The Art of Rivalry (por Sebastián Smee) detalla los notables logros de algunos de los mejores artistas de la historia y las relaciones personales con sus pares que los impulsaron al éxito creativo. Estos ejemplos explican cómo la rivalidad entre artistas impulsa la innovación y cómo las relaciones han sido fundamentales para el crecimiento de las artes en general.
Los gigantes del arte moderno no habrían llegado tan lejos si no hubieran formado relaciones y rivalidades con sus pares. Sin estas competencias amistosas, el panorama del arte moderno sería completamente diferente y probablemente mucho menos interesante.
El arte de la rivalidad: una exploración de la envidia, la creatividad y la competitividad en el mundo del arte. Este es el título de un libro escrito por el crítico de arte australiano, Sebastián Smee. En el libro, Smee profundiza en las relaciones complicadas entre algunos de los artistas más influyentes del siglo XX, como Pollock y de Kooning, Manet y Degas, Matisse y Picasso, entre otros.
En este artículo, exploraremos el mundo del arte y la rivalidad desde una perspectiva diferente. No nos limitaremos a hablar sobre las envidias y los celos en la vida personal de los artistas, sino que nos centraremos en cómo les ayudó a ser mejores.
El arte de la rivalidad
El arte de la rivalidad es un libro escrito por Sebastián Smee que analiza la relación entre cuatro pares de artistas: Lucian Freud y Francis Bacon, Pablo Picasso y Henri Matisse, Jackson Pollock y Willem de Kooning y Edgar Degas y Edouard Manet. En este contenido se explorará en profundidad el libro y se darán consejos prácticos para aplicar lo aprendido a la propia carrera artística.
La rivalidad en el mundo artístico es un tema que ha sido abordado en numerosas ocasiones, y es que la competencia en el ámbito creativo es inevitable. Sin embargo, a través de los casos de estudio que presenta Smee en su libro, se pueden obtener valiosas lecciones sobre cómo la rivalidad puede ser un impulso para el éxito, pero también puede ser un obstáculo en el camino hacia el reconocimiento y la fama.
Análisis de las relaciones artísticas
En El arte de la rivalidad, Smee profundiza en las relaciones artísticas entre cuatro parejas de artistas, explorando tanto la admiración como el resentimiento que se generó entre ellos. A continuación, se describen brevemente cada uno de estos casos:
- Freud y Bacon: dos amigos unidos por la admiración y el resentimiento. Lucian Freud y Francis Bacon eran amigos cercanos, y aunque compartían una gran admiración mutua, también se sentían envidia y competencia. Smee explora cómo esta relación influyó en el trabajo de ambos artistas y cómo se alimentaron mutuamente para crear obras maestras.
- Picasso y Matisse: la lucha por ser el mejor artista vivo. Pablo Picasso y Henri Matisse son considerados dos de los más grandes artistas del siglo XX, y su rivalidad se centró en ser reconocidos como el mejor artista vivo. Smee explora cómo ambos artistas se influyeron mutuamente y cómo esta rivalidad impulsó el desarrollo de su obra.
- Pollock y de Kooning: la rivalidad entre dos maestros del expresionismo abstracto. Jackson Pollock y Willem de Kooning son dos de los artistas más representativos del expresionismo abstracto. Smee describe cómo su rivalidad se centró en la técnica y el estilo, y cómo esta competencia fue un factor determinante en el desarrollo de su obra.
- Degas y Manet: la amistad que se convirtió en rivalidad. Edgar Degas y Edouard Manet fueron amigos cercanos durante años, pero su relación se enfrió a medida que ambos se volvieron más exitosos. Smee explora cómo esta rivalidad afectó la obra de ambos artistas y cómo su amistad se desvaneció.
Lucian Freud y Francis Bacon
Lucian Freud y Francis Bacon, dos importantes artistas británicos del siglo XX, sí mantuvieron una relación de amistad y colaboración durante muchos años. Sin embargo, también se dice que hubo cierta rivalidad entre ellos, debido a sus diferencias artísticas y de personalidad.
Bacon, conocido por sus pinturas figurativas distorsionadas y angustiosas, a menudo empleaba la técnica del óleo para crear imágenes impactantes y emotivas. Por otro lado, Freud, nieto de Sigmund Freud, también se destacó en la pintura figurativa, pero a menudo usaba técnicas de pinceladas sueltas y empastes espesos, y se enfocaba más en la representación realista de la figura humana.
