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triángulo de la verdad

El triángulo de la verdad: secreto sencillo para resolver conflictos, grandes y pequeños

Merece ser compartido:

Lisa Earle McLeod es consultora de negocios y conferenciante motivacional que os recomendamos.

Este libro es una guía indispensable para cualquier persona que haya enfrentado conflictos laborales, desafíos en la toma de decisiones o negociaciones comerciales complejas. Lisa Earle McLeod nos sumerge en una exploración profunda de su experiencia personal y casos destacados para introducir el concepto del «triángulo de la verdad», una metodología aparentemente simple, pero poderosa, basada en siete principios fundamentales. La aplicación de este enfoque puede resultar tanto instintiva como revolucionaria, aunque su implementación no siempre sea sencilla. Si bien el libro se lee con fluidez, a veces puede caer en la repetición y en un tono excesivamente emotivo para el ámbito empresarial. Sin embargo, su mensaje es optimista, esclarecedor y repleto de consejos prácticos, complementados con referencias a recursos online relevantes. Muhimu recomienda encarecidamente esta obra a líderes y gerentes dispuestos a resolver conflictos y promover la armonía de intereses.

Los conflictos laborales, los desafíos en la toma de decisiones y las negociaciones comerciales complejas son situaciones que se presentan con frecuencia. Ante estos desafíos, contar con las herramientas adecuadas puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Es por ello que nos complace presentar una obra que se ha convertido en una guía indispensable para líderes y gerentes en todo el mundo: «El Triángulo de la Verdad» de Lisa Earle McLeod.

La Metodología del Triángulo de la Verdad

En el corazón de esta obra se encuentra el concepto del «Triángulo de la Verdad», una metodología aparentemente simple, pero poderosa, basada en siete principios fundamentales. Estos principios actúan como pilares que sustentan la resolución de conflictos y la toma de decisiones efectivas en el ámbito laboral.

Principios Fundamentales del Triángulo de la Verdad

  1. Claridad de Propósito: Entender cuál es el propósito detrás de nuestras acciones y decisiones es esencial para mantener el enfoque y la dirección adecuada en cualquier situación.
  2. Honestidad Radical: La honestidad consigo mismo y con los demás es la piedra angular de cualquier relación laboral saludable. Ser transparente y sincero fomenta la confianza y fortalece los lazos entre los miembros del equipo.
  3. Empatía Auténtica: Ponerse en el lugar del otro y comprender sus perspectivas y emociones es fundamental para encontrar soluciones que satisfagan las necesidades de todas las partes involucradas.
  4. Valentía Moral: Afrontar los desafíos con coraje y convicción, manteniéndonos fieles a nuestros valores y principios éticos, incluso cuando la situación se torna difícil.
  5. Generosidad de Espíritu: Adoptar una actitud de generosidad y apertura hacia los demás, reconociendo y valorando sus contribuciones, promueve un ambiente de colaboración y cooperación mutua.
  6. Compromiso Inquebrantable: Perseverar en la búsqueda de soluciones, incluso cuando el camino parece difícil, demostrando una dedicación inquebrantable hacia el logro de los objetivos establecidos.
  7. Responsabilidad Radical: Asumir la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones, reconociendo tanto nuestros aciertos como nuestros errores, y trabajando activamente para corregir y aprender de ellos.

Experiencias Personales y Casos Destacados

Lo que distingue a «El Triángulo de la Verdad» es la forma en que Lisa Earle McLeod entrelaza su experiencia personal con casos destacados de la vida real para ilustrar la aplicación práctica de esta metodología. A través de historias conmovedoras y ejemplos inspiradores, el lector se sumerge en un viaje de aprendizaje y descubrimiento que transforma la teoría en acción.

Crítica Constructiva

Si bien «El Triángulo de la Verdad» se presenta como una lectura fluida y accesible, es importante señalar que en ocasiones puede caer en la repetición y adoptar un tono excesivamente emotivo para el ámbito empresarial. Sin embargo, estos pequeños tropiezos no restan valor al mensaje optimista, esclarecedor y repleto de consejos prácticos que ofrece la obra.

Ideas fundamentales

El concepto del ‘triángulo de la verdad’, una metodología antigua para resolver conflictos, ha perdurado a lo largo de los siglos.

