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El Estudio de Harvard que Revela la Importancia de Tener «Amigos Inútiles» para Ser Feliz

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Actualizado el viernes, 4 abril, 2025

¿Qué es lo que realmente nos hace felices? ¿El éxito profesional? ¿El dinero? ¿Los logros personales? Durante más de 85 años, el estudio más largo sobre la felicidad de la Universidad de Harvard ha tratado de responder a esta pregunta. La conclusión es clara y sorprendente: las relaciones humanas son la clave de una vida plena y feliz. Y dentro de esas relaciones, hay un tipo de amistad que puede parecer inútil, pero que resulta esencial: la de los «amigos inútiles».

¿Quién diría que tener «amigos inútiles» podría ser la clave de la felicidad? Pues, según un estudio de Harvard que parece más una broma de un comediante, resulta que esos amigos que no hacen nada útil en la vida son los verdaderos héroes de nuestra felicidad.

Imagina a ese amigo que siempre llega tarde a las reuniones, se olvida de tu cumpleaños y nunca sabe qué pedir en el restaurante. ¡Ese es el campeón! Su capacidad para hacerte reír con sus meteduras de pata y su talento para convertir cualquier situación en un desastre hilarante son lo que realmente necesitas. Los amigos inútiles son como una especie en peligro de extinción: raros, pero absolutamente necesarios.

Así que la próxima vez que te sientas frustrado porque tu amigo no puede encontrar su teléfono (que está en su mano), recuerda: ¡estás cultivando tu felicidad! Después de todo, ¿quién necesita un grupo de amigos organizados cuando puedes tener a alguien con quien compartir risas y anécdotas locas? En el fondo, esos «amigos inútiles» son los mejores terapeutas del mundo. ¡Salud por ellos!

Cuando pensamos en las relaciones que construimos a lo largo de la vida, solemos valorar aquellas que nos aportan algo útil: contactos profesionales, apoyo en momentos difíciles o alianzas estratégicas. Sin embargo, un reciente estudio de Harvard sobre los «amigos inútiles» ha revelado que, paradójicamente, los amigos que no nos aportan nada tangible son los más valiosos para alcanzar la felicidad.

Infografía de las amistades inutiles
Infografía de las amistades inutiles

¿Qué son los «amigos inútiles»?

El término puede sonar despectivo, pero en realidad encierra un concepto profundamente humano. Los «amigos inútiles» son aquellas personas con las que mantenemos una relación desinteresada, sin esperar favores, beneficios económicos ni ventajas profesionales. Son amigos con quienes compartimos risas, anécdotas y momentos que no persiguen ningún objetivo más que disfrutar de la compañía mutua.

Según Arthur C. Brooks, catedrático de la Universidad de Harvard, este tipo de amistades son esenciales porque nos recuerdan que el valor de las relaciones humanas no está en la utilidad, sino en el afecto genuino.

La felicidad se mide en momentos absurdos con amigos que no te abren puertas, pero te abren el corazón.
La felicidad se mide en momentos absurdos con amigos que no te abren puertas, pero te abren el corazón.

¿Qué dice el estudio de Harvard sobre los amigos inútiles?

Brooks explica que la clave de la felicidad a largo plazo no está en el éxito profesional ni en la acumulación de bienes materiales, sino en la calidad de nuestras relaciones personales. En su investigación, destaca que las personas que priorizan las amistades auténticas —aquellas sin intereses de por medio— son más felices y presentan mejor salud mental y emocional.

En palabras del propio Brooks:

«Al final de la vida, lo único que realmente importa son las personas que te aman y a quienes amas. Si no tienes eso, no tienes nada.»

El estudio de Harvard sobre los amigos inútiles también señala que en una sociedad cada vez más individualista y competitiva, cultivar este tipo de vínculos se convierte en un acto de resistencia contra la soledad y la alienación.

¿Por qué los amigos inútiles nos hacen más felices?

La respuesta es sencilla: porque son relaciones sinceras. Con los amigos inútiles no tenemos que demostrar nada ni cumplir expectativas. Estas amistades nos permiten ser nosotros mismos, sin máscaras ni estrategias. Nos reconectan con lo más básico y necesario de la vida: la risa, la complicidad y el simple placer de compartir momentos.

Cómo identificar y valorar a tus «amigos inútiles»

Quizá ya los tienes y no te habías dado cuenta. Son esos amigos con los que no hablas de trabajo, ni de proyectos, ni de dinero. Con ellos hablas de todo y de nada, y aún así, siempre te hacen sentir mejor.

Valorar a estos amigos implica dedicarles tiempo, cuidarlos y entender que, aunque no aporten nada «útil», son los que más aportan a tu bienestar.

Rodéate de amigos inútiles y serás más feliz

El estudio de Harvard sobre los amigos inútiles nos recuerda algo fundamental: la felicidad no se mide por lo que conseguimos, sino por las personas con las que compartimos el camino.

Así que la próxima vez que pienses en qué te aporta alguien, recuerda que, a veces, lo mejor que puede aportar un amigo es absolutamente nada. Y eso, en realidad, lo es todo.

La trampa de las relaciones por interés

En la edad adulta, muchas de nuestras interacciones diarias están condicionadas por intereses cruzados: compañeros de trabajo, socios, contactos profesionales. Son vínculos útiles, sí, pero a menudo cargados de expectativas y obligaciones.

Por eso, los momentos en los que estamos con alguien que no espera nada de nosotros —y nosotros tampoco de esa persona— se convierten en un refugio emocional. Ahí desaparecen la presión y la autoexigencia, y podemos descansar en la simpleza de estar juntos.

