Actualizado el viernes, 16 agosto, 2024
Es importante reconocer que algunos alimentos pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento de los niños. Aunque las reacciones pueden variar según el individuo, algunos alimentos que pueden causar cambios de humor o comportamientos agresivos en algunos niños incluyen:
- Alimentos con alto contenido de azúcar: Consumir grandes cantidades de azúcar, especialmente en forma de alimentos procesados y bebidas azucaradas, puede provocar picos y caídas en los niveles de azúcar en la sangre, lo que puede afectar el estado de ánimo y el comportamiento de los niños.
- Alimentos procesados y ultraprocesados: Los alimentos altamente procesados que contienen aditivos artificiales, colorantes y conservantes pueden tener un impacto negativo en el estado de ánimo y el comportamiento de los niños. Algunos estudios sugieren que ciertos aditivos alimentarios, como los colorantes artificiales, pueden estar asociados con un aumento en la hiperactividad y otros problemas de comportamiento en algunos niños.
- Alimentos ricos en grasas saturadas: Una dieta alta en grasas saturadas, como las que se encuentran en la comida rápida y los alimentos fritos, puede contribuir a la inflamación en el cuerpo y afectar la función cerebral, lo que puede influir en el estado de ánimo y el comportamiento.
- Alimentos con alto contenido de cafeína: Bebidas con cafeína como el café, el té y algunas bebidas energéticas pueden causar agitación, nerviosismo e irritabilidad en algunos niños, especialmente si consumen grandes cantidades de cafeína.
- Alimentos alergénicos: Para algunos niños, ciertos alimentos pueden desencadenar reacciones alérgicas que pueden afectar su estado de ánimo y comportamiento. Los alimentos más comunes que pueden desencadenar alergias alimentarias incluyen los cacahuetes, los lácteos, los huevos, el trigo, el pescado y los mariscos.
Es importante observar cómo reacciona su hijo a ciertos alimentos y mantener un diario de alimentos y síntomas si sospecha que ciertos alimentos pueden estar afectando su estado de ánimo o comportamiento. Siempre es recomendable hablar con un pediatra o un nutricionista si tiene inquietudes sobre la dieta de su hijo y su impacto en su salud mental y comportamiento.
Para consejos personalizados sobre tu salud y tu dieta, consulta siempre a un especialista en mibiotico.com
Nuestra recomendación: Valeria Hiraldo | Instagram: @microbiotasalud
🍽 Dietista Nutricionista especialista en Alimentación Evolutiva
🤰🏽 Especialista en programación de los primeros 1000 días
🦠 Máster en Microbiota, Probióticos y Prebióticos
👤 Máster en Psiconeuroinmunología Clínica
Alimentos que cambian el humor de los niños
En este mundo loco que hemos construido encontramos que en las zonas más empobrecidas del planeta los niños mueren de hambre, mientras que en las clases medias y pobres de los países desarrollados, sus problemas de salud derivan de la obesidad infantil. La obesidad también es un grave problema: recordemos que no solo se trata de una cuestión estética, sino que según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad causa la muerte de 2,9 millones de personas al año. Y quizás este sea el motivo de que cada vez sea “más caro” comer sano…
Mens sana in corpore sano, también en los más pequeños.
Muchas empresas nos quieren vender como «comida infantil»
alimentos que hacen daño a nuestros hijos.
A través de compartir impactantes historias de su proyecto anti-obesidad, Jamie Oliver (famoso por su lucha contra McDonalds y otras franquicias de comida rápida enfocadas a los niños) hace una propuesta para acabar con nuestra ignorancia sobre la comida:
Las alergias y la sensibilidad a ciertos alimentos también pueden jugar un papel importante en la conducta y el estado de ánimo de tu hijo. Durante los últimos años, hemos descuidado en exceso la alimentación de nuestros hijos por falta de información o autoengaño debido a que el ritmo frenético de la vida no nos permitía cuidar este aspecto de su desarrollo. Pero cada día, hay más información alertando de la importancia de comer sano desde pequeños.
El afamado chef inglés sigue la senda de la buena alimentación, ahora en una charla en TED donde enfatizó sobre la obesidad de miles de estadounidenses. El 10% del presupuesto anual de Estados Unidos se gasta en la obesidad y las enfermedades causadas por esta; familias completas que sufren de obesidad y ven cómo sus seres queridos pierden la vida por la mala alimentación.
