Actualizado el viernes, 20 septiembre, 2024
La carne roja ahora se clasifica a partir de ahora como «probablemente cancerígena«. La mayoría de las carnes procesadas contienen carne de cerdo o carne de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos tales como la sangre. Ejemplos de carnes procesadas incluyen salchichas, carne en conserva y cecina o carne seca, así como carne en lata, y las preparaciones y salsas a base de carne.
¿Qué dice la OMS sobre el riesgo de cancer?
El dictamen concluye que este tipo de alimentos es “carcinogénico para los humanos” y lo incluye en el grupo de sustancias más peligrosas para la salud junto con el humo del tabaco, el plutonio o el aire contaminado, entre otros más de 100 compuestos analizados anteriormente. En un informe publicado recientemente, el organismo también considera que la carne roja como “probablemente carcinogénica”.
La decisión de la ONU fue adelantada la semana pasada por el Daily Mail y ocasionó un fuerte rechazo por parte de la industria alimentaria que teme el impacto de esta noticia en la producción internacional. El Instituto Norteamericano de la Carne, una gran patronal cárnica en EE UU, dijo el viernes que el estudio “atenta contra el sentido común” y va en contra de “docenas de estudios en los que no se ha encontrado correlación entre la carne y el cáncer”.
¿Es tan malo comer jamón como fumar tabaco?
No. La clasificación de la IARC solo establece el nivel de evidencia que hay de que un producto produce cáncer, pero no determina el riesgo de desarrollar la enfermedad. Es decir, para todos los productos clasificados en el Grupo 1 existe una evidencia clara de que producen cáncer, aunque el riesgo de contraer la enfermedad al consumir o entrar en contacto con estos productos varía de uno a otro.
De acuerdo con las estimaciones más recientes, las muertes atribuibles al consumo de carne procesada en el mundo son cerca de 34.000 al año, lejos del millón de muertes asociadas al consumo de tabaco, de las 600.000 debidas al consumo de alcohol o de las más de 200.000 vinculadas con la contaminación del aire. (Fuente)
La evolución de la dieta nos detracta como gordos y perezosos. Si nos comparamos con la generación de nuestros abuelos o incluso con la de nuestros padres identificamos un generoso aumento en la ingesta de carne, mayor consumo de azúcares, mayor presencia de las grasas y aceites vegetales acompañados de un importante crecimiento del consumo de alimentos refinados y procesados. Estas tendencias se suman al drástico descenso en el consumo de legumbres y granos, alimentos básicos en la pirámide alimenticia.
Pero el estudio de la ONU es concluyente y encuentra suficientes evidencias científicas para considerar las hamburguesas y el resto de las carnes procesadas como un producto que genera cáncer. La mayor parte de las evidencias que citan en el sumario de sus conclusiones, publicado hoy en The Lancet Oncology, se basan en estudios epidemiológicos realizados en varios países europeos y otras partes del mundo.
Los expertos recomiendan un consumo máximo semanal «de 500 gramos (peso cocido) de carne roja (ternera, cerdo y cordero). Así como comer poco o nada de carnes procesadas como charcutería o salchichas».
Respecto a las carnes, la contaminación bacteriana de pollo y cerdo es baja en ambos. Pero en la carne industrial la resistencia a los antibióticos es un 33% mucho más peligrosa Todos sabemos que existen numerosos rumores acerca de cómo McDonald’s produce sus famosos Chicken McNuggets. Algunos de esos rumores hablan incluso de que le añaden un tipo de sustancia rosa en la mezcla de carne. McDonald’s ya lanzó algún vídeo en el pasado para desmentir tal cosa. Pero recientemente y para desmentir nuevamente los rumores sobre el origen de sus productos, la cadena de comida rápida McDonalds ha publicado un nuevo vídeo que muestra en detalle cuáles son los ingredientes de los McNuggets de pollo y cómo se producen.
En cualquier caso, es importante recordar que el riesgo adicional de estos alimentos para una persona es limitado, según reconoce incluso la IARC en un comunicado. En concreto calcula que cada 50 gramos de carne procesada que se coma aumentan el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%. Esto supone que “para un individuo, el riesgo […] es pequeño, pero aumenta con la cantidad consumida”, ha explicado Kurt Straif, uno de los responsables del trabajo. Dado el alto consumo de este tipo de alimentos en muchos países, ha añadido, hay un «impacto en la incidencia global del cáncer importante para la salud pública».
Se ha constatado en numerosos estudios que la dieta suele ir muy vinculada a los ingresos de renta de una persona o familia. Así pues el auge de una nueva clase mundial, con China al frente, está generando el aumento de la demanda de productos agrícolas y ganaderos cuyo consumo va asociado con el aumento de ingresos, como por ejemplo la carne, la leche y el aceite vegetal. Por otro lado aquellas personas cuyos ingresos son reducidos o extremadamente reducidos pueden entrar en riesgo de sufrir malnutrición. Este segmento de población se ve, pues, muy expuesto y afectado por la variación de los precios de los alimentos.
Salchichas, jamón y otros embutidos provocan cáncer colorrectal, y la ingesta excesiva de carne roja «probablemente» también.
En el caso de la carne roja, los expertos consideran que los indicios son «limitados», por lo que la incluyen en el grupo 2A, solo un escalón por debajo de los compuestos más dañinos. «En esta evalucación «el grupo de trabajo tomó en consideración todos los datos relevantes, incluidos los abundantes datos epidemiológicos que muestran una asociación positiva entre el consumo de carne roja y el cáncer colorrectal y los fuertes indicios mecanísticos (…) también se asocia a los cánceres de páncreas y próstata».
Estos resultados apoyan aún más las recomendaciones actuales de salud pública de reducir el consumo de carne”, ha dicho Christopher Wild, director de la IARC. “Al mismo tiempo, la carne roja tiene un valor nutricional”, añade. El trabajo monográfico del panel de expertos es “importante” para que las agencias reguladoras internacionales hagan un análisis de “riesgos y beneficios” y hagan una recomendación al respecto, ha dicho Wild.
El trabajo ha analizado más de 800 estudios científicos sobre la asociación entre el consumo de estos alimentos y 12 tipos de cáncer en varios países. La información más “influyente” ha venido de los estudios de cohorte realizados en los últimos 20 años, dice el IARC.
La decisión va en la línea de lo que opinan otras organizaciones dedicadas a la lucha contra el cáncer. Por ejemplo, la Fundación Internacional para la Investigación en Cáncer, considera «convincente» que tanto la carne procesada como la carne roja están asociadas al cáncer colorrectal.
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard, en la ciudad de Cambridge, Massachusetts, de Estados Unidos, ya reveló en 2012 que las carnes rojas pueden cobrar un alto precio a aquellas personas que la consumen a diario. Esto es debido a que aumentan el riesgo de padecer cáncer e incluso pueden acelerar la muerte. Además, reveló que el consumo de embutidos que contienen grasas saturadas, sodio, nitritos y otros componentes, están vinculados a muchas enfermedades crónicas. Lo curioso es que, según un estudio realizado por la Universidad de El Salvador (UES), es una de las enfermedades y muertes más frecuentes en el país.
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