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cómo saber si necesitas ir a terapia en este artículo que explora señales de alerta, la accesibilidad de la terapia online y ofrece consejos prácticos para identificar cuándo buscar ayuda profesional para mejorar tu bienestar emocional.

¿Cómo saber si necesito ir a terapia?

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Actualizado el lunes, 5 agosto, 2024


En este artículo, exploro la pregunta que muchos de nosotros nos hemos hecho en algún momento: “¿Cómo saber si necesito ir a terapia?”. A través de mi experiencia personal como periodista y mi investigación sobre el tema, analizo las señales que pueden indicar la necesidad de apoyo psicológico y la accesibilidad de la terapia online como una solución viable. La terapia puede ofrecer herramientas valiosas para manejar la tristeza, la ansiedad, el estrés y otros desafíos emocionales, recordando que cada caso es único y que un psicólogo podría ser el mejor guía para encontrar la respuesta adecuada.

Explorando la necesidad de terapia

Recientemente, me encontré preguntándome: “¿Cómo saber si necesito ir a terapia?”. Como periodista, siempre he sido curioso y, a menudo, me he visto explorando preguntas difíciles. Esta vez, la pregunta era personal. No es fácil admitir que podríamos necesitar ayuda, pero reconocerlo es el primer paso hacia la mejora.

Señales de que podrías necesitar terapia

Decidí investigar y hablar con algunos expertos para entender mejor cuándo es el momento adecuado para buscar terapia. Descubrí que hay varias señales que pueden indicar que es hora de considerar la terapia:

  1. Sentimientos de tristeza persistente: Todos tenemos días malos, pero si la tristeza se alarga durante semanas o meses, podría ser un signo de depresión. La terapia puede ser una herramienta valiosa para abordar estos sentimientos.
  2. Ansiedad constante: Es normal sentir ansiedad en ciertas situaciones, pero cuando se vuelve una presencia constante y paralizante, puede ser necesario buscar ayuda.
  3. Problemas en las relaciones: Las relaciones pueden ser complicadas. Si encuentras que los conflictos se vuelven irresolubles o afectan significativamente tu bienestar, un psicólogo puede ofrecerte nuevas perspectivas y herramientas.
  4. Dificultad para manejar el estrés: El estrés crónico puede afectar tanto tu salud física como mental. Aprender técnicas para gestionarlo puede marcar una gran diferencia.
  5. Transiciones de vida importantes: Mudanzas, cambios de trabajo, divorcios o la pérdida de un ser querido son momentos que pueden beneficiarse de apoyo profesional.
  6. Comportamientos perjudiciales: Si recurres a alcohol, drogas u otros comportamientos destructivos para sobrellevar tus emociones, es crucial buscar ayuda.

La terapia online como opción accesible

Con la pandemia, muchas cosas cambiaron, incluida la forma en que accedemos a la terapia. La terapia online se ha convertido en una opción accesible y efectiva para muchas personas. Esto es particularmente útil si tienes un horario ocupado, problemas de movilidad o vives en una zona rural. También permite elegir profesional sin estar limitado a la oferta de tu zona, lo que hace que puedas buscar alguien más especializado o mejor, o simplemente, garantizar que no te encontrarás fuera del psicólogo en consulta o que no tenéis conocidos o gente en común.

Además es más fácil de conciliar con los horarios, trabajos y tiempos de cada uno, ahorrándonos el tiempo de desplazamiento a la consulta y haciendo más cómodo, fácil y accesible el acudir al psicólogo.

Qué tipo de terapia es la más adecuada

Existen múltiples tipos de terapia y modelos diferentes, cada uno con sus propuestas y enfoques, a veces hasta contradictorios entre sí… No son mejores o peores, simplemente cada uno plantea las cosas de forma diferente.

Tras revisar varios modelos, la terapia focalizada en la emoción (TFE) es una modalidad que me llamó la atención durante mi investigación. Se centra en ayudar a las personas a comprender y gestionar sus emociones de manera más efectiva, algo que podría ser beneficioso si lidias con emociones intensas o conflictivas e incluso con otros problemas que pueden parecer no tener nada que ver con las emociones, pero en las que los bloqueos emocionales determinan cómo nos comportamos, relacionamos e incluso percibimos esos problemas.

Cada caso es diferente

Es importante recordar que cada persona es diferente. Lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra. Lo que está claro es que reconocer la necesidad de ayuda es un paso valiente y necesario.

La mejor respuesta

Al final de mi búsqueda, llegué a la conclusión de que quizás, quien mejor puede ayudarte a responder esta pregunta es, precisamente, un psicólogo. Hablar con un profesional puede brindarte la claridad y las herramientas necesarias para mejorar tu bienestar emocional. Así que, si te encuentras en una situación similar a la mía, no dudes en buscar ayuda. Tu salud mental lo vale.

5 tips para saber si necesitas ir a terapia

  1. Autoevaluación de sentimientos: Reflexiona sobre tus emociones. Si la tristeza, la ansiedad o el estrés son constantes y afectan tu día a día, podría ser momento de buscar ayuda.
  2. Observa tus relaciones: Analiza si tus problemas emocionales están afectando tus relaciones personales o laborales. Dificultades persistentes pueden ser un indicio de que necesitas apoyo profesional.
  3. Sentirte desbordado y bloqueado: Si notas que en los problemas y situaciones de tu vida te sientes de esta forma, puede ser el indicador de que algo no va bien dentro de ti o que estás metido en más de lo que puedes abarcar porque te cuesta poner límites, asumir qué puedes hacer y qué no o decepcionar a otros.
  4. Actúas de forma contraria a tus principios, intereses o sientes que no eliges libremente: Si acabas actuando de forma que no quieres, si intentas cambiar algo y eres incapaz o si tu comportamiento te parece contradictorio con la idea que tienes de ti mismo y lo que te importa.
  5. Te sientes vacío o que nada tiene sentido: Cuando la vida parece gris o decepcionante, cuando las cosas no tienen un sentido genuino y uno parece funcionar en piloto automático o siente una angustia vital debido a que nada parece llenarte plenamente o tener un por qué satisfactorio.

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