Somos verdaderos maestros en el arte de complicarnos la vida. Los malos hábitos mentales, las expectativas irreales, los pensamientos catastrofistas y la tendencia a aferrarnos a emociones que nos lastiman solo contribuyen a que todo sea más difícil. El primer paso para deshacernos de los problemas que nos creamos consiste en aprender a detectarlos.