protección de consumidores y usuarios, la legislación laboral, la zonificación y todo aquello relacionado con los seguros en lo relativo al régimen de responsabilidades tanto por parte de las plataformas como por parte de los usuarios.

Retos legales de la economía colaborativa

Afortunadamente no partimos de cero en esta regulación. En países como Estados Unidos ya se ha iniciado el desarrollo de regulaciones de empresas colaborativas en ámbitos como el transporte, el crowdfunding  o el alojamiento entre particulares. En Europa, Amsterdam/Holanda y Londres/Reino Unido parecen ser las ciudades/países donde se está empezando a regular de manera más interesante.

Aspectos particulares de la economía colaborativa a tener en cuenta en la regulación

Es necesario darse algo de tiempo para entender realmente cómo funcionan los nuevos modelos colaborativos y aprovechar sus particularidades en el momento de buscar su encaje regulatorio. Regular deprisa algo que no conoces es un mal hábito de muchas administraciones que deriva en problemas en el medio y largo plazo.

Destacamos 3 particularidades que deberían estar presentes para la regulación:

A) Ciudadano productor

El centro de la regulación debería ser la preservación de la capacidad productora de los ciudadanos del siglo XXI. 

Gracias a la tecnología actual y a los cambios culturales de la última década cada ciudadano pueda ser un pequeño transportista (BlaBlaCar), pequeño banco (préstamos o crowdfunding), un pequeño hostal (Airbnb), una pequeña tienda (Esty o Wallapop), etc… para otros ciudadanos.

Hablamos del “ciudadano productor” como centro de la economía colaborativa.

B) Autorregulación de los marketplaces

La regulación «externa» llevada a cabo por las administraciones, puede y debe compensarse con una mayor capacidad de autorregulación de las plataformas colaborativa. Los mecanismos facilitados de reputación y confianza, favorecen la autorregulación entre las propias personas en el uso de estas herramientas.

Estos “peer review” no son ni de lejos mecanismos perfectos pero sí que deben ser tenidos muy en cuenta en el momento de regular. Incluso alguno de estos aprendizajes podría ser llevado a otras industrias y también dentro de la propia administración.

C) Códigos de buenas prácticas

Los propios marketplaces y las plataformas de la economía colaborativa tienen interés en la regulación y una mejor imagen pública del sector colaborativo en su conjunto. En organizaciones como SharingEspaña las empresas están trabajando en un código de buenas prácticas sectoriales que debería incluir temas de responsabilidad de las plataformas como intermediarios, pago de impuestos por parte de los ciudadanos y las propias plataformas, respeto al marco de licencias existente y evolución del mismo bajo el prisma del ciudadano productor, adhesión a un tribunal de arbitraje para cuando ocurran conflictos entre usuarios o entre los usuarios y la plataformas, etc.

Por propio interés las empresas de la economía colaborativa están cada vez más cerca de disponer de un código de buenas prácticas.

Sabemos que la regulación habitualmente va por detrás de la realidad social. La elevada velocidad de crecimiento de la economía colaborativa dificulta aún más el trabajo de los legisladores. En este escenario es muy importante que los ciudadanos elevemos nuestra voz y defendamos nuestros intereses y nuestros derechos a ser productores de valor en la sociedad y también buscar cómo implicarse en la elaboración de estas regulaciones.

Sección de extras

En este apartado de la regulación de la economía colaborativa hemos preferido no dar muchos ejemplos concretos ya que éstos van cambiando y evolucionando muy rápidamente. El texto quedaría obsoleto a los 15 días de terminarlo.

Os recomendamos visitar los enlaces extras de este módulo para indagar con más profundidad y seguir las noticias en OuiShare, Consumo Colaborativo y otros medios para estar al día de las últimas novedades regulatorias respecto a la economía colaborativa.

