Actualizado el Sunday, 7 March, 2021
Impactada y llena de ternura y amor, así me quedé al descubrir esta terapia. Los beneficios que reporta a las personas de la tercera edad, sin aplicar ningún tipo de tratamiento farmacológico, es simplemente increíble.
Tus ojos se inundarán de lágrimas y tu corazón de bondad, porque no hay nada más bonito que el amor. Sin duda, la terapia con muñecos es una estupenda forma de ayudar a estas personas con enfermedades degenerativas como el Alzhéimer y la demencia senil.
La responsable de este método se llama Anne Burnnet y es directora de una residencia de ancianos con demencia en Estados Unidos (The limes Care Home). Al parecer, todo fue fruto de una casualidad:
“Los pacientes con demencia suelen vivir episodios de regresión al pasado, en los que confunden sus antiguos recuerdos con el presente. Durante estos episodios, se suelen encontrar muy desorientados y agitados si se les intenta traer al presente”.
“Una vez, estuve trabajando con una mujer mayor que había perdido un hijo cuando era joven y siempre acababa llamando a gritos a su bebé. Preguntando por él, sufriendo por él. Un día, le dimos un oso de peluche durante uno de sus episodios y se calmó. Lo más impresionante es que desde entonces se sentía tranquila y feliz. Poco a poco, comprobamos que lo mismo ocurría con otros pacientes, fueran hombres o mujeres”.
Si bien se trata de un método controvertido, está en creciente uso, ya que sus beneficios son considerables.
Caroline Baker, jefe de calidad y atención a la demencia en el Four Seasons Health Care, nos lo explica así:
“La gente se queda sorprendida y, en algunas ocasiones, hemos tenido familiares cuestionan el método, por lo que nos aseguramos de explicarles el impacto positivo que tiene. La mejor manera de hacerlo es que nos visiten y vean la paz que se respira cuando juegan y cuidan de los muñecos”.
“Incluso los profesionales médicos y el personal de atención mostraron preocupación al principio, comentando que el uso de muñecos era “infantil”, “totalmente degradante” y “condescendiente”. Unas semanas después, los beneficios eran claros. Los pacientes habían reducido sus comportamientos erráticos, estaban más calmados y mejoraban la comunicación y el habla al interactuar con sus muñecos y con otros pacientes”.
Fuente original: La voz del muro