Jamie nos invita a ver cómo se pueden cambiar las costumbres alimenticias americanas (que curiosamente hemos copiado en todos los países dejando de lado nuestras costumbres más sanas), en las cocinas de los hogares, en las escuelas o en los lugares de trabajo. Él quiere contribuir a crear ciudades más sanas provocando un cambio en la mentalidad de sus habitantes.
Oliver, chef activista radical, quién ha asumido una Guerra contra la industria de alimentos, nos advierte: estamos hablando de carnes que hubieran sido vendidas como alimento para perros y después de este proceso se les sirve a seres humanos. Aparte de la calidad de la carne, el hidróxido de amonio es dañino para la salud. Oliver lo denomina así: “El Proceso de la Porquería Rosa”.
¿Qué ser humano en su sano juicio pondría un trozo de carne empapada en hidróxido de amonio en la boca de un niño?
En otra de sus iniciativas Oliver demostró como se hacen los nuggets de pollo: Después de seleccionar las ‘mejores partes’, el resto: grasa, pellejos, cartílagos, vísceras, huesos, cabeza, patas, son sometidos a un licuado –separación mecánica- es el eufemismo que usan los ingenieros en alimentos, y después esa pasta rosada por la sangre, es desodorada, decolorada, reodorizada y repintada, capeadas en melcocha farinácea y frita, esto es re-hervido en aceites generalmente parcialmente hidrogenados, esto es, tóxicos.
En USA, Burger King y Taco Bell ya abandonaron el uso de amonio en sus productos. La industria de alimentos usa el hidróxido amonio como un agente anti-microbiano, lo que le ha permitido a McDonald’s usar en sus hamburguesas carne, de entrada no apta para consumo humano.
La industria ha creado una narrativa que, gracias a buenas campañas de marketing y a la ayuda de distintas fundaciones y organizaciones públicas y privadas, se ha ido repitiendo hasta que la sociedad la ha interiorizado. Los mensajes más utilizados han ido orientados a culpabilizar al individuo por tratarse de un problema de malos hábitos, de dieta desequilibrada y de falta de ejercicio.
Otro de los mensajes ha sido que “no hay alimentos buenos ni malos, todo depende del conjunto de la dieta”, y si esto no lo afirma Nutrexpa o Bimbo, sino una universidad de prestigio, tiene mucha más fuerza. De manera alineada, estas empresas logran lo que con seguridad no podrían alcanzar por separado. De hecho, la mayoría de las grandes empresas alimentarias que contribuyen con sus productos a la mala alimentación han conseguido ligar su imagen a la salud.
Para ello, la colaboración de la administración pública y las organizaciones médicas ha sido clave. Las empresas agroalimentarias saben que, en la batalla de la opinión pública, es esencial que sus argumentos estén respaldados por organismos, entidades o personas que suenen a científicos.
PERO NO ES EL ÚNICO ESPECIALISTA QUE HA LANZADO LA ALARMA
La doctora Stephanie Seneff ha denunciado que los alimentos genéticamente modificados (OGM) han disparado el número de enfermedades crónicas, así como las alergias alimentarias y otras dolencias como la diabetes, el alzhéimer, el párkinson, la esclerosis múltiple o el síndrome de colon irritable, entre muchos otros. Los últimos trabajos de esta científica del MIT ponen su foco en el autismo, una enfermedad cada vez más frecuente.
Según su estudio, el glifosato, componente principal del herbicida Roundup, es el principal causante de que estas enfermedades se hayan disparado de forma tan rápida, así como la intolerancia al gluten. El problema es que dicho herbicida es producido por Monsanto, el mayor fabricante mundial de semillas transgénicas y una de las multinacionales más poderosas del mundo.
Cómo la dieta influye en la depresión y la ansiedad
En estos días, no hace falta ser un experto para darse cuenta de que se avecina una crisis de salud mental. La mayoría de las personas tienen exceso de trabajo y estrés, e incluso antes de la pandemia mundial, la depresión, la ansiedad, el abuso de sustancias y el suicidio estaban en aumento.
