Confronting the Presidents examina a fondo a los 45 presidentes de Estados Unidos, confrontándolos con su propio legado en el cargo. Algunos líderes se muestran bajo una luz favorable; otros quedan al descubierto como los pésimos dirigentes que realmente fueron. Todos los presidentes son juzgados con el mismo estándar. La pregunta central es simple: ¿Cumplieron estos hombres con los ideales fundacionales de Estados Unidos?
Análisis Crítico de Bill O’Reilly y Martin Dugard
Bill O’Reilly y Martin Dugard presentan en Confronting the Presidents una valoración sin adornos, desde Washington hasta Biden. La mayoría de los presidentes de Estados Unidos han sido muy conscientes de su responsabilidad única. En los primeros años de la nación, los presidentes se veían a sí mismos como los guardianes de un experimento político audaz. Entendían que la libertad era una anomalía en la historia, no la norma, y que cualquier paso en falso podía hundir a la nación en la tiranía.
El Rol Evolutivo de los Presidentes
Con el tiempo, los presidentes asumieron un rol mucho mayor: no solo lideraban una nación, sino el mundo libre. Sus decisiones repercutían a nivel global, afectando a cientos de millones de personas para bien o para mal. ¿Pero quiénes eran realmente estos 45 líderes?
En este análisis, exploraremos a siete de ellos, revelando aspectos únicos de su personalidad y liderazgo. Algunos fueron visionarios políticos, mientras que otros demostraron una falta de visión moral. Acertaron en muchas decisiones, pero también cometieron errores garrafales. Todos tenían secretos y peculiaridades ocultas.
La Reticencia de Washington a Gobernar: La Clave de su Confiabilidad
La reticencia de George Washington para ejercer el poder fue un aspecto fundamental que convenció a los estadounidenses de que podían confiar en él. Como escribió James Madison, el gobierno no sería necesario si los seres humanos fueran perfectos. La realidad es que no lo somos. A menudo, actuamos de manera egoísta y cruel, y los Padres Fundadores vieron en esta naturaleza humana un problema político.
Los Vicios Humanos y la Creación de un Sistema de Control
Sin controles, estos vicios podrían haber destruido la naciente República Americana. Su solución fue un sistema que trabajaba en armonía con la naturaleza humana. Como dijo Madison, era un sistema en el cual la ambición contrarrestaba la ambición. En otras palabras, se establecieron controles y equilibrios. La Constitución fue diseñada para evitar que cualquier individuo o facción tiranizara a los demás. Estos detalles se definieron en la Convención Constitucional de 1787.
La Elección de Washington y el Precedente de Transferencia de Poder
Tras la ratificación de este histórico documento, los delegados convocaron elecciones. En 1788, fue elegido el primer presidente de Estados Unidos: el General George Washington, un héroe de guerra que lideró la derrota de los británicos. Pero, además, carecía del vicio más temido por los estadounidenses: la ambición desmedida. Un hombre que ansiara el poder, razonaban, no se retiraría voluntariamente para llevar una vida tranquila en su hacienda. Washington, quien tuvo que ser persuadido de abandonar su retiro, cumplió dos mandatos entre 1789 y 1797.
El Legado de Washington
Washington fue modesto sobre su tiempo en el cargo. En su discurso de despedida, enfatizó más sus errores que sus logros. Sin embargo, su administración estableció el precedente de transferencia pacífica de poder, una tradición que perduraría más de 200 años hasta la presidencia de Donald Trump. Además, aprobó la Carta de Derechos, una serie de enmiendas constitucionales que garantizan las libertades de los estadounidenses hasta el día de hoy.
La Vida Privada de Washington y su Relación con su Madre
Aunque recordamos a Washington como una figura pública, ¿cómo era en privado? Podemos vislumbrar su carácter en su complicada relación con su madre, Mary Washington. Tras la muerte de su padre, cuando George tenía solo 11 años, él heredó la hacienda familiar, un hecho que Mary nunca perdonó. A menudo, se quejaba amargamente de su situación económica, y el dinero fue un tema constante en las cartas que enviaba a su hijo.
