Actualizado el jueves, 20 abril, 2023
Circulan numerosos bulos sobre asaltos a la privacidad en las tecnologías provocado en gran medida por el desconocimiento. Pero no es ningún mito que son muchas las personas que, sin saberlo, llevan un teléfono en el bolsillo que les escucha. El asistente de Google no registra sonido sólo cuando le hablamos. Ni tan siquiera necesita conexión a internet, pues graba sonido incluso sin conexión a la red para luego transmitirlo. Desde hace tiempo, la comunidad más crítica con la falta de privacidad en internet, sospecha que Google los está escuchando cuando tienen abierto el ordenador, tu portatil, tu smartphone o tienes un micrófono conectado.
Google te escucha
¿Google puede activar tu micrófono para escuchar tus conversaciones?
Es una pregunta que se ha planteado en numerosas ocasiones en los últimos años. Muchos usuarios de dispositivos móviles y ordenadores se preguntan si Google y otras empresas pueden acceder a sus micrófonos para escuchar sus conversaciones. ¿Es esto posible? En este artículo vamos a explorar el tema con detalle.
La privacidad en línea es un tema de gran importancia en la actualidad. A medida que más y más personas utilizan dispositivos conectados a Internet para comunicarse, trabajar y disfrutar del ocio, se hace más importante asegurar que nuestra información privada no sea comprometida.
Hay muchas formas en que los datos privados pueden ser utilizados por las empresas. Una de las preguntas más comunes que se hacen los usuarios de dispositivos móviles y ordenadores es si Google y otras empresas pueden activar sus micrófonos para escuchar sus conversaciones. Esta preocupación no es infundada, ya que hay muchos rumores en línea que afirman que esto es posible.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que Google es una empresa muy respetada en el mundo de la tecnología. Siempre ha puesto la privacidad de sus usuarios en primer lugar y ha tomado medidas para garantizar que la información privada no sea comprometida. Por ejemplo, todas las comunicaciones entre los servidores de Google y tu dispositivo están encriptadas, lo que significa que tus datos están protegidos de posibles ataques externos.
En cuanto a la pregunta de si Google puede activar tu micrófono para escuchar tus conversaciones, la respuesta es sí, pero con algunas aclaraciones importantes. Google y otras empresas de tecnología tienen la capacidad de acceder a los micrófonos de los dispositivos que utilizan sus servicios, pero sólo lo hacen en circunstancias muy específicas.
Por ejemplo, si estás utilizando un servicio de asistente virtual como Google Assistant, el micrófono de tu dispositivo se activará cuando dices la palabra clave para llamar a la asistente. En ese momento, el asistente virtual comienza a escuchar tus comandos y puede responder a tus preguntas o realizar tareas en tu nombre.
Sin embargo, es importante destacar que Google y otras empresas de tecnología no pueden simplemente activar tu micrófono en cualquier momento. No pueden escuchar tus conversaciones privadas sin tu consentimiento. Además, Google siempre te pedirá permiso antes de acceder a tu micrófono para realizar una tarea específica, como grabar una nota de voz o realizar una llamada telefónica.
Es cierto que algunas aplicaciones pueden solicitar permiso para acceder a tu micrófono sin una razón legítima. Por ejemplo, algunas aplicaciones de juegos pueden solicitar permiso para acceder a tu micrófono para grabar tu voz mientras juegas. En este caso, debes tener cuidado al conceder permisos a las aplicaciones y asegurarte de que entiendes exactamente por qué se solicita el acceso a tu micrófono.
Es posible que Google y otras empresas de tecnología puedan activar tu micrófono para escuchar tus conversaciones, pero sólo lo hacen en circunstancias muy específicas y siempre te pedirán permiso antes de hacerlo. Siempre es importante estar atento a las solicitudes de permiso y leer cuidadosamente la información de privacidad antes de utilizar cualquier servicio en línea.
¿Google y Facebook escuchan y graban nuestras conversaciones?
Pero realmente ¿Google o Facebook escuchan y graban nuestras conversaciones y audio incluso cuando no están abiertos? Para demostrarlo, un experto llamado Mitchollow realiza una prueba en vivo y la graba para descubrir si Google. La prueba pretende demostrar si Google escucha las conversaciones que tienes a través de tu micrófono (incluso cuando su navegador está apagado) para apuntar mejor a sus anuncios.
No se trata de lanzar una gran teoría de la conspiración ni nada por el estilo. Puedes hacer la prueba tu mismo. Para conseguirlo Mitchollow en YouTube corrobora la teoría realizando unas pruebas al azar y según el, esto sucede desde 2013.