Afortunadamente, uno de los lugares más fáciles de encontrar consuelo es en la mesa del comedor. Al igual que la salud física, su salud mental depende de obtener los nutrientes adecuados y, últimamente, innumerables estudios han demostrado un vínculo directo entre la dieta y el bienestar mental.
Desafortunadamente, encontrar los alimentos adecuados para usted puede ser un viaje confuso de selección de las últimas dietas de moda y superalimentos recomendados. Estas claves tienen como objetivo cortar la charla y mostrar cómo puede hacer pequeños cambios en su dieta para apoyar su salud mental.
Eat to Beat Depression and Anxiety es una mirada innovadora sobre cómo la nutrición puede influir en la salud mental. Basado en la información científica más reciente, brinda información sobre la conexión entre la mente y el intestino, la inflamación y el mantenimiento de su microbioma saludable.
La comida puede ayudarte a sobrellevar la depresión y la ansiedad
Durante mucho tiempo se pensó que el cerebro dejaba de crecer una vez que llegaba a la edad adulta. Sin embargo, investigaciones científicas recientes han demostrado que la neuroplasticidad de su cerebro, es decir, su capacidad para establecer nuevas conexiones, puede seguir aumentando a lo largo de su vida. Según el campo emergente de la psiquiatría nutricional, una dieta saludable es una forma fácil de promover la neuroplasticidad y, a su vez, aliviar los problemas de salud mental.
Durante la última década, se ha reconocido ampliamente que la comida es medicina. Y debido a que el cerebro consume el 20 por ciento de su ingesta calórica diaria, es lógico que los minerales, vitaminas, grasas y proteínas que ingiera afecten su funcionamiento. Comer es la forma más básica en la que puedes cuidar tu cuerpo todos los días, por lo que tiene sentido que cuides tu salud mental de la misma manera.
Es importante tener claro qué son exactamente la depresión y la ansiedad. Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales , la depresión se caracteriza típicamente por un estado de ánimo bajo, falta de energía y dificultad para concentrarse. A su vez, la ansiedad se manifiesta como una preocupación extrema, junto con irritabilidad y trastornos del sueño.
Existen medicamentos para tratar estos síntomas. Pero un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental encontró que dos tercios de los participantes no sintieron alivio con los antidepresivos. Se han observado resultados similares con los medicamentos contra la ansiedad. Por lo tanto, para vencer realmente la depresión y la ansiedad, se necesita un enfoque diferente, uno que ayude a controlar los síntomas a través de una combinación de terapia de conversación y ajustes en su dieta y hábitos de ejercicio.
Para empezar, el autor sugiere echar un vistazo a los beneficios de una dieta de estilo mediterráneo. Esta dieta, que consta principalmente de frutas, verduras, pescado, cereales integrales y grasas saludables, ayuda a reducir el colesterol y promueve la salud del corazón. ¡Pero hay más! También es compatible con la neuroplasticidad, combate la inflamación y ayuda a fomentar un microbioma saludable en su intestino.
En el transcurso de los siguientes consejos, profundizaremos en qué alimentos ricos en nutrientes en particular son los mejores para el cerebro. Como pronto se hará evidente, muchos de estos nutrientes esenciales tienden a venir como un paquete, por lo que hacer pequeños cambios no será tan difícil. Y si eres una de esas personas que odia la col rizada, no te preocupes, hay muchas otras opciones saludables para elegir.
Ya sea que tenga problemas con su salud mental o esté buscando un rendimiento cerebral óptimo, no se necesita mucho para comenzar. A diferencia de las dietas de moda, comer para vencer la depresión y la ansiedad no requiere que usted cambie toda su vida o que sobreviva con un plan de alimentación restrictivo. En su lugar, puede utilizar información respaldada por la ciencia para tomar sus propias decisiones acertadas. Recuerde, los grandes cambios provienen de pasos lentos y constantes.
Los cambios positivos en el estilo de vida ayudan a que su cerebro crezca mejor
La depresión y la ansiedad dificultan el cambio, ¿no es así? El autor relata cómo uno de sus pacientes, un joven llamado Pete, se sintió «atrapado en su lugar». Pete no solo había estado tomando medicamentos desde su adolescencia, sino que también provenía de una familia con antecedentes de depresión. Y como su depresión parecía genética, Pete se sintió desesperado.