A pesar de sus diferencias, ambos artistas reconocían la influencia que el otro había tenido en su trabajo, y se sabe que Bacon incluso posó varias veces para Freud. Aunque puede que haya habido cierta rivalidad entre ellos, también es cierto que compartían una profunda admiración y respeto mutuo por sus habilidades artísticas.
La rivalidad artística entre Lucian Freud y Francis Bacon es una de las historias que Sebastián Smee explora en su libro «El arte de la rivalidad». Freud y Bacon fueron amigos cercanos durante muchos años, pero su relación se complicó cuando ambos se convirtieron en artistas exitosos. La rivalidad entre ellos se hizo evidente en sus obras, que a menudo presentaban temas similares, como retratos de amigos y conocidos, así como exploraciones de la figura humana. A pesar de la rivalidad, Freud y Bacon se influyeron mutuamente en su trabajo, y sus obras continúan siendo aclamadas en la actualidad. En «El arte de la rivalidad», Smee ofrece una perspectiva fascinante sobre esta relación compleja y cómo influyó en la obra de ambos artistas.
Pablo Picasso y Henri Matisse
La rivalidad artística entre Pablo Picasso y Henri Matisse es bien conocida en el mundo del arte. Ambos eran artistas revolucionarios que desafiaron las convenciones del arte de su época, y sus estilos únicos se convirtieron en la inspiración de muchos artistas que les siguieron.
Matisse, conocido por sus colores vibrantes y su estilo impresionista, creó obras que reflejaban su amor por la vida y la naturaleza. Por otro lado, Picasso, famoso por su técnica del cubismo, revolucionó la forma en que los artistas representaban la realidad en sus obras.
Si bien ambos artistas se respetaban mutuamente, también había una cierta rivalidad entre ellos, especialmente cuando se trataba de la crítica y el reconocimiento público. A medida que sus carreras avanzaban, su competencia se intensificó, y cada uno quería superar al otro en términos de innovación y originalidad.
Sin embargo, a pesar de su rivalidad, ambos artistas tuvieron un impacto significativo en el arte moderno y sus legados artísticos siguen siendo una influencia para los artistas en la actualidad.
La rivalidad entre Pablo Picasso y Henri Matisse es una de las historias que se explora en el libro «El arte de la rivalidad» de Sebastián Smee. Picasso y Matisse eran dos de los artistas más influyentes del siglo XX, y su rivalidad fue una de las más famosas del mundo del arte. Ambos se consideraban a sí mismos como el mejor artista del otro, y su competencia fue evidente en sus obras, que a menudo presentaban temas similares, como el desnudo y la naturaleza muerta. A pesar de su rivalidad, Picasso y Matisse también se admiraban mutuamente y se influenciaron en su trabajo. El libro de Smee ofrece una perspectiva única sobre esta relación compleja y cómo influyó en la obra de ambos artistas, que sigue siendo reconocida y apreciada en todo el mundo.
Jackson Pollock y Willem de Kooning
La rivalidad artística entre Jackson Pollock y Willem de Kooning fue una de las más conocidas en el mundo del arte abstracto expresionista americano de la década de 1950.
Pollock, conocido por su técnica de «drip painting» (pintura por goteo), creó obras que expresaban una sensación de movimiento y emoción en la pintura. Por otro lado, De Kooning, famoso por sus pinturas figurativas abstractas, creó obras que a menudo representaban figuras humanas distorsionadas.
A pesar de su amistad, la rivalidad entre Pollock y De Kooning se intensificó a medida que ambos artistas buscaban destacar en el floreciente mercado del arte estadounidense de la época. Cada uno quería superar al otro en términos de originalidad y creatividad, y se sabe que a veces se comparaban entre sí en sus procesos creativos.
A pesar de su rivalidad, ambos artistas tuvieron un impacto significativo en la historia del arte, y sus obras siguen siendo una fuente de inspiración para muchos artistas hoy en día.
La rivalidad entre Jackson Pollock y Willem de Kooning es otra de las historias que se exploran en el libro «El arte de la rivalidad» de Sebastián Smee. Pollock y de Kooning fueron dos de los artistas más importantes del movimiento del expresionismo abstracto en Estados Unidos, y su rivalidad se debió en gran parte a su lucha por el reconocimiento como líder del movimiento. La rivalidad entre ellos se hizo evidente en sus obras, que presentaban técnicas similares de pintura gestual, pero con enfoques diferentes. A pesar de su rivalidad, Pollock y de Kooning también se admiraban mutuamente y se influenciaron en su trabajo. El libro de Smee ofrece una perspectiva interesante sobre esta relación compleja y cómo influyó en la obra de ambos artistas, que continúan siendo influyentes en la historia del arte.
Edgar Degas y Édouard Manet
La rivalidad artística entre Edgar Degas y Édouard Manet fue una de las más conocidas en el mundo del arte francés del siglo XIX.
Manet, considerado uno de los fundadores del movimiento impresionista, creó obras que rompían con las convenciones artísticas de la época. Por otro lado, Degas también formaba parte del movimiento impresionista, pero su enfoque en la pintura era diferente, ya que se centraba más en la representación realista de la figura humana y de la vida cotidiana.
A pesar de que Degas consideraba a Manet como su mentor, hubo una cierta rivalidad entre ellos, especialmente cuando se trataba de la crítica y el reconocimiento público. Ambos artistas querían destacar en el floreciente mercado del arte de la época y ganar reconocimiento por su trabajo.
Sin embargo, a pesar de su rivalidad, tanto Degas como Manet compartían una profunda admiración por el trabajo del otro. Ambos se inspiraron en la obra del otro y mantuvieron una amistad cercana a lo largo de sus carreras.
En última instancia, ambos artistas tuvieron un impacto significativo en la historia del arte francés y europeo, y sus legados artísticos siguen siendo una influencia para los artistas en la actualidad.
La rivalidad entre Edgar Degas y Édouard Manet es otra de las historias que se exploran en el libro «El arte de la rivalidad» de Sebastián Smee. Degas y Manet eran dos de los artistas más importantes del impresionismo francés, y su rivalidad se debió en gran parte a su lucha por ser reconocidos como líderes del movimiento. La rivalidad entre ellos se hizo evidente en sus obras, que presentaban temas similares, como retratos y escenas de la vida cotidiana, pero con enfoques diferentes. A pesar de su rivalidad, Degas y Manet también se admiraban mutuamente y se influenciaron en su trabajo. El libro de Smee ofrece una perspectiva única sobre esta relación compleja y cómo influyó en la obra de ambos artistas, que continúan siendo aclamados en la historia del arte francés.
Consejos para aplicar a la carrera artística
Basándose en los casos de estudio presentados en El arte de la rivalidad, Smee ofrece consejos prácticos para aplicar a la propia carrera artística. A continuación, se presentan algunos de estos consejos:
- Cómo la rivalidad puede impulsar el éxito: Smee muestra cómo la rivalidad puede ser un impulso para el éxito, y cómo la competencia con otros artistas puede motivar a crear obras mejores y más innovadoras.
- Cómo superar la rivalidad en el mundo artístico: aunque la rivalidad puede ser un factor motivador, también puede ser un obstáculo para el desarrollo de la carrera artística.
- Cómo utilizar la influencia de otros artistas para mejorar la propia obra: Smee destaca la importancia de aprender de otros artistas y de su obra, y cómo la influencia de estos puede ser utilizada para mejorar la propia obra.
- Cómo evitar la envidia y el resentimiento hacia otros artistas: la envidia y el resentimiento pueden ser sentimientos comunes en el mundo artístico, pero Smee ofrece consejos prácticos para evitar caer en ellos, como por ejemplo, centrarse en la propia obra y en la creatividad, en lugar de en la comparación con otros artistas.
Comprende cómo las rivalidades ayudaron a crear algunas de las mejores obras de arte del mundo
En los negocios, la rivalidad y la competencia a menudo se consideran factores cruciales en la creación de los mejores productos y servicios. En los campos artísticos, sin embargo, la competencia a menudo se presenta como un drama de genios creativos enfrentados entre sí en amargas disputas. ¿Pero es éste realmente el caso?