Washington, pese a sus propios problemas financieros, siempre le enviaba lo que pedía, considerándolo un acto de deber personal. Sin embargo, cuando Mary intentó obtener una pensión estatal de la legislatura de Virginia, Washington envió una carta explicando que su madre no estaba realmente en dificultades. Su solicitud fue finalmente rechazada.
A pesar de la dificultad en su relación, Washington visitó a su madre antes de su investidura. Fue su último encuentro antes de que ella falleciera en 1789.
Lincoln y Buchanan: Dos Presidentes, Dos Destinos Opuestos
La determinación de Lincoln ganó la guerra, mientras que la incapacidad de James Buchanan lo posiciona como uno de los peores presidentes de Estados Unidos. A diferencia de Buchanan, cuyo origen acomodado y sólida educación lo prepararon para la política, Lincoln nació en una humilde cabaña de madera y fue hijo de padres analfabetos. Sus diferencias no solo eran de origen; sus temperamentos y principios también contrastaban profundamente.
Contrastes Personales: Estilos de Vida y Hábitos
Buchanan, amante de la buena comida, disfrutaba de pescado frito, chucrut, helado y fresas, además de una botella de whisky porter a mano. Sus noches transcurrían entre anécdotas y buena compañía. Lincoln, por el contrario, era abstemio y comía de manera frugal: un huevo cocido con café por la mañana y una cena ligera le bastaban. Según su secretario, los placeres de la mesa le atraían poco; prefería retirarse temprano para continuar su trabajo en su estudio.
Ideologías Políticas Opuestas
La mayor diferencia entre ambos fue política. Buchanan, demócrata y elegido en 1856, basó su poder en el Sur esclavista y consideraba la abolición de la esclavitud como una “enfermedad” que podía amenazar la unión. Esta visión fue vista por los norteños como un acto de apaciguamiento peligroso. Sin embargo, Buchanan subestimó la gravedad del conflicto y, en 1861, los estados del sur comenzaron a secesionarse, formando la Confederación pro-esclavista. Su estrategia, lejos de evitar el conflicto, dejó al gobierno desprotegido.
Lincoln asumió el cargo en marzo de 1861, cuando el país ya estaba al borde de la guerra. Durante su campaña, afirmó que “si la esclavitud no estaba mal, entonces nada lo estaba”. Acusó a los demócratas de traicionar los ideales de los Padres Fundadores. La Guerra Civil estalló el 12 de abril de 1861, y Lincoln, como comandante en jefe, fue incansable.
Lincoln y la Guerra Civil: Liderazgo y Decisiones Decisivas
Cuando el general en jefe no persiguió a las fuerzas confederadas en retirada, Lincoln no dudó en reemplazarlo con Ulysses S. Grant. Grant fue criticado como un “carnicero”, pero su enfoque implacable fue clave para acelerar el fin del conflicto. El objetivo de Lincoln era debilitar la economía sureña, y, el 1 de enero de 1863, emitió la Proclamación de Emancipación, liberando a más de 3.5 millones de personas esclavizadas.
El Fin de la Guerra y el Trágico Destino de Lincoln
La rendición de la Confederación llegó el 9 de abril de 1865, pero Lincoln no pudo ver la paz posterior. Fue asesinado el 15 de abril por John Wilkes Booth, un partidario del sur derrotado. Con su muerte, Lincoln se sumó a los más de 600,000 estadounidenses que perecieron en la Guerra Civil, dejando un legado de libertad y justicia inigualable.
Warren Harding y el Placer en la Casa Blanca
Para Warren Harding, el placer era lo primero en su administración. En su Casa Blanca, el ambiente estaba cargado de olor a salchichas, chucrut, whisky, tabaco y sudor. Sus amigos se relajaban, con chalecos desabrochados y corbatas flojas, lanzando cartas en la mesa y soltando carcajadas entre puros y maldiciones.
