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La verdad sobre la zona de confort y cómo salir de ella

Merece ser compartido:

Actualizado el miércoles, 16 agosto, 2023

En la búsqueda constante de crecimiento personal y profesional, a menudo nos encontramos inmersos en la idea de que solo podemos evolucionar si nos aventuramos audazmente más allá de nuestra zona de confort. Si bien este paradigma ha sido ampliamente aceptado y promovido como la clave del éxito, es esencial cuestionar si este enfoque siempre es beneficioso para nuestro bienestar mental y emocional. En realidad, este pensamiento puede mantener a muchas personas atrapadas en ciclos interminables de estrés, ansiedad y baja autoestima. Una alternativa más saludable y efectiva radica en imaginar el crecimiento desde un lugar seguro, fácil y cómodo.

A menudo, la idea de salir de la zona de confort se interpreta como enfrentarse constantemente a situaciones desconocidas y desafiantes, lo que puede llevar a una presión constante y a una sensación de estar al borde. En lugar de eso, el crecimiento desde un lugar de seguridad y comodidad implica un enfoque más gentil y sostenible. Al abordar el crecimiento desde una base estable, nuestro cerebro y sistema nervioso están mejor preparados para asimilar nuevas experiencias y aprendizajes de manera saludable y eficiente.

El proceso de crecimiento no debe convertirse en un campo de batalla contra nosotros mismos. Al contrario, se trata de honrar nuestras necesidades y capacidades individuales. Al permitirnos crecer desde un lugar seguro, reconocemos que la autenticidad y el autocuidado son esenciales para el bienestar general. La presión constante para «salir de la zona de confort» puede resultar contraproducente si no se equilibra con momentos de tranquilidad y estabilidad.

Parte de este enfoque implica darse tiempo. La inmediatez de los resultados a menudo domina nuestro pensamiento, pero olvidamos que el crecimiento es un proceso gradual. Dividir los desafíos en pasos pequeños y manejables no es un signo de debilidad, como a veces se percibe, sino de coraje y autoaceptación. Al abordar los objetivos en etapas alcanzables, creamos un sentido de logro constante y evitamos la sensación abrumadora que puede surgir al enfrentar un desafío en su totalidad.

El miedo al fracaso también puede ser un obstáculo significativo en nuestro camino hacia el crecimiento. Al optar por un enfoque basado en la comodidad, podemos reducir la presión asociada con el riesgo de fracasar. La autoaceptación y la autenticidad juegan un papel crucial en este proceso. Reconocer nuestras limitaciones y admitir cuando necesitamos ayuda no es un signo de debilidad, sino de madurez y valentía.

La noción convencional de que el crecimiento solo ocurre cuando nos aventuramos constantemente fuera de nuestra zona de confort puede ser dañina para nuestra salud mental y emocional. En cambio, la idea de crecer desde un lugar seguro, fácil y cómodo promueve un enfoque más equilibrado y sostenible para el desarrollo personal. Al darle importancia a la autenticidad, el autocuidado y la división de los desafíos en pasos manejables, podemos abrazar el crecimiento como un proceso gradual y gratificante en lugar de una lucha agotadora. En última instancia, se trata de encontrar la armonía entre la aspiración y el bienestar, permitiéndonos crecer de manera genuina y sin comprometer nuestra salud emocional.

El concepto de «zona de confort» es de vital importancia debido a su impacto en nuestras vidas y desarrollo personal. Es una idea fundamental en la psicología y el crecimiento humano, ya que define el estado mental y emocional en el que nos sentimos cómodos y seguros, evitando situaciones que consideramos desafiantes o desconocidas.

La importancia de este concepto radica en los siguