Actualizado el domingo, 5 mayo, 2024
Una nueva generación de bacterias de «pesadilla» resistentes a casi todos nuestros antibióticos se está extendiendo rápidamente por todo Estados Unidos. Estas bacterias, llamadas enterobacteriaceae, son resistentes a los carbapenemas (un tipo de antibiótico betalactámico con amplio espectro de actividad bactericida, sumamente resistentes a las betalactamasas).
Las «superbacterias» son cepas de bacterias que han desarrollado resistencia a múltiples tipos de antibióticos, lo que las hace difíciles de tratar y controlar con los tratamientos médicos convencionales. Estas bacterias resistentes pueden causar infecciones graves y potencialmente mortales en humanos, y representan una seria amenaza para la salud pública.
Las superbacterias pueden surgir debido al uso excesivo e inapropiado de antibióticos en la medicina humana y veterinaria, así como en la agricultura. El uso indebido de antibióticos puede permitir que las bacterias desarrollen resistencia a estos medicamentos, lo que les permite sobrevivir y proliferar incluso cuando se enfrentan a tratamientos antibióticos.
Algunas de las superbacterias más preocupantes incluyen:
- Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM): Es una cepa de bacterias Staphylococcus aureus que se ha vuelto resistente a múltiples antibióticos, incluida la meticilina y otros antibióticos beta-lactámicos. Puede causar infecciones graves de la piel, tejidos blandos, huesos, articulaciones y corriente sanguínea.
- Enterobacterias resistentes a carbapenémicos (CRE): Estas bacterias pertenecen a la familia Enterobacteriaceae y han desarrollado resistencia a los antibióticos carbapenémicos, que son considerados como antibióticos de último recurso para tratar infecciones graves. Las infecciones por CRE son difíciles de tratar y pueden tener tasas de mortalidad significativas.
- Clostridium difficile resistente a múltiples fármacos (CDMR): Es una bacteria que puede causar infecciones del tracto gastrointestinal, especialmente en personas que han tomado antibióticos de amplio espectro que alteran la microbiota intestinal. Las infecciones por CDMR pueden ser graves y recurrentes.
Combatir las superbacterias requiere una acción coordinada a nivel mundial, que incluya la implementación de prácticas de uso prudente de antibióticos en la medicina humana y veterinaria, así como esfuerzos para promover la investigación y el desarrollo de nuevos antibióticos y alternativas terapéuticas. Además, es fundamental mejorar la higiene y las prácticas de control de infecciones en entornos de atención médica para prevenir la propagación de superbacterias.
El peligro de las superbacterias
Estas bacterias son tan peligrosas porque son potencialmente mortales. Para haceros una idea, el 50% de los pacientes infectados muere.
El problema es que estas bacterias se están extendiendo rápidamente por Estados Unidos, donde hay más de 200 casos identificados en 27 estados. La buena noticia es que los investigadores han ideado una estrategia agresiva para identificar, rastrear y contener estos gérmenes, lo que parece ayudar a detener su propagación, según el estudio.
El 50% de los pacientes infectados con estas bacterias mue
Las bacterias son fundamentales para la vida, aunque a menudo las pasamos por alto. Las asociamos con enfermedades y aspectos negativos, pero en realidad son esenciales para nuestra existencia. El cambio climático no es beneficioso para ellas.
Según Andrea Muras, doctora en microbiología y autora del libro ‘La guerra contra las bacterias’, las bacterias son la base de la vida en la Tierra y de todos los seres vivos. Si el cambio climático altera las condiciones climáticas, también modificará las bacterias necesarias para mantener condiciones óptimas de vida.
Uno de los mayores temores relacionados con las bacterias es la presencia de superbacterias. Estas bacterias son resistentes a múltiples antibióticos, lo que dificulta su tratamiento. La culpa de esta situación recae en parte en los seres humanos, debido al abuso de antibióticos en la automedicación, así como en la ganadería y la agricultura.
El abuso de antibióticos ha acelerado la desaparición de las bacterias más débiles y ha permitido que las más resistentes prevalezcan. Además, las superbacterias también existen de forma natural en la naturaleza, como se ha encontrado en muestras de momias y permafrost.
Las superbacterias representan un problema importante para la salud, y se estima que sus efectos podrían costar mil millones de euros al año a los sistemas sanitarios globales. A pesar de su importancia, las superbacterias no reciben la misma atención que otras enfermedades.
