El premio Pritzker de arquitectura es el más alto honor de la profesión y suele concederse a grandes infraestructuras que nos llenan de admiración. Grandes construcciones para grandes espacios, para grandes eventos, para grandes citas…
Sin embargo, hoy nos queremos fijar en uno de los ganadores más peculiares que ha tenido este premio: Alejandro Aravena. Se trata de un arquitecto chileno conocido por su labor social y por construir “la mitad de una buena casa”. ¿Acaso no hay una causa mejor?
A sus 48 años de edad es uno de los ganadores más jóvenes del estimado premio, pero no es su edad precisamente lo que nos ha llamado la atención ,sino el hecho de ganar gracias a su propuesta de viviendas sociales eficientes y de bajo coste. Su público no son grandes empresas, sino ciudadanos en situación de precariedad a los que ofrece una vivienda digna mitigando los posibles efectos de los desastres naturales, reduciendo el consumo de energía y proporcionando un espacio público eficaz y atractivo.
Además de esto, es conocido por su enfoque de diseño participativo, ya que los arquitectos trabajan de forma directa con las comunidades y los usuarios finales de las construcciones. Ellos pueden participar desde el principio del proceso para definir líneas de investigación que liberan a proyectos complejos de complicaciones que son innecesarias.
“Si eres una persona que quiere prestar especial atención a la información, entonces, con el tiempo, aprendes a formular esas preguntas tontas que te permiten avanzar”.
Su trabajo muestra cómo la innovación social aplicada a los procesos de creación y desarrollo arquitectónico pueden poner en valor los trabajos con un enfoque social basado en la resolución de problemas de esa “amplia mayoría a la que a veces olvidamos en nuestros diseños y desarrollos”. El arquitecto nos recuerda cómo la migración hacia las ciudades equivale a la necesidad de una nueva ciudad para un millón de personas cada semana, y todo eso con un presupuesto de apenas 10.000 dólares por familia. Lo explica con sus propias palabras en esta charla TED:
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Cuando le consultaron por la construcción de viviendas para 100 familias en Chile hace 10 años, Alejandro Aravena buscó una inspiración inusual: la sabiduría de las favelas y los barrios marginales. En lugar de construir un gran edificio con unidades pequeñas, construyó mitades de casas flexibles que cada familia podría ampliar. Era un problema complejo, pero con una solución simple a la que llegó trabajando con las propias familias. Con una pizarra y bellas imágenes de sus diseños, en esta charla TED, Aravena nos guía a través de tres proyectos en los que un replanteamiento inteligente conduce a un diseño hermoso con gran beneficio.
“La desigualdad entre los pobres y los ricos aumenta y, casi como en cualquier lugar del mundo, se produce el abandono y la evacuación de las poblaciones rurales empujadas hacia los cinturones de miseria de las grandes ciudades“.