Actualizado el miércoles, 19 mayo, 2021
«El ser humano es el único animal que choca dos veces con la misma piedra».
¿Conocéis este refrán? A todos nos ha pasado: hemos querido atravesar paredes a «cabezazos», es decir, solucionar un problema con una resolución que quizás no era la mejor, pero era la única que sabíamos. Gran parte de nuestro malestar psíquico rutinario está provocado por eso mismo, por problemas mal planteados y soluciones que no suelen dar resultados. Para ello se desarrolló la terapia centrada en soluciones, cuya definición ya viene aclarada en su nombre.
¿Qué es la terapia centrada en soluciones?
Desarrollada por el matrimonio Steve de Shazer e Insoo Kim Berg dentro del marco de las terapias breves (es decir, aquellas que no persiguen ser tan duraderas como la terapia psicoanalítica ortodoxa, por ejemplo, centrándose más en objetivos que en diagnósticos) y sistémicas (aquellas que consideran al individuo como parte de un sistema propio donde algo falla, y cuando cambias ese elemento del sistema, este se reajusta), la terapia breve centrada en soluciones (TBCS) busca hacer que el paciente encuentre soluciones a problemas perdurables o que se repitan cada cierto tiempo, cambiando su forma lineal de pensar (causa-efecto) por una forma más sistematizada.
Para ello, el sujeto seguirá usando la lógica aplicada a sus rutinas y cotidianidad. El objetivo es que el paciente encuentre soluciones a las que no hubiese llegado antes, siempre y cuando estas le sean útiles. No hay un solo camino para alcanzar una solución. Un solo problema puede resolverse de diferentes maneras.
Las 3 ideas básicas detrás de la terapia centrada en soluciones
1. Todo problema tiene solución
Solo que a veces nos obcecamos en una solución que no nos da los resultados deseados, pero no caemos en ese momento en otras formas de afrontar dicho desafío. La terapia centrada en soluciones busca concretamente esas otras soluciones. Toda persona tiene el poder de solucionar sus problemas, solo que hasta la fecha no ha encontrado la mejor forma de hacerlo.
2. Lo importante es lo útil, lo que funciona
Poniendo el énfasis en lo práctico, la terapia se centrará en el análisis de lo ya intentado, sobre qué ha funcionado y qué no, las secuencias de acción que llevan al problema y sus posibles soluciones, así como las excepciones (entendiendo este término como esas veces que debería de llegar a un problema, pero no llega).
La terapia centrada en soluciones se basa en el presente, nunca en el pasado. Solo se recurre al pasado siempre y cuando este aún esté interfiriendo en el problema actual. O, dicho de otro modo: el problema viene de más atrás.
3. El terapeuta es solo un guía, no el experto en solucionar problemas
En este caso, el experto en la solución será el propio paciente. Otro objetivo de la terapia es empoderar al propio paciente en la búsqueda de soluciones prácticas y novedosas.
La relación terapéutica será de igualdad y respeto. El psicólogo no cambiará la realidad del paciente, sino que será este el que propondrá, intervendrá y cambiará su situación.
El terapeuta tiene un papel más centrado en la guía, en «ir por detrás», en analizar las distintas posibilidades propuestas por el paciente y seguir guiando a través del diálogo para que acepte aquellas propuestas más proclives a realizarse. En ese sentido, la terapia es un juego explorativo o un diálogo donde el terapeuta explora el universo del paciente, y este aprende a usar sus propios recursos en beneficio propio.
4 formas en la que te puede ayudar la TBCS
Como dijimos al principio, esta terapia es una terapia breve. Su motivo se centra en los objetivos que establezca el paciente, no en diagnósticos que se alcanzan después de largas sesiones de terapia.
Las principales ventajas que encontrarás con este tipo de terapia serán:
1. Encontrarás nuevas soluciones a tus problemas
Soluciones novedosas que posiblemente nunca te hubieses planteado emprender.
2. Aumentará tus puntos de vista
Uno de los objetivos de la terapia es que abandones antiguos patrones rígidos de pensamiento y comiences a sistematizar más tu forma de raciocinio. Es un entrenamiento duro en otras formas de pensar, pero tiene sus resultados positivos.
3. Crearás una mayor conciencia de ti mismo
No es un beneficio propio solamente de esta terapia. El propio proceso terapéutico, sea cual sea, tiene este fin.
4. Te empoderará
Te aportará más y mejores recursos para ti mismo. La importancia de la vida no es tanto el no tener problemas o el evitarlos, sino tener también la seguridad en uno mismo de que, en el momento de que surja algo, serás capaz de superarlo.
La TBCS se ha probado en diferentes contextos. Donde más éxito tiene es en esos casos o áreas donde los sujetos muestran una forma de pensamiento rígida y repetitiva. Estas estructuras de pensamiento pueden provocar más problemas de los que ya de por sí se pueden tener.
La terapia centrada en soluciones ha demostrado ser muy eficaz para romper con estos protocolos inmutables y devolver más control de las situaciones a los pacientes, que encuentran más libertad cuando su mente no les deja tenerla.