Actualizado el lunes, 27 febrero, 2023
¿Tu actitud ante la vida es «proactiva» o «reactiva»?
¿Eres una persona reactiva o proactiva a la hora de realizar apuestas deportivas? ¿Espera la oportunidad adecuada para hacer su apuesta o toma la iniciativa y hace la apuesta antes de que suceda?
Ser una persona reactiva o proactiva cuando se trata de apuestas deportivas es un factor importante para decidir qué tan exitoso será en esta actividad. Las personas reactivas tienden a esperar la oportunidad adecuada y hacen sus apuestas después de haber investigado. Por otro lado, las personas proactivas toman la iniciativa y hacen sus apuestas antes de conocer todos los detalles. Ambos enfoques pueden ser rentables, pero uno puede ser más adecuado para su situación particular.
Hay dos tipos de persona: los que dirigen su vida y a los que se la dirigen. Una persona que dirige su vida sabe lo que quiere y trabaja cada día en obtener lo que quiere. Una persona a la que le dirigen la vida generalmente no tiene objetivos, y trabaja cada día para darle a quienes le dirigen lo que ellos quieren obtener. ¿Sabrías decir a qué grupo perteneces?
5 consejos básicos para transformar la forma de gestionar tu agenda
Todos quieren tener éxito, pero pocos tienen la disciplina y el compromiso para desarrollar hábitos que los ayuden a alcanzar sus metas. Los siete hábitos de las personas altamente efectivas son la base para lograr el éxito en la vida. Estos hábitos incluyen ser proactivo, establecer metas, enfocarse en lo más importante, buscar primero comprender y luego ser comprendido, trabajar junto a los demás, desarrollar una actitud positiva y esforzarse continuamente por mejorar. Al seguir estos siete hábitos, puedes desarrollar las habilidades necesarias para convertirte en un líder efectivo y lograr tus objetivos.
La pregunta que puedes hacerte es: ¿estoy reaccionando a mi entorno o yo transformo mi entorno? o en en otras palabras ¿soy reactivo o proactivo? Te dejamos 5 consejos para poner en práctica estos días y pasar de hábitos reactivos a hábitos proactivos. Si los aplicas, pronto notarás la diferencia.
¿Cómo saber si eres proactivo y reactivo?
El simple hábito de chocar los cinco con tu reflejo cada mañana puede ser suficiente para iniciar un cambio positivo en tu vida. Es un gesto de apoyo y confianza en uno mismo con fundamentos científicos. Y para aprovechar realmente el poder del hábito de chocar los cinco, combine este gesto con esfuerzos deliberados para cambiar su forma de pensar actual. Entrena tu mente para resaltar los aspectos positivos de la vida, actúa como la persona en la que quieres convertirte y comienza a agradecer a las personas en lugar de disculparte.
Los siguientes consejos se basan en el contenido del libro «Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva«, del autor estadounidense Stephen Covey.
1. Tener iniciativa
Debes tomar la iniciativa sobre tus propios actos, es decir, debes asumir y ser consciente de cuáles son tus responsabilidades. Debes tomar autoconciencia del significado que quieres que tenga tu vida y tu trabajo y no eludir ciertas responsabilidades. El eludir dichas responsabilidades a la larga es perjudicial porque te resta efectividad, ya que no eres tú el que controla las decisiones sobre tu propio trabajo.