En estos ejemplos, veremos las relaciones entre algunos de los más grandes pintores de la historia: Edouard Manet y Edgar Degas, quienes formaron parte del movimiento impresionista en el siglo XIX; Henri Matisse y Pablo Picasso, que redefinieron el arte en las primeras décadas del siglo XX; Lucian Freud y Francis Bacon, cuyos retratos y pinturas grotescas, respectivamente, les han otorgado un lugar especial en la historia del arte; y Willem de Kooning y Jackson Pollock, ambos actores clave en el advenimiento de la pintura moderna y abstracta.
Los intensos encuentros de mentes entre estos pares artísticos han afectado profundamente la historia del arte tal como la conocemos hoy, así que exploremos la rivalidad artística entre estas luminarias de renombre.
También te enterarás
- sobre el impacto que tenían los pintores extrovertidos en los más introvertidos;
- cómo Matisse desempeñó un papel integral en el desarrollo del cubismo de Picasso; y
- por qué la personalidad de Pollock influyó en el tranquilo de Kooning.
Artistas | Movimiento artístico | Período |
---|---|---|
Pablo Picasso | Cubismo | Finales del siglo XIX – mediados del siglo XX |
Henri Matisse | Fauvismo | Finales del siglo XIX – mediados del siglo XX |
Jackson Pollock | Expresionismo abstracto | Década de 1950 |
Willem de Kooning | Expresionismo abstracto | Década de 1950 |
Edgar Degas | Impresionismo | Finales del siglo XIX |
Édouard Manet | Impresionismo | Finales del siglo XIX |
Vincent van Gogh | Postimpresionismo | Finales del siglo XIX |
Paul Gauguin | Postimpresionismo | Finales del siglo XIX |
Wassily Kandinsky | Abstracción | Principios del siglo XX |
Kazimir Malevich | Suprematismo | Principios del siglo XX |
Salvador Dalí | Surrealismo | Década de 1920-1960 |
René Magritte | Surrealismo | Década de 1920-1960 |
Andy Warhol | Pop Art | Década de 1950-1980 |
Roy Lichtenstein | Pop Art | Década de 1950-1980 |
Rivales en el arte
Muchos artistas famosos se han involucrado en rivalidades amistosas, a pesar de peleas mucho más maliciosas entre sus seguidores.
¿ Alguna vez has escuchado el término frenemies ? Se refiere a personas que están cerca, pero que están constantemente en la garganta del otro. Dado que al público en general le encanta escuchar sobre la competencia acalorada entre los genios creativos, las relaciones entre los artistas a menudo parecen resultar de esta manera. Pero a pesar de lo que la gente quiera ver o leer, los propios artistas no siempre son tan maliciosos.
Basta con tomar la rivalidad entre Henri Matisse y Pablo Picasso. La gente estaba absolutamente encantada con la idea de que estos dos pintores se odiaran.
De hecho, los partidarios de Picasso esparcirían grafitis por todo París con advertencias al estilo del gobierno sobre los peligros para la salud que plantea el arte de Matisse. Incluso dispararon flechas con cabeza de goma a un retrato de la hija de Matisse, Marguerite, que Matisse le había regalado a Picasso.
Puedes imaginar lo decepcionados que estaban estos fanáticos cuando descubrieron que los dos artistas a menudo se hacían visitas al estudio o caminaban juntos en los Jardines de las Tullerías.
O tomemos a Willem de Kooning y Jackson Pollock, quienes fueron enfrentados por los críticos rivales Harold Rosenberg y Clement Greenberg. Si bien esta animosidad provocada por la crítica agregó tensión a sus procesos creativos, los hombres seguían siendo grandes admiradores del trabajo del otro y compartían un tremendo respeto mutuo.
Dicho esto, Pollock, que era un poco comodín, mostraría su respeto por De Kooning de una manera inusual; incitaba al otro artista a pelear o le gritaba insultos durante las inauguraciones de las exposiciones. En otras ocasiones, simplemente elogiaba el trabajo de su colega pintor en la prensa.
Pero independientemente de cómo lo muestren, el desarrollo personal de los artistas depende del respeto de sus pares. Después de todo, al influir en aquellos en su campo, un artista puede ser más ampliamente reconocido y así ampliar su éxito.
