“Este giro de las sectas hacia terrenos de apariencia inocua comenzó a finales de los años 80 y principios de los 90. Afloraron grupos con envoltorio empresarial. No había barbas mesiánicas ni templos, sino buenos trajes y convenciones en hoteles. No había chamanismo ni misas, sino dinámicas de grupo, sesiones de motivación: eucaristías hacia el […]