Este enfoque busca integrar los diferentes puntos de vista en un argumento, procurando alcanzar una solución completa y holística.

Para aplicar efectivamente el triángulo, es crucial abandonar el pensamiento dicotómico y aspirar a una conclusión que trascienda las posturas individuales.

Los siete principios fundamentales del triángulo son:

  1. Adoptar el enfoque inclusivo del ‘y’, reconociendo la dualidad presente en todas las situaciones.
  2. Tolerar la ambigüedad mientras se mantiene la confianza en un resultado positivo a largo plazo.
  3. Mantener la mente abierta, entendiendo que considerar las necesidades de los demás no implica abandonar las propias.
  4. Aspirar a superar las negociaciones tradicionales y alcanzar un nivel superior de entendimiento.
  5. Descubrir la verdadera motivación detrás de las acciones de las personas para generar alternativas más efectivas.
  6. Fomentar nuevas perspectivas mediante preguntas reflexivas como ‘¿por qué?’ y ‘¿cómo?’.
  7. Aceptar que los conflictos son inevitables, pero gestionarlos de manera constructiva permite conciliar intereses y alcanzar acuerdos satisfactorios.

Estos principios del ‘triángulo de la verdad’ ofrecen una guía invaluable para resolver disputas y promover la armonía en cualquier situación.

Resumen

Un concepto mejor que la negociación

Buda, Albert Einstein, Elvis Presley y Barack Obama son solo algunos de los nombres que han empleado el poderoso concepto del ‘triángulo de la verdad’. Buda lo consideró la ‘clave de la iluminación’, Einstein lo utilizó para armonizar ideas contrapuestas en la ciencia y la religión, Elvis innovó un sonido único inspirado en él, y Obama llegó a la presidencia de Estados Unidos apoyándose en su sabiduría. Esta antiquísima filosofía enseña cómo fusionar dos perspectivas opuestas para alcanzar una nueva y enriquecedora visión que es ‘más que la suma de sus partes’.

El ‘triángulo de la verdad’ es un modelo simple y elegante que se aplica en ámbitos tan diversos como los negocios, las relaciones interpersonales, la política y la religión, elevando el pensamiento a niveles superiores.

Esta técnica permite trascender las disputas sobre quién tiene razón y quién no, para hallar una solución que reconozca la validez de ambas perspectivas. Si ‘mi verdad’ y ‘tu verdad’ representan las dos esquinas inferiores del triángulo, entonces la ‘solución de mayor nivel’ se encuentra en la esquina superior. Alcanzar esta cúspide no es tarea fácil. Las soluciones integrales no siempre son evidentes y, en casos de grandes controversias, algunas personas se aferran obstinadamente a sus propias visiones, dificultando la reconciliación. Sin embargo, incluso una aplicación parcial del triángulo puede generar beneficios al transformar la percepción del mundo y de quienes lo habitan.

Dominar esta herramienta le permitirá gestionar conflictos con mayor facilidad, lo que a su vez contribuirá a su felicidad y éxito. A continuación, presentamos los siete principios fundamentales del triángulo de la verdad:

Principio 1: “Adopte el ‘y’”

Muchas personas están atrapadas en la dicotomía del ‘uno u otro’, donde todo se clasifica como bueno o malo, correcto o incorrecto, inteligente o tonto, amable o manipulador. Sin embargo, el ‘triángulo de la verdad’ promueve considerar ‘la posibilidad del Y’ y adoptar la dualidad inherente en las personas y situaciones. Etiquetar la conducta de alguien como ‘mala’ genera una percepción negativa y duradera que afecta cualquier interacción futura, obstaculizando el entendimiento mutuo.

Aunque uno pueda aceptar su propia complejidad, que a menudo es contradictoria, comprender cómo un jefe puede ser un megalómano en el trabajo y un padre leal en casa puede resultar desafiante. El ‘triángulo de la verdad’ desafía esta mentalidad negativa al apartarnos del conflicto y llevarnos hacia una comunicación más positiva.

‘Nuestra mente prefiere la simplicidad del uno u otro. Pero hasta que no estemos dispuestos a aceptar la posibilidad del ‘Y’, seguiremos atrapados en los mismos conflictos una y otra vez’.