Estudios recientes han encontrado que ciertos genes pueden aumentar sus posibilidades de depresión o ansiedad. Pero están lejos de ser el único factor en juego. De hecho, el campo de la epigenética muestra que, si bien nace con un determinado conjunto de genes, sus experiencias y elecciones de estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, funcionan para cambiar su genoma en respuesta a su entorno.
Una región del cerebro afectada por la depresión es el hipocampo, el centro de memoria del cerebro. Como parte de su sistema límbico, que gestiona las respuestas emocionales, puede verse afectado por trastornos del estado de ánimo. De hecho, los estudios han demostrado que el hipocampo en pacientes deprimidos es hasta un 20 por ciento más pequeño.
Curiosamente, sin embargo, el trabajo científico de UCLA mostró que el crecimiento del hipocampo en ratas podría ser provocado por neurotrofinas , proteínas que desarrollan neuronas que se encuentran en muchos alimentos, especialmente aquellos que contienen ácidos grasos omega-3. Después de ver los resultados de UCLA, Felice Jacka, científica de la Universidad Deakin de Australia, realizó un estudio que demuestra que las personas que comían de manera más saludable tenían un mayor volumen del hipocampo.
Otra forma de ayudar a mantener la salud del cerebro es reducir la inflamación. La inflamación no es mala en sí misma, es solo la respuesta inmune del cuerpo. Pero el estrés crónico, las toxinas y los desequilibrios hormonales pueden conducir a una sobreabundancia de moléculas inflamatorias, lo que interrumpe la actividad neuronal y contribuye a la depresión.
Si bien la inflamación es causada por muchos factores como el tabaquismo y el estrés crónico, otro gran culpable es la dieta occidental, que está llena de carbohidratos, grasas trans y carnes procesadas. Por el contrario, puede ayudar a sus células a responder a la inflamación crónica llenando su plato con frutas y verduras coloridas, mariscos y alimentos ricos en magnesio como el aguacate y el chocolate amargo.
Lo que es todo para decir, ¡no es inútil y nunca estás atascado! Basta con mirar a Pete, el paciente del autor. Comenzó a sustituir los alimentos procesados por mariscos y verduras de hoja verde y, en unos pocos meses, pudo levantar el ánimo y reducir la dosis de sus medicamentos.
Un intestino sano es fundamental para tener una mente sana
¿Alguna vez ha sentido una ola de decepción? Si es así, es probable que lo haya sentido en lo más profundo de su estómago. Y hay una razón para eso. La «reacción instintiva» es más que una simple expresión. De hecho, su intestino es increíblemente importante en su funcionamiento diario.
Eso es porque las muchas neuronas en su intestino están constantemente enviando mensajes a su cerebro, por ejemplo, haciéndole saber que ha comido lo suficiente. Sin embargo, cuando el tracto gastrointestinal o GI no funciona bien, la comunicación entre el intestino y el cerebro también se ve afectada. Y los estudios en animales han demostrado que la función limitada del tracto gastrointestinal conduce a niveles más altos de estrés y miedo, así como a problemas cognitivos. Estos síntomas son familiares para cualquier persona que haya sufrido ansiedad o depresión.
Para mantener saludable su tracto gastrointestinal, necesita mantener un microbioma saludable : los billones de microorganismos que viven en su intestino. Eso puede sonar un poco asqueroso, pero las bacterias en su intestino realmente quieren que se mantenga saludable; después de todo, no pueden sobrevivir sin usted. Y no solo obtienen un viaje gratis; ayudan a sintetizar nutrientes y descomponer los alimentos. Sin ellos, no podría estar completamente nutrido.
En la década de 1960, los investigadores establecieron la conexión entre el estado de ánimo y las bacterias intestinales cuando comenzaron a utilizar ratones libres de gérmenes en sus estudios. Estos ratones, que literalmente no tenían bacterias en sus sistemas, estaban físicamente sanos, pero también tenían problemas para responder a situaciones estresantes, como ser trasladados a un hábitat desconocido.
Los mismos problemas se observaron en humanos. Un estudio realizado por el Hospital Metodista de Houston analizó a pacientes que padecían depresión y ansiedad severas. Descubrió que aquellos con un microbioma menos diverso tenían síntomas más graves, mientras que aquellos con bacterias más diversas en realidad vieron que sus síntomas disminuían más rápidamente.