Con la llegada de Alphabet pasaron al lema de «haz lo correcto» en lugar del famoso «no seas malvado». Si esto se prueba que es cierto, entonces estan yendo en contra de su propio codigo de conducta, tanto de Google como de Alphabet. Aquí puedes leer el código de conducta de Alphabet.
Desde conversaciones entre empleados y empresas hasta escenas de sexo domésticas.
¿Hasta qué punto nos escuchan nuestros dispositivos? En declaraciones a la Cadena SER, un portavoz de Google confirmaba hace apenas unos meses que el gigante electrónico tan solo almacena las consultas de voz recibidas tras reconocer la palabra clave Ok Google tanto en su asistente personal como en sus altavoces inteligentes y que las procesa a través de una inteligencia artificial.
Pero, un informe de la emisora belga VRT News describe el proceso mediante el cual los contratistas escuchan las grabaciones de Google Home, y la parte aterradora es que, aparentemente, no se necesita mucho para iniciar una grabación. Mientras que las grabaciones no se escuchan en vivo, los clips de audio se envían a subcontratas.
Cómo evitar que Google te escuche
Para que Google deje de escucharnos no es necesario desactivar el asistente de voz. Podemos ir a esta web y comprobar allí las grabaciones de audio que ha almacenado la empresa. En esta otra web es posible desactivar la función de escucha y así evitar que la empresa recopile información sonora desde nuestros dispositivos.
Sabemos que estamos vigilados, a través de nuestros móviles, ordenadores y cámaras. Pero no hacemos nada malo y por eso nos sentimos a salvo. Marta Peirano avisa en esta charla que es urgente preocuparse y proteger nuestro anonimato en la red. Video realizado por Daniel Goldmann y editado por Xavi Fortino.
Existen varios servicios de Internet que pueden activar el micrófono de tu ordenador o smartphone sin que te des cuenta, y algunos de ellos podrían ser utilizados para espiarte. A continuación, te explicamos algunos de ellos:
- Asistentes virtuales: Los asistentes virtuales como Siri de Apple, Google Assistant y Amazon Alexa se activan cuando les hablas, lo que significa que están constantemente «escuchando» para detectar cuando les hablas. Si tienes un dispositivo con uno de estos asistentes, es posible que el micrófono se active sin que te des cuenta.
- Aplicaciones de redes sociales: Algunas aplicaciones de redes sociales como Facebook e Instagram tienen permiso para acceder al micrófono de tu dispositivo, y aunque estas aplicaciones dicen que solo lo hacen para reconocer la música o la televisión que estás escuchando, no se puede garantizar que no estén escuchando más de lo que dicen.
- Publicidad en línea: La publicidad en línea a menudo utiliza tecnologías de seguimiento para recopilar información sobre los usuarios y sus intereses. Algunas empresas de publicidad han utilizado técnicas de ultrasonido para recopilar información sobre los usuarios a través de sus micrófonos, aunque esto es menos común en la actualidad.
- Aplicaciones de juegos: Algunas aplicaciones de juegos también tienen permiso para acceder al micrófono de tu dispositivo, y aunque es poco probable que estas aplicaciones te espíen directamente, es posible que estén recopilando información sobre ti.
En resumen, existen varios servicios de Internet que pueden activar el micrófono de tu ordenador o smartphone sin que te des cuenta, lo que podría ser utilizado para espiarte. Por esta razón, es importante que revises los permisos de las aplicaciones que utilizas y que desactives el micrófono en los servicios que no los necesiten. ¡Espero que esta información te haya sido útil!
Facebook escucha lo que hablas mientras ves ciertos anuncios de la tele
La red social facebook ha instalado se convertirán en auténticos medidores de la audiencia que ve un anuncio publicitario o un programa determinado y podrá extraer patrones muy concretos de los comportamientos de los televidentes.
El sistema funciona de tal manera que determinados spots publicitarios emitirían un sonido imperceptible para el oído humano pero que los dispositivos móviles sí que podrían escuchar.
Todo lo que haya sido grabado pasa a los servidores de Facebook donde, a su vez, los datos serán analizados para “comprender” las acciones de los propietarios de los teléfonos durante ese anuncio en concreto.
Esto lo podrá saber Facebook gracias a que, como se recoge en la patente, las grabaciones quedarán marcadas con la fecha, hora y lugar desde donde se tomó el audio, para que después pueda hacerse el trackeo y el minado de datos correctamente.