La crisis climática también está relacionada con las bacterias. La pérdida de biodiversidad y la expansión de la agricultura intensiva en nuevos terrenos abren nuevas amenazas y pueden afectar a las bacterias beneficiosas. La pérdida de estas bacterias puede causar problemas en el crecimiento de las plantas y en nuestro sistema inmunológico. Además, el contacto con nuevas bacterias peligrosas puede aumentar.
Otros problemas ambientales, como la contaminación acústica y lumínica, también pueden afectar a las bacterias. Por ejemplo, el ruido en las calles puede afectar a la microbiota intestinal. Todos estos cambios ambientales tienen un impacto directo en las bacterias que viven en nosotros o a través de nosotros.
Vivir sin bacterias sería imposible, ya que son esenciales para nuestro cuerpo. La separación cada vez mayor entre la naturaleza y los seres humanos, causada por nuestro encierro en las ciudades, también es un factor a tener en cuenta. Hemos perdido la capacidad de exponer a nuestro cuerpo a diferentes tipos de bacterias, lo que puede tener consecuencias negativas para nuestra salud. Reverdecer nuestras ciudades puede mejorar nuestra relación con las bacterias.
El Consejo Europeo ha adoptado una recomendación para combatir la resistencia de los microorganismos a los medicamentos. Las medidas incluyen reducir el uso de antimicrobianos, fortalecer los planes de los países de la UE, mejorar el control de las resistencias, promover la salud animal y aumentar la conciencia pública sobre el problema. Las resistencias antimicrobianas ya causan más de 35,000 muertes al año en la Unión Europea.
Una pesadilla de bacterias
Las bacterias resistentes a los antibióticos son, desafortunadamente, un problema común en la medicina moderna: más de 2 millones de estadounidenses contraen una infección resistente a los antibióticos cada año, y 23.000 mueren por estas infecciones. Las infecciones resistentes a los antibióticos son una gran preocupación para el mundo de la salud porque son muy difíciles de tratar.
Los médicos comparan la propagación de estas bacterias y otros gérmenes resistentes a los antibióticos con un incendio forestal, ya que son difíciles de contener una vez que se propagan. Por ello, los médicos están tratando de erradicar las nuevas bacterias resistentes a los antibióticos cuando aparecen por primera vez. De esa forma pretenden extinguir la «chispa» antes de que tenga la oportunidad de crecer y extenderse.
¿Por qué no se previenen estas infecciones?
Cuando los investigadores detectaron el primer caso de alta resistencia a los antibióticos, examinaron a otros pacientes del mismo hospital para ver si algunos tenían infecciones «silenciosas», es decir, que estaban infectados pero no mostraban síntomas. Los datos demostraron que 1 de cada 10 personas sometidas al estudio tenían una infección silenciosa.
Los investigadores del CDC explican que, el año pasado, probaron 5.700 muestras de bacterias resistentes y, de esas muestras, 221 fueron CRE o bacterias similares. «Me sorprendió el número de bacterias con una resistencia a los antibióticos inusual», explica la doctora Anne Schuchat, directora adjunta principal del CDC. «Esto fue más de lo que esperaba».
Una vez que los investigadores detectaron estas bacterias, comprobaron en otros pacientes de la misma instalación si la bacteria se había diseminado. Resultó que 1 de cada 10 personas tenía lo que los científicos llaman una infección «silenciosa», es decir, que tenían las bacterias en sus cuerpos, pero no mostraban síntomas.
Afortunadamente, los doctores tienen un plan. Están trabajando duro para detener la propagación antes de que se vuelva algo común. Con ese fin, el CDC ha creado la Red de Laboratorios de Resistencia a Antibióticos (ARLN) para probar y rastrear estas peligrosas bacterias. Usando una estrategia de contención agresiva, los investigadores han podido controlar la infección. Pero el peligro no ha terminado: los médicos y los científicos tendrán que estar atentos para adelantarse a la tendencia a la resistencia a los antibióticos a medida que las bacterias continúen evolucionando y cambien para evadir nuestros esfuerzos.
El efecto del Calentamiento Global en las Superbacterias
La Organización Mundial de la Salud, en un esencial estudio del que todos debemos hacernos eco, advirtió que para el año 2050 en el mundo habrá más muertes relacionadas con superbacterias resistentes que todas las muertes que suman los distintos tipos de cáncer. El problema es que nos estamos quedando sin antibióticos eficaces para combatir estas bacterias ya que su capacidad de evolucionar es superior a la nuestra al crear antibióticos.
