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¿Por qué los niños (y los adultos) deberían ir descalzos más a menudo? 1

¿Por qué los niños (y los adultos) deberían ir descalzos más a menudo?

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Actualizado el martes, 4 abril, 2023

Nuestros antepasados caminaban descalzos, pero poco a poco los zapatos se convirtieron en un complemento imprescindible, no solo para proteger nuestros pies sino también como símbolo de estatus social y señal de identidad. De hecho, han calado tan profundo en nuestra cultura que incluso les ponemos zapatos a los bebés, aunque en realidad no los necesitan e incluso podrían dañar el desarrollo natural de sus pies.

Andar descalzo es una parte esencial de la infancia. Permite a los niños explorar su entorno y desarrollar un sentido del equilibrio y la coordinación. Pero los beneficios de andar descalzo no terminan ahí: los adultos también pueden beneficiarse de andar descalzos con más frecuencia. Andar descalzo puede ayudar a reducir el estrés, mejorar la postura e incluso fortalecer el sistema inmunológico. En este artículo, discutiremos por qué es importante que tanto los niños como los adultos anden descalzos con más frecuencia.

Dejar que los niños anden descalzos es muy beneficioso

Caminar descalzo ayuda a los niños a conectarse con su entorno y desarrollar un mejor sentido del equilibrio y la coordinación. También tiene muchos beneficios físicos y psicológicos, como una mejor salud cardiovascular, músculos más fuertes, mayor flexibilidad, mejor postura y reducción del estrés. Además, caminar descalzo puede ayudar a los niños a aprender más sobre el mundo que les rodea al sentir diferentes texturas en el suelo. Permitir que los niños caminen descalzos es una parte importante de su desarrollo que no debe pasarse por alto.

Muchos padres no les permiten a sus hijos andar descalzos, sobre todo fuera de casa. Temen que se hagan daño, se produzcan una herida o estén en contacto directo con gérmenes que puedan enfermarles. Sin embargo, en los últimos tiempos se han levantado varias voces en contra de esta limitación y a favor de dejar que los niños anden descalzos.

Foto: Alicia Zinn
Recientemente se han levantado varias voces en contra de esta limitación y a favor de dejar que los niños anden descalzos. Foto: Alicia Zinn

De hecho, los padres deben saber que cuando los zapatos no son adecuados (y casi nunca lo son), afectan el crecimiento del pie infantil. El calzado evita que los dedos crezcan todo lo que deberían para cumplir sus funciones de equilibrio y movimiento flexible de la pisada, lo cual puede dar lugar más tarde a lesiones en las piernas.

Al contrario, andar descalzos es muy beneficioso para los niños. Una de sus principales ventajas es que fortalece los pies y las piernas, permitiendo un mayor equilibrio y, por ende, existe un menor riesgo de caídas y lesiones.

Esta práctica también mejora la propiocepción, es decir, el sentido de la posición del cuerpo, algo que los niños aún deben desarrollar. De hecho, los nervios de los pies son muy sensibles (la planta del pie cuenta con más de 200.000 terminaciones nerviosas), precisamente porque tienen la función de indicar dónde es seguro pisar y dónde no.

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Los nervios de los pies son muy sensibles porque tienen la función de indicar dónde es seguro pisar y dónde no.

Esas mismas terminaciones nerviosas hacen que los niños disfruten enormemente de la experiencia de andar descalzos sobre diferentes texturas, como la arena de la playa o la hierba húmeda. Esas sensaciones también estimulan el desarrollo del cerebro infantil, por lo que son una de las técnicas más naturales y sencillas de neuroestimulación.

Los adultos también deberíamos andar descalzos

Si corres descalzo, podrías terminar la carrera teniendo una memoria mejor, o al menos eso indica un estudio realizado en la Universidad del Norte de Florida y publicado en la revista Perceptual and Motor Skills. Estos investigadores reclutaron a 72 personas de entre 18 y 44 años y les entrenaron para que aprendieran a correr descalzos, a su propio ritmo durante 16 minutos.

Los participantes  se sometieron a diferentes pruebas neurocognitivas, antes y después del entrenamiento. Los resultados mostraron un incremento del 16% en la memoria de trabajo. Sin embargo, las personas que corrieron con zapatillas no mostraron esa mejoría. Los investigadores explican que al correr descalzos estamos obligados a prestarle mayor atención al terreno, por lo que esta actividad demanda una mayor concentración mental y, por supuesto, el uso de la memoria de trabajo.

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Andar descalzos fomenta la neuroplasticidad, un componente fundamental del aprendizaje, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.

Sin embargo, esa no es la única razón. La estimulación que recibimos al andar descalzos fomenta la neuroplasticidad, un componente fundamental del aprendizaje, el pensamiento crítico y la resolución de problemas en todas las etapas de la vida. De hecho, caminar descalzos es una de las técnicas de estimulación que se utiliza en las terapias con personas que han sufrido trastornos cerebrales como el ictus o padecen patologías neurodegenerativas como el Alzheimer.

Por si fuera poco, la costumbre de andar descalzos también potencia una actitud mindfulness. Esta experiencia nos permite recibir una mayor cantidad de estímulos del medio, los cuales también llegan a través de los receptores nerviosos que se encuentran en la planta del pie, por lo que nos incita a estar plenamente presentes. Por eso, siempre que puedas, descálzate y disfruta del contacto con el suelo.


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