Actualizado el sábado, 3 abril, 2021
Lynn Johnston dijo “una disculpa es el pegamento de la vida, puede reparar casi cualquier cosa”.
Y no andaba desacertado, siempre y cuando sepamos disculparnos sinceramente, desde el corazón. Una disculpa mal dada puede generar el efecto contrario y dañar aún más la relación, añadiendo sal sobre la herida abierta. De hecho, disculparse es un arte que debemos aprender.
Los ingredientes de una disculpa perfecta
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Rotterdam School of Management demostró que sobrestimamos el impacto de una disculpa. En el experimento todo estaba organizado para que uno de los participantes traicionara al otro. Algunas víctimas recibían una disculpa de la persona que había traicionado su confianza y otras simplemente debían imaginar que esa persona se disculpaba.
Asombrosamente, quienes recibieron la disculpa calificaron su eficacia en 3,5 puntos mientras que quienes imaginaron la disculpa le dieron una puntuación de 5,3 puntos.
Por supuesto, esto no significa que las disculpas sean ineficaces y que debamos prescindir de ellas, sino que a menudo no somos capaces de disculparnos adecuadamente y empeoramos la situación.
El problema es que el acto de disculparnos nos hace sentir incómodos porque equivale a profundizar en nuestras equivocaciones, lo cual puede generar a su vez una sensación de vulnerabilidad e incompetencia. Y esas sensaciones pueden hacer que nuestras disculpas sean torpes.
Afortunadamente, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Stanford reveló los ingredientes que debe tener una disculpa perfecta. Básicamente debemos dejar claro que:
1. Entendemos en qué nos hemos equivocado.
2. Asumimos la responsabilidad de nuestras acciones.
3. Tenemos un plan para solucionar las cosas.
4. Prometemos reaccionar mejor en el futuro.
En PsychCentral han recogido estas ideas para crear el método PANDA, que nos permitirá disculparnos de manera eficaz y positiva.
¿Cómo disculparse de manera auténtica y eficaz? La clave está en PANDA
P: Promete que nunca volverá a suceder
Hay errores que dañan la confianza que la persona ha puesto en ti. Para recuperarla es importante que esa persona sepa que en el futuro puede contar contigo porque no te comportarás de la misma manera. Dile lo que sientes y promete que no volverás a cometer la misma equivocación. Una simple frase como “me he sentido fatal por lo que hice, te prometo que no volverá a suceder”, puede bastar.
A: Admite que te equivocaste
Si quieres que una disculpa suene sincera, madura y sea bien recibida, es fundamental que vuelvas sobre tus pasos y describas el momento en el que te equivocaste. Reconocer tu error generará empatía en la otra persona y hará que sea más propensa a perdonarte. No digas frases generales como “discúlpame si algo de lo que he dicho o hecho te ha molestado”. Sé preciso y reconoce tu equivocación.
“Nunca arruines unas disculpas con excusas”. —Kimberly Johnson
N: No des excusas
Este es el paso en el que suelen fallar la mayoría de las personas ya que, en vez de limitarse a reconocer su error, suelen añadir una excusa a su comportamiento, lo cual genera la sensación de que no sientes realmente lo ocurrido. Es probable que tengas buenos atenuantes a tu favor, pero en el mismo momento en que comiences a mencionarlos la otra persona pensará que estás intentando evadir tu responsabilidad. Por tanto, evita recurrir a las excusas y a frases como “lo siento, pero…” o “es cierto que me equivoqué, pero tú…” o parecerá que te estás justificando o que quieres desviar la culpa.
D: Describe cómo reaccionarías ante una situación similar la próxima vez
Para brindar una disculpa auténtica tienes que reconocer que, si volvieras a encontrarte en las mismas circunstancias, no actuarías de esa manera. Debes dejar entrever que has cambiado y madurado, que has reflexionado sobre el error que has cometido y has aprendido la lección. Por tanto, explica cómo reaccionarías en una situación similar la próxima vez. Así le mostrarás a esa persona que estás preparado para responder de manera diferente y más asertiva.
“Las acciones correctas en el futuro son las mejores son las mejores disculpas por las malas acciones del pasado”. —Tryon Edwards
A: Actúa según tu promesa
Las palabras no tienen sentido a menos que se reflejen en acciones concretas. Aprovecha cualquier oportunidad para compensar a la persona que has dañado, herido o lastimado. Hay errores que no se pueden deshacer, pero al menos puedes intentar atenuar sus consecuencias. Recuerda que el perdón lleva tiempo, voluntad, compromiso y paciencia de ambas partes. Si la otra persona ve que te mantienes fiel a tu promesa, te concederá un perdón auténtico que podrá sanar las heridas de la relación.
¿Estás listo para poner el método PANDA en práctica?
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