6.3 – La adaptación de las empresas a la colaboración

“Estos mercados permiten a la gente conseguir lo que necesitan los unos de los otros, sin pasar por las empresas tradicionales”

Jeremiah Owyang (Fundador de CrowdCompanies)

Cuando las personas en conjunto se convierten en empresas

La sociedad colaborativa, contribuye a la autonomía de las personas y los colectivos, facilitando por ejemplo: acceso a la financiación colectiva  entre particulares, el compartir aquello que cada persona tiene, proporcionar servicios especializados entre particulares e incluso poder fabricar sus propios bienes. Así las funciones que antes se centralizaban únicamente en organizaciones privadas o públicas, ahora se descentraliza entre las comunidades e individuos.

fuente – web-strategist.com

De este modo las empresas e instituciones deberán de encontrar una estrategia de adaptación o reinventarse dentro de una sociedad colaborativa para aportar un  verdadero valor y no una redundancia a lo que las personas pueden hacer a través de estas plataformas.

La economía colaborativa necesita de las empresas y administraciones

El éxito de la economía colaborativa no consiste en la  desaparición de las empresas e instituciones, al contrario, estas entidades pueden ayudar a dar escala e impacto a la cultura colaborativa que se ha venido desarrollando. Los cambios son buenos, pero los cambios con escala son aún mejores.

Se necesita el desarrollo de acuerdos entre el sector público y el sector privado colaborativo y también entre las grandes empresas y las startups colaborativas.

En definitiva, si bien el centro de la economía colaborativa son las personas, el papel de las empresas e instituciones enfocándose con una cultura colaborativa será relevante para el correcto y rápido desarrollo de la sociedad colaborativa.

Tanto el mundo colaborativo como el tradicional deberán de entenderse y apoyarse para encontrar el famoso “win-win”

La actitud de las empresas frente a la Economía Colaborativa

En la actualidad en el sector empresarial tradicional hay mucho desconocimiento acerca de la economía colaborativa. Es un tema muy nuevo, de gran impacto y que además evoluciona muy rápido. Es necesario ayudar a reducir esa brecha de conocimiento y facilitar así un mejor entendimiento entre todas las partes. De manera modesta este MOOC (curso abierto, masivo y online) espera contribuir a mejorar ese conocimiento.

Cuando la empresa empieza a conocer como la colaboración afecta a su propio sector hay un esquema de evolución que se cumple en la mayoría de casos:

  1. Una actitud de ignorar este fenómeno y pensar que es una moda pasajera de poca relevancia. Intentar mantener esta postura con todos los datos disponibles no parece una actitud responsable para el futuro de la empresa
  1. Confrontarlo en base a la falta de encaje con la regulación actual.  Habitualmente a base de generar confusión (o incluso con difamación) y escudarse en aspectos de ámbito legal. Esto puede permitir ganar algo de tiempo pero no ayuda en nada  a la adaptación de la empresa a la sociedad colaborativa. Además se genera un ruido en los medios de comunicación que favorece principalmente a las startups que se hacen más conocidas. Los casos más relevantes es España han sido las denuncias de Fenebus contra BlaBlaCar por competencia desleal y la belicosidad del sector del taxi frente a Uber (que en este caso si terminó en una prohibición de Uber)
  2. Esponsorizar proyectos colaborativos. Es el caso de Vodafone con el Bicing en Barcelona o CitiBank con “CitiBike” en Nueva York. Es una manera de asociar la marca a esta tendencia en fuerte crecimiento
  3. Comprar o invertir en startups del sector. El caso más sonado hace años fue la compra de Zipcar por parte de AVIS. Las inversiones en startups por parte de compañías tradicionales se han multiplicado en los últimos tiempos. La aseguradora MAIF (partner de OuiShare) ha invertido por ejemplo en Koolicar (alquiler de coches P2P) y GuestToGuest (alojamiento entre particulares). SNCF, la compañía nacional de trenes en Francia (también partner de OuiShare) invirtió recientemente 28M€ en OuiCar (alquiler de coches P2P). La lista es larga en sectores como la movilidad o la banca.
  4. Buscar acuerdos estables con startups. Es la manera más habitual de empezar a comprender la economía colaborativa. En Madrid hay el ejemplo de BlueMove (carsharing) con el fabricante de coches Kia. A nivel global por ejemplo seguros AXA ha cerrado un acuerdo con BlaBlaCar.
  5. Experimentar en evolucionar el propio modelo de negocio. Este ya es un mayor nivel de compromiso pero tenemos ejemplos como Trocathlon (de manera puntual en España, de manera permanente en Francia). Patagonia y su propio portal en eBay. BMW con DriveNow (carsharing propio) y un largo etcétera