Por ejemplo, Picasso se inspiró en la deconstrucción de la forma de Matisse, conocida como deformación. Esta técnica funcionaba cambiando las proporciones normales de una figura para crear un impacto más visceral.
La técnica se volvió ampliamente reconocible dentro del trabajo de Matisse, lo que eventualmente hizo que Picasso abriera su mente y reconsiderara todo su enfoque de la pintura. Como resultado, Picasso desarrolló el cubismo, un estilo que revolucionó la pintura y por el que siempre sería reconocido.
En las amistades entre artistas, el mayor, el más extrovertido de los dos tiende a dominar, pero eso no quiere decir que su influencia no sea recíproca.
Influencias artísticas entre rivales
La mayoría de las relaciones experimentan cierto grado de equilibrio de poder asimétrico, y las relaciones entre artistas famosos no son una excepción. Por ejemplo, Francis Bacon y Edouard Manet tenían una especie de ventaja en sus amistades con sus compañeros Lucian Freud y Edgar Degas, respectivamente.
Si bien Bacon y Manet eran mayores y estaban más establecidos cuando comenzaron estas amistades, en ambos casos también eran los que tenían una personalidad más extrovertida en comparación con sus colegas más jóvenes.
Bacon era conocido por ser un hombre encantador que a menudo era la vida y el alma de la fiesta. Este rasgo dejó una impresión duradera en Freud, quien era más tranquilo, pero propenso a reaccionar impulsivamente, y a veces incluso agresivamente, en ciertas situaciones. A través de su relación con Bacon, Freud aprendió que el uso del encanto a menudo podía ser mucho más productivo que el de la fuerza bruta.
O tome a Manet, a quien le encantaba estar en las calles y cafés de París para conocer a otros artistas y discutir el clima actual del mundo del arte. Su impulso por socializar lo convirtió en el líder no oficial del grupo Batignolles , que tenía como miembros a Claude Monet, Pierre-Auguste Renoir y Degas.
Más allá de esta personalidad extrovertida, Manet también tenía un fuerte sentido de sí mismo y una firme creencia en su propio valor. Esta perspectiva tuvo un profundo efecto en Degas, ayudando al joven artista a salir de su caparazón.
Pero eso no significa que los individuos menos dominantes en estas relaciones no tuvieran ningún efecto; por ejemplo, Freud siempre fue conocido por sus retratos, que fueron un aspecto característico de su estilo desde el principio.
Se puede inferir que el éxito posterior de Bacon con el retrato fue el resultado de la influencia de Freud. Pero lo que es particularmente revelador es que, mientras que la amistad entre Freud y Bacon eventualmente llegó a su fin, Bacon continuó pintando retratos de Freud por el resto de su vida.
La rivalidad entre Matisse y Picasso
De la misma manera que el carácter extrovertido de Bacon lo convirtió en un modelo a seguir para Freud, Matisse también tuvo una profunda influencia en su colega más introvertido, Picasso. Pero esa dinámica no estaba escrita en piedra; El profundo deseo de Picasso de salir de la sombra de Matisse finalmente lo empujó a inventar el cubismo junto con Georges Braque, un movimiento histórico en la historia del arte.
Picasso se sentía inseguro alrededor de Matisse quien, a través de su francés nativo, cautivaba regularmente a multitudes de personas en las veladas organizadas por sus amigos y coleccionistas, Gertrude y Leo Stein. Picasso, un español, hablaba un francés bastante entrecortado y nunca pudo aspirar a igualar el carisma de Matisse o atraer a una audiencia de mecenas potenciales como lo hizo.
Por eso, se sintió retenido por Matisse; Justo cuando pensaba que estaba cerca de igualar el nivel de invención y de toma de riesgos del otro hombre, Matisse llevaría su trabajo a otro nivel, dejando que Picasso jugara a ponerse al día una vez más.
Esto no cambió hasta que Picasso pintó Les Demoiselles d’Avignon, una obra que lo estableció como un gran pintor, aunque estilísticamente diferente. Aun así, Picasso le debe mucho de lo que usó para crear su propio estilo ingenioso a Matisse.
Matisse le había mostrado una estatua africana en una de las fiestas de los Stein, señalando su valor único para Picasso. La estatua inspiró el acercamiento de Picasso al arte y lo llevó a su gran invención del cubismo.
