Un pequeño órgano con forma de almendra, conocido como amígdala, centraliza todo el proceso que ahora empiezan a desentrañar los científicos como el botón de emergencia de nuestro cerebro. Se trata del órgano responsable de sentir el miedo ante el riesgo, una emoción primaria muy necesaria para evitar que actuemos de forma temeraria. Esta parte de cerebro detecta una amenaza externa, la interpreta, y desarrolla una respuesta física inconsciente.