2. Cuida tu lenguaje
En relación con la iniciativa está el lenguaje. Más adelante os explicaremos la importancia de la PNL (programación neurolingüística) pero por ahora, esta imagen nos puede ser de gran utilidad:
3. Aprovechar el Tiempo
El uso que haces del tiempo también es esencial en el proceso para convertirse en una persona proactiva. Siempre he pensado que el uso que se hace del tiempo es mejorable. Y es mejorable porque nadie se detiene a pensar en cómo mejorarlo, en cómo optimizarlo, en cómo transformarlo. Ser proactivo implica tomar conciencia de cómo empleas tu tiempo. Sobre este punto es muy interesante la distinción entre:
Círculo de preocupación (profesional reactivo)
En este círculo se trata de distinguir sobre qué preocupaciones tengo un control real y sobre cuáles no. Se trata del círculo propio de las personas reactivas. Un círculo en el que se invierte mucho tiempo y mucho esfuerzo en tratar de controlar aquello que no es posible controlar. Esto hace que la gestión del tiempo sea poco efectiva y se contagien de dichas preocupaciones, convirtiendo estas preocupaciones en negatividad.
Círculo de influencia (profesional proactivo)
Es el círculo en el que se centra la persona proactiva. Este es el círculo que tú puedes controlar e incidir sobre él de forma activa. El profesional proactivo siempre buscará estar dentro de este círculo de influencia y además intentará que dicho círculo cada vez sea mayor.
4. Tener y ser
Estos dos verbos guardan una relación directa entre el Círculo de preocupación y el Círculo de influencia.
– Tener. Corresponde al Círculo de preocupación («si tuviera…»).
– Ser. Corresponde al Círculo de influencia. Se centra más en el carácter y en la determinación ante la realidad que le rodea y de la que es perfectamente consciente. La grandeza de tener autoconciencia es que te permite ver opciones donde otros sólo ven inconvenientes (tener). A esto se le podría llamar Imaginación creativa, es decir, la capacidad que tiene el proactivo de hallar distintas respuestas, de buscar otras alternativas, de avanzar en otras soluciones. ¿Cómo? Mediante el uso de la imaginación y disminuyendo el tiempo de productividad por el de pensar en otras opciones.
5. Compromiso y promesas
Si quieres ser proactivo debes comprometerte a crear las circunstancias idóneas para un cambio que te permita una mayor efectividad. El compromiso convierte una promesa en una realidad, es capaz de transformar la palabra en acción. El compromiso es lo que forja el verdadero carácter proactivo. Jamás te defraudes a ti mism. El compromiso debe partir siempre de ti mismo y debe basarse en:
– Conocimiento: ¿Qué es lo que prometo?
– Capacidad: ¿Qué capacidad tengo de llevar a cabo lo que prometo?
– Pasión: ¿Hasta cuánto deseo lo que prometo?
La proactividad, el ser proactivo, no es sólo una actitud cuando organizas tu agenda, es una actitud ante la vida. Trabajar desde el optimismo, la creatividad, la persecución de metas y desafíos profesionales no está exento de miedos y de inseguridades. Pero si tomas conciencia de tu tiempo y le das el valor que realmente se merece, te darás cuenta de que tú y sólo tú eres el que decides cómo quieres que te afecten las cosas y de qué manera les harás frente. Dejarás de desperdiciar tu tiempo o dejarás de ponerlo al servicio de actividades vacías de sentido para ti.
Sírvete, por tanto, de la determinación, pasa a la acción, sé optimista, creativo, plantéate nuevas metas y nuevos desafíos, sé asertivo en tus planteamientos y no le temas a los cambios. Así y sólo así es cuando la gestión de tu tiempo te llevará a cumplir todos y cada unos de tus sueños.
Descubra cómo un simple hábito puede cambiar su vida
¿Cómo te sientes cuando te despiertas por la mañana? Además de sentirse cansado y aturdido, ¿cómo está su estado de ánimo? ¿Estás en la cima del mundo? ¿Te sientes como un millón de dólares? Sí, no es probable. La mayoría de nosotros nos sentimos intimidados al pensar en el día que tenemos por delante y no queremos nada más que volver a arrastrarnos bajo las sábanas para descansar unas horas más.
Pero, ¿y si hubiera una forma de cambiar eso? No es un método tedioso y complicado, sino un hábito simple que podría adoptar hoy, ¿un hábito que podría mejorar no solo sus mañanas sino toda su vida?