Tras el gran avance de Picasso, Matisse también comenzó a utilizar el cubismo en su trabajo. Por ejemplo, hasta entonces, Matisse siempre había pintado con colores fuertes y líneas suaves, pero en 1913 estaba sacrificando el color y usando líneas nítidas y cortantes, todos elementos centrales del cubismo.
Matisse pasó a pintar un retrato de su hija Marguerite en un estilo totalmente diferente a los que había empleado en sus representaciones anteriores de ella. Estaba claro que el cubismo fue la chispa que puso en marcha esta transformación.
Pablo Picasso y Henri Matisse fueron dos de los artistas más importantes del siglo XX, y su amistad y respeto mutuo llevaron a una influencia artística recíproca que duró décadas.
En sus primeros años, Matisse influyó en Picasso con su uso del color y su estilo de pintura impresionista. A su vez, Picasso influyó en Matisse con su técnica del cubismo, que revolucionó la forma en que los artistas representaban la realidad en sus obras.
En la década de 1910, la amistad y la competencia entre los dos artistas se intensificaron a medida que ambos trabajaban en estilos similares. Matisse acuñó el término «Picassoismo» para describir la influencia que Picasso estaba teniendo en su trabajo, y Picasso se inspiró en el trabajo de Matisse para crear algunas de sus obras más innovadoras.
A lo largo de sus carreras, Picasso y Matisse continuaron influyéndose mutuamente, experimentando con nuevos estilos y técnicas. Incluso cuando sus estilos diferían, su amistad y respeto mutuo nunca disminuyó.
En última instancia, la influencia artística recíproca entre Picasso y Matisse llevó a una mayor innovación y originalidad en sus propias obras, y su legado sigue siendo una fuente de inspiración para los artistas en la actualidad.
Artistas modernos y sus rivalidades
Los artistas más dominantes a menudo inspiraron a sus contrapartes tradicionales a trabajar con mayor libertad.
En muchas amistades entre pintores, los extrovertidos tendían a dominar la relación, pero también trabajaban de otra manera, tendían a pintar con mayor libertad. A su vez, esta inclinación tuvo un gran impacto en sus compañeros.
En la mayoría de los casos, el técnicamente superior de los dos se inspiraría en el otro para adoptar un estilo más libre. Solo tome a Freud, Degas, de Kooning y Picasso, todos los cuales fueron excelentes dibujantes, con una experiencia técnica que superaba con creces la de sus rivales. Todos ellos fueron alentados a abordar su trabajo con mayor libertad, tanto de manos como de mente, ninguno de los cuales era algo natural para ellos.
Por ejemplo, Bacon era conocido por «emboscar» sus pinturas en un frenesí, sin tener en cuenta el resultado final. Freud, en cambio, trabajaría metódicamente y con gran atención al detalle.
Bacon se abalanzaba sobre el lienzo, pintando una parte importante antes de detenerse a considerarlo, mientras que Freud calculaba el efecto de cada pincelada. La propensión de Bacon a este método significaba que a menudo desechaba lienzos enteros y empezaba de nuevo desde cero. Aun así, Freud finalmente llegó a abrazar la espontaneidad desencadenada de Bacon.
O tomemos a de Kooning, cuya obra maestra, Excavation, está notablemente inspirada en la técnica de pintura por goteo de Jackson Pollock. Aunque de Kooning volvió a una forma de pintura relativamente más tradicional después de completar esta pieza, su obra conservó una sensación de libertad de la que antes carecía. De hecho, de Kooning reprimió activamente sus tremendas habilidades para el dibujo, sintiendo que la libertad que exhibía Pollock era el futuro de la pintura, y que su dependencia del talento y la técnica lo mantenía en el pasado.
Al producir un trabajo único y contemporáneo, el encuentro de mentes más tradicionales con las de artistas inconformistas permitió que el campo creciera y evolucionara continuamente. Pero la influencia de estos inconformistas no se detuvo con los otros artistas que inspiraron. Veremos qué otros efectos tuvieron en la sociedad en el próximo ejemplo.
Los rivales de Jackson Pollock
Pollock fue un personaje particularmente dominante que cambió el arte para siempre.
El gran pintor expresionista abstracto Jackson Pollock se interesó por primera vez en el arte después de que su hermano, Charles, se dedicara a él. Sus primeros maestros consideraron a Jackson esencialmente sin talento, pero no lograron ver su verdadero ingenio, que vendría a transformar la historia del arte.
Pollock fue un niño salvaje de la escena artística de Nueva York de los años 40 y 50. Para ser franco, era un alcohólico con tendencia a los arrebatos violentos.
Como resultado, tuvo una relación volátil con Lee Krasner, una colega artista que había sacrificado su propia carrera para ayudar a Pollock. Krasner estaba tan asombrada por el genio de Pollock que lo apoyó a pesar de sus frecuentes abusos.
Willem de Kooning, buen amigo y rival de Pollock, vio reflejada en su obra la temeridad y espontaneidad del pintor. Al encontrar esta pasión increíblemente inspiradora, de Kooning se esforzó por incorporar estas mismas cualidades en su propio arte y logró adoptar esa pasión profesionalmente sin dejar que dañara su vida personal.
Pero la libertad de Pollock no solo inspiró a De Kooning, sino que cambió el arte moderno para siempre.
Si bien Pollock nunca se liberó de sus demonios (murió en un accidente automovilístico mientras conducía ebrio), inspiró a artistas de todo el mundo a crear su trabajo con libertad. Su influencia se puede ver en todo, desde el arte escénico hasta la danza contemporánea e incluso la poesía; en otras palabras, su legado se extiende mucho más allá del arte visual.
Este desbordamiento se puede atribuir en gran parte al uso que hace Pollock de un enfoque descentralizado en su trabajo, también conocido como composición “completa”. Este término, que ahora es un lugar común, describe un cambio importante de un tema claro o narrativo al efecto general y visceral de la obra.
Entonces, si bien las excentricidades y las personalidades extremas de artistas como Pollock pueden parecer disruptivas, debemos estar agradecidos por estas peculiaridades, ya que enriquecen nuestra cultura y nos brindan un sinfín de elementos para el pensamiento.
Las relaciones entre los artistas apoyaron el avance de su campo
Los artistas de los que has aprendido en estos ejemplos son algunos de los más influyentes de todos los tiempos. De hecho, fueron tan importantes que su genio inspira a personas de todo el mundo hasta el día de hoy.
Y, aunque puede que no se sintiera así en ese momento, las relaciones que tenían entre ellos fueron una fuerza impulsora de la creatividad que consolidó su estatus como leyendas. Después de todo, la competencia entre estos artistas los empujó mucho más allá de lo que habrían sido capaces de hacer por sí mismos. En el proceso, estas mismas rivalidades hicieron avanzar el campo del arte en su conjunto.
Sin el otro, estos artistas no habrían construido identidades tan únicas y poderosas. El respeto que sentían por sus compañeros los llevó a adoptar algunas de las mejores cualidades de los otros artistas en su trabajo, pero se mantuvieron firmes en su compromiso de dejar su propia marca única en la historia del arte.
Tomemos como ejemplo la experimentación de de Kooning con el estilo de pintura por goteo de Pollock. Esta incursión supuso el reconocimiento del artista tras años de estar al margen.
Pero más allá de tener un efecto en la trayectoria del arte, estos artistas tuvieron un gran impacto entre ellos. Solo considere a Freud, quien mantuvo la pintura Two Figures de Bacon en su colección privada durante toda su vida, a pesar de que los dos tuvieron una pelea en la década de 1950. O pensemos en Picasso, que conservó el retrato de Marguerite que Matisse le había regalado hasta su muerte.
De Kooning quedó tan afectado por su relación con Pollock que se mudó a una casa frente al lugar de enterramiento de Pollock e incluso salió con la ex amante de Pollock, Ruth Kligman, después de que el artista falleciera.
Y finalmente, Degas, después de darle a Manet un retrato de Manet y su esposa que Manet luego intentó destruir, recuperó el regalo y lo guardó en su estudio por el resto de su vida.
Si no fuera por las relaciones entre estos grandes artistas y la inspiración que se inspiraron mutuamente, es posible que nunca hubiéramos experimentado las tremendas obras de arte que produjeron, arte que continuará tocando a las personas mucho después de que los artistas que lo hicieron se hayan ido.