Actualizado el lunes, 10 junio, 2019
El proyecto de Sara, una argentina de 80 años, es un relato inspirador y lleno de libertad. Esta señora, que vivió casi toda su vida en Tucumán, dejó todo y se fue a viajar por el continente americano en caravana.
«Viajar es más que conocer un lugar, es conocer su gente, vivenciarlo a fondo», dice, y comenta: «sus comidas, sus olores, sus paisajes, sus amaneceres, sus puestas de sol, en fin, todo lo que te brinda un lugar que te enamora de otra manera».
«Voy a vender mi casa y me voy a comprar un motorhome«, les dijo una vez a sus tres hijos. Un día, esta loca idea se transformó en realidad. Sara vendió su casa y sus pertenencias, se compró una caravana y se echó a la carretera. «El viaje se va haciendo al andar», le cuenta al periódico argentino La Nación. Además, comenta que no le gusta quedarse quieta.
Sara está jubilada y, para ella, lo importante es no quedarse quieta y vivir el presente. «A donde me lleve el viento, encaro para donde tengo ganas en el momento», reafirma.
El viaje en caravana surgió en una charla con un amigo, que le sugirió que era lo único que le faltaba hacer. No se lo pensó mucho. Como ya hemos explicado, lo vendió todo y lo hizo, se puso en marcha.
«Paseaba por mi casa, miraba todas mis cosas y pensaba qué iba a hacer con todo eso, hasta que un día empecé: hice unos cartelitos en unos afiches de papel creppe, los puse en la puerta de mi casa y decidí que el sábado siguiente iba a hacer una feria de garage», cuenta.
Con el dinero que recolectó compró un compañero de carretera y vivienda: su motorhome (o caravana). «No lo encontré en la Argentina, no lo encontré en Chile y tampoco en Uruguay. Empecé a ver sitios en EE.UU.; pedí ayuda a muchos amigos, hasta que me decidí por uno y lo compré», explica Sara. Su nuevo hogar está equipado con una cama de matrimonio, un sillón cama de dos plazas, un baño con ducha, varios armarios, cocina con dos fuegos, un microondas, un televisor y un equipo de audio.
«En dos meses recorrí 12.000 km hasta Salvador de Bahía. Visitamos las playas de Uruguay, nos quedamos en Santa Ana en la casa de una amiga y, de ahí, seguimos para varias localidades del sur de Brasil: Río Pardo, nos encontramos con amigos en São Lourenço, recorrimos las playas de Florianópolis, después Búzios, Río de Janeiro, Ouro Preto, Niterói, Belo Horizonte y, de allí, vinimos por la costa hasta llegar a El Salvador, donde tenemos amigos de muchísimos años».
Para afrontar los gastos de la NAFTA desarrolló un proyecto de financiación colectivo a través de las redes sociales. Su fan page ya tiene más de treinta mil seguidores y los mensajes de cariño y buena suerte se multiplican. La historia de Sara es un relato lleno de aventuras, curiosidad y ganas de vivir. ¡Quiero tener tu vida a los 80, Sara!
¡Felicitaciones y adelante!
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