Si eso suena atractivo, entremos en él y aprendamos a aprovechar el poder del Hábito High 5.
Aprenderás
- por qué debería disculparse menos;
- cómo chocar los cinco puede cambiar la estructura de su cerebro; y
- por qué cambiar de mentalidad es como lavar la ropa.
The High 5 Habit ofrece una propuesta sorprendente: un solo cambio en su rutina matutina puede ayudarlo a cambiar sus actitudes anticuadas y autolimitadas y poner su vida en la máxima velocidad. Entretejido con anécdotas personales e investigación científica, este plan para la transformación de la vida hace que la superación personal parezca más fácil que nunca.
Empiece el día chocando los cinco con su reflejo
Cuando se para frente al espejo cada mañana, cepillándose los dientes, ¿qué pensamientos tiene acerca de la persona que le devuelve la mirada? ¿Te felicitas por la persona en la que te has convertido? ¿Piensas en lo bien que te ves o te maravillas de todas las cosas maravillosas que puede hacer tu cuerpo?
¿O tú, como la mayoría de nosotros, pasas esos minutos matutinos criticando a ti mismo y encontrando fallas en tu cuerpo?
El autor, Mel Robbins, también solía hacer eso. Lo primero que hacía cada día, se paraba frente al espejo y se hacía añicos su apariencia: criticaba su barbilla, odiaba su cuello, odiaba su estómago. Esta autoflagelación continuaría hasta que pasara a la segunda rutina de la mañana: preocuparse por las muchas tareas urgentes del día.
Pero entonces sucedió algo inesperado. Un día, las cosas fueron de otra manera.
Esa mañana, Robbins no criticó ni se preocupó. En cambio, levantó la mano hacia su reflejo en una especie de saludo. Luego lo sacó y se chocó los cinco en el espejo.
¿Por qué? No fue una pregunta fácil de responder. Estaba estresada, cansada e insatisfecha consigo misma. Necesitaba algo de apoyo. Pero sabía que el apoyo tenía que venir desde adentro. En cierto modo, chocar los cinco fue una demostración de confianza en uno mismo.
Parecía cursi, seguro, pero se sentía bien. Hizo de chocar los cinco un hábito, y cada mañana salía del espejo sintiéndose un poco mejor consigo misma.
De hecho, hubo algo en el acto de chocar los cinco con su reflejo que hizo que Robbins se detuviera y reevaluara algunas cosas importantes. ¿No sería la vida mejor, pensó, si se animara un poco más? ¿Si, en lugar de expresarse autocrítica, se llenara de palabras de amor, elogios y aliento?
Cuando te mires al espejo mañana por la mañana, te enfrentarás a una elección. Puede pasar el tiempo reflexionando sobre sus fallas y deteniéndose en los problemas de la vida, o puede tomarse un minuto para felicitarse y animarse.
Elige sabiamente y choca los cinco con tu reflejo.
La investigación científica respalda el poder de chocar los cinco
¿Qué recuerdos te traen los cinco? ¿Celebrando algún logro de la niñez, como marcar un gol o pegar un jonrón? ¿Felicitar a un amigo por conseguir un ascenso o por finalmente dejar a ese socio tóxico?
Para Mel Robbins, sobresale un recuerdo específico. Era 2001 y estaba corriendo el maratón de la ciudad de Nueva York. Estaba cansada, dolorida y mal preparada. Y luego, a unas siete millas adentro, las ampollas en sus pies se abrieron y cada paso comenzó a doler mucho.
Pero Robbins no se rindió. No por su fuerza sobrehumana o su férrea determinación; no, lo que la mantuvo en movimiento fue el aliento de los extraños, especialmente los choques de manos que recibió de todas las personas con las que se cruzó en el camino.
Ese simple gesto marcó la diferencia, y la investigación puede aclarar por qué.