Ir más allá de las etiquetas de ‘uno u otro’ es esencial. Quedarse anclado en esta mentalidad impide ver el ‘cuadro completo’ que puede conducir a soluciones. Para superar el pensamiento binario, es crucial reconocer que ‘el mundo está lleno de dicotomías’. En lugar de intentar eliminar las diferencias, deberíamos enfocarnos en ‘aprender a aprovecharlas’. Por ejemplo, Charles Darwin enriqueció su investigación y los argumentos para su libro ‘El origen de las especies’ gracias a los cuestionamientos ‘fervientemente religiosos’ de su esposa. Una empresa industrial logró establecer altos estándares de seguridad al incorporar puntos de vista contrastantes en sus soluciones, una combinación que ni sus empleados ni sus competidores creían posible.

‘Las negociaciones no son sostenibles a largo plazo si nos obligan a atenuar nuestras verdades en lugar de integrarlas’.

Si bien puede tener sentido intelectualmente abandonar la idea de ‘uno u otro’, emocionalmente es más difícil. Mantener dos ideas radicalmente opuestas o sintetizar argumentos opuestos genera incomodidad psicológica, ya que la mente humana está programada para ordenar, juzgar y categorizar. Cuestionar esta programación cerebral puede ampliar los límites y ofrecer nuevas respuestas a viejos problemas.

Principio 2: “Haga las paces con la ambigüedad”

¿Qué sucede si uno abraza el enfoque del ‘triángulo de la verdad’, pero los superiores, colegas o clientes no lo hacen? Aunque el triángulo sigue siendo efectivo, muchas personas temen aplicarlo en solitario, temiendo que renunciarán a sus necesidades o cederán su versión de la historia. Este miedo es un instinto poderoso que puede desencadenar un ‘bloqueo mental’, donde uno se aferra a una verdad y la defiende con tanto fervor que se vuelve incapaz de escuchar otras perspectivas. Para superar este miedo, es necesario adoptar un enfoque de amor en lugar de miedo. La valentía de sobreponerse a las ansiedades personales y sentir amor por los demás crea espacio para la creatividad en la resolución de problemas. Si bien el amor por sí solo no resolverá todos los problemas del mundo, sí brinda la capacidad de entender otros puntos de vista sin temor.

‘Cuando reconocemos que los dos lados del triángulo … existen dentro de cada uno de nosotros, ya no tenemos que demostrar nada, ni a nosotros mismos ni a nadie más’.

Entrar en una reunión con una solución predeterminada puede llevar a un pensamiento defensivo ante cualquier desafío. En cambio, entrar con amor y aceptación hacia los demás fomenta la disposición a escuchar y considerar otras ideas.

‘Cuando uno trata de que el mundo entero se adapte a nuestra voluntad personal, las personas y las circunstancias tienden a resistirse’.

El amor no debilita, sino que fortalece. Un ejemplo destacado es el del almirante James Stockdale, quien aplicó esta lección mientras estaba cautivo en el ‘Hanoi Hilton’ durante la guerra de Vietnam. Stockdale lideraba con amor y apoyaba a sus compañeros de prisión, manteniendo la esperanza de sobrevivir a pesar de la dura realidad. Logró manejar dos ideas contrarias: su situación desesperada y su fe en el futuro. Decidió abrazar la ambigüedad para poder seguir adelante.

‘El amor es lo que permite a las personas hacer a un lado su ego en nombre de algo mayor que ellas mismas’.

Comenzar con amor en lugar de miedo facilita la integración de dos ‘dualidades fundamentales’: la creencia de que ‘todos están equivocados’ y ‘todos son fabulosos’, junto con una ‘evaluación firme de los hechos y una fe inquebrantable’. En otras palabras, ‘No tengo todas las respuestas, pero estoy dispuesto a ver el otro lado de las personas’ y ‘no conozco el final de la historia, pero estoy dispuesto a enfrentar los hechos porque confío en que, a la larga, todo saldrá bien’.

