Actualizado el martes, 18 julio, 2023
Demostrado: el trigo empeora el asma, el lupus, la artritis y las enfermedades inflamatorias intestinales y podrían causar la sensibilidad al gluten. ¿Pero por qué ahora?
El trigo moderno es muy distinto del que consumimos durante miles de años. La culpa parecen ser los inhibidores de la amilasa y la tripsina (ATI), una familia de proteínas que, como el gluten, se encuentran en el trigo. Los ATI son proteínas que hacen a los cereales más resistentes frente a las infestaciones parasitarias y que se encuentran sobre todo en las variedades de trigo cultivadas.
Es una de las conclusiones expuesta Detlef Schuppan, director de esta investigación presentada en el marco del Congreso Europeo de Gastroenterología celebrado en Viena (Austria). En dicho estudio confirmaron que además de contribuir al desarrollo de enfermedades inflamatorias relacionadas con el intestino. Por tanto, los ATI también pueden promover la inflamación en otras enfermedades crónicas fuera del tracto digestivo.
Los autores del estudio y el propio Detlef Schuppan declararon la esperanza de que su trabajo derive en una recomendación que aconseje una dieta libre de ATI para ayudar a tratar una variedad de trastornos inmunes potencialmente graves.
Sumado a esto, cada vez más investigaciones sugieren que estos ATI podrían también ser los causantes de la sensibilidad al gluten no celiaca. Se encuentran especialmente en las variedades de trigo que contienen gluten, de modo que cuando se padece SGNC, la alimentación sin gluten hace que los síntomas desaparezcan o mejoren, a pesar de que posiblemente el desencadenante de las molestias no es el propio gluten, sino los ATI.
Pero aún hay más. Como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Johannes Gutenberg en Maguncia (Alemania), los ATI es responsable de la aparición de la inflamación en numerosas enfermedades crónicas, caso de la esclerosis múltiple, el asma o la artritis reumatoide.
La culpa no es sólo del gluten
El gluten representa únicamente el 4% del total de las proteínas que se encuentran en el trigo. El resto de proteínas está empezando a ser estudiadas debido a que cada nuevo estudio representa nuevas evidencias que confirman que los ATI puede provocar el desarrollo de inflamación en tejidos distintos del intestino, caso de los ganglios linfáticos, los riñones, el bazo e, incluso nuestro cerebro. Pero si es peligroso para cualquier consumidor, para los pacientes con enfermedades autoinmunes supone, además, un peligroso agravamiento de los síntomas de su patología, entre otras la esclerosis múltiple, el lupus, el asma, las enfermedades inflamatorias intestinales, la artritis reumatoide y la esteatosis hepática no alcohólica.
Entonces… ¿qué puedo hacer?
Quizás la clave sea recurrir a tipos de pan «mucho más sanos» que los de bollería y panadería industrial. Es decir, aquellos que hayan sido elaborado de la forma tradicional con fermentación lenta (con masa madre) cuya harina ha sido molida a la piedra y obtenida de cereales ancestrales (espelta, kamut o khorasan, centeno…). En definitiva, apostar por variedades que, además de usarse más en la agricultura ecológica, no han sufrido las transformaciones del trigo moderno. ¿Qué opinas tú? ¿Crees puede ser tan peligroso?
El trigo moderno es muy distinto del que consumimos durante miles de años. La culpa parecen ser los inhibidores de la amilasa y la tripsina (ATI), una familia de proteínas que, como el gluten, se encuentran en el trigo. Los ATI son proteínas que hacen a los cereales más resistentes frente a las infestaciones parasitarias y que se encuentran sobre todo en las variedades de trigo cultivadas.
La Evolución del Trigo y sus Implicaciones en Nuestra Alimentación
El trigo ha sido uno de los alimentos fundamentales en la historia de la humanidad. Durante miles de años, ha sido cultivado y consumido en diversas formas. Sin embargo, en los últimos tiempos, hemos presenciado cambios significativos en el trigo moderno que consumimos hoy en día. Estos cambios parecen ser atribuidos a los inhibidores de la amilasa y la tripsina (ATI), una familia de proteínas presentes en el trigo.
¿Qué son los Inhibidores de la Amilasa y la Tripsina?
Los inhibidores de la amilasa y la tripsina (ATI) son proteínas que se encuentran en el trigo y tienen la capacidad de hacer que los cereales sean más resistentes a las infestaciones parasitarias. Estas proteínas son especialmente abundantes en las variedades de trigo cultivadas, y se cree que han sido seleccionadas a lo largo de los años por su capacidad de proteger al trigo de plagas y enfermedades.
El Impacto de los ATI en la Salud Humana
Aunque los ATI han demostrado ser beneficiosos para la resistencia de los cereales, también se ha descubierto que pueden tener efectos negativos en la salud humana. Estas proteínas pueden desencadenar respuestas inmunológicas y causar inflamación en ciertas personas, lo que ha llevado a un mayor interés en comprender los efectos de los ATI en nuestra alimentación.
Estudios científicos han encontrado que los ATI pueden interferir con la función de la amilasa y la tripsina, enzimas responsables de la digestión de los carbohidratos y las proteínas, respectivamente. Esta interferencia puede dificultar la digestión adecuada de los alimentos y causar malestar gastrointestinal en algunas personas.
El Trigo Moderno y los Cambios en su Composición
El trigo moderno ha experimentado cambios significativos en su composición en comparación con las variedades ancestrales. Estos cambios están relacionados en gran medida con la selección y cruce de variedades de trigo para obtener características deseadas, como mayor rendimiento y resistencia a enfermedades.
Sin embargo, estos procesos de selección también han llevado a un aumento en la concentración de ATI en el trigo moderno. A medida que se seleccionaban variedades más resistentes, también se favorecía la presencia de proteínas como los ATI, lo que ha contribuido a la diferencia en la composición del trigo que consumimos hoy en día en comparación con el trigo ancestral.
Alternativas y Consideraciones para una Alimentación Saludable
Aunque los ATI presentes en el trigo moderno pueden tener efectos negativos en ciertas personas, es importante destacar que no todas las personas experimentan estos efectos. Cada individuo tiene una respuesta única a los alimentos, por lo que es fundamental escuchar a nuestro cuerpo y ajustar nuestra alimentación en consecuencia.
Aquellas personas que experimentan sensibilidad o intolerancia al trigo pueden considerar alternativas, como el trigo ancestral, la espelta o el trigo sarraceno, que presentan una composición diferente y pueden ser mejor tolerados por algunos individuos. Asimismo, es recomendable consultar a un profesional de la salud, como un dietista o nutricionista, para obtener orientación personalizada en caso de presentar algún tipo de intolerancia alimentaria.
El trigo moderno que consumimos en la actualidad difiere significativamente de las variedades ancestrales debido a la presencia de inhibidores de la amilasa y la tripsina (ATI). Estas proteínas, si bien son beneficiosas para la resistencia del trigo, también pueden tener efectos negativos en la salud humana. Es importante tener en cuenta que cada individuo tiene una respuesta única a los alimentos, por lo que es necesario escuchar a nuestro cuerpo y ajustar nuestra alimentación en consecuencia. Aquellos que experimentan sensibilidad o intolerancia al trigo pueden explorar alternativas como el trigo ancestral o variedades menos comunes que podrían ser mejor toleradas.