Después, Facebook podría venderles toda esa información tan valiosa a los propios anunciantes con los que hubiera llegado a un acuerdo para utilizar ese servicio y, por otro lado, también lo podría utilizar para mostrarte publicidad aún más segmentada en la propia plataforma de Facebook.
Google Leaks
Google Leaks es la historia sin límites de un ex empleado de Google, que afirma que el gigante de las búsquedas ha sido corrompido por prejuicios políticos y está siguiendo un curso de censura deliberada en línea. Detalla el viaje del autor después de la elección de Donald Trump de empleado satisfecho a denunciante corporativo inquebrantable.
Como empleado de Google, Zach Vorhies se alarmó por lo que vio como la deriva gradual de la empresa hacia el partidismo político y la censura deliberada. A raíz de la elección de Donald Trump, se sintió cada vez más desilusionado por el curso político que parecía estar siguiendo el gigante tecnológico, en una campaña que supuestamente involucró «listas negras», inteligencia artificial y el rechazo de la disidencia como «noticias falsas». Finalmente, todo se volvió demasiado para él y Vorhies hizo públicas sus afirmaciones, revelando los documentos internos de Google.
Escuche la historia de un denunciante de Google
Para muchos de nosotros, usar Internet significa usar Google. Buscar algo es solo otra forma de decir buscarlo en Google. Ver un video significa usar YouTube, una subsidiaria de Google. Y los correos electrónicos a menudo se envían desde o hacia una cuenta de Gmail, o ambos.
Pero, ¿cuánto sabemos realmente sobre esta empresa? En realidad, muy poco. Según Zach Vorhies, eso es un problema. Ex empleado de Google, alega que la compañía ha estado tratando de influir en la política de manera encubierta desde la elección de Donald Trump.
Estas claves rastrean la historia de Vorhies desde sus días como empleado de Google hasta su tiempo como denunciante haciendo acusaciones mordaces contra sus antiguos empleadores.
Aprenderás
- cómo respondió Google a la elección de Donald Trump;
- por qué la palabra «covfefe» enloqueció a los empleados de Google; y
- por qué el autor recibió la visita de un escuadrón de policías fuertemente armados.
La elección de Donald Trump marcó un punto de inflexión político para Google
Una mañana de noviembre de 2016, cuando Zach Vorhies se presentó a trabajar en las oficinas de Google en San Bruno, California, no podía creer lo que veía. La noche anterior, Donald Trump había sido elegido presidente de Estados Unidos, y parecía que todos en Google estaban perdiendo la cabeza.
Algunos lloraban y hablaban como si un pariente cercano hubiera muerto. Otros habían decidido tomarse todo el día libre.
Para Vorhies, parecía que estas personas carecían de una comprensión fundamental de la educación cívica. Como democracia, Estados Unidos tiene elecciones regulares. Haces todo lo posible para ganarlos, pero si pierdes, te lo tomas en serio y te concentras en hacer un mejor trabajo la próxima vez.
Pero eso no parecía ser lo que estaba sucediendo en Google.
Dondequiera que fuera, Vorhies escuchó a los empleados hablar sobre lo injusta que habían sido las elecciones e insistir en que se necesitaba una resistencia para enfrentar a Trump. Al principio, parecía una charla inútil, hasta que se les dijo a los empleados que sintonizaran una reunión semanal, transmitida en vivo desde la sede de Google en Mountain View, California.
Desde el principio, la atmósfera fue inquietante. Muchos empleados de Google usan un peculiar sombrero de empresa, un gorro de rayas brillantes con una pequeña hélice en la parte superior. Normalmente parece inofensivo, incluso juguetón. Pero, al examinar fila tras fila de empleados, muchos con el mismo sombrero y todos aparentemente unidos en sus objetivos políticos, la uniformidad de repente le pareció siniestra a Vorhies.
En la reunión de transmisión, Sergey Brin, cofundador de Google y director ejecutivo de su empresa matriz Alphabet, describió la elección de Trump como «profundamente ofensiva». Kent Walker, vicepresidente de Asuntos Globales de la compañía, culpó de la victoria de Trump a la xenofobia y el odio. Y Ruth Porat, directora financiera, animó a los empleados a consolarse entre sí con abrazos.
Más tarde, un empleado de Google preguntó qué podía hacer la empresa para abordar la información errónea y las noticias falsas que supuestamente llevaron a la elección de Trump. Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, respondió.
