Actualizado el domingo, 1 agosto, 2021
Un grupo de creativos publicitarios que según ellos mismos afirman, «llevamos mucho tiempo viendo como unos pocos viven muy bien a costa de que muchos vivan en condiciones infrahumanas.» está detrás de una iniciativa que ha sido objeto de cierta polémica. Bajo el lema “Welcome to the Real Spain” (Bienvenido a la España real), realizaron una acción en la calle que consistía en mostrar la España real con postales.
«Las hemos colocado en las tiendas de souvenirs del centro de Madrid. Enseñan el país tal y como es. Sin florituras ni postureo. Enseñamos, ni más ni menos, la España, que a diario, sufren muchos españoles.»
Original: the real Spain
«Toda realidad tiene dos caras», indican en el vídeo superior. Durante las dos últimas semanas de mayo repartieron 1.500 postales que recogen los momentos menos turísticos y más alejados de la típica imagen de “fiesta, toros, paella y sangría”. Toño explica que “había tantos temas posibles que nos centramos en lo que más afecta al día a día: la pobreza, el paro, la brutalidad policial”, según recoge Verne. Debajo se pueden observar algunas de las postales que han distribuido.
Una foto publicada por Welcome To The Real Spain (@welcometotherealspain) el 16 de May de 2015 a la(s) 3:57 PDT
Según afirman en su página web detrás de su acción no existe ningún cliente ni agencia. «Toda la acción ha sido autofinanciada por nosotros y se ha hecho posible también gracias a la colaboración de algunos profesionales provenientes del mundo de la fotografía y de la publicidad.»
No respondemos a ninguna ideología política y mucho menos a un partido. No somos de derechas ni de izquierdas. Solo vemos que unos pocos que están arriba nos están jodiendo a la gran mayoría que estamos debajo. Y por ahí… sí que no pasamos.
La acción ha despertado reacciones tanto de aplauso como de rechazo. «¿Qué sentido tiene decirle a un turista lo mal que está el país cuando a ese mismo turista no le importa absolutamente nada y lo que haces es perjudicar el turismo?» Decía un comentarista en la página de Facebook que han habilitado para difundir el proyecto.
Según afirman los organizadores una de sus preocupaciones era la reacción de los dueños de las tiendas, pero “cuando veían las postales, no se molestaban mucho”. En ocasiones las quitaban, como en el caso de una empleada con la que pudieron conversar. “Nos dijo que la dueña le había pedido que lo hiciera, pero que tampoco le había sentado mal”.
A ella sí “le había gustado la acción y le regalamos unas cuantas para que las repartiera por su cuenta”. Alguna vez vieron cómo algún turista entraba a la tienda con la intención de comprarlas. “No sé si les cobraron o no, pero se las llevaron”, informa Verne.
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