Actualizado el miércoles, 14 junio, 2023
Hace unas pocas semanas, medios de comunicación y en general, todo bicho viviente se lamentaba de que las sugerentes predicciones de Regreso al Futuro no se hubiesen cumplido llegados a la fecha. Las ganas de que las ocurrencias de Robert Zemeckis y sus guionistas se hiciesen realidad provocaron más de una surrealista crónica que relataba cómo se habían cumplido algunas de las más obvias (hologramas equivalentes al cine 3D, videoconferencias) y otras “casi” se habían cumplido (con grandes dosis de calzador).
Predicciones del siglo pasado
El caso es que cualquier visión que tengamos sobre el futuro tiene alguna que otra posibilidad de acertar en el resultado. Pero por supuesto, cuanto más se extienda nuestra imaginación en el tiempo, más descabelladas pueden legar a ser esas predicciones. Y esto es lo que ocurre con las ilustraciones que vamos a presentar a continuación: con la mayoría nos reiremos, pero más de una idea nos sorprenderá por el sospechoso parecido con la realidad actual.
En el año 1900, un grupo de visionarios artistas franceses liderados por Jean-Marc Côté se embarcó en una misión fascinante: predecir cómo sería la vida en el año 2000. Sus representaciones imaginativas nos transportaron a un futuro lleno de inventos innovadores y avances tecnológicos asombrosos. Aunque algunas de sus ideas parecían inverosímiles en aquel momento, hoy en día podemos apreciar cómo muchas de sus predicciones se han hecho realidad. En este artículo, exploraremos las maravillosas visiones del pasado y analizaremos cómo la realidad del presente se ha acercado a sus pinturas visionarias.
Los artistas franceses imaginaron un mundo lleno de comodidades y maravillas tecnológicas en el año 2000. Según sus representaciones, la vida cotidiana sería mucho más fácil y eficiente gracias a los avances científicos y tecnológicos. Algunas de las predicciones más destacadas incluyen:
Transporte automatizado y volador
En las pinturas de Jean-Marc Côté, se pueden apreciar automóviles voladores y transportes automatizados. Estas representaciones predecían la llegada de vehículos autónomos y drones que hoy en día son una realidad. Aunque los coches voladores no se han popularizado, la idea de la conducción autónoma ha avanzado considerablemente en nuestra época.
Comunicación instantánea a distancia
En el futuro imaginado por los artistas, la comunicación sería instantánea y sin barreras geográficas. Mostraron dispositivos que permitían hablar y ver a las personas a larga distancia, anticipando la llegada de videollamadas y redes sociales. En nuestra era, gracias a Internet y las redes sociales, podemos conectarnos con personas de todo el mundo en cuestión de segundos.
Trabajos automatizados y robóticos
El concepto de trabajos automatizados también estaba presente en las pinturas visionarias. Los artistas retrataron a robots realizando tareas domésticas y trabajos industriales, lo que reflejaba la creciente automatización de los procesos en la industria y la tecnología actual. Aunque aún no hemos alcanzado un nivel de robotización tan avanzado como el que se muestra en las pinturas, es evidente que la automatización está cada vez más presente en nuestras vidas.
La influencia de estas visiones en el presente
Las predicciones de Jean-Marc Côté y su grupo de artistas franceses han dejado una huella duradera en nuestra sociedad actual. Aunque algunas de sus ideas resultaron ser exageraciones futuristas, otras han servido de inspiración y base para los avances científicos y tecnológicos que disfrutamos hoy en día. La creatividad y la imaginación de estos artistas allanaron el camino para el desarrollo de nuevas tecnologías y dieron forma a la manera en que nos relacionamos con el mundo.
Es importante reconocer que, si bien las representaciones artísticas del pasado pueden ser fascinantes y llenas de ingenio, el avance tecnológico no se limita a las predicciones del pasado. La realidad supera constantemente las expectativas y nos sorprende con nuevos avances y descubrimientos.
Predicciones futuristas que acertaron el presente
En torno al año 1900, un grupo de artistas franceses con Jean-Marc Côté a la cabeza, elaboraron una serie de representaciones sobre qué aspecto tendría la vida en el año 2000. El resultado es esta serie de imágenes repletas de imaginación en las que podemos encontrar artilugios mecánicos, artefactos voladores, transportes submarinos o interacción con la vida marina de las maneras más delirantes (no os perdáis el autobús-ballena). Algunas “predicciones” son sencillamente fantásticas (en el sentido literal); otras, sorprendentemente precisas a la vez que inquietantes. Pasen y vean.
En conclusión, las pinturas visionarias de Jean-Marc Côté y su grupo de artistas franceses nos brindaron una visión fascinante del futuro en el año 2000. Aunque algunas de sus predicciones resultaron ser exageradas, muchas de ellas han encontrado su lugar en nuestra sociedad actual. Sus visiones del transporte automatizado, la comunicación instantánea a distancia y los trabajos automatizados han influido en el desarrollo de tecnologías que ahora damos por sentadas.
Esperamos que esta exploración del pasado y su conexión con el presente haya despertado tu curiosidad y te haya inspirado a reflexionar sobre cómo las visiones del pasado pueden seguir influyendo en nuestro futuro. El progreso tecnológico continúa avanzando a un ritmo acelerado y nos preguntamos qué maravillas nos deparará el futuro.
¿Un robot que barre? ¿De qué nos suena eso?
La mecanización en el campo ha cobrado otro aspecto, pero suceder, ha sucedido.
Una autocaravana muy completa, pero un tanto peculiar.
Aunque hay otra serie de artilugios mecánicos que (por suerte) no se han desarrollado:
Una serie de artefactos voladores, empezando por una especie de helicóptero. Aunque el primer helicóptero no voló hasta 1932, era una idea recurrente en diseños de diferentes épocas anteriores a estas ilustraciones.
Por aquel entonces ya existía el dirigible –aquí vemos una versión “mejorada”- pero el desastre del Hindenburg en 1937 dio al traste con este medio de transporte.
Una serie de curiosos aeroplanos de pequeño tamaño que invadían el espacio aéreo de la ciudad.
¿Aviones de guerra y carros de combate? Esta era la sorprendente idea que tuvieron:
Y probablemente lo más extraño de todo: una serie de ilustraciones que representaban al ser humano interactuando con la vida marina gracias a unas escafandras necesariamente ligeras.
Y lo mejor para el final: el autobús-ballena, una idea peculiar e increíblemente ingenua que no tiene desperdicio.
Fuente: En L´An 2000, Jean-Marc Côté.
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