Vorhies encontró lo que Pichai dijo a la vez vago y alarmante. Pichai afirmó que esta era una oportunidad para avanzar en el aprendizaje automático y la inteligencia artificial. Hasta ahora, esos sistemas se habían utilizado para abordar cuestiones como el acoso y los comentarios hirientes. Pero una vez que se ampliaran, el aprendizaje automático y la inteligencia artificial se utilizarían para hacer mucho más.
Y por primera vez, Vorhies tuvo una idea de lo que Google pretendía hacer.
Vorhies vio una forma encubierta de censura en la campaña de Google contra las noticias falsas
Vorhies había crecido creyendo en la libertad de expresión, que creía que era una parte vital de cualquier democracia digna de ese nombre. Toda su vida se había formado opiniones buscando información de diversas fuentes, que abarcaban el espectro político.
De hecho, su propia mente a menudo se veía influida por encontrar nuevos argumentos e información que no había considerado antes. Esa era la belleza de la libertad de expresión.
Pero en opinión de Vorhies, Google había apuntado a esa forma de hacer las cosas. No estuvieron de acuerdo con la discusión libre y abierta. Para Google, pensó Vorhies, las opiniones correctas estaban predeterminadas, y su trabajo era guiarlo suavemente hacia ellas, búsqueda por búsqueda.
Para Vorhies, Google estaba lanzando una cruzada contra las llamadas «noticias falsas» en un esfuerzo por limitar las noticias y los argumentos a los que el público podía acceder. En otras palabras, sus planes se parecían mucho a la censura.
En este punto, sin embargo, Vorhies solo tenía una idea muy vaga de lo que la empresa pretendía hacer. Entonces comenzó a cavar.
Convenientemente, Google era lo que llamaban una empresa «abierta», que ponía la mayoría de sus documentos internos a disposición de todos los empleados. Vorhies simplemente buscó «noticias falsas», y el primer documento que encontró le dio una idea bastante clara de lo que planeaban hacer.
El informe comenzó citando cinco ejemplos de noticias falsas: cuatro criticaban a Hillary Clinton y el restante estaba a favor de Trump.
Es más, algunas de las historias etiquetadas como «noticias falsas», en opinión del autor, no eran necesariamente así. Un titular comenzaba: «Wikileaks CONFIRMA que Hillary vendió armas a ISIS«. Vorhies afirma que la verdad de esa afirmación no está clara. Pero, argumenta, algunos informes noticiosos parecen implicar las decisiones de política exterior de Clinton en el armamento de insurgentes hostiles.
Los ejemplos de noticias falsas que había elegido Google le parecieron a Vorhies mostrar un patrón claro. Estas historias eran consistentemente pro-Trump y anti-Hillary. Las opciones no parecían objetivas ni apolíticas.
Como Vorhies era ingeniero, sabía que distinguir entre noticias falsas y noticias reales tendría que ser un proceso automatizado, no se llevaría a cabo manualmente. Así que la siguiente pregunta que se hizo Vorhies fue cómo funcionaría este nuevo sistema.
Google planeó remodelar Internet en un intento por hacerlo «justo»
En los primeros meses de la presidencia de Trump, Vorhies encontró un documento sobre el sistema que Google planeaba usar para filtrar sus resultados. Astutamente, le habían dado un nombre que sonaría razonable para cualquier persona decente.
Lo llamaron «equidad en el aprendizaje automático«. Pero, ¿qué significa eso realmente?
El aprendizaje automático es cuando los algoritmos se alimentan de información del mundo real, como las decisiones que toman los humanos, y aprenden a tomar decisiones ellos mismos en función de los patrones que encuentran. Pero, ¿qué pasa con la justicia ? Por aprendizaje automático justo , Google se refería a un sistema que podía aprender de los humanos, pero sin captar los prejuicios y prejuicios humanos.
Lo que puede parecer bastante poco controvertido, pero no lo es.
Al leer el documento, Vorhies aprendió más. De la mano de la equidad en el aprendizaje automático surgió un concepto relacionado, llamado injusticia algorítmica , y esto era lo que la equidad en el aprendizaje automático debía contrarrestar.
Aquí hay un ejemplo del documento que estaba leyendo Vorhies: si al buscar el término “directores ejecutivos” aparecieran más imágenes de hombres que de mujeres, eso contaría como una injusticia algorítmica, porque tales resultados serían perjudiciales para las mujeres.
Vorhies empezó a sentirse incómodo. ¿Qué pasa si simplemente hay más directores ejecutivos hombres que mujeres? ¿Seguramente reflejar los hechos no es “algorítmicamente injusto”?