Principio 3: “Deje espacio para otras perspectivas”

Para alcanzar la cima del ‘triángulo de la verdad’, es crucial dejar espacio para otras personas, ideas y pensamientos al mantener una mente abierta. Aunque más sencillo decirlo que hacerlo, la presión por alcanzar objetivos puede llevar a priorizar las propias necesidades sobre las preocupaciones de los demás. Sin embargo, es importante no quedarse atrapado en el pensamiento dicotómico. De hecho, el triángulo permite considerar tanto nuestros asuntos como los de los demás, sin perder de vista nuestros objetivos y detalles.

‘La gente puede percibir la diferencia cuando alguien genuinamente se preocupa por su lado del triángulo’.

Pensemos en una vendedora destacada de productos farmacéuticos: cada día, su enfoque está en cómo los medicamentos que ofrece pueden mejorar la vida de quienes los necesitan. Su atención no está en conseguir comisiones o alcanzar cuotas, sino en el impacto positivo que puede generar. Esta actitud marca la diferencia en la calidad del servicio que ofrece, transmitiendo un genuino deseo de mejorar la vida de los demás. Según investigadores, esta actitud impacta en el lenguaje corporal, las expresiones faciales y el tono de voz, enviando un mensaje claro de conexión y empatía.

‘Las superestrellas aspiran a la cima del triángulo. Para ellos, el éxito va más allá de alcanzar metas individuales, se trata de colaborar con otros para lograr algo más significativo’.

Cada vez que intentamos influir en la forma de pensar de alguien, estamos vendiendo algo. Para obtener resultados promedio, nos enfocamos en nuestras metas; pero para sobresalir, debemos centrarnos en las metas de los demás. Las superestrellas en cualquier campo creen firmemente en su capacidad para ayudar, lo que les permite apartar sus necesidades momentáneamente y concentrarse en los demás. Con fe en un resultado positivo pero sin aferrarse tenazmente a un plan individual, aumentan sus posibilidades de éxito.

Principio 4: “Busque un nivel superior”

En muchas ocasiones, enfrentamos una ‘falsa elección’ al optar por un resultado en lugar de otro, sacrificando nuestras propias necesidades en aras de un objetivo, en lugar de proponer una tercera opción. La tolerancia a la ambigüedad puede abrir nuevas posibilidades, como lo hacen los padres que ajustan sus ambiciones profesionales para cuidar a sus hijos, o los gobiernos que promueven la libertad junto con la responsabilidad. Un ejemplo emblemático es cómo Thomas Jefferson, un liberal, y John Adams, un conservador, sintetizaron sus ideales en la Declaración de Independencia de EE.UU., combinando la libertad personal con el imperio de la ley.

“No es necesario elegir entre ceder o alcanzar un punto medio; podemos crear juntos el camino hacia la excelencia”.

Imponer nuestras ideas sobre las demás personas, en lugar de buscar una solución colaborativa, nos lleva a caer en la ‘trampa del ‘por lo tanto’’: ‘Esta es mi verdad; por lo tanto, esto es lo que debemos hacer’. Esta trampa limita la creatividad y fomenta la intransigencia entre las partes. Un ejemplo ilustrativo es el de Best Buy, que intentó facilitar la experiencia de compra para las mujeres en sus tiendas de electrónica. Algunos ejecutivos masculinos asumieron una postura dicotómica, temiendo que dar prioridad a las mujeres significara excluir a los hombres. Sin embargo, mejorar la experiencia de compra para las mujeres también benefició a los hombres. Este enfoque permitió a Best Buy aumentar sus ingresos y su base de clientes femeninas, sin necesidad de cambios drásticos en su imagen.

«El miedo, ya sea al fracaso, al aprovechamiento por parte de otros, o simplemente al ridículo, es la barrera invisible que separa a las personas».

No siempre es necesario buscar un punto medio; tanto las negociaciones moderadas como las más difíciles pueden ser efectivas, pero a menudo perpetúan el pensamiento binario. En lugar de elegir entre extremos, aspiremos a la grandeza y busquemos soluciones que beneficien a todos. Este proceso puede ser desafiante, pero su valor es incuestionable

Principio 5: “Sepa cuál es la intención”

Comprender las motivaciones subyacentes de personas u organizaciones es esencial para que el triángulo de la verdad funcione de manera efectiva. Descubrir la ‘verdad real’ proporciona un mayor entendimiento y allana el camino hacia el progreso. Por ejemplo, los profesionales de la salud que desean brindar atención a los pacientes sin importar su capacidad de pago pueden sentir frustración frente a los ejecutivos hospitalarios que priorizan la generación de ingresos para mantener la operatividad del centro. Sin embargo, cuando ambas partes comprenden las preocupaciones del otro, se hace evidente la ‘verdad real’ detrás de sus respectivas posturas: ofrecer atención de calidad a la comunidad.