Harding: Un Presidente Accidental
«Olviden que soy presidente,» dice Harding en medio de una partida de póker, «soy Warren Harding, jugando con amigos». Esa partida casual podría terminar con uno de ellos llevándose un juego de porcelana oficial de la Casa Blanca. El propio Harding parecía haber olvidado quién era en realidad.
Harding llegó a la presidencia casi por accidente, debido a un estancamiento en la Convención Nacional Republicana de 1920. Como senador de Ohio, Harding era más conocido por su apariencia y carisma que por su visión política. Fue elegido como candidato de compromiso, y su campaña prometía un «retorno a la normalidad», un mensaje que resonaba entre los votantes cansados tras la guerra mundial y una pandemia.
Los Secretos de Harding: Escándalos y Vida Doble
Cuando Harding asumió la presidencia en 1921, los estadounidenses desconocían su vida secreta. Sin embargo, el Servicio Secreto estaba al tanto: sus agentes introducían mujeres y whisky en la Casa Blanca para facilitar las aventuras extramaritales del presidente, desafiando la prohibición del alcohol. Incluso el Partido Republicano encubría sus deslices, como cuando una de sus amantes amenazó con exponer su relación y fue persuadida con unas vacaciones pagadas y una pensión vitalicia.
Pero los problemas no se limitaban a los asuntos personales. La administración de Harding estaba plagada de corrupción. Al priorizar sus placeres, delegó el gobierno a un grupo de amigos de Ohio, conocido como la Ohio Gang, quienes aprovechaban sus cargos para enriquecerse. Uno de ellos aceptó un soborno de $365,000 para permitir la extracción ilegal de petróleo en tierras públicas, mientras otro desvió alcohol y suministros médicos hacia el mercado negro.
El Escándalo de Teapot Dome y el Fin de Harding
En abril de 1922, se inició una investigación sobre la corrupción en su administración, desatando el infame escándalo del Teapot Dome. Este caso, que involucró la explotación petrolera en Wyoming, indignó al público y acabó con la popularidad de Harding, quien alegó desconocer el esquema ilegal. Sin embargo, para los votantes furiosos, sus negaciones no eran suficientes.
Harding no vivió para ver las consecuencias finales. Falleció repentinamente el 2 de agosto de 1923, y cuatro horas después, su vicepresidente Calvin Coolidge asumió el cargo, poniendo fin a una presidencia marcada por el hedonismo y la falta de ética.
Herbert Hoover y FDR: Dos Enfoques Frente a la Crisis
Herbert Hoover y Franklin Delano Roosevelt (FDR) representan dos enfoques radicalmente diferentes frente a la crisis económica de su tiempo. Mientras Hoover se aferra a políticas fallidas, FDR revoluciona el rol del gobierno para enfrentar la Gran Depresión.
El Colapso de 1929 y la Respuesta de Hoover
24 de octubre de 1929: la Bolsa de Nueva York se derrumba y, en un solo día, se pierden más fondos de los que el gobierno de Estados Unidos gastó en la Primera Guerra Mundial. La desesperación invade a los inversores, pero el presidente Hoover no se preocupa. Cree que la economía, como siempre, se estabilizará por sí misma.
Este optimismo no es casual. Hoover es un hombre hecho a sí mismo, un huérfano criado en una familia cuáquera pobre, que escaló en el mundo de la minería hasta alcanzar el éxito. Para él, el mercado siempre ha tenido altibajos, y los ciudadanos deben apretarse el cinturón y salir adelante por sus propios medios. Sin embargo, la magnitud de esta crisis era mucho mayor: era un colapso de proporciones históricas.
Hoovervilles y el Descontento Popular
A medida que la crisis se agrava y Hoover se niega a cambiar de estrategia, los estadounidenses comienzan a asociar su sufrimiento con su falta de acción. Surgen los Hoovervilles, barrios improvisados de personas sin hogar, y los Hoover wagons, coches tirados por caballos debido a la falta de gasolina, como símbolos de la desesperación y la falta de liderazgo.
