Actualizado el sábado, 4 diciembre, 2021
Pese a los avances científicos y sociales, todavía quedan batallas por librar a los enfermos de SIDA. La falta de diagnóstico y ciertos estigmas que aún se mantienen constituyen las principales batallas. Tampoco se han eliminado todos los recelos sociales. Elena Enjuto, educadora en el Comité Antisida de Valladolid, ha indicado que recientes estudios revelan que tres de cada diez personas dicen sentirse «incómodas» si saben que un enfermo de SIDA está cerca de ellos.
El objetivo de este vídeo es abordar el stigma y la discriminación a las personas viviendo con VIH. A pesar de que la epidemia está entre nosotros hace varios años, en los que hubo muchos progresos en materia de tratamiento y prevención, el estigma todavía persiste.
Campaña de carteles VIH
El vídeo fue producido en asociación con la Agencia Ogilvy y Mather, productora BossaNovaFilms, productora de sonido Lucha Libre y el CRT – Centro de Referencia y Entrenamiento, a los cuales expressamos nuestro profundo agradecimento.
Los creadores son VIH positivo. Cansados de los perjuicios de la sociedad, mujeres y hombres se reunieron para realizar una campaña que enviara un mensaje claro a la población. Las personas se sacaron sangre, la colocaron en los carteles y estos en las calles. Los carteles, completamente inofensivos, captaron la atención de todos sus observadores.
Los avances en los tratamientos y en la atención sanitaria han hecho de la infección por VIH en el mundo occidental una enfermedad crónica. Actualmente, la calidad y la esperanza de vida de las personas con VIH podrían equipararse a la de muchas otras personas. Sin embargo, los cambios en la percepción social del VIH han sido menos significativos. Sus vías de transmisión, sus implicaciones respecto a los mandatos de género más tradicionales y su asociación en el imaginario social a grupos socialmente excluidos son causa del estigma asociado a la infección y motivo de discriminación en distintos ámbitos.
¿POR QUÉ HABLAMOS DE ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN?
El Estigma es un “atributo que desacredita socialmente a quien lo soporta, que queda sometido a reacciones adversas, de hostilidad y de rechazo, que favorecen la soledad y el aislamiento social” (Goffman, 1963). Además, puede producirse autoestigmatización cuando las personas con VIH interiorizan o anticipan las actitudes sociales que se experimentan en la sociedad. Puede ocasionar vergüenza o desprecio de sí mismo, sentimientos de culpabilidad y de inferioridad, que pasan a formar parte de su identidad favoreciendo situaciones de autoexclusión en múltiples ámbitos de la vida.
En 2001, ONUSIDA indicaba que el estigma relacionado con la infección por el VIH podría ser el obstáculo más grande al que las personas y las comunidades así como los políticos y los líderes religiosos que trabajan en la respuesta a la epidemia de VIH han de hacer frente. Un esfuerzo muy importante para responder al estigma no solo mejorará la calidad de vida de las personas infectadas por el VIH y de las personas que son sumamente vulnerables a la infección, sino que reúne las condiciones necesarias de una reacción a gran escala frente a la epidemia.
La Discriminación se produce “cuando el estigma se instala” (ONUSIDA, 2005). Se considera discriminación arbitraria en relación con el VIH cualquier medida que acarree una distinción arbitraria entre las personas por razón de su estado de salud o su estado serológico respecto al VIH, confirmado o sospechado. La discriminación arbitraria puede ser el resultado de una acción o una omisión. A este tipo de discriminación se le denomina, también, serofobia.
En este sentido, muchas personas con VIH han visto vulnerados algunos de sus derechos fundamentales debido a su enfermedad, como el acceso a seguros y prestaciones sociales, a oportunidades de trabajo o a la entrada como turistas o como trabajadores a determinados países. Adoptar las medidas adecuadas para erradicar la discriminación hacia las personas con VIH y defender sus derechos es un reto fundamental en la respuesta a la epidemia.
Desde el punto de vista de la Salud Pública, el estigma que sufren las personas con VIH es un obstáculo para el acceso a los servicios de salud, al diagnóstico y al tratamiento. Los prejuicios acerca de las enfermedades infecciosas y en particular, las de transmisión sexual, así como la información errónea sobre las vías de transmisión del VIH provocan desigualdad en el acceso y la utilización de servicios de salud, prestaciones sociales, al mercado laboral o a la vivienda
En ella, el grupo nos cuenta como un enfermo de sida guarda silencio y oculta su enfermedad a su pareja. Lo hace por amor a esa persona, para que no se contagie y también por vergüenza, por rechazo social y por una arcaica moral que empujaron a esa persona enfermeda al suicidio. Una letra desgarradora llena de emotividad.
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