En un experimento, los investigadores asignaron a un grupo de escolares algunas tareas para que las llevaran a cabo y los motivaron de una de tres maneras diferentes. Algunos niños fueron elogiados por un rasgo, y los investigadores los llamaron inteligentes o talentosos. Otros fueron elogiados por hacer un esfuerzo; los investigadores los felicitaron por su arduo trabajo.
Pero los niños del tercer grupo estaban motivados de una manera diferente: chocaban los cinco. ¿Puedes adivinar qué grupo se sintió mejor por el trabajo que hicieron y siguió por más tiempo? Fueron los niños los que chocaron los cinco.
Pero ¿qué hay de chocar los cinco? ¿Puede ser eso tan beneficioso? Absolutamente. Según una investigación en un campo llamado neurobic , chocar los cinco con uno mismo puede cambiar su cerebro a nivel estructural.
La investigación neuróbica sugiere que cuando combinas una actividad familiar, como cepillarse los dientes, con un giro desconocido, como chocar los cinco con tu reflejo, pones tu cerebro en un estado elevado que facilita la formación de nuevas conexiones neuronales.
Entonces, cuando te chocas los cinco en el espejo, tu cerebro comprende que está sucediendo algo nuevo y desconocido; en pocas palabras, comienza a prestar atención. Si combina ese acto con pensamientos de amor y auto-ánimo, es más probable que la actitud positiva realmente se mantenga.
Pruébelo usted mismo: durante cinco días, choca los cinco con su reflejo todas las mañanas. Te sorprenderá la diferencia que hace.
Los pensamientos negativos pueden crear una espiral de comportamientos negativos
Mel Robbins podría ser un entrenador de vida ahora, pero cuando era más joven, su propia vida a veces parecía fuera de control. Cuando era joven en la facultad de derecho, tuvo la suerte de tener una gran oportunidad: una pasantía de verano en la oficina del fiscal general en Grand Rapids, Michigan.
Como parte de su trabajo allí, se le pidió a Robbins que llevara a cabo un proyecto que implicaba analizar las tasas de reincidencia delictiva en el estado. Era un tema que le importaba mucho, uno que realmente le hubiera gustado explorar, pero no se atrevía a hacerlo.
¿Por qué? En resumen, se sintió abrumada: el miedo de Robbins al fracaso era tan poderoso que ni siquiera comenzó a trabajar en el proyecto. Cuando el fiscal general la llamó a su oficina para quejarse, ella inventó algunas excusas y luego simplemente se fue para siempre, sin siquiera molestarse en dejar el trabajo.
Robbins permitió que la duda convirtiera una oportunidad increíble en una fuente de estrés. Y después de dejar el trabajo, solo se sintió peor consigo misma. Sus temores se habían hecho realidad: le habían confiado un proyecto importante y lo arruinó por completo. Ella se sintió como una fracasada.
Desafortunadamente, las cosas solo empeoraron. Otro verano, Robbins consiguió trabajo en un bufete de abogados en Nuevo México, pero, una vez más, esta gran oportunidad le provocó poderosos sentimientos de ansiedad y desconfianza. Una semana antes de que saliera y comenzara, llamó a la empresa, les contó una historia inventada sobre una emergencia familiar y dijo que, después de todo, no podía aceptar el trabajo.
Ahora, todo esto puede parecer muy lejos de chocar los cinco con el espejo cada mañana, pero de una manera importante, ese hábito y el comportamiento de Robbins están conectados. Verá, los comportamientos autodestructivos de Robbins estaban arraigados en hábitos profundamente arraigados de autocrítica y desconfianza despiadadas. Cada vez que la vida le presentaba una oportunidad, surgían los mismos pensamientos, lo que socavaba su sentido de competencia y coraje.
Finalmente, con la ayuda de la terapia, Robbins hizo el trabajo necesario para fortalecer su confianza en sí misma. Lo que aprendió allí fue que meterse en líos puede hacer que te odies a ti mismo, y que odiarte a ti mismo puede hacer que sea más probable que lo hagas. Es un círculo vicioso que te mantiene atrapado en patrones de fracaso y autodesprecio.
