Actualizado el martes, 24 enero, 2023
Pocos recuerdan la increíble historia de los zawisza, parte importante de la resistencia polaca a la ocupación nazi.
Pongámonos en contexto: tras la ocupación nazi de Polonia en 1939, la persecución a la que fueron sometidos los polacos, la clausura de sus instituciones y la expulsión de miles de ciudadanos de sus hogares fueron detonantes necesarios para la organización de un movimiento de resistencia que derivaría en la rebelión de Varsovia en 1944, el mayor levantamiento civil contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
La Organización Scout de Polonia fue una entre tantas instituciones clausuradas y prohibidas. Los scout pasaron a ser miembros activos de la resistencia. Uno de sus miembros, Andrei Slawinski, superviviente a la ocupación, relata en la BBC que cuando tenía 13 años “uno de los muchachos se me acercó y me preguntó si quería pertenecer a los zawisza, una palabra polaca para describir a un caballero medieval, reconocido por sus altos valores morales y amor por su país. Yo dije que sí».
En el más absoluto de los secretos, los zawisza constituían una suerte de organización militar formada por jóvenes de entre 13 y 17 años que se entrenaban para pasar a formar parte de los Batallones Escolares de los 15 a los 17 y, posteriormente, del Ejército Nacional de Polonia. Se trata de un ejército a las órdenes del gobierno constituyente polaco en el exilio desde la ocupación, conocidos como los Rangos Grises.
Hasta el alzamiento, las acciones de los zawisza no tenían demasiada trascendencia: «Eran acciones muy tontas —recuerda Andrei—. Les hacíamos llamadas amenazadoras a miembros de la comunidad alemana en Varsovia, a quienes los nazis habían declarado una raza superior. Organizábamos visitas de directores de funerarias a sus casas o rompíamos las ventanas con piedras y luego echábamos a correr como locos».
Llegado el momento de la rebelión civil, los zawisza jugaron un papel clave conteniendo a las tropas alemanas en las calles de Varsovia pese a la carencia de medios:
“Me dieron la última pistola que tenían, una muy pequeña. Los alemanes se habían fortificado en el otro extremo de la calle y yo debía impedir que avanzaran con mi pequeña pistola”, recuerda Slawinski.
La esperada y necesaria ayuda soviética nunca llegó y la rebelión acabó siendo violentamente aplastada, no sin presentar una férrea resistencia durante dos meses. Varsovia finalmente se rindió a los nazis en octubre de 1944. Se estima que 250.000 polacos perdieron la vida. Los soldados rebeldes que sobrevivieron fueron enviados a campos de concentración como prisioneros de guerra hasta la liberación de la ciudad por el ejército rojo al final de la guerra.
Los acuerdos posteriores a la Segunda Guerra Mundial dieron el control de Polonia a la URSS. Los zawisza, así como todos los rebeldes fieles al gobierno constituyente polaco, fueron olvidados durante 40 años, hasta que finalmente fueron reconocidos como héroes que lucharon por la independencia de Polonia y contra la ocupación nazi.
¿Los conocías?
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