Actualizado el martes, 15 marzo, 2022
- Actualmente, una media de 60 mujeres al año son asesinadas por sus parejas en España.
- Un 12,5 por ciento de las mujeres mayores de 16 años sufre violencia física o sexual.
- Las agresiones machistas entre adolescentes aumentan un 682% en menos de siete años
- Son agresiones machistas de chicos que empiezan a tener sus primeras relaciones de pareja. Suelen ser jóvenes de entre 14 y 17 años.
- Ya no existe una «Guía de la buena esposa» pero una de cada cuatro adolescentes padece violencia psicológica.
¿Por qué una buena parte de los adolescentes y jóvenes, que ha crecido en la igualdad de derechos para hombres y mujeres, no identifica las conductas machistas?
El machismo que no se ve
‘Documentos TV’ estrenó hace poco ‘El machismo que no se ve‘. Un reportaje producido por TVE que trata de dar visibilidad al machismo y neomachismo que sigue presente en nuestra cultura. Un problema que lejos de ser resuelto, el tiempo lo ha vuelto especialmente peligro pues está diluido, casi imperceptible. En los medios de comunicación o en las relaciones familiares, laborales y sociales. Las estadísticas oficiales dicen que un 12,5% de las mujeres mayores de 16 años sufre violencia física o sexual. Y que una de cada cuatro adolescentes padece violencia psicológica.
Machismo en jóvenes en España
El documental cuestiona por qué una buena parte de los adolescentes y jóvenes que ha crecido en la igualdad de derechos para hombres y mujeres no identifica las conductas machistas. En la charla-taller sobre estereotipos y prevención de la violencia de género en el instituto de secundaria muestra a un compañero de clase de Marc que nos comparte lo que aprecia a su alrededor: «A un niño pequeño le dices: ay, qué fuerte eres. Pero a una niña le dices: ay, qué guapa, pareces una princesa. No se les dice lo mismo«.
Los nuevos hombres nuevos
El feminismo ha revolucionado y redefinido, en el último siglo, el papel de las mujeres en la sociedad, en un proceso que ha supuesto, inevitablemente, cuestionar y transformar el rol de lo masculino. Y pese a que cada vez más hombres apoyan ―al menos desde la teoría― ese proceso de acercamiento a la igualdad, una de sus consecuencias es que ha dejado a la mitad de la humanidad huérfana de un modelo de referencia: el viejo ya no sirve para la convivencia equitativa con las mujeres en una sociedad democrática y el nuevo está aún en construcción.
¿Qué significa ser hombre hoy en día? Sin duda, mucho más que tener un pene. Ser hombre, igual que ser mujer, es un modo aprendido de estar en el mundo, de vestir, de caminar, de sentir y de cuidar. La masculinidad trasciende así el hecho biológico y adquiere sentido dentro de una construcción cultural. Y, por suerte, las construcciones culturales pueden cambiarse.
Llega, pues, el momento de crear una nueva masculinidad. Y nada mejor para ello que partir de las reflexiones y propuestas de Ritxar Bacete, uno de los mayores especialistas en género y masculinidades de España, que en este libro apuesta por superar el machismo y reconvertir las masculinidades hegemónicas tóxicas y de dominación en modelos de diversidad, justicia, equidad, diálogo y paz.
Los miedos de siempre en tiempo de igualdad, sostiene que se han creado nuevas tramas para defender la posición de poder del hombre. Los neomachistas equiparan el feminismo con el machismo. Parten de la desinformación sobre los conceptos para defender sus posturas.
No cuestionan, que la mujer deba vivir en igualdad, pero sí las consecuencias de su ejercicio; están en contra de la violencia de género pero manifiestan con reiteración, por ejemplo, que hay demasiados casos de denuncias falsas obviando que según la Fiscalía General del Estado, el porcentaje de denuncias falsas en materia de violencia de género es de un 0,018%. Un número realmente pequeño si se tiene en cuenta todas esas mujeres que no denuncian y que finalmente mueren a manos de su parejas y se condenan a una muerte en vida.
«El machismo de la España de hoy se ve cada día y en cada momento. Lo que ocurre es que no lo identificamos como tal. Hemos aprendido a vivir, a convivir con él».
Miguel Lorente, autor de ‘Mi marido me pega lo normal’.
El feminismo siempre ha sido ridiculizado y hoy, con nuevas formas, lo vuelve a ser con fuerza. Así, hablan de revancha de género, de feminismo resentido, dogmático o radical, sin más intención que la de volver a «demonizarlo». Son manifestaciones de ese miedo a la igualdad que muchos tratan de extender de diversas maneras.
“La violencia contra las mujeres no es exclusiva de ningún sistema político o económico; se da en todas las sociedades del mundo y sin distinción de posición económica, raza o cultura. Las estructuras de poder de la sociedad que la perpetúan se caracterizan por su profundo arraigo y su intransigencia. En todo el mundo, la violencia o las amenazas de violencia impiden a las mujeres ejercitar sus derechos humanos y disfrutar de ellos”.
—Amnistía Internacional
Ninguno de ellos dice que está en contra de la igualdad sino que, por el contrario, afirman que somos las mujeres las que estamos haciendo una sociedad con graves problemas de convivencia como consecuencia directa de nuestra necesidad de ser libres e iguales. Nunca entendieron que sin igualdad la libertad no existe, y que aquélla o es real o no es igualdad, y la democracia las exige ambas o nuestras jóvenes seguirán sin poder disfrutar de ell
«Si la democracia no viene de serie, la igualdad tampoco. Son actitudes éticas que hay que aprender. Si nadie te las enseña, si en tu familia no las ves, si tu grupo de edad no las comparte, si los medios de comunicación no te disuaden. Si la política no te obliga a enfrentarte a la igualdad, tenderás a reproducir lo que ves como tópico en los lugares en que te mueves».
Amelia Valcárcel, filósofa.