Actualizado el sábado, 30 abril, 2022
El español es parte de la familia de lenguas románicas y estas forman el grupo de lenguas con mayor inteligibilidad mutua, es decir, los hablantes de una lengua romance tienen más fácil aquello de entenderse entre sí sin la necesidad de tener estudios o conocimientos. Por ejemplo, si tu lengua nativa es el español, te debería resultar bastante fácil entender la mayoría de las expresiones italianas aunque no hayas estudiado ese idioma.
8 buenas razones por las que el español es el idioma más complicado:
¿Pero cómo de complicado es aprender español para los hablantes de otros idiomas? Hace años el Instituto del Servicio Exterior del Departamento de Estado de EE.UU. hizo un informe sobre los idiomas en función de la dificultad de aprenderlos, en base a la cantidad de tiempo que tarda un hablante nativo norteamericano en dominarlos. Aunque te cueste creerlo, el español está íntimamente relacionado con el inglés; ambas pertenecen a la familia de lenguas indoeuropeas, por lo que son más parecidos de lo que a primera vista nos pueda parecer.
El español, más que difícil, es divertidamente complejo.
1. Un pequeño símbolo lo puede cambiar todo
2. Dos pequeños símbolos pueden volver loco a un joven aprendiz de nuestro idioma
3. Comparado con el inglés, la complejidad es evidente
El idioma más fácil para aprender actualmente es el inglés. De hecho, el inglés para un no nativo, independientemente del punto en el globo en el que resida, exceptuando algunos países muy aislados, siempre será el más fácil a causa de la alta tasa de aceptación que tiene.
Da igual que sean verbos:
O que sean sustantivos:
4. Y si hacemos el ejercicio a la inversa, no mejora demasiado:
5. Nos encanta complicarnos con traducciones imposibles
Como norma general, los idiomas más difíciles siempre son los que históricamente han estado más aislados por lo que no han podido tomar y prestar palabras de otros idiomas. También aquellos cuya historia es muy muy antigua, como en el caso del griego y el finés.
6. O, peor aún, con combinaciones imposibles
7. E incluso algunas combinaciones graciosas
8. En un lenguaje donde la reina, por supuesto, es la Ñ
Y recuerda, aunque este post buscaba sacarte una pequeña sonrisa, no podemos olvidar lo importante:
«Mediante el lenguaje no sólo representamos los hechos del mundo, también podemos pedir, dar, preguntar, exclamar o llamar. Por ejemplo al decir “silla” se nos viene a la mente la imagen de una silla y consecutivamente las acciones que están relacionadas con esta, como sentarse en ella o ponerla junto a una mesa; pero al decir “cuándo”, “quizás”, “¡carajo!” no nos dan una imagen de un objeto.
La sociedad se basa en un lenguaje y a su vez el lenguaje se origina en la sociedad, es decir, el lenguaje es el producto, la manifestación misma de la cultura de una determinada sociedad por lo que al estudiar el lenguaje de un pueblo también entendemos su cultura.
Esa es la razón por la cual cuando los conquistadores europeos llegaron a América impusieron su cultura empezando por implantar su lenguaje sobre el nativo. Estudiar una lengua o un uso de un lenguaje es estudiar una forma de vida social y en ella nos relacionamos mediante diferentes juegos; alcanzar una comprensión adecuada del lenguaje no significa más que comprender los diversos juegos del lenguaje en los que nos vemos involucrados»
—Ludwig Wittgenstein, Jean-Jacques Rousseau y el lenguaje
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