Actualizado el jueves, 6 junio, 2024
Bonnie Honnig, la filósofa política de la democracia radical, recorre en su último libro «Public Things. Democracy in disrepair» (2017) los avateres de las cosas públicas bajo el neoliberalismo. Una democracia, afirma, necesita cosas públicas además de votos. Sin ellas, que continúan en el tiempo, no es posible la democracia.
La Supermanzana es una nueva célula urbana forma de organización urbana que, con su implantación, aporta soluciones a las principales disfunciones ligadas a la movilidad, a la vez que mejora la disponibilidad y calidad del espacio público para el peatón. Estos objetivos se logran con la introducción de dos cambios fundamentales: la jerarquización de la red viaria y el establecimiento de una red diferenciada para cada modo de transporte.
Las Supermanzanas son células urbanas de unos 400 por 400 metros, en cuyo interior se reduce al mínimo el tráfico motorizado y el aparcamiento de vehículos en superficie, y se da la máxima preferencia a los peatones en el espacio público. El tráfico motorizado circula por las vías perimetrales, mientras las calles interiores se reservan al peatón y, en condiciones especiales, a cierto tipo de tráfico como vehículos de residentes, servicios, emergencias, carga y descarga.
La Supermanzana se perfila, por tanto, como una solución integral que une urbanismo y planificación de la movilidad con el objetivo principal de limitar la presencia del vehículo privado en el espacio público y retornar éste al ciudadano. Esta primacía del ciudadano -actualmente convertido en simple peatón- es la base que da sentido a todo el conjunto de intervenciones con las que se perfilará la Supermanzana: calles de sección única para una accesibilidad universal, seguridad debido a la limitación de velocidad a 10 km/h y desarrollo del potencial para incrementar la habitabilidad y el confort en el espacio público.
En definitiva, la aplicación de las Supermanzanas se traduce en una mejora de la calidad urbana mientras se reduce el impacto ambiental. También aumenta la calidad de vida de vecinos y visitantes, y se incrementa la cohesión social y la actividad económica.
El hecho de que no sea necesario acometer derribos del parque edificatorio ni implementar cambios de gran calado en el planeamiento urbano, hace de las Supermanzanas un instrumento capaz de mejorar la vida de los habitantes de ciudades de cualquier tipología.
Salvador Rueda es el director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona: un consorcio entre el ayuntamiento de Barcelona, la diputación de Barcelona (la provincia) y el área metropolitana.
Qué es una supermanzana
ICES: ¿Cuál es la importancia del espacio público para las ciudades? ¿De qué manera la promoción y creación de espacios públicos contribuye a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos?
El espacio público es el que define la existencia de la ciudad o no. Porque podemos tener casas, pero no son ciudad, son urbanizaciones. Y no tenemos espacio público allí, tenemos espacio urbanizado, porque no sucede nada, son como cementerios. En cambio, las ciudades lo son porque tienen espacio público. Es decir, un lugar donde se pueden realizar todos los usos y las funciones que la ciudad nos permite: Que el niño pueda jugar, que pueda haber fiesta, que pueda haber intercambio económico, que pueda haber manifestación política, etc. Es el espacio público lo que nos hace ciudadanos. Con el paso del tiempo hemos perdido el origen de la palabra, pero al final lo que define la ciudad es ese lugar, que es la casa de todos, y es el que hace que los ciudadanos puedan manifestarse en toda su amplitud. El problema es que hemos ocupado el espacio con unos artefactos ‘infernales’: hacen mucho ruido, producen una contaminación horrible y ocupan todo el espacio. No permiten hacer otra cosa aparte de que la gente circule por esos espacios. Lo que tenemos que hacer es un cambio de modelo de movilidad que nos permita liberar el espacio que hoy ocupa la motorización.
ICES: ¿Cuál es el concepto de las supermanzanas?
Las supermanzanas son nuevas células urbanas de unos 400 o 500 metros de lado, en donde la periferia se articula como si fueran vías básicas. Conectadas unas con otras nos da una red que está pensada para el vehículo de paso, para el que quiera ir lo más pronto posible de un lado a otro de la ciudad. Pero el interior lo transformamos. Son áreas de 10 km/h, donde pueden jugar los niños, donde las personas invidentes pueden deambular seguras. En donde se pueden hacer todos los usos que la ciudad nos permite. Y que en la situación actual no nos lo permite la motorización. Con las supermanzanas liberamos en una ciudad, en el caso Barcelona, el 70% del espacio que hoy ocupa la motorización.
Ejemplo de Supermanzana
Con lo cual, las supermanzanas se nos revela como ese módulo que, dispuesto uno al lado del otro, nos permite generar redes de transporte perfectamente sincronizadas: el transporte público, el coche, el viaje a pie, la bicicleta… todo encaja. Pero sobre todo además encaja que cuando tu coges la supermanzana en sí misma, puedes hacer un proyecto urbanístico de transformación. Y nosotros proponemos hacerlo a través de nuestro desarrollo teórico que se llama el urbanismo ecológico.
ICES: En ICES trabajamos con ciudades de tamaño intermedio que están creciendo muy rápido en América Latina y el Caribe. Si tuviera la oportunidad de conversar con un alcalde y darle un consejo sobre cómo manejar sus espacios públicos y cómo generar ciudades cada vez más para la gente. ¿Qué consejo le daría?
Con la propuesta de las supermanzanas no tienen que tirar ni una casa, ni un edificio. Y en cambio transformarán radicalmente la ciudad. ¿Saben por qué? Porque haremos que los peatones dejen de serlo para convertirse en ciudadanos. Podrán andar, naturalmente, sobre todo, pero además podrán jugar, podrán divertirse, podrán estar haciendo nada si no quieren, podrán intercambiar económicamente en ese espacio, y entonces la actividad en ese espacio se multiplica por 1000. Como en todas las ocasiones en las que nosotros la hemos desarrollado. Y ya son unas cuantas.
Las Supermanzanas están aprobadas o diseñadas en varias ciudades españolas de diferente tipología, como en Vitoria-Gasteiz (ganadora del Premio European Green Capital 2012 y cuyo Plan de Movilidad y Espacio Público, basado en Supermanzanas, ha sido catalogado como Best Practice por Un-Habitat), A Coruña, Ferrol, Viladecans y El Prat y en diferentes distritos de Barcelona, como el 22@ y, por último, en Gràcia, donde las Supermanzanas han conseguido el Primer Premio Iniciativa BMW 2011 y han sido reconocidas como Good Practice por Un-Habitat en 2010.
El Nacimiento de las Supermanzanas
Bonnie Honnig, una ferviente defensora de la democracia radical, explora las sutilezas de las entidades públicas bajo el neoliberalismo en su último libro, «Public Things: Democracy in Disrepair» (2017). Según Honnig, la democracia requiere entidades públicas más allá de los votos. Sin espacios públicos perdurables, la democracia se convierte en un ideal inalcanzable.
Entra en escena Supermanzanas, una novedosa estructura organizativa urbana diseñada para abordar problemas de movilidad mientras mejora el espacio público para los peatones. Estas células urbanas, con medidas aproximadas de 400 por 400 metros, minimizan el tráfico motorizado y el estacionamiento en superficie, dándole máxima prioridad a los peatones. El tráfico motorizado se confina al perímetro, dejando las calles internas dedicadas a los peatones y, bajo condiciones específicas, a ciertos tipos de tráfico esencial como vehículos de residentes, servicios, emergencias, carga y descarga.
Una Solución Holística para Desafíos Urbanos
Supermanzanas emerge como una solución integrada, entrelazando urbanismo y planificación de movilidad con el objetivo principal de limitar la presencia de vehículos privados en espacios públicos. Esta priorización de los ciudadanos, ahora reducidos a simples peatones, forma la base para las diversas intervenciones que dan forma a las Supermanzanas: calles de sección única para accesibilidad universal, seguridad con un límite de velocidad de 10 km/h y desarrollo del potencial para mejorar la habitabilidad y comodidad en los espacios públicos.
En esencia, la implementación de Supermanzanas resulta en una mejora en la calidad urbana al tiempo que reduce el impacto ambiental. Eleva la calidad de vida de residentes y visitantes, fomentando la cohesión social y la actividad económica.
La Visión de Salvador Rueda
Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, un consorcio que involucra al ayuntamiento, la diputación y el área metropolitana, visualiza Supermanzanas como un instrumento capaz de mejorar la vida en ciudades de cualquier tipología sin necesidad de demoliciones o cambios extensos en la planificación urbana.
La Esencia de los Espacios Públicos
En una entrevista, Rueda enfatiza la importancia del espacio público para las ciudades, definiéndolo como la esencia que distingue una ciudad de una simple colección de casas. Argumenta que las ciudades se definen por espacios públicos, donde diversas actividades, desde el juego infantil hasta festividades, intercambio económico y manifestaciones políticas, dan forma a la vida de los ciudadanos. Sin embargo, las ciudades modernas enfrentan un desafío: los espacios públicos están cada vez más dominados por vehículos ruidosos, contaminantes y que ocupan espacio, limitando el potencial para diversas actividades.
Supermanzanas
Rueda presenta las Supermanzanas como nuevas células urbanas, cada una de aproximadamente 400 a 500 metros, donde la periferia funciona como vías básicas para un tránsito rápido, mientras que el interior se transforma en áreas con un límite de velocidad de 10 km/h. Estas zonas internas proporcionan espacios seguros para actividades como el juego infantil y permiten a personas ciegas desplazarse con seguridad. Al implementar Supermanzanas, una ciudad como Barcelona puede liberar el 70% del espacio actualmente ocupado por la motorización.
Recomendaciones para Ciudades en Crecimiento
Al abordar ciudades en crecimiento rápido en América Latina y el Caribe, Rueda aconseja a los alcaldes considerar Supermanzanas como una herramienta de desarrollo urbano transformadora. A diferencia de enfoques tradicionales que implican demoliciones, Supermanzanas permiten a las ciudades transformarse radicalmente sin perder un solo edificio. Los peatones dejan de ser simplemente caminantes; se convierten en ciudadanos activos participando en una miríada de actividades, multiplicando la vitalidad de los espacios públicos.
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