Para promover la diversidad en su microbioma, intente comenzar con probióticos. En un estudio realizado por John Cryan, neurocientífico de University College Cork, los participantes que tomaron probióticos durante un mes tuvieron menos respuestas de ansiedad y estrés. Sin embargo, los probióticos no funcionan igual para todos, lo que los hace complicados. Y, por supuesto, algunas personas tienen dietas llenas de alimentos altamente procesados, que anulan los efectos de los probióticos.
Es por eso que la mejor manera de mantener diverso su microbioma es alimentar a los insectos buenos con mucha fibra, así como alimentos fermentados como el kéfir y el chucrut.
Para estar saludable, busque esos alimentos sanos que le gusten comer
Comer para vencer la depresión no significa depender de algún “superalimento” milagroso o seguir estrictamente una dieta restrictiva. En cambio, el autor agrupa los alimentos ricos en nutrientes y saludables para el cerebro en categorías, lo que facilita su incorporación a la dieta.
Las categorías también son flexibles; Ya sea que sea vegano, siga una dieta cetogénica o simplemente sea quisquilloso con la comida, puede usarlos como guía. Y no hay necesidad de obsesionarse con qué alimentos son óptimamente nutritivos. Simplemente elija aquellos que le gusten comer y obtendrá todos los nutrientes que necesita.
La primera categoría son las verduras de hoja , que incluyen col rizada, espinaca, rúcula, berza, hojas de remolacha y acelgas. Estos alimentos no solo son increíblemente ricos en nutrientes, sino que también son versátiles: puede disfrutarlos en ensaladas, salteados, pestos o batidos.
La siguiente categoría es colorida: frutas y verduras arcoíris , como tomates, pimientos, brócoli, coliflor, berenjena, col lombarda y bayas. Los aguacates son especialmente importantes aquí, ya que están llenos de grasas saludables, fibra y potasio.
La categoría de mariscos puede ser complicada para algunas personas, pero está tan repleta de ácidos grasos omega-3 que vale la pena explorarla. Hay una gran variedad de opciones, desde pescado blanco y salmón hasta sardinas y ostras, por lo que es probable que encuentre algo que le guste.
Las nueces y las semillas son una categoría más fácil de incorporar, ya que son muy buenas para picar. También son excelentes con batidos y ensaladas.
Cuando se trata de la categoría de carne , busque animales alimentados con pasto. No solo es mejor para el medio ambiente, sino que también tiene menos calorías y más nutrientes. Luego están los huevos y los lácteos . Los huevos son otra buena fuente de proteínas: ricos en nutrientes, versátiles y asequibles. Los lácteos no son estrictamente necesarios, pero el yogur y el kéfir, que se fermentan, tienen muchas bacterias buenas, calcio y proteínas. Si realmente no te gustan los lácteos, puedes darle a tu intestino más de esos insectos buenos comiendo alimentos fermentados como chucrut, miso o kimchi.
La última categoría es el chocolate amargo . No solo es delicioso, sino que un estudio en la Encuesta Nacional de Examen y Salud mostró que comer grandes cantidades reduce en gran medida los síntomas de la depresión.
La única «forma correcta» de hacer las cosas es la forma adecuada para usted
Es hora de reconocer lo obvio: cambiar su dieta es realmente difícil. Para empezar, las fuentes en línea brindan una tonelada de información contradictoria, y examinarla puede ser una pesadilla. Además, el mensaje que todas estas dietas parecen transmitir es que estás comiendo mal . Si sufre de depresión o ansiedad, ese tipo de mensaje no inspira exactamente.
También hay muchas ideas obsoletas. Por ejemplo, una de las pacientes de la autora comió mucha lechuga iceberg, que básicamente no tiene nutrientes, porque vio su cintura delgada como un signo de salud. La paciente había aprendido esta sabiduría de su madre, pero, claramente, ya no le estaba sirviendo.
Antes de continuar, tómese unos minutos para recordar por qué está haciendo este viaje en primer lugar. Pregúntese: ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué me interesó en este tema para empezar? Escriba sus principales preocupaciones de salud mental y luego pregúntese si está listo para hacer algunos cambios.