La eficacia de los antibióticos es uno de los pilares básicos de nuestra actual sanidad y ha conseguido que la esperanza de vida de la Humanidad alcanzara cotas impensables en tan solo un siglo. Sin embargo, en su éxito sin precedentes también radica una de sus mayores debilidades: el uso y abuso de antibióticos se ha convertido en una verdadera pesadilla y una de las razones por las que las superbacterias se están adaptando tan rápidamente. Y la consecuencia será dramática: La resistencia a antibióticos será la principal causa de muerte en el planeta.
Por otro lado sabemos a ciencia cierta que el cambio climático se ha convertido en una importante amenaza para la salud pública mundial, particularmente porque el aumento de las temperaturas produce también una mayor población de insectos transmisores de enfermedades, como los mosquitos. Pero este aumento de las temperaturas, tal y como indican todos los estudios, está contribuyendo también a un aumento de las superbacterias. El calor alienta a las bacterias a crecer, proporcionándoles la oportunidad de mutar y eludir los antibióticos que en otros tiempos las mataban fácilmente.
Fuente: Live Science
¿Qué tienen que ver las bacterias con la vida?
Imagina esta escena. De repente, ciertos ingredientes en su cocina comienzan a mezclarse mágicamente. Los huevos, el bicarbonato de sodio, la harina y la mantequilla comienzan a combinarse y hornearse en un delicioso pastel. ¡Estás sorprendido al ver este pastel hecho por ti mismo! Y luego, las cosas se ponen aún más extrañas. El pastel comienza a partirse para producir pasteles más deliciosos. Luego, estos pasteles también comienzan a dividirse, creando aún más dulces.
¿Te suena imposible esta extraña situación? Bueno, en realidad es bastante similar a cómo los aminoácidos se combinan en proteínas, un proceso que es esencial para la vida.
La vida comenzó de forma espontánea como un paquete de genética de material que encontró una manera de copiar en sí.
Las proteínas creadas cuando los aminoácidos se combinan son los componentes básicos de la vida. Puede parecer extraño cómo aparecen casi al azar, al igual que nuestro pastel auto horneado. Pero no debería; Los procesos de autoensamblaje ocurren constantemente, desde la simetría de los copos de nieve hasta los anillos de Saturno.
Y si puede suceder con ingredientes inorgánicos como hielo y roca, ¿por qué no puede suceder con ingredientes orgánicos? Después de todo, la única diferencia real entre la materia orgánica y la inorgánica son los ingredientes esenciales: carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno.
Todo esto significa que la vida espontánea es posible. Pero lo que esto no explica es cómo sucedió. ¿Y por qué sucedió aquí, en la Tierra?
La vida tal como la conocemos es el resultado de un único truco genético que se ha transmitido de generación en generación. Este momento de la creación ocurrió hace cuatro mil millones de años, cuando un pequeño paquete de sustancias químicas logró dividirse. Al dividirse, aprendió una forma de transmitir su código genético. Este único evento inició toda la vida en la Tierra. Los biólogos lo han llamado el Gran Nacimiento .
El proceso iniciado por el Gran Nacimiento eventualmente creó bacterias. Siguieron siendo las únicas formas de vida del planeta durante dos mil millones de años. Luego, las bacterias comenzaron a aprender a aprovechar las moléculas de agua. Al hacerlo, crearon el proceso de fotosíntesis, que llenó el mundo de oxígeno.
Cuando los niveles de oxígeno alcanzaron las cantidades actuales, llegaron formas de vida complejas. Evolucionaron en dos grandes grupos: los que expulsan oxígeno, como las plantas, y los que lo consumen, como nosotros.
Por supuesto, desde este momento hace cientos de millones de años, la vida ha seguido evolucionando.
Las muertes por superbacterias superan a las del sida o la malaria
En un estudio reciente publicado en ‘The Lancet’, se estima que las bacterias resistentes a medicamentos causaron aproximadamente 1,27 millones de muertes directas y estuvieron implicadas en al menos 4,95 millones de decesos en 2019. La resistencia bacteriana a los antimicrobianos (RAM) ha emergido como una de las principales amenazas para la salud pública en el siglo XXI. Un análisis sistemático titulado ‘Impacto mundial de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos en 2019’ revela que las infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos provocaron más muertes en comparación con enfermedades como el sida o la malaria. Durante el mismo período, el sida y la malaria causaron 860,000 y 640,000 muertes respectivamente, lo que resalta la gravedad de la situación.