¿El antídoto? Ser amable, comprensivo y alentador consigo mismo, en otras palabras, ser el tipo de persona que choca los cinco con su reflejo.
Su Sistema de Activación Reticular puede obstruirse con información inútil
Cuando ponga su ropa en la secadora, es probable que también se tome el tiempo para limpiar el filtro de pelusa. No es gran cosa. Es solo una característica de las secadoras; Con el tiempo, secar la ropa genera pelusa y, si no limpia el filtro, la secadora no puede hacer su trabajo.
Es un proceso simple, pero ¿alguna vez has considerado hacer algo similar para tu mente?
Verá, la mente también tiene un filtro, el Sistema de Activación Reticular , o RAS, y su trabajo es filtrar la información que procesa su cerebro, asegurando que solo los datos más relevantes alcancen el nivel del pensamiento consciente. Y a veces, al igual que el filtro de pelusa de su secadora, su RAS también podría funcionar con una limpieza a fondo.
Entonces, ¿cuál es la «pelusa» que bloquea su RAS? En resumen, son sus pensamientos y creencias negativos y autolimitantes, del tipo que impidió que Robbins progresara en su carrera legal.
Rechazo, contratiempos, decepciones, insultos: todos estos pueden quedar atrapados en su RAS, lo que hace que su mente se concentre en la información negativa sin tener en cuenta los comentarios positivos.
Afortunadamente, realmente podemos limpiar este residuo emocional. El hábito de los cinco altos y los patrones de autoaceptación y amor propio que recomienda Robbins son el equivalente psicológico de quitar una gruesa capa de pelusa.
Uno de los criterios que utiliza su RAS para filtrar información es la importancia. Si el RAS cree que considera que la negatividad es relevante y significativa, la resaltará aún más. Pero si comienza a buscar los aspectos positivos, su RAS puede aprender a tratarlos como importantes.
Vale la pena repetir ese último punto. No solo está a merced de su RAS: puede enseñarle lo que debe buscar y entrenarlo poco a poco para resaltar todos los aspectos positivos de su vida. Su nuevo hábito de chocar los cinco con su reflejo es el primer paso en esta dirección, pero no es el único que debe dar: veremos una técnica poderosa que puede usar para hacer que su RAS funcione en su favor.
Interrumpa sus pensamientos, use un mantra y actúe como la persona en la que quiere convertirse
En esta etapa, es posible que se sienta un poco escéptico. Claro, choca los cinco con tu reflejo puede que te sientas bien en el momento, pero seguro que no puede poner en marcha ningún cambio real en tu estado de ánimo y confianza en ti mismo. ¿Correcto?
Bueno, si te sientes así, no estás solo. De hecho, eso es lo que pensó la hija de Mel Robbins cuando escuchó por primera vez sobre el nuevo hábito de su madre. ¿Cómo es posible que algo tan simple como chocar los cinco en el espejo comience a cambiar actitudes y creencias de larga data?
Robbins lo explicó así. ¿Alguna vez ha notado que las cosas a las que presta atención parecen surgir con más frecuencia en la vida? Usted compra un automóvil nuevo y de repente se da cuenta de que hay muchos modelos similares en la carretera. O tal vez te enamoras y de repente te das cuenta de cuántas canciones de amor suenan en la radio.
Bueno, cuando practicas el hábito de chocar los cinco, el mundo de repente parece presentarte positivamente.
Hay tres pasos clave para entrenar a su RAS para ver el mundo de manera diferente. El primero es simple: interrumpa sus viejos patrones de pensamiento.
La próxima vez que se sienta comprometido en la autocrítica o dudando de sí mismo, haga una pausa y dígale: «No estoy pensando en eso». Suena simplista, pero al negarse a repetir esos mismos pensamientos cansados, entrena a su RAS para que también los ignore en el futuro.