Sectores más avanzados

En la adaptación de las empresas a la sociedad colaborativa podemos destacar 3 sectores:

  1. En el sector de la  movilidad colaborativa,  los fabricantes de coches hace tiempo que han empezado a mover ficha ensayando nuevas fórmulas de negocio para afrontar el desafío que se les presenta. Saben que deben pasar de vender productos (coches) a ser facilitadores de servicios de movilidad (vender kilómetros). Hoy en todo el mundo se están desarrollando proyectos colaborativos que se basan en el acceso y uso de vehículos en vez de la propiedad de los mismos. También se han realizado muchos inversiones y acuerdos con startups
  2. Las finanzas colaborativas que también reciben el nombre de FinTech. En informes desarrollados por los propios bancos ya dicen que “el crowdfunding es una tecnología disruptiva para la industria bancaria que tiene el potencial de desplazar a los bancos como la fuente principal de financiación de personas y pequeñas empresas.” Los actores tradicionales (bancos y otras entidades financieras) se han adaptado bastante rápido e incluso están liderando algunas de estas disrupciones. Saben que es mejor estar al frente y poder acompañar el desarrollo de este nuevo tipo de finanzas. Empiezan incluso a surgir nuevos bancos que han nacido pensados ya como plataforma, adaptándose a los nuevos modelos. Un ejemplo es el Fidor Bank en Alemania.
  3. En menor medida y a menor velocidad el sector del turismo, que en España representa el 12% del PIB, está empezando a buscar maneras de adaptarse a los nuevos comportamientos de los viajeros colaborativos. En España podemos destacar el caso de Kike Sarasola con BeMate (híbrido entre un hotel y Airbnb) y la creación del fondo de inversión por parte de Hotusa para trabajar con startups innovadoras.

En todo caso la Economía Colaborativa se está expandiendo rápidamente a todos los sectores existentes para transformándolos profundamente.

Un buen consejo para las empresas es que en vez  de protestar contra algo que no pueden controlar, deberían de focalizar sus energías y capacidades en liderar y pilotar el proceso de adaptación de su sector a la sociedad colaborativa.

6.4 – El futuro del trabajo

Esto no va a ser fácil: la economía colaborativa destruye empleo

El primer problema que a uno le viene a la cabeza cuando aprende acerca del consumo colaborativo y la economía colaborativa es la reducción del trabajo asalariado y el decrecimiento económico medido en base al PIB.

Una economía basada en el uso y no en la posesión implica menos oportunidades de empleo ligadas a la producción. En una sociedad colaborativa el volumen de fabricación, especialmente las de bienes de consumo, caerá y, con él, el empleo en las industrias asociadas. Una situación similar se produce cuando compartimos conocimiento en abierto como en el caso de la Wikipedia. Conseguimos ser tan eficientes (económicamente y medioambientalmente) que acabamos destruyendo las fuentes tradicionales de empleo.

Además del efecto que pueda tener la economía colaborativa en la destrucción de empleo tradicional hay que sumar los efectos la eficiencia que presenta la digitalización de la economía en general. Como ha ocurrido durante toda la historia, los avances tecnológicos y la automatización de los procesos han ido reduciendo progresivamente los puestos de trabajo que antes desarrollaban las personas, y cada vez más lo pueden desarrollar máquinas, algoritmos y robots que no necesitan cotizar en la seguridad social para pagar las pensiones, ni hacer vacaciones y que pueden trabajar 24 horas al día cada día.  Está cada vez más aceptado por muchos analistas que la “popular” jornada completa de ocho horas durante toda la vida en una misma empresa es algo que será muy minoritario en el futuro próximo.

