¿Quién no ha jugado de pequeño con figuras de acción pretendiendo librar épicas batallas contra los malos? Pues bien, hay algo que no tuvimos en cuenta o no nos enseñaron. ¿Qué les ocurre a nuestros héroes al salir victoriosos (o no) de la guerra? Este brillante vídeo nos da una pista sobre ello, ¿te imaginas haber jugado así con tus Action Man?
La genial idea corresponde a la organización Veterans for Peace UK (Veteranos por la Paz Reino Unido), que ha lanzado la campaña Víctimas del Campo de Batalla para parar el reclutamiento para el ejército británico de jóvenes de 16 y 17 años, y subir la edad mínima a 18 años. Según exponen en la organización, Reino Unido es uno de los diecinueve países en el mundo que reclutan a menores de 18 años para sus fuerzas armas. Los datos muestran que estos jóvenes, generalmente de clase baja, son utilizados en primera línea de combate, y las posibilidades de fallecer en la guerra es el doble que la media del ejército británico en su conjunto. La tasa de suicidio de los hombres entre 16 y 20 años en las fuerzas armadas es un 82% superior a las de los civiles de estas mismas edades.
Basándose en estos hechos, desde Veterans for Peace UK animan a escribir a los miembros del Parlamento Británico para pedir que la edad mínima de ingresar en el ejército sean los 18 años.
El trastorno por estrés postraumático (TEPT) se identificó en los años 80 al constatar que un alto porcentaje de los soldados de Vietnam presentaba síntomas de angustia. La Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psiquiatría lo catalogaron en 1994 como un cuadro médico generado por una situación traumática (guerra, catástrofe natural o accidente). El TEPT se manifiesta con rigidez afectiva, desapego emocional, fobias, pánico, insomnio, estado depresivo y conductas de evitación seis meses después del suceso.
Actualmente, y en parte gracias a películas que entran de lleno en la realidad de la guerra, es un trastorno mucho más conocido para la opinión pública. A pesar de que los ejércitos suelen tomar precauciones haciendo test psicológicos para identificar a las personas más vulnerables a la hora de asignarles un destino en lugares de combate, así como evaluaciones a su regreso, este síndrome afecta irremediablemente a las fuerzas armadas de todos los países. Las experiencias en la zona de guerra y el recibimiento al regresar al hogar son los dos factores de riesgo más importantes tal y como publicó un estudio de investigación realizado con 150 veteranos de la guerra de Croacia, publicado en 2004 en The European Journal of Psiquiatry.
Si ya de por sí estas experiencias pueden ser muy traumáticas para cualquier persona que haya entrado en combate (se estima que de cada 800 soldados, unos 20 pueden precisar alguna intervención por depresión o ansiedad en la zona de conflicto), para los jóvenes de 16 y 17 años cuya fortaleza psicológica se supone mucho más frágil, los efectos pueden ser mucho más graves según nos confirman los datos aportados por esta organización.
Fuente: Battlefield Casualties
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