El Enfoque Innovador de FDR: El Nuevo Trato
En las elecciones de 1932, el país elige a un hombre con un trasfondo opuesto: Franklin Delano Roosevelt (FDR), un aristócrata que, a pesar de su riqueza, defiende una ética de responsabilidad social. En lugar de predicar austeridad, FDR promete un Nuevo Trato (New Deal) y enfatiza que el gobierno debe intervenir para levantar al país de la crisis.
La Era del New Deal y los Primeros 100 Días
Con un apoyo masivo en el Congreso, FDR tiene el poder necesario para implementar sus reformas. Impulsado por largas jornadas de trabajo y una dieta de café y donas, el presidente y su equipo aprueban una serie de leyes en sus primeros 100 días: fortalecen los bancos, protegen a los agricultores y crean proyectos de obras públicas para generar empleo. Su estilo dinámico y acción decidida contrastan fuertemente con el enfoque pasivo de Hoover.
Un Legado Duradero: FDR y la Transformación de Estados Unidos
FDR gana tres elecciones consecutivas y permanece en la Casa Blanca durante 12 años, guiando al país tanto en la Gran Depresión como en la Segunda Guerra Mundial. Como Harding, también fallece en el cargo, pero su legado es recordado con respeto y admiración. A diferencia de Hoover, FDR es recordado como uno de los grandes presidentes de Estados Unidos, alguien que supo reimaginar el gobierno para responder a las necesidades de su tiempo.
Donald Trump: Un Punto de Ruptura en la Transición Presidencial
La negativa de Donald Trump a dejar la Casa Blanca lo convierte en un caso excepcional. Aunque algunos presidentes se elevan a la ocasión y otros permanecen demasiado distraídos para notar lo que sucede a su alrededor, la mayoría tiene intenciones honorables. Pero como en toda historia, unos pocos son verdaderos canallas. En resumen, los presidentes son humanos, incluso los Padres Fundadores.
Los Grandes Estadistas También Eran Humanos
Como nos recuerda la madre de George Washington, los grandes estadistas inmortalizados en Mount Rushmore enfrentaron problemas y preocupaciones comunes. Sin embargo, todos comparten una característica en común: eventualmente dejan el cargo. Algunos se retiran voluntariamente, otros terminan su mandato y los menos afortunados son forzados a salir. Dejar la Casa Blanca no es fácil, y rara vez es un momento de alegría para un presidente o primera dama. Por ejemplo, Pat Nixon, quien nunca disfrutó su rol, no pudo evitar expresar su tristeza al abandonar la Casa Blanca.
La Transición de Poder: Un Pilar de la Democracia Estadounidense
La transición pacífica de poder es una piedra angular de la democracia estadounidense. Algunos presidentes manejan su partida con gracia; por ejemplo, George H.W. Bush dejó una nota para Bill Clinton, expresando que “su éxito sería el éxito del país”. Otros, como James Buchanan, mostraron evidente incomodidad, especialmente durante la toma de posesión de Abraham Lincoln. Sin embargo, la transición pacífica de poder fue incontestable por más de dos siglos.
La Excepción de Trump: El 6 de Enero de 2021
Todo cambió el 6 de enero de 2021. Trump, quien estaba en Washington convocando a sus seguidores, alegaba que la elección de 2020 había sido manipulada y que fuerzas oscuras intentaban minar la voluntad del pueblo. Cientos de seguidores descendieron sobre el Capitolio en un intento de detener el proceso de certificación y castigar a los supuestos “traidores”.
Trump ha sido una figura polarizante, y su mandato tuvo aspectos criticables, como su retórica extrema y su falta de civismo, además de haber sido impeached en dos ocasiones. Sin embargo, también hubo logros: los salarios reales aumentaron, la inflación bajó, y Estados Unidos apoyó militarmente a Ucrania y contuvo a Irán, entre otros. Su presidencia, como muchas otras, tuvo altos y bajos.
Aun así, el 6 de enero destaca. Trump tuvo la opción de condenar el ataque al Capitolio y no lo hizo. En su lugar, rompió con un precedente histórico, poniendo en peligro un experimento democrático que llevaba siglos.
Lecciones de la Historia Presidencial
Con Confronting the Presidents de Bill O’Reilly y Martin Dugard, hemos aprendido cómo la reticencia de George Washington a asumir el cargo generó confianza en el proceso democrático y cómo Buchanan no confrontó el conflicto con el Sur, lo cual condujo a una guerra devastadora. Su sucesor, Abraham Lincoln, mostró un liderazgo firme en el momento más oscuro de Estados Unidos. Herbert Hoover subestimó la Gran Depresión, y fue la audacia de FDR la que guió al país durante la crisis económica.
A diferencia de sus predecesores, Donald Trump sigue siendo un caso atípico, el único presidente que cuestionó seriamente la transición pacífica de poder. Este episodio, sin duda, deja una marca imborrable en su legado.
Listado del mejor al peor presidente de los EEUU
Basado en los textos aportados y el impacto de cada presidente según las circunstancias históricas mencionadas, aquí tienes una lista que refleja un rango desde el mejor hasta el peor:
- Abraham Lincoln
- Fortalezas: Liderazgo firme durante la Guerra Civil, abolición de la esclavitud con la Proclamación de Emancipación.
- Logros: Salvó la Unión y fue fundamental para los derechos civiles.
- Franklin D. Roosevelt (FDR)
- Fortalezas: Transformación del gobierno para enfrentar la Gran Depresión con el New Deal.
- Logros: Guiar a Estados Unidos a través de la Depresión y la Segunda Guerra Mundial, con un legado duradero en políticas públicas.
- George Washington
- Fortalezas: Integridad y rechazo al poder absoluto, lo que cimentó la confianza en el cargo presidencial.
- Logros: Establecimiento de la transferencia pacífica de poder y de la democracia.
- George H.W. Bush
- Fortalezas: Su actitud digna al dejar el cargo y su sentido de unidad.
- Logros: Gestionó la política exterior al final de la Guerra Fría y unificó al país en la transición de poder.
- Herbert Hoover
- Debilidades: Incapacidad para comprender la gravedad de la Gran Depresión.
- Errores: Confianza en políticas de laissez-faire que exacerbaron la crisis económica; no respondió adecuadamente a las necesidades del país.
- James Buchanan
- Debilidades: Falta de liderazgo en un momento crucial para la nación, especialmente en el conflicto con el Sur.
- Errores: Su pasividad frente al problema de la esclavitud dejó al país al borde de la guerra civil.
- Warren Harding
- Debilidades: Administración marcada por escándalos y corrupción.
- Errores: Delegó la administración a sus amigos de Ohio, lo que facilitó una serie de actos corruptos, incluido el escándalo de Teapot Dome.
- Donald Trump
- Debilidades: Actitud divisiva, impugnaciones y cuestionamiento de la transición pacífica de poder.
- Errores: Su manejo de la salida de la presidencia y los eventos del 6 de enero marcaron una ruptura significativa en la democracia estadounidense.
Presidentes de Estados Unidos (de mejor a peor)
- Abraham Lincoln
- Liderazgo durante la Guerra Civil, abolición de la esclavitud, preservación de la Unión.
- Franklin D. Roosevelt (FDR)
- El New Deal, liderazgo en la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.
- George Washington
- Establecimiento de la democracia y la transferencia pacífica de poder.
- Theodore Roosevelt
- Reformas progresistas, conservación de tierras públicas, regulación de monopolios.
- Thomas Jefferson
- Redacción de la Declaración de Independencia, compra de Luisiana.
- Harry S. Truman
- Decisión de terminar la Segunda Guerra Mundial, Plan Marshall, inicio de la Guerra Fría.
- Dwight D. Eisenhower
- Desarrollo de la infraestructura (Autopistas Interestatales), gestión en la Guerra Fría.
- James Madison
- Autor clave de la Constitución, liderazgo en la Guerra de 1812.
- James Monroe
- Doctrina Monroe, expansión territorial y fortalecimiento de la nación.
- John F. Kennedy
- Liderazgo en la Crisis de los Misiles en Cuba, impulso al programa espacial.
- Lyndon B. Johnson
- Ley de Derechos Civiles, Guerra contra la Pobreza (aunque la Guerra de Vietnam fue polémica).
- Ronald Reagan
- Reducción de impuestos, fin de la Guerra Fría, reforma de la seguridad social.
- Bill Clinton
- Economía en crecimiento, reducción del déficit, controversias éticas.
- George H.W. Bush
- Liderazgo en la Guerra del Golfo, fin de la Guerra Fría.
- John Adams
- Consolidación del nuevo gobierno, diplomacia durante el conflicto con Francia.
- John Quincy Adams
- Modernización del país, políticas educativas y científicas.
- Barack Obama
- Reforma de salud, gestión de la Gran Recesión, impulso a los derechos civiles.
- William McKinley
- Expansionismo, liderazgo en la Guerra Hispano-Estadounidense.
- Grover Cleveland
- Defensa de la integridad política, lucha contra la corrupción.
- James K. Polk
- Expansión territorial (Texas, Oregon, y el suroeste tras la Guerra con México).
- Chester A. Arthur
- Reforma del servicio civil, modernización de la Marina.
- Calvin Coolidge
- Prosperidad económica en los años 20, gobierno limitado.
- Martin Van Buren
- Organización del sistema de partidos, manejo de la crisis económica de 1837.
- William Howard Taft
- Reformas en el sistema judicial, fortalecimiento del rol regulador.
- Jimmy Carter
- Derechos humanos en la política exterior, acuerdos de paz de Camp David, problemas económicos internos.
- Gerald Ford
- Estabilidad tras el escándalo de Watergate, polémico perdón a Nixon.
- Richard Nixon
- Apertura a China, fin de la Guerra de Vietnam, pero escándalo de Watergate.
- Herbert Hoover
- Inacción inicial en la Gran Depresión, aunque su visión técnica era notable.
- Rutherford B. Hayes
- Fin de la Reconstrucción, problemas de corrupción en su partido.
- Zachary Taylor
- Defensa de la Unión, gestión breve por su muerte.
- Benjamin Harrison
- Protección de los derechos de voto, expansión de la Marina.
- George W. Bush
- Respuesta al 11 de septiembre, inicio de las guerras de Afganistán e Irak.
- John Tyler
- Anexión de Texas, problemas con el Congreso.
- Millard Fillmore
- Compromiso de 1850, apaciguamiento de la tensión norte-sur.
- Andrew Johnson
- Manejo conflictivo de la Reconstrucción, primer juicio de impeachment.
- Ulysses S. Grant
- Avances en derechos civiles, aunque su administración fue notablemente corrupta.
- Warren G. Harding
- Escándalos como el Teapot Dome, administración plagada de corrupción.
- James Buchanan
- Inacción frente a la secesión del sur, falta de liderazgo antes de la Guerra Civil.
- Donald Trump
- Logros económicos y políticas internacionales, pero división interna, controversias éticas y cuestionamiento de la transición de poder.
- Franklin Pierce
- Expansión de la esclavitud, problemas de liderazgo en un periodo crítico.
- William Henry Harrison
- Presidencia más breve en la historia, sin impacto significativo.
Este listado organiza a los presidentes desde aquellos con un impacto más positivo y duradero hasta aquellos cuyo mandato se considera menos exitoso o con consecuencias negativas para el país. La clasificación se basa en logros y fallos, adaptación a los desafíos históricos y respeto a los valores democráticos estadounidenses.