Este escenario de futuro planteado puede generar miedo y mucha resistencia al cambio. Es por tanto importante explorar dónde están los nichos de empleo, o deberíamos hablar de “ingresos”, en la sociedad colaborativa y, cómo la economía colaborativa exige repensar y reconfigurar la visión y modelo actual del trabajo remunerado, igual que el tratamiento y consideración del trabajo no remunerado.

Debido a que la sociedad actual está centrada alrededor del trabajo éste cambio es probablemente el más complejo y duro de todos lo que hay que afrontar en la transición hacia una sociedad colaborativa.

Tendrás siete trabajos a la vez

Una manera de entender esta transición en el ámbito laboral es ver como la generación de nuestros padres y abuelos tenían un trabajo para toda la vida, la generación actual puede aspirar a tener siete trabajos distintos a lo largo de su vida, y la generación de los que ahora son niños y adolescentes tendrán que lidiar con siete trabajos a la vez.

Todos estos “trabajos” simultáneos supondrán múltiples fuentes de ingresos y aquí es donde la economía colaborativa entra como parte de la solución a esta incertidumbre laboral. En la sociedad colaborativa, esta diversidad de fuentes de ingresos será posible porque el ciudadano deja de ser sólo consumidor y pasa a ser también productor.  Hablamos del ciudadano productor, quien tendrá un rol de micro-emprendedor o autónomo-parcial, utilizando varias de las plataformas de consumo colaborativo para generar ingresos: el alquiler temporal de su vivienda, el alquiler de su coche, vendiendo manualidades u ofreciendo otro tipo de servicios.

Este escenario de diversificar las fuentes de ingresos atrae cada vez a más gente, sobretodo a las generaciones jóvenes por la libertad y variedad que representa.

Cuando los ciudadanos tengamos una mayor variedad de opciones para generar ingresos seremos más autónomos como individuos y más resilientes como sociedad.

Es relevante indicar que estos «ingresos» no serán siempre traducidos en euros. El consumo colaborativo es diversificación de las opciones de consumo y generación de valor. Puedes reducir tu necesidad de euros si participas y aportas valor por ejemplo en bancos de tiempo, servicios de trueque, etc. De este modo el dinero no será necesario para todo. Depender menos del dinero nos hace más ricos y autónomos.

Hacia un mundo de «freelancers»: de la precarización laboral a la creación de nuevas redes de seguridad social

Ahora bien, no todo son ventajas.

En esta nueva situación la mayor parte de las personas serán trabajadores independientes (en EEUU ya representan el 30% de la fuerza laboral y la tendencia se extiende en otras regiones), por lo que muchos derechos adquiridos como trabajadores asalariados se perderán (vacaciones, seguros médicos, prestación por desempleo o accidente, etc.).

La relación de los usuarios que producen valor mediante las plataformas acostumbra a ser bastante desigual. Los casos más conocidos son de aquellas plataformas categorizadas como “on-demand economy”: trabajadores disponibles para cumplir una tarea (conducir, ir a comprar, limpiar, revisar un texto, organizar un viaje, etc.) justo cuando se los necesita.

En estos casos se aplica también el término del “capitalismo de plataforma” ya que estas empresas externalizan la mayor parte de los riesgos en sus “colaboradores” (que usan sus propias herramientas: coche, casa, etc.) sin que lleguen a ser “empleados”. Colectivos de “usuarios proveedores” han empezado a organizarse para pedir mejor condiciones frente a las plataformas, incluso llegando a ir a juicio para clarificar si se trata de trabajadores autónomos o bien de empleados.

La relación entre estas plataformas y la gente que genera el valor debe evolucionar y buscar un mejor equilibrio. Si las plataformas no responden a las demandas los “trabajadores” tienen la capacidad de irse a otra plataforma que les ofrezca mejores condiciones.

Como dice Lisa Gansky:“Las empresas de la economía colaborativa deben empezar a compartir más valor con aquellas personas que crean el valor”. Ofrecer mejores condiciones a los usuarios de la plataforma se convierte en una ventaja competitiva.