El documento sugirió que Google no necesariamente lo creía así. A veces, la verdadera equidad puede significar representar las cosas como deberían ser, en lugar de como son . En otras palabras, incluso los resultados que proporcionan una imagen precisa del mundo pueden seguir siendo algorítmicamente injustos. Mostrar directores ejecutivos mayoritariamente hombres, por ejemplo, reforzaría los estereotipos dañinos sobre el liderazgo y los roles de género.
Google parecía creer que ayudar a la sociedad a ser más justa y equitativa a veces puede ser más importante que reflejar el estado real de las cosas.
Pero, ¿qué pasa con los sitios web que no estaban de acuerdo con esta visión del mundo? Bueno, tal vez simplemente podrían ser empujados hacia abajo en la clasificación o terminar despojados de su capacidad para obtener ingresos publicitarios.
De hecho, según los documentos que filtró Vorhies, Google planeaba establecer un equipo de evaluadores, que trabajaran junto con AI, para calificar la confiabilidad de varios sitios. Pero, ¿sería este un proceso neutral y equilibrado? Vorhies no lo creyó ni por un segundo: sospechaba que los sitios web con los que Google estaba de acuerdo se impulsarían, mientras que aquellos con los que no estaban de acuerdo serían degradados.
Para Vorhies, esto parecía un programa poderoso, con la capacidad de alterar profundamente la política estadounidense. Y lo encontró profundamente preocupante.
La respuesta de Google al asunto «covfefe» hizo que Trump se viera particularmente mal
Justo después de la medianoche del 31 de mayo de 2017, Donald Trump tuiteó una frase de seis palabras que terminó volviéndose más famosa de lo que nadie podría haber anticipado: «A pesar de la constante covfefe negativa de la prensa».
¿»Covfefe»? El mundo estaba desconcertado, ¿qué diablos podía significar? El secretario de prensa de Trump, Sean Spicer, solo se sumó al misterio cuando los periodistas lo interrogaron. Dijo que el presidente y «un pequeño grupo de personas» sabían exactamente lo que quería decir. ¿Pero lo hicieron? ¿De verdad lo hicieron?
Gracias a Google, el tuit de Trump podría descifrarse con bastante facilidad. Vorhies y otros señalaron que el servicio de traducción de la empresa reconoció «covfefe» como una palabra árabe, que significa «nos pondremos de pie». Entonces: «A pesar de la constante prensa negativa, nos pondremos de pie». Para Vorhies, tenía mucho sentido, así que Google debe haber estado feliz, ¿verdad? Incorrecto.
El primer intento de socavar la traducción de Google de «covfefe» provino del New York Times . El día después del tuit de Trump, un periodista del Times llamado Liam Slack descartó la idea de que el presidente había usado deliberadamente una palabra árabe.
Por un lado, señaló el artículo de Slack, Trump se había comprometido una vez a prohibir a los musulmanes en Estados Unidos. Es más, nunca había afirmado públicamente hablar árabe. Y en tercer lugar, un profesor de árabe manifestó su protesta de que la palabra “covfefe” no tenía ningún significado.
Esa era la señal que necesitaba Google. Una vez más, Vorhies pudo reconstruir lo que sucedió al mirar los documentos internos de la compañía.
Los empleados de Google decidieron cambiar la traducción original del sistema y gastar una broma al presidente mientras lo hacían. En el futuro, el término «covfefe» no se traduciría como «nos pondremos de pie». En cambio, ingresar esa palabra haría que Google Translate mostrara un emoji de un hombre encogiéndose de hombros, como desconcertado.
Eso fue todo lo que necesitó. Unos pocos clics del mouse por parte de algunos empleados de Google, y voilà: la palabra “covfefe” ya no se identificaba como árabe, y el tweet de Trump ya no tenía ningún sentido.
No fue lo más grave ni lo más alarmante que hizo Google, pero para Vorhies fue revelador. La rapidez y el entusiasmo con que actuó la empresa fueron impresionantes y preocupantes a partes iguales.
El descubrimiento de las «listas negras» llevó a Vorhies a hacer sonar el silbato
El asunto de la covfefe era una cosa. Pero para Vorhies, el punto de inflexión llegó cuando descubrió que Google mantenía una serie de «listas negras», un catálogo de términos y sitios web que creía que el motor de búsqueda intentaba suprimir deliberadamente.
