Actualizado el sábado, 21 noviembre, 2020
¿Sabías que los primeros casos de pederastia en la Iglesia católica no se destaparon hasta la década de los noventa del siglo XX en EE.UU. y en Irlanda?
Hoy traemos un tema polémico y necesario: la pederastia dentro del seno de la Iglesia. La comunidad católica siempre ha preferido obviar el terrible daño causado a niños en todo el mundo para que, con ese «pretexto», no se atacara a esta institución religiosa. Pero creo que es un grave error y que son los propios creyentes los que, de la mano del nuevo Papa, deberían no sentir vergüenza por los actos cometidos por los responsables religiosos de distintos países y liderar la detección y detención de casos de pederastia.
Hagamos un resumen de lo que ocurre y ha ocurrido: la mayoría de estos casos de pederastia se desencadenaron en orfanatos y escuelas eclesiásticas, espacios más herméticos y cerrados donde los niños estaban aislados de la comunidad en general y donde los sentimientos de pertenencia eran muy fuertes. Otros muchos se dieron en seminarios donde se formaba al clero.
Después de destaparse los primeros casos, muchos de los que eran víctimas de abusos presentaron denuncias tanto en Estados Unidos e Irlanda, como en otros países. Visibilizar los abusos ayuda a que otras víctimas tengan el valor de denunciar para que un acosador no siga libre cometiendo terribles actos a menores.
Este es el mapa elaborado por Cadena Ser para poder visualizar dónde se han cometido estos abusos sexuales por parte de la Iglesia:
La tarea de elaborar un mapa que globalice todos los escándalos de pederastia en el seno de la Iglesia católica no ha sido una tarea sencilla para Carlos Cala, periodista de la cadena Ser. Sobre todo porque en los últimos años se han duplicado el número de casos que salen a la luz, gracias a la actitud que ha tomado el Vaticano respecto a ellos.
Y es que, hace unos años, el Vaticano simplemente miraba hacia otro lado, pero ahora está contribuyendo de manera activa a encontrar a los responsables de cada caso. Un cambio que aplaudimos y que debe ser apoyado por toda la comunidad religiosa.
Desde 1950 se han desenmascarado y verificado más de mil trescientos casos en Estados Unidos, con un promedio de trescientos sacerdotes implicados. Muchos de vosotros recordaréis el escándalo que destapó The Boston Globe cuando acusó, en el año 2002, a la archidiócesis de Boston. El cardenal Bernard Law tuvo que renunciar a su puesto por encubrir a 250 curas pederastas.
Estos casos acabaron con compensaciones millonarias y enormes pérdidas económicas. Además de, en el caso de la archidiócesis de Boston, verse obligada a cerrar decenas de parroquias. El responsable durante los abusos, el cardenal Bernard Law, amigo de Juan Pablo II, sigue agazapado en el Estado Vaticano pese a que EE.UU. lo reclama.
El papa Francisco lo echó de sus estancias en Santa María la Mayor, pero el responsable de uno de los mayores abusos en la Iglesia sigue libre.
En el año 2002, un reducido equipo de reporteros de investigación del Boston Globe destapó los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por curas del estado de Massachussets. La publicación de estos hechos, que la archidiócesis de Boston intentó ocultar, sacudió a la Iglesia Católica como institución | Spotlight
Abusos en Europa
Irlanda tampoco se queda atrás en la lista de países implicados, ya que muchos informes revelaron que el abuso de menores era una práctica común y constante en los centros católicos. Otro sonado caso es el descrito en el Informe Ryan, uno de los más dolorosos que ha vivido el país. Fue elaborado por la comisión investigadora de abusos a niños de Irlanda y denunciaba la compenetración entre la Iglesia, la policía y la fiscalía que se dedicaban a encubrir los casos de pederastia.
Los datos revelaron que este caso afectó a miles de menores, en su mayoría de la Congregación de los Hermanos Cristianos, que eran los encargados de gestionar los orfanatos y escuelas eclesiásticas del estado. Con el apoyo del papa Benedicto XVI y tras la dimisión en 2009 de los obispos Field, Murray, Walsh y Moriarty, el Vaticano asumió las riendas de la investigación y publicó una extensa carta pastoral en la que expresaba su vergüenza por lo ocurrido en Irlanda.
Como veis en el mapa, Australia tampoco se queda atrás. En este país se han corroborado unos 620 casos de abusos sexuales a menores desde la década de 1930 hasta la actualidad. En Alemania se han presentado más de tres mil denuncias, pero solo se han constatado doscientas de ellas en colegios de jesuitas donde 14 personas fueron acusadas, no solo religiosos sino también profesores laicos.
900 curas han sido apartados del sacerdocio desde 2003 por la Congregación para la Doctrina de la Fe, el tribunal del Vaticano encargado de investigar los casos de pederastia que estudió 3.400 denuncias.
El «caso Romanones»
En Granada (España), el «caso Romanones» estalló el 14 de octubre de 2014. Fue el día que Daniel, nombre ficticio que la prensa eligió para él, denunció ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía los abusos y agresiones sexuales de los que había sido víctima desde los 14 hasta los 17 años por parte de diez sacerdotes y dos laicos.
Monaguillo desde los 7 años en la parroquia Juan María de Vianney, en el popular barrio del Zaidín, mantenía una estrecha relación con Román Martínez, un párroco que lideraba un grupo de curas llamado clan de los Romanones. Ya de adolescente, Daniel frecuentaba la casa parroquial y algunos de los 19 pisos y chalés del grupo, beneficiario de la herencia de una farmacéutica de Órgiva. Según su declaración, empezó a quedarse a dormir «para ver películas» y acabó sufriendo abusos sexuales por parte del padre Román, hoy sexagenario, y otros curas. Relató al juez cómo los sacerdotes practicaban sexo anal, felaciones y masturbaciones entre ellos. Otros tres testigos confirmaron ante el instructor que los religiosos se bañaban desnudos en la piscina y compartían besos, caricias y masajes. Dos de ellos recibieron peticiones «libidinosas» del líder del clan. Daniel asegura que otros chicos y chicas también sufrieron abusos.
Pero frente a la depuración masiva contra miles de curas abusadores emprendida en Estados Unidos, Alemania, Irlanda o Polonia, en España hay muy pocas denuncias y se cuentan con los dedos de las manos los sacerdotes encarcelados por este motivo. En los últimos años: José Domingo Rey Godoy (Córdoba), condenado a 11 años por realizar tocamientos a seis niñas; José Martín de la Peña (Madrid), 10 años por agredir a una menor; Edelmiro Rial (Vigo), 21 años por abusar de seis monaguillos; José Ángel Arregui (Bilbao), 817 días por tenencia de pornografía infantil, incluidas sus propias escenas con menores; José Beltrán (Jaén), 8 años por forzar a un niño; y Pablo Ortega (Valencia), 5 años por atacar a dos adolescentes.
Recordamos que muchos de estos delitos siguen sin salir a la luz, en la mayoría de los casos es porque las víctimas sienten miedo y terminan renunciado a denunciar, en otros porque no hay pruebas suficientes para ser hechos constatados.
No dejemos indefensos a los menores. Ayudémosles a prevenir, protegerse y denunciar.
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