La paradoja de la inutilidad que sostiene la felicidad

Puede parecer una contradicción, pero es real: lo que no sirve para nada, muchas veces es lo que más necesitamos. Los amigos inútiles funcionan como un recordatorio de que nuestra vida no puede reducirse a tareas, metas y productividad.

Reírnos de algo absurdo, compartir un silencio cómodo o recordar anécdotas sin importancia es lo que, a la larga, protege nuestra salud mental y nos conecta con lo más básico: el placer de compartir la vida con otros.

Rodéate de personas que no te sirvan… y cuídalas

En un mundo obsesionado con la eficiencia y el rendimiento, permitirte disfrutar de estos espacios sin utilidad es casi un acto de rebeldía. Pero también es un acto de autocuidado.

Busca esos amigos con los que no hay que rendir cuentas ni buscar resultados. No hace falta que solucionen tus problemas, ni tú los suyos. Basta con que estén ahí. Porque esas son las relaciones que, según Harvard, te sostendrán cuando más lo necesites.

Los estudios de Harvard sobre la felicidad y la importancia de la amistad

Desde hace más de 85 años, la Universidad de Harvard lidera uno de los estudios más completos y duraderos sobre la felicidad humana. Los resultados de esta investigación son claros: las relaciones humanas y, en especial, la amistad, son el factor más determinante para llevar una vida plena y feliz.

El «Harvard Study of Adult Development» comenzó en 1938 y ha seguido la vida de más de 700 personas y sus familias durante varias generaciones. Los hallazgos concluyen que ni la fama, ni el dinero, ni el éxito profesional aportan tanta felicidad y salud como la calidad de nuestras relaciones afectivas.

La amistad como fuente de bienestar

La amistad genuina es una de las fuentes más poderosas de felicidad. Nos aporta apoyo emocional, seguridad y momentos de alegría compartida. Las personas que disfrutan de vínculos sólidos presentan menos riesgos de enfermedades, viven más años y desarrollan una mayor capacidad de resiliencia ante las dificultades.

En este sentido, conceptos como «abrazo tántrico» simbolizan la importancia del contacto físico y la conexión íntima que fortalece los lazos entre personas. No se trata solo de romanticismo, sino de aprender a estar presente y cultivar la escucha activa y el afecto sincero.

Frases y enseñanzas que nos recuerdan el valor de la amistad y el amor

A lo largo de la historia, pensadores y artistas también han reflexionado sobre el papel de la amistad y el amor en la búsqueda de la felicidad. Como decía Víctor Hugo: “La suprema felicidad de la vida es la convicción de ser amado por lo que uno es”. O las sabias palabras de José Saramago: “La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva”, recordándonos que los vínculos humanos son más valiosos que cualquier logro pasajero.

Alan Watts, otro gran pensador, nos animaba a fluir con la vida y disfrutar del presente, con su célebre frase: “Be water, my friend”. Un recordatorio de que la felicidad no se encuentra en la resistencia ni en la búsqueda desesperada de éxito, sino en la capacidad de adaptarnos y disfrutar de las pequeñas cosas.

Del mismo modo, el proverbio de la Divina Comedia de Dante Alighieri: “El amor mueve el sol y las demás estrellas” nos recuerda que el amor, en sus múltiples formas, es el motor de la existencia humana.

¿Qué nos enseña la ciencia y la sabiduría popular?

El estudio de Harvard coincide con otras investigaciones como el efecto Forer, que nos advierte sobre cómo tendemos a sentirnos identificados con afirmaciones vagas sobre nuestra personalidad. Esto refuerza la importancia de los vínculos reales y auténticos por encima de las ilusiones o las proyecciones.

Algunas corrientes de la psicología actual también trabajan el desapego amoroso y el apego ansioso, mostrando cómo las relaciones poco saludables o basadas en la dependencia no aportan felicidad real. De ahí que trabajar nuestra capacidad para cultivar amistades sanas y sinceras sea fundamental.

Frases como las de Félix Rodríguez de la Fuente, nos invitan a reconectar con la naturaleza y con lo esencial: “La amistad y la lealtad son los valores más puros del ser humano”.

O reflexiones de Miguel de Unamuno sobre la importancia de la autenticidad: “La verdadera alegría nace de la superación de uno mismo y la cercanía de los otros”.

Claves prácticas para fortalecer tus relaciones y aumentar la felicidad

Los estudios de Harvard y la sabiduría recogida en frases y enseñanzas nos dejan algunas claves claras:

Invierte tiempo en tus amigos y familia: No se trata de la cantidad de amigos, sino de la calidad de los vínculos.

Practica la empatía y la escucha activa: Como decía San Benito, “Escucha, hijo, las enseñanzas del maestro e inclina el oído de tu corazón”.

Aprecia la belleza de lo cotidiano: En palabras de los proverbios egipcios: “La felicidad no es una estación de llegada, sino una forma de viajar”.

Celebra los momentos de ocio y entretenimiento: Buscar espacios de disfrute y risa juntos fortalece los lazos. Desde leer un buen libro como «Green Book» hasta navegar por páginas de entretenimiento o compartir un comic sobre el bullying que invite a la reflexión y al diálogo.

Conclusión

La mayor lección del estudio de Harvard y de siglos de reflexión filosófica es sencilla y poderosa: la felicidad está en la calidad de nuestras relaciones. La amistad sincera, el amor sin máscaras y el tiempo compartido son la verdadera riqueza de la vida.

Así que la próxima vez que sientas que todo te sale mal, recuerda esta frase: “Cuántas cosas maravillosas hay en tu interior”. La amistad, el afecto y la conexión humana están más cerca de lo que crees. Y como bien decía Richard Wiseman en su estudio sobre la suerte: “Las personas afortunadas son aquellas que cultivan relaciones sólidas y saben ver las oportunidades en cada encuentro”.


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