A la vista de la situación han empezado a surgir nuevas organizaciones e ideas para dar cobertura a este nuevo tipo de trabajador autónomo discontinuo de la economía colaborativa. Por ejemplo http://www.peers.org/, en EEUU, ofrece información, seguros, pago de impuestos y otro tipo de servicios para estos ciudadanos productores.

Nuestro sistema laboral está diseñado para los asalariados tradicionales y está claro que para encajar esta nueva realidad se deberán revisitar algunos de los principios de solidaridad social. Esta es una reflexión a nivel político, a gran escala y que requiere de mucho coraje y determinación ya que se están debatiendo algunos de los fundamentos de las sociedades modernas.

La situación más probable es que en los próximos años algunos grupos de empresas/cooperativas, asociaciones de usuarios o incluso gobiernos/locales regionales tomen la iniciativa de replantearse las cosas.

Una de las propuestas más interesantes en este contexto es la defensa de la renta básica universal. La renta básica universal permitirá tener unos ingresos mínimos garantizados para todos los ciudadanos por el hecho de ser ciudadanos. Con esta renta básica la prestación de servicios o el alquiler de bienes a través de las plataformas de la economía colaborativa se haría con un cojín de seguridad del que ahora no disponen estos micro-autónomos.

Si la economía colaborativa podemos decir que está en su pubertad, los cambios laborales asociados a su desarrollo están aún en pañales.

6.5 – La paradoja de las grandes plataformas colaborativas

Los monopolios naturales en la Economía Colaborativa

Analizando la reciente historia de Internet, vemos como en el mundo de las plataformas digitales la empresa de referencia se lleva casi todos los usuarios adquiriendo una posición de monopolio natural: Google, Amazon, eBay, Facebook, Twitter, etc.

Lo mismo está sucediendo en la economía colaborativa. Aquellos que queremos una sociedad colaborativa abierta y distribuida debemos ser críticos con aquellos casos donde identifiquemos que la economía colaborativa corra un riesgo similar de monopolio.

Hagamos una reflexión crítica y constructiva sobre este hecho y sus posibles consecuencias para la sociedad colaborativa.

Algunas ventajas obvias

Este MOOC acerca de la economía colaborativa no existiría sin estas grandes plataformas.

  • Son necesarias como referente común y para poder hablar de un “sector” como tal.
  • Son ellas las que están abriendo con fuerza el camino  del consumo y la economía colaborativa, contribuyendo a normalizar los comportamientos colaborativos en la sociedad. Por su escala y visibilidad dan seguridad a los usuarios que quieren probar la economía colaborativa por primera vez.
  • También son estas mismas plataformas las que están plantando cara e invirtiendo su propio dinero en batallas regulatorias que al final beneficiarán a todo el sector colaborativo.

Desventajas también evidentes

  • Recentralización: Si abogamos por una sociedad colaborativa y distribuida deberíamos pensar en evitar que con la economía colaborativa acabemos pasando de un monopolio antiguo a un monopolio más moderno y mucho más eficiente. El ejemplo claro lo tenemos en el mundo de la música. Se paso de las discográficas a las plataformas centralizadoras como iTunes o Spotify. De este modo se perdió la oportunidad de crear un sector musical realmente abierto y distribuido.
  • Estandarización de la experiencia: Debido a la presión de los inversores en estas empresas muchas se verán obligadas a perder algunos de los aspectos informales propios de las experiencias del compartir por el establecimiento una estandarización de los servicios que garanticen a la empresa tener menos incidencias y ser más eficientes (para poder crecer más rápida).
  • Capacidad limitada de los usuarios para defender sus intereses: Estas plataformas que concentran la mayoría de los  usuarios pueden llevar a cabo cambios en sus políticas de prestación de servicios sin dejar mucho margen de maniobra a los usuarios. En este sentido estas plataformas se encuentran en una posición muy ventajosa aunque no podrán abusar de esta posición porque los usuarios acabarán emigrando a otras plataformas que son alternativas al servicio en pocos segundos o en pocos clics.
  • Tensión entre lo comunitario y lo comercial: otra crítica a las grandes empresas colaborativas es acerca de su ánimo de lucro. Para mucha gente las actividades con ánimo de lucro no deberían incluirse bajo el concepto de «colaborar» o «compartir». Sin embargo nos guste o no el ánimo de lucro ha sido un gran detonante en la adopción de la economía colaborativa y también ha permitido a las empresas ofrecer un mejor nivel de servicio (marketing, atención al cliente, seguros, etc.). Quizás el debate y la crítica sobre las empresas de economía colaborativa debería de plantear más allá del lucro o no, si por ejemplo el lucro es el único y último fin de la plataforma o bien si ese dinero se usa como un medio para mejorar los servicios, cuidar a la comunidad, etc. Este punto sobre el cuidado de la comunidad es fundamental y lleva  el debate a la pregunta sobre hasta que  punto la comunidad de usuarios es «usada» por la plataforma y hasta que punto la comunidad de usuarios es «empoderada» por la plataforma otorgándoles uno o varios roles principales en la misma incluso a nivel de gobernanza.

En todo caso: “La revolución no será centralizada”

Otro gran debate abierto en la economía colaborativa es la captura de valor por parte de las plataformas y la propiedad de las mismas. En las plataformas de consumo colaborativo el valor, el contenido es generado de manera distribuida por los propios usuarios. Estos modelos distribuidos han demostrado ser más eficientes y productivos que la alternativa tradicional cosa que ha llamado la atención de los inversores.

El problema es que estas inversiones no repercuten de ninguna manera en los usuarios que son quienes realmente han creado el valor de la empresa. ¿Qué pasaría si las grandes empresas de la economía colaborativa salieran a Bolsa? ¿Se podrían beneficiar los usuarios de alguna manera directa? Varios expertos apuntan a que una posible solución pasa por buscar una manera de distribuir parte de la propiedad de la empresa entre aquellos usuarios que generan el valor. De este modo se podrían reinventar modelos de cooperativas entorno a una plataforma colaborativa. ¿Sería todo esto viable?

Mirando un poco al futuro, usando la topología de redes, resulta claro que estamos aún usando estructuras de empresa muy tradicional para un conjunto de ideas y valores que se adaptan mejor a redes descentralizadas o distribuidas.

Si queréis profundizar en las repercusiones de tener organizaciones distribuidas, desde mitades de 2015, hay mucho interés en el desarrollo de Decentralized Autonomous Organizations (DAO) basadas en la tecnología BlockChain. No perdáis la pista a estos dos conceptos que están llamados a revolucionar internet.

Es normal y saludable que surjan todos estos debates y dudas acerca del desarrollo y la evolución de las plataformas de la Economía Colaborativa.

Es necesario que los ciudadanos y usuarios ejerzan una actividad constructiva de vigilancia y apoyo a estas plataformas para seguir avanzando hacia una sociedad colaborativa que realmente empodere a las comunidades y los ciudadanos. Será el mejor modo de superar las paradojas y debates actuales.

6.6 – Las ciudad y territorios colaborativos

“Cuando los alcaldes se centran en la tecnología en lugar de las personas, las ciudades inteligentes se convierten rápidamente en estúpidas.”

– Time Magazine

El potencial colaborativo de las ciudades en el siglo XXI

Hoy en día más de la mitad de la gente ya vive en ciudades. La ONU estima que para el 2050 que 2 de cada 3 personas vivirá en ciudades. Por lo tanto parece claro que el siglo XXI será el siglo de las ciudades, y no de los estados. Las ciudades son áreas densas donde el factor colaborativo será masivo, beneficioso e imprescindible.

Toda ciudad está llena de espacios públicos y privados sin usar. Recursos tangibles infrautilizados como son miles de coches estacionados todo el día ocupando las calles, casas llenas de herramientas, libros, bicicletas, ropa, etc., y otros recursos intangibles como habilidades, talentos y tiempo.

Las plataformas de economía colaborativa pueden ayudar en gran medida a convertir esta «basura» (recursos infrautilizados) en valor para los ciudadanos y las ciudades. Lo mejor de todo es que el aprovechamiento y puesta en circulación de estos activos no cuesta prácticamente nada. No requiere de inversiones en infraestructuras masivas o un desvío de los sistemas actuales. Por ejemplo sale mucho más barato promocionar el uso de las plataformas de coche compartido que construir un carril VAO especial. De tal modo que la ciudad al usar más eficientemente los recursos, consigue mejoras en muchos sentidos, pudiendo ahorrar dinero y crear fuentes adicionales de ingresos para invertirlo en la mejora del bienestar social de una sociedad donde los ciudadanos se vuelven productores de valor para intercambiarse entre ellos de manera directa y también generan valor para la ciudad en su conjunto.

De las ciudades inteligentes a las ciudades colaborativas

En los últimos tiempos hay abundantes críticas al concepto de “ciudades inteligentes” que no han logrado cumplir con sus promesas, combinando altos costos y bajos rendimientos.

Algunas administraciones locales están tratando de solucionar el problema y exploran cómo aprovechar todo el potencial de las nuevas tecnologías digitales sin repetir los errores del pasado. La mayoría de respuestas que encuentran implican que la ciudadanía tanto en dar forma como en implementar las soluciones. De esta manera se consiguen soluciones más modulares, económicas y eficientes.

Si además estas soluciones facilitan la colaboración e intercambios entre ciudadanos hablaremos de “ciudades colaborativas”. En resumen una ciudad colaborativa es aquella que permite a sus habitantes poder compartir de manera eficiente y segura todo tipo de bienes/servicios/habilidades creando comunidades más fuertes, saludables y conectadas.

Algunas ciudades están llevando la colaboración como estandarte. El referente a nivel mundial es Seúl, capital de Corea del Sur. El alcalde Won-soon Park ha lanzado un ambicioso plan a 10 años para hacer de Seúl una «Sharing City». Trabajando tanto a nivel de barrio como de ciudad se ha apoyado la creación de sitios web informativos, se han promocionado las startups existentes y se ha generalizado su uso de los servicios colaborativos por parte de la administración, se han creado incubadoras especializadas, se han llevado a cabo estudios que han permitido proponer regulaciones específicas para las actividades colaborativas, etc.

Otras ciudades reconocidas por su apertura son Amsterdam o Portland entre otras también empezando a desarrollar políticas activas para la inclusión y aprovechamiento de la economía colaborativa en sus entornos. Las ciudades que se comprometan con la economía colaborativa serán ciudades más agradables para vivir y en consecuencia acaban atrayendo el talento y las inversiones.

Es importante señalar que en este proceso de transformación de las ciudades en ciudades colaborativas el papel de la administración pública es el de acompañar y facilitar el desarrollo de aquellas iniciativas que los ciudadanos quieran sacar adelante. Se habla del concepto de una «administración socio» o “estado socio” que acompaña, facilita, observa, difunde… donde la ciudad se convierte en una plataforma para que los ciudadanos puedan crear el valor. Un banco de tiempo o una biblioteca de herramientas del barrio no funcionará igual de bien si la lidera una persona apasionada por el tema que si la lidera alguien para quien eso es sólo parte de su trabajo.

Y, en todo caso, hagan lo que hagan las administraciones respecto a las ciudades colaborativas hoy en día en muchas ciudades del mundo los ciudadanos se están levantando y uniendo en comunidades para resolver las necesidades de transporte, turismo, finanzas, etc.  Estas comunidades transforman las ciudades, las organizaciones y la acción civil con unos efectos que aún no podemos comprender en su globalidad pero sin duda están configurando las nuevas instituciones del siglo XXI, instituciones que no son ni estados ni corporaciones sino redes y comunidades que estructuran la sociedad.

Herramienta desde OuiShare: el proyecto Sharitories

Sharitories es un proyecto global de OuiShare con un enfoque muy práctico: crear el Collaborative Territories Toolkit (CTT) una herramienta para los responsables políticos de todo el mundo que deseen poner en práctica iniciativas de colaboración y participación en sus ámbitos locales con el objetivo de que estos territorios prosperen.


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