Actualizado el viernes, 6 septiembre, 2024
Un equipo de investigadores liderados por David Wiss, de la Fielding Schoool of Public Health de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) ha decidido preguntarse si existe suficiente evidencia empírica de que el azúcar causa adicción, como se habla sin rubor de la adicción a la nicotina o a otras drogas más fuertes. En un artículo publicado en la revista Frontiers in Psychiatry, los autores aplican la lógica más básica para dar la respuesta definitiva a este enigma y, para ello, empiezan por el principio. Así, señalan, antes de poder llevar a juicio al azúcar como sustancia adictiva hay que dejar claro qué es la adicción.
¿Podemos escapar de la adicción al azúcar?
La adicción al azúcar es un problema cada vez más común que puede tener graves consecuencias para la salud. Es un tema complejo que requiere un enfoque multifacético para abordarlo. Necesitamos comprender los factores psicológicos, fisiológicos y ambientales que contribuyen a la adicción al azúcar y desarrollar estrategias para superarlos.
Una de las formas más efectivas de liberarse de la adicción al azúcar es hacer pequeños cambios en nuestro estilo de vida. Esto incluye comer más sano, hacer ejercicio con regularidad y evitar los alimentos y bebidas azucarados. Además, debemos practicar la alimentación consciente y encontrar alternativas más saludables para nuestros antojos. Con dedicación y compromiso, podemos liberarnos de este malsano hábito y recuperar el control de nuestras vidas.
El azúcar se ha convertido en una parte integral de nuestras vidas, pero ¿es realmente tan adictivo como algunas personas creen? En este artículo, exploraremos la evidencia a favor y en contra de la idea de que el azúcar es una sustancia adictiva. Analizaremos la investigación sobre los efectos del azúcar en el cuerpo y cómo afecta nuestros antojos y comportamiento. También discutiremos posibles casos de uso para el tratamiento de la adicción al azúcar. Finalmente, discutiremos posibles soluciones para reducir el consumo de azúcar con el fin de mejorar la salud pública.
¿Te lo imaginas? Al final de este año habrás consumido alrededor de un tercio de tu peso en azúcar. Si quieres agradecérselo a alguien puedes hacerlo al azúcar añadido en los alimentos procesados que estás ingiriendo a diario sin que prácticamente te des cuenta.
El azúcar oculta en los alimentos
Todos sabemos que el azúcar no es bueno para nosotros, pero ¿sabemos realmente cuánto azúcar se esconde en los alimentos que comemos? Es impactante descubrir que muchas de nuestras comidas favoritas contienen más azúcar de lo que pensamos. Desde bocadillos y bebidas procesados hasta comidas en restaurantes, es fácil consumir más azúcar de lo recomendado para un estilo de vida saludable. En este artículo, exploraremos cuánta azúcar se esconde realmente en nuestros alimentos y qué medidas se pueden tomar para reducir nuestro consumo.
Los alimentos procesados suelen contener azúcares ocultos y aditivos que pueden ser perjudiciales para nuestra salud. Estos azúcares y aditivos ocultos se pueden encontrar en muchos de los alimentos que comemos a diario, desde cereales para el desayuno hasta condimentos. Es importante comprender las fuentes de estos azúcares ocultos para que podamos tomar decisiones informadas sobre lo que comemos. En este artículo, exploraremos las diversas fuentes de azúcar oculta en los alimentos procesados y discutiremos cómo identificarlas. También veremos algunos consejos para reducir la ingesta de estos ingredientes potencialmente dañinos.
La relación entre el azúcar (en su amplia variedad) y nuestro cuerpo es necesaria. Cuando ingerimos glucosa (una forma de azúcar que se encuentra libre en las frutas y en la miel), ésta es absorbida desde los intestinos hacia el flujo sanguíneo y distribuida a todas las células del cuerpo. La glucosa es particularmente importante para el cerebro ya que es el único combustible para las 100 mil millones de células nerviosas llamadas neuronas, que necesitan un abastecimiento constante del flujo sanguíneo porque no tienen la capacidad de almacenar glucosa ellas mismas.
Nuestra relación con el azúcar es también de carácter evolutivo. Muchos científicos sugieren que deseamos el azúcar instintivamente porque juega un rol vital en nuestra supervivencia. El sentido del gusto ha evolucionado para codiciar las moléculas esenciales para la vida como la sal, la grasa y el azúcar.
La ecuación es simple y conocida por la mayoría de personas diabéticas, si te cae el azúcar en la sangre puedes caer rápidamente en coma. Pero un exceso de azúcar puede provocar importantes efectos sobre nuestro cuerpo.
El azúcar añadido es el peor ingrediente único de la dieta moderna. Numerosos estudios muestran que el consumo de cantidades excesivas de azúcar puede tener efectos nocivos sobre el metabolismo, lo que lleva a la resistencia a la insulina, aumento de la grasa abdominal, triglicéridos elevados y colesterol LDL, por nombrar sólo algunos.
Algunos padres encuentran que, aunque el azúcar puede dar a su hijo energía momentánea, también puede ocasionar cambios bruscos de humor, conducta agresiva, excitación y dificultades para dormir. ¿Qué sucedería si nos diéramos cuenta del efecto que produce el azúcar en nuestro cuerpo tan fácilmente cómo lo detectamos en nuestros hijos? Aunque el efecto del azúcar en el cuerpo de un adulto no es, ni de lejos, el mismo que en el de un niño es importante tomar conciencia del efecto que ocasiona a largo plazo en nuestro organismo. Las etiquetas de los alimentos procesados están obligados a incluir la dosis de azúcar que incluye pero para muchos esto no nos dice absolutamente nada (aunque esté en % CTR).
¿La fruta también tiene ese mismo problema? No, porque los azúcares libres se diferencian de los azúcares intrínsecos que se encuentran en las frutas y las verduras enteras frescas. Como no hay pruebas de que el consumo de azúcares intrínsecos tenga efectos adversos para la salud, las recomendaciones de la directriz no se aplican al consumo de los azúcares intrínsecos presentes en frutas y verduras enteras frescas.
“La OMS especifica que los azúcares a los que hay que prestar atención son los que: “[…] incluyen los monosacáridos y disacáridos añadidos a los alimentos por los fabricantes, los cocineros o los consumidores, así como los azúcares presentes de forma natural en la miel, los jarabes y los zumos de fruta ya sean naturales o a partir de concentrado”.
La clave está, por tanto, en los llamados “azúcares libres”, como explica eun artículo de Saludabit.
¿Qué ocurriría si representáramos visualmente el azúcar que consumimos?
Hoy queremos hablaros de un proyecto que es altamente sensibilizador acerca de la cuestión que ocupa este artículo. Se trata de sinAzucar.org, un proyecto fotográfico que pretende visualizar el azúcar libre que hay en muchos de los alimentos que consumimos habitualmente. Detrás del proyecto se encuentra Antonio R. Estrada, un fotógrafo madrileño entusiasta de la alimentación saludable y nutrición deportiva.
Un adulto que consuma 2000 calorías debería reducir a menos de 25g el consumo de azúcares libres, lo que equivale, aproximadamente, a menos de 6 terrones de 4g.
La idea es sencilla: se fotografía el producto junto a la cantidad de azúcar que contiene en terrones, usando el mismo lenguaje visual que emplea la industria para vendernos sus productos. Fotografía limpia, iluminación cuidada, retoque atractivo, impacto visual, etc. Puedes consultar cómo lo hacen en su página web.
Recuerda esto: menos de 6 terrones al día. Ahora mira las siguientes imágenes y valora tú mismo si te estás excediendo o no. ¿Tomaste un Frappuccino? Ya has pulverizado tres días y medio de dosis azucarera con una sola bebida.
Un yogur Bífidus 0% de marca Carrefour (125g) contiene 16,2g de azúcar, equivalente a 4 terrones.
Un bote de Salsa de tomate de la Abuela de Carrefour (300g) contiene 45g de azúcares, equivalentes a 11,25 terrones.
Un Toblerone (100g) tiene 59,5g de azúcar, equivalente a 14,9 terrones.
Un envase mediano de palomitas de maíz dulces (250g) contienen 132g de azúcar, equivalente a 33 terrones.
Una lata de 473ml de Red Bull contiene 52g de azúcar, equivalente a 13 terrones.
Un vaso de Cacaolat (250ml) tiene 33,5g de azúcares, equivalente a 8,4 terrones.
4 galletas Chips Ahoy! con pepitas XL (92g) tienen 34g de azúcar, equivalente a 8,5 terrones.
Una porción de tarta de queso contiene 52Gr de azúcar (13 terrones). Análisis del Cheescake Dulce de Leche del Starbucks.
50gr de Frosties de Kellogg’s contienen 18gr de azúcar lo que equivale a 4,6 terrones.
Una tableta de turrón de Lacasitos de 200gr tiene 140,6 gramos de azúcar, lo que equivale a más de 35 terrones.
Aunque la idea del proyecto no es nueva (webs como Sugar Stacks o la cuenta de Instagram @dealerdesucre llevan haciendo algo similar desde hace tiempo), esta iniciativa tiene dos novedades: los productos retratados provienen del mercado español y las imágenes, brillantes y pulidas, imitan deliberadamente la estética publicitaria con la que se suelen anunciar.
Según reproducen en la web El Comidista, la iniciativa «cuenta con el respaldo científico a la hora de reducir la atracción entre los consumidores por determinados alimentos y con ello el empacho de azúcar al que, queriéndolo o no, están continuamente abocados».
De hecho, hace apenas 2 años se publicó un estudio que concluía que se deberían implementar este tipo de estrategias gráficas con el fin de reducir el impacto de la actual epidemia de obesidad.
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