Actualizado el jueves, 6 junio, 2024
Responder a la pregunta «¿por qué ayudamos a los demás?» puede ser mucho más complejo y desafiante de lo que parece a simple vista.
Aunque sea tentador pensar que la bondad mueve naturalmente a los seres humanos hacia el prójimo, las motivaciones de altruismo -entendido como la tendencia de hacer el bien aún a costa del propio beneficio- no son una línea recta que va del buen corazón a la ayuda humanitaria. Al contrario, el camino está lleno de recodos sorprendentes.
Para algunos autores, el altruismo es un mito, la única motivación verdadera para hacer algo es, el propio bienestar.
De acuerdo con este enfoque, ver a alguien que sufre, nos genera sufrimiento, entonces ayudamos para aliviar el estrés que nos provoca el dolor ajeno. También podemos ayudar para sentirnos bien con nosotros mismos, para evitar alguna forma de castigo social o moral (ser tratados de egoístas, sentir culpa) o para gratificarnos con alguna recompensa.
En el pensamiento occidental, grandes figuras de la Psicología y la Filosofía han defendido el altruismo y han señalado que la fuente más frecuente de la conducta altruista es la reacción emocional al otro, cuando percibimos que necesita ayuda. Esta reacción ha recibido muchos nombres a lo largo de la historia: compasión, bondad, piedad y ternura , entre otros. Estos profesionales la llaman «interés empático».
«La parábola de la mantis»
Una oruga se encuentra dentro de un frasco de vidrio junto a una rama intentando escapar para lograr ser libre, se sube a través de la rama y por las paredes del frasco pero no lo logra, cayendo después de todos los intentos, siempre viendo la ventana abierta por donde quiere salir y el sol brilla hasta que entra un salta montes por la ventana y se pone junto al frasco, la imagen muestra que la oruga le pide ayuda para poder escapar el saltamontes rodea y toca el frasco y mediante señas le indica que la van a matar .
luego el saltamontes por despistado lo atrapan y le ponen en un frasco de vidrio con tapa, igual el intenta escapar pero no lo logra hasta que entra una mariposa por la ventana y se acerca al frasco y ve al saltamontes encerrado, vuela sobre el frasco y vuelve a salir por la ventana, el preocupado por que cerca del frasco se encontraba un afiche que mostraba a un saltamontes muerto por que un alfiler le atravesaba su cuerpo. la mariposa vuelve a llegar con compañía de unos seres que le ayudaron a abrir la tapa del frasco y el saltamontes quedo libre y como no tenía fuerza la mariposa le ayudó a salir.
Quienes tienen una mirada positiva del altruismo, no niegan que además del genuino interés por el prójimo las personas solidarias puedan ayudar para reducir su propio estrés frente al dolor, evitar el castigo y lograr reconocimiento.
Frente al sufrimiento, la ayuda no es la única respuesta: se puede huir de la situación o se puede suprimir el interés empático, aduciendo que no tenemos tiempo o que nos lo impiden los medios para ayudar al necesitado.
En diversas investigaciones, se observó que cuando el interés empático de las personas es bajo, el porcentaje de ayuda también lo es y escapar es más fácil que no hacerlo: si la situación no moviliza y huir es más fácil que arremangarse y hacer algo por el otro, entonces las personas eligen no ayudar.
Pero cuando el interés empático es alto, el porcentaje de ayuda es elevado, aún cuando salir de la situación resulte fácil; esto demuestra que hay personas que nos importan más que las recompensas o nuestro propio beneficio y que nos preocupamos sinceramente.
Es posible que el concepto de altruismo sea mucho más complejo de lo que suponemos, pero claramente el altruismo no es un mito. Es una realidad cuyo poder sólo estamos empezando a conocer.
Se ha demostrado que existen características de personalidad altruista que ayudan a las situaciones planificadas. Bierhoff, Klein y Kramp, en la década de los 90 llevaron a cabo un intento más amplio para identificar la personalidad altruista. Estas características de quienes están dispuestos a ayudar son:
- EMPATÍA: Capacidad de sentir lo que siente el otro. A mayor empatía, mayor ayuda.
- CREENCIA EN UN MUNDO JUSTO: El mundo es equitativo; el buen comportamiento se premia y el inadecuado, se castiga.
- SENTIDO DE RESPONSABILIDAD SOCIAL: Es un deber colaborar con otros.
- POCO EGOCENTRISMO: Estas personas piensan más en los demás que en sí mismos.
- NURTURANCE: Significa ser cuidadoso, capaz de «nutrir» espiritualmente.
Tal vez más allá de entender a quienes hacen de la contribución a otros una forma de vida, o en lugar de explorar sus motivaciones con modelos teóricos, solo haya que admirarlos y ¿por qué no?, sumarse a sus múltiples cruzadas solidarias.
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