En segundo lugar, considere su relación con la comida. ¿Limpiaste tu plato cuando eras niño? ¿O te llenó de vergüenza comer? Escribe en un diario tu historia y tus hábitos en torno a la comida, haciendo preguntas como: ¿Mi familia comía junta ?, ¿Qué alimentos comía cuando era joven? Y ¿Preferiría comer fuera que cocinar? Explorar sus hábitos alimenticios lo ayudará a identificar tanto los desafíos como las oportunidades de crecimiento.
Una vez que haya considerado su motivación, puede comenzar a dar los pequeños pasos que conducirán a grandes cambios con el tiempo. Al establecer y lograr pequeñas metas, estará más inspirado para lidiar con la curva de aprendizaje que seguramente encontrará. En medio de la depresión y la ansiedad, a menudo nos olvidamos de ser amables con nosotros mismos. Así que cada vez que agregue un alimento nuevo a su dieta o aprenda a cocinar un plato nuevo, ¡deténgase y celebre!
Recuerde, este no es un plan de dieta restrictivo en el que estará relegado a comer solo espinacas todo el tiempo. Se trata de encontrar alimentos que realmente disfrutes y descubrir nuevas fuerzas en ti mismo, o tal vez el hecho de que realmente te gustan las espinacas. Cíñete a objetivos factibles y, con el tiempo, observa cómo tus pequeñas ganancias se suman a un cambio duradero y a un mejor estado de ánimo.
¿Cómo es la cocina de una persona sana?
Ahora que se ha preparado mentalmente para comer de forma más saludable, es hora de empezar a cocinar.
¡Pero espera! ¿Tienes todos los ingredientes que necesitas? ¿Es su cocina una estación de trabajo completamente equipada o es solo la habitación donde se encuentra su microondas? Y, lo que es más importante, ¿sabes siquiera cocinar? Si respondió no a alguna de estas preguntas, no se preocupe. Recuerde, este es un proceso lento y suave. No hay necesidad de sentirse intimidado, y definitivamente no está solo.
Ya ha hecho mucho trabajo mental para prepararse para su nuevo estilo de vida; configurar su cocina es simple en comparación. ¡Así que no dejes que este importante paso final te detenga!
Primero, haga un balance de su cocina actual. ¿Cuáles son sus herramientas de uso y qué utensilios tiene a mano? ¿Qué tipo de comida tienes siempre a mano? Ah, sí, ¿y cómo está tu especiero? Al descubrir lo que ya tiene y desechar lo que no necesita, está dando el primer paso hacia la creación de un espacio inspirador para cocinar.
No necesita muchos electrodomésticos o herramientas especiales para mantener una cocina práctica y cocinar alimentos deliciosos. De hecho, su juego de herramientas básico comienza con un buen cuchillo, una tabla de cortar, un colador de metal (ideal para lavar verduras y colar pasta), una cacerola y una sartén. Eso es. En realidad. A medida que tenga más confianza en sus habilidades culinarias, terminará agregando más herramientas a medida que las necesite.
Luego, revise su despensa y reemplace los alimentos procesados con alimentos básicos densos en nutrientes, granos integrales y deliciosas especias. También trate de tener a mano una variedad de grasas para cocinar, como aceite de oliva, mantequilla de animales alimentados con pasto y aceite de coco. Asegúrese de cocinar a fuego lento para que todos esos nutrientes se conserven y se absorban en la grasa.
Por último, es importante intentar planificar sus comidas con anticipación. Eso es porque a veces, especialmente en medio de la depresión, decidir qué cocinar puede ser abrumador. Así que intente cocinar una gran comida para comer durante un par de días. Y recuerde que los atajos no tienen nada de malo: ¡obtenga comida para llevar si realmente le apetece! Solo busque opciones saludables.
Este proceso ocurre lentamente, bocado a bocado. Una vez que se haya preparado para tener éxito, todo lo que realmente necesita es la voluntad de comprometerse.
Agrega algunos frutos secos a tu dieta mediterránea.
Comer nueces aumenta significativamente sus niveles de factor neurotrófico derivado del cerebro, o BDNF, una de las proteínas más potentes de su cuerpo. El BDNF ayuda a que su cerebro desarrolle nuevas células y se mantenga adaptable hasta la edad adulta, y también protege contra las toxinas que resultan del estrés crónico.
✅ Y una recomendación adicional: estos son los mejores probióticos y prebióticos según las recomendaciones con evidencia científica de mibiotico.com
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