La creciente preocupación por la resistencia bacteriana a los antimicrobianos
La resistencia bacteriana a los antimicrobianos ocurre cuando los cambios en las bacterias reducen la eficacia de los medicamentos utilizados para tratar infecciones. Esto conduce a que ciertas infecciones se vuelvan cada vez más difíciles de tratar, lo que representa un desafío importante para la comunidad médica y la salud pública en general.
El estudio proyecta que, si no se toman medidas para controlar la RAM, podría ocasionar hasta 10 millones de muertes en el año 2050. Aunque estas cifras han sido objeto de debate, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y numerosos grupos de investigadores coinciden en que la propagación de la resistencia bacteriana es un problema urgente que requiere una respuesta global y coordinada. Si no se aborda adecuadamente, esta propagación podría hacer que los patógenos bacterianos sean mucho más letales en el futuro.
El profesor Chris Murray, coautor del estudio y miembro del Institute for Health Metrics and Evaluation de la Universidad de Washington, destaca la importancia de combatir esta amenaza basándose en los nuevos datos revelados por el estudio. Antes se estimaba que habría 10 millones de muertes anuales por RAM en 2050, pero ahora se comprende que esta cifra está más cerca de ser una realidad de lo que se pensaba. El científico hace un llamado para corregir el rumbo y fomentar la innovación en esta área de estudio.
Un análisis global de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos
El informe de Global Research on Antimicrobial Resistance (GRAM) proporciona estimaciones de muertes relacionadas con 23 patógenos y 88 combinaciones patógeno-fármaco en 204 países y territorios durante el año 2019. Utilizando modelos estadísticos, se logró estimar el impacto de la RAM en lugares donde no existen datos disponibles.
Según el estudio, la RAM causó directamente 1,27 millones de muertes en 2019, mientras que también se sugiere que tuvo algún papel en 4,95 millones de muertes. Esto subraya la amplia escala y el alcance del problema en todo el mundo.
La resistencia a los antimicrobianos: un problema global y diverso
El artículo destaca que aunque los países de bajos ingresos son los más afectados por esta amenaza, la resistencia a los antimicrobianos también tiene un impacto significativo en países con mayores ingresos. Se observa una concentración de muertes directamente relacionadas con la RAM en África subsahariana y en el sur de Asia, con 24 y 22 muertes por cada 100,000 habitantes, respectivamente. A su vez, en estos mismos lugares, la resistencia estuvo relacionada con 99 y 77 muertes por cada 100,000 habitantes.
La diferencia en el número de fallecimientos también es evidente entre países ricos y pobres. En los países de ingresos altos, la RAM se asoció con 13 muertes por cada 100,000 habitantes, mientras que en los países de ingresos bajos este número fue de 56 muertes por cada 100,000 personas.
Niños pequeños en alto riesgo
La resistencia bacteriana a los antimicrobianos no discrimina por edad, pero los niños pequeños son especialmente vulnerables. Según el estudio, una de cada cinco muertes atribuibles a la RAM ocurre en niños menores de cinco años. Las enfermedades que más presentan farmacorresistencia son la neumonía, las infecciones del torrente sanguíneo y las infecciones intraabdominales.
Un llamado a la acción
El epidemiólogo Ramanan Laxminarayan, del Center for Disease Dynamics, Economics & Policy en Estados Unidos, resalta cómo la RAM ha pasado de ser una enfermedad desconocida a una preocupación de salud pública. La cifra más baja de muertes estimada por el estudio (911,000) ya supera el número de muertes por VIH (860,000). Sin embargo, el gasto mundial para hacer frente a la RAM es considerablemente menor en comparación con los recursos destinados al sida.
Laxminarayan insta a aumentar la inversión en la prevención de la resistencia antimicrobiana, dirigir los fondos hacia la prevención de infecciones y asegurar un uso adecuado de los antibióticos actuales. Además, hace un llamado a la concienciación y el compromiso de los profesionales de la salud y los políticos para abordar esta problemática, así como mejorar el acceso a antibióticos asequibles y eficaces.
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