Pero no es suficiente para debilitar sus patrones de pensamiento existentes. Tienes que reemplazarlos con algo mejor, algo más amable, más comprensivo y más realista. Ahí es donde entra en juego un mantra. Pero debes tener cuidado al elegirlo.
Si no cree que su mantra sea cierto, su mente lo rechazará por completo. Elija algo que crea que es a la vez alentador y preciso. Por ejemplo, pruebe uno de estos: «Cada día, me vuelvo un poco más fuerte» o «Merezco sentirme bien hoy».
El último paso es actuar como la persona en la que quieres convertirte. No puedes cambiar las actitudes arraigadas sin tomar acción de algún tipo, y verte comportándote de manera diferente le demuestra a tu mente que tu nueva creencia es cierta.
Así que pongámoslo todo junto. La próxima vez que se te ocurra un pensamiento negativo, interrumpelo y di a ti mismo que no vas a pensar en eso. Luego, repítete un mantra preciso y de apoyo. Y finalmente, actúe de una manera que demuestre que su nueva creencia es cierta.
Reemplaza las disculpas por gratitud
¿Con qué frecuencia te disculpas? Para algunos de nosotros, es un tic que puede resultar difícil de eliminar. Si tenemos que cancelar planes, si necesitamos una mano amiga, incluso si alguien más se encuentra con nosotros en la calle, la palabra «lo siento» parece estar constantemente en nuestros labios.
A primera vista, es un hábito inofensivo. Después de todo, ¿a quién hieres al pedir perdón? Pero si profundizas un poco más, el impulso de disculparte puede sugerir algo un poco más preocupante: un sentimiento de culpa hiperactivo que puede dificultar vivir una vida verdaderamente satisfactoria.
La cuestión es que vivir con valentía y autenticidad significa que a veces puedes decepcionar a la gente. También significa que tendrá que depender de otros de vez en cuando, para obtener apoyo moral, algún favor, incluso solo para una audiencia comprensiva. Así que deja de disculparte y empieza a dar las gracias .
Estar expuesto a la gratitud se siente mucho mejor que estar expuesto a la culpa. En otras palabras, es más agradable recibir un agradecimiento que una disculpa.
De hecho, las personas que constantemente piden perdón a veces pueden resultar un poco molestas. Uno de los amigos del autor es así, el tipo de persona que siente la necesidad de disculparse cada minuto que está despierto.
Un día, la autora se dio cuenta de que el hábito de su amiga en realidad la irritaba un poco: cada vez que se disculpaba, cambiaba el enfoque hacia sí misma. En lugar de agradecer a la autora por su generosidad o paciencia, solo buscaba asegurarse de que no estaba enojada. En comparación con un sincero «Gracias», sus disculpas comenzaron a sentirse un poco decepcionantes.
No seas ese amigo. Las personas que te aman quieren ayudarte y apoyarte. Si se desviven por hacer algo agradable, no pida perdón: demuestre su agradecimiento.
Dar las gracias no solo resalta la generosidad de la persona con la que está hablando. También le permite reconocer sus necesidades sin sentirse culpable por ellas. Le comunica al mundo, y a usted, que no tiene que sentirse culpable por tener sus propias necesidades y deseos.
Es difícil tener una actitud de chocar los cinco cuando constantemente te disculpas por existir. ¿Pero gratitud? La gratitud y chocar los cinco van de la mano.
Tómese tres semanas antes de hacer ese gran cambio. Cuando se trata de hacer grandes cambios en la vida, es fácil posponer las cosas durante demasiado tiempo. Pueden pasar meses, años e incluso décadas antes de que hagamos nuestro movimiento y, a veces, nunca actuamos en absoluto. Es por eso que Mel Robbins recomienda darse un plazo de tres semanas. Es lo suficientemente largo como para hacer un plan y trabajar en los detalles, pero no tan lejos como para que pueda retrasar la adopción de medidas concretas.
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