En ese momento, la compañía le estaba diciendo al mundo que no permitía que las consideraciones políticas afectaran sus resultados de búsqueda. Pero una búsqueda rápida en los servidores internos de Google arrojó una serie de documentos con la palabra «lista negra» en el título, y en estos archivos, parecía que los medios conservadores estaban siendo atacados en particular.
Los sitios web de derecha populares como True Pundit, Louder with Crowder y GlennBeck.com fueron nombrados en una lista que, según Vorhies, estaba diseñada para excluir material de las fuentes de noticias de Google Now. Para él, este fue un punto de inflexión: ahora tenía que hacerlo público.
Después de hacer algunas preguntas, Vorhies se puso en contacto con el grupo de noticias de investigación Project Veritas, una organización de derecha que se especializa en denuncias políticas dramáticas.
Vorhies comenzó a reunirse con un empleado de Project Veritas, y le explicó con minucioso detalle cómo creía que Google estaba suprimiendo sistemáticamente el contenido conservador. Hablar con el reportero fue un gran alivio, pero para su consternación, nada salió de sus afirmaciones: no hay investigaciones, no hay informes de noticias, ni siquiera un solo tuit. Durante meses, el grupo simplemente se sentó en la información.
Mientras tanto, Vorhies decidió que no podía seguir trabajando para Google. Sintió que la empresa había violado su propio lema original: «No seas malvado». Desanimado por su trabajo y por la inacción del Proyecto Veritas, Vorhies dejó Google para siempre.
Y luego, de repente, la situación cambió. Project Veritas hizo una grabación secreta de un ejecutivo de Google, quien observó que las organizaciones digitales más pequeñas carecían de los recursos para «prevenir otra situación de Trump». ¿Fue así realmente como Google vio su misión? Para Vorhies, la grabación parecía confirmar todas sus sospechas, y Project Veritas también lo pensó.
El grupo elaboró un informe sobre presuntos prejuicios políticos en Google, con una entrevista anónima con Vorhies. Por fin, sus revelaciones estaban dando frutos.
Cuando Google tomó medidas contra Vorhies, la situación se intensificó, pero finalmente se corrió la voz
Vorhies lo había hecho. Después de años de recelos, finalmente logró compartir sus descubrimientos con el mundo. Era un peso de sus hombros, pero de una manera extraña, su confesión solo le trajo nuevas ansiedades.
Aunque había permanecido en el anonimato en su entrevista con Project Veritas, Vorhies sabía que Google podría descubrir su identidad con bastante facilidad. La empresa tendría registros digitales que registraran la identidad de cualquier persona que acceda y almacene los documentos internos que ha descubierto: conectar los puntos no les llevaría mucho tiempo.
Entonces, cuando Vorhies recibió una carta de cese y desistimiento de Google, poco después de que apareció la exposición, no se sorprendió mucho.
La carta de Google no solo exigía que Vorhies dejara de compartir información confidencial. También le exigió que devolviera la computadora portátil de su empresa, que contenía todos los documentos en los que había basado sus controvertidas afirmaciones.
Pero Vorhies sintió que el mundo necesitaba ver los documentos que había descubierto. Entonces, en lugar de devolver su computadora portátil como lo solicitaba la carta de Google, la envió, junto con 950 páginas de documentos internos, al Departamento de Justicia de EE. UU. Y también se puso en contacto con un contacto en Project Veritas, y le indicó que compartiera los documentos públicamente en caso de la propia “muerte prematura” de Vorhies, un acuerdo que compartió con el mundo a través de Twitter.
¿Paranoico? Tal vez, pero poco después, Vorhies pasó por una experiencia bastante desgarradora. En lo que él afirma fue una táctica de intimidación, en agosto de 2019, Google llamó a la policía de San Francisco y les pidió que realizaran un «control de bienestar» de su ex empleado.
Cuando Vorhies se negó a reunirse con la policía, la situación se agravó. Su apartamento estaba rodeado por agentes de policía con sus armas desenfundadas y vigilado por un helicóptero en el aire. Incluso había un robot de eliminación de bombas en su puerta principal. Vorhies finalmente obedeció y salió ileso del incidente.
Con Google ya consciente de su identidad, decidió abandonar por completo la pretensión del anonimato. Así que grabó una nueva entrevista con Project Veritas, esta vez con su propio nombre. Además, la organización publicó los documentos que había obtenido, las 950 páginas.
Aproximadamente una semana después del incidente policial, Project Veritas publicó la segunda entrevista. Esta vez no con un denunciante anónimo, sino con Zach Vorhies, el ex empleado de Google.
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