“Al criticar las soluciones propuestas por otros, perdemos la capacidad de influir en su pensamiento”.

El discernimiento sin crítica facilita la integración de ideas aparentemente divergentes. Una vez que sus interlocutores perciben que usted comprende su perspectiva, es más probable que estén abiertos a considerar otras opciones. No es sencillo reconocer la buena intención detrás de conductas que no nos gustan, pero estar por encima de las interrupciones de los colegas y el control que puedan ejercer en una reunión importante no es algo que se logre naturalmente. No obstante, se pueden evitar debates divisivos mediante preguntas bien intencionadas que expongan los problemas.

Principio 6: “Logre que otros vean más allá del conflicto”

Para superar el bloqueo del pensamiento dicotómico en un conflicto y fomentar la toma de decisiones colaborativas, es fundamental solicitar explicaciones sobre el ‘cómo y por qué’ de los problemas, en lugar del ‘qué y cuándo’. Esta aproximación promueve una mejor comprensión entre los involucrados, mientras que la segunda opción tiende a afianzar posiciones. Formular ‘grandes preguntas’ estimula a las personas a profundizar en el problema. Por ejemplo, preguntar ‘¿Cómo te afecta este problema?’ genera respuestas más sinceras que simplemente preguntar ‘¿Cuál es el problema?’. Es importante evitar preguntas tendenciosas y cerradas, que presuponen una respuesta específica alineada con los propios intereses.

“Es sorprendente cómo las discusiones disminuyen cuando las personas se ponen en el lugar del otro, aunque sea por un momento”.

Una forma de aplicar la táctica del triángulo en un entorno corporativo es permitir que un departamento aborde las tareas de otro departamento o resuelva los problemas de otro grupo. Esto cumple dos objetivos: en primer lugar, se revelan soluciones innovadoras gracias a las perspectivas frescas aportadas por personas nuevas; y en segundo lugar, se anima a ambas partes a considerar los asuntos desde múltiples ángulos.

Principio 7: “Sea usted el conciliador”

Galileo Galilei desafió el status quo al demostrar que la Tierra orbitaba alrededor del sol. Sin embargo, en 1663, las autoridades de la Iglesia lo condenaron por herejía y lo sentenciaron a arresto domiciliario de por vida. Galileo lamentó que sus acusadores se negaran incluso a mirar por el telescopio para observar la verdad. La negativa a aceptar una realidad evidente, simplemente porque no coincide con una perspectiva propia, puede conducir a graves errores, aunque quizás no tan trágicos como los cometidos por los clérigos medievales.

“No son nuestras verdades las que causan problemas, sino nuestra creencia en su exclusividad”.

Reconocer que no tenemos todo el conocimiento es el primer paso para liberarnos del pensamiento dicotómico y avanzar hacia la inclusión. Los conflictos, ya sea en el trabajo, en el hogar o en el mundo, no son inevitables. Siempre habrá diferencias; lo crucial es cómo gestionarlas. El triángulo de la verdad, con sus siete técnicas, puede ser de ayuda, pero es fundamental comprender que todas las personas tienen derecho a existir y a mantener sus creencias. Aprender esta lección y practicar el amor pueden conducirnos hacia una verdad más amplia y enriquecedora.

En Muhimu, recomendamos encarecidamente «El Triángulo de la Verdad» a líderes y gerentes que estén dispuestos a enfrentar conflictos, tomar decisiones difíciles y promover la armonía de intereses en sus equipos de trabajo. Esta obra no solo ofrece una metodología efectiva para resolver conflictos, sino que también inspira un cambio positivo en la cultura organizacional, fomentando la honestidad, la empatía y el compromiso entre los miembros del equipo.


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