Actualizado el Wednesday, 5 October, 2022
Hace unas pocas semanas, medios de comunicación y en general, todo bicho viviente se lamentaba de que las sugerentes predicciones de Regreso al Futuro no se hubiesen cumplido llegados a la fecha. Las ganas de que las ocurrencias de Robert Zemeckis y sus guionistas se hiciesen realidad provocaron más de una surrealista crónica que relataba cómo se habían cumplido algunas de las más obvias (hologramas equivalentes al cine 3D, videoconferencias) y otras “casi” se habían cumplido (con grandes dosis de calzador).
Predicciones del siglo pasado
El caso es que cualquier visión que tengamos sobre el futuro tiene alguna que otra posibilidad de acertar en el resultado. Pero por supuesto, cuanto más se extienda nuestra imaginación en el tiempo, más descabelladas pueden legar a ser esas predicciones. Y esto es lo que ocurre con las ilustraciones que vamos a presentar a continuación: con la mayoría nos reiremos, pero más de una idea nos sorprenderá por el sospechoso parecido con la realidad actual.
Predicciones futuristas que acertaron el presente
En torno al año 1900, un grupo de artistas franceses con Jean-Marc Côté a la cabeza, elaboraron una serie de representaciones sobre qué aspecto tendría la vida en el año 2000. El resultado es esta serie de imágenes repletas de imaginación en las que podemos encontrar artilugios mecánicos, artefactos voladores, transportes submarinos o interacción con la vida marina de las maneras más delirantes (no os perdáis el autobús-ballena). Algunas “predicciones” son sencillamente fantásticas (en el sentido literal); otras, sorprendentemente precisas a la vez que inquietantes. Pasen y vean.
¿Un robot que barre? ¿De qué nos suena eso?
La mecanización en el campo ha cobrado otro aspecto, pero suceder, ha sucedido.
Una autocaravana muy completa, pero un tanto peculiar.
Aunque hay otra serie de artilugios mecánicos que (por suerte) no se han desarrollado:
Una serie de artefactos voladores, empezando por una especie de helicóptero. Aunque el primer helicóptero no voló hasta 1932, era una idea recurrente en diseños de diferentes épocas anteriores a estas ilustraciones.
Por aquel entonces ya existía el dirigible –aquí vemos una versión “mejorada”- pero el desastre del Hindenburg en 1937 dio al traste con este medio de transporte.
Una serie de curiosos aeroplanos de pequeño tamaño que invadían el espacio aéreo de la ciudad.
¿Aviones de guerra y carros de combate? Esta era la sorprendente idea que tuvieron:
Y probablemente lo más extraño de todo: una serie de ilustraciones que representaban al ser humano interactuando con la vida marina gracias a unas escafandras necesariamente ligeras.
Y lo mejor para el final: el autobús-ballena, una idea peculiar e increíblemente ingenua que no tiene desperdicio.
Fuente: En L´An 2000, Jean-Marc Côté.