Actualizado el martes, 20 diciembre, 2022
En los últimos años, la sequía se ha apoderado de California, sus presas no llegan ni a la mitad de su capacidad, lo que repercute negativamente en diferentes sectores. Uno de ellos es la agricultura, debido a esto los precios de los vegetales se disparan en los supermercados.
Tras cuatro años de sequía continuada el gobernador del estado de California decidió aprobar, el pasado mes de abril, restricciones de agua obligatorias en todo el estado por primera vez en su historia. A la luz de esta situación desesperada también decidió probar otra solución usando unas curiosas bolas negras. ¿Cómo pueden estas bola ayudar a combatir la sequía?
Bolas negras para frenar la sequía
California decidió iniciar un curioso proyecto utilizando las denominadas “bolas de sombra o shade balls”. El objetivo del proyecto es no tan solo luchar contra la sequía sino también mejorar la calidad del agua que consumen los ciudadanos protegiéndola del polvo, la lluvia, los productos químicos, la vida silvestre… y sobre todo evitar que el agua se evapore. Se estima que con estas bolas se podría prevenir la evaporación de 1.135 millones de litros de agua cada año en el Embalse de Los Ángeles; según recoge el blog Ambientóloga.net en mención al periódico “The Guardian”, con esta cantidad se podría abastecer a 8.100 personas durante todo un año.
Para lograr dicho objetivo el embalse Van Norman –conocido como Embalse de los Ángeles- ha sido cubierto con 96 millones de pelotas de sombra “shade balls”. Las bolas han cubierto las 70 hectáreas del embalse que está situado en el barrio de Sylmar del Valle de San Fernando.
Las bolas miden 10 centímetros, son huecas y están coloreadas con un pigmento autorizado de color negro (denominado «carbón negro») para uso en plásticos alimentarios. Están fabricadas con polietileno de alta densidad, un material autorizado para entrar en contacto con el agua sin que presente ningún riesgo para la salud, ya que no desprende sustancias químicas. Su color negro persigue para prohibir que la luz solar incidir sobre el agua potable debido a que el contacto de la radiación ultravioleta con el cloro que se utiliza para purificar el agua puede sufrir una reacción química en la que se genera un compuesto llamado bromato, que perjudica a la salud.
Aunque, un artículo crítico publicado en LA Weekly bajo el nombre “Shade balls are a really stupid way to conserve water” («Las bolas de sombra son una idea estúpida para preservar el agua») apunta que la ciudad de Los Ángeles está usando estas bolas desde el año 2008, mucho antes de que la sequía empezara y no fueron precisamente diseñadas para prevenir la evaporación del agua. En realidad fueron diseñadas para impedir la formación de un carcinógeno denominado bromato.
El profesor Max Liboiron, dedicado al estudio de la contaminación marítima en el Memorial University of Newfoundland indica en un artículo que:
«El carbón negro de las bolas, en efecto, no es perjudicial para la salud cuando se filtra. Sin embargo, la mayoría de los plásticos filtran disruptores endocrinos químicos que interfieren con los sistemas de los animales y las hormonas humanas. Algunos los disruptores endocrinos, como el bisfenol A (BPA), se descomponen en el agua tras algunas semanas o meses. Algunos no lo hacen.
No sabemos qué productos químicos se encuentran en las bolas de sombra, pero con mucha probabilidad terminarán filtrándose, sobre todo porque las bolas están bajo el cálido sol y se prevé que estén en el agua durante un largo período de tiempo (los informes dicen que unos 10 años). La mayoría de los sistemas de tratamiento de agua no eliminan este tipo de productos químicos del agua.»
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