Actualizado el domingo, 22 septiembre, 2024
¡Qué tema, el establecer límites con los demás! Esto es algo que a muchos les cuesta muchísimo, no paro de verlo con mis clientes, pero como todo en la vida se puede aprender y a medida que se va aplicando resulta más y más fácil… además de ganar en salud emocional y bienestar.
Hace ya años cuando me encontraba trabajando en el extranjero, experimenté un capítulo, al poco de llegar a la empresa, en el que tuve que establecer mis límites de una forma asertiva (os puedo decir que me costó lo suyo, pero me sentí tan bien después!!). En la empresa donde trabajaba, había una zona en la cual en los descansos podíamos ir a fumar. En uno de esos descansos, me fui a fumar mientras tomaba un café, al poco, llegaron dos compañeros y mientras fumaban se pusieron a hablar en su idioma (el cual no entendía). Pasados unos minutos, uno de ellos se dirigió a mí (en inglés), de una forma muy poco amable, para decirme que me fuera de ahí ya que estaban teniendo una conversación privada. ¡Me quedé de piedra! ¡Lo sentí tan injusto!, primero que me hablara de esa manera tan desagradable, y segundo porque no me parecía que yo tuviera que irme de ahí, de la zona de descanso de todos, considerando que si tenían que hablar de algo privado eran ellos los que tendrían que irse a otra parte.
Mientras me lo decía , mi cabeza funcionó a mil …mis pensamientos eran “A ver Cova, si te vas con la cabeza baja voy a consentir que siempre me traten así y no me respeten, así que ármate de valor y contesta de manera educada y asertiva”… y le contesté “ Disculpa pero esta es la zona común para descansar y si tenéis algo de qué hablar en privado lo mejor es que vayáis a otro lado…..ah ! y por cierto, no te olvides que yo no entiendo vuestro idioma..” Así que, ahí me quedé, acabando mi café y mi cigarrillo….Os puedo asegurar que me costó lo suyo, pero luego me sentí tan bien!! ¡Me hice respetar! y si no lo hubiera hecho probablemente hubiera vivido más situaciones parecidas. Nunca más volvió a pasar, de hecho ese compañero a su manera me pidió disculpas. Hoy en día es un gran amigo mío.
Me gusta comparar el establecer los límites con la siguiente historia:
Imagina que vas caminado y te encuentras un árbol repleto de manzanas con una pinta increíble, el árbol no tiene ninguna valla o algo que impida el acceso, entonces te acercas y te comes unas manzanas. Sigues caminando y más adelante te encuentras otro árbol repleto de manzanas rojas, pero esta vez hay una valla que lo protege con un cartel de advertencia de no pasar. Entiendes que si traspasas esa valla habrá una consecuencia. En el primer árbol al no haber una valla o algo que lo proteja te sentías con la confianza o con el derecho de cogerlas y comértelas…
Con la valla del árbol existe un límite, es una señal de stop que dice NO traspasar esa línea, es decir, determina hasta dónde sí y hasta dónde no.
Lo mismo sucede cuando ponemos límites, ello permite cuidarnos a nosotros mismos y establecer relaciones mucho más sanas.
A todos nos ha pasado alguna vez el no expresar lo que sentimos, aunque nos hayamos sentido dañados, por temor a un enfrentamiento, o sentirnos culpables alguna vez si decimos “no” a alguna petición que consideramos abusiva. Y yo me pregunto ¿no nos hace más daño el no ser fieles a nosotros mismos, y no respetarnos?
Una cosa hay que tener muy clara “Como seres humanos tenemos todo el derecho a decidir cómo queremos ser tratados” y establecer límites es la clave.
Aquí os dejo algunos consejos:
(Modificado del libro, Boundaries: Where You End and I Begin, por Anne Katherine)
- Cuando identifiques la necesidad de establecer un límite, hazlo con claridad, calma, firmeza y respeto.
- Hay que recordar que no somos responsables de la reacción de las otras personas, pero sí somos responsables de comunicar donde están nuestros límites de una forma respetuosa. Si a las personas les molesta, es su problema, no el nuestro.
- Al principio, es probable que te sientas egoísta (sobre todo cuando sea el caso de decir no), culpable o avergonzado. Hazlo de todos modos, como he dicho anteriormente, como seres humanos tenemos el derecho a cuidar de nosotros mismos y a decidir cómo ser tratados.
- El establecimiento de límites requiere práctica y determinación. No permitas que la ansiedad o baja autoestima te impida cuidarte a ti mismo. Es precisamente ahí, cuando más lo necesitamos. El establecer nuestros límites nos ayudará a una mejora en nuestro bienestar y autoestima.
- Cuando sientas que te han hecho daño es probable que necesitemos establecer algún límite.. Escúchate, determina qué es lo que debes hacer o decir, y luego comunícalo asertivamente.
- Apóyate en todas aquellas personas que respetan tu derecho a establecer límites y elimina, tanto como puedas, todas aquellas que no lo hagan.
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