“¡Arráncate los tapones de los oídos y escucha! ¡Quiero que hables! ¡Arriba! ¡Arriba! Aquí hay truenos bastantes para que también las tumbas aprendan a escuchar. Y borra de tus ojos el sueño y toda miopía, y toda ceguera. ¡Escúchame también con los ojos! Mi voz es medicina hasta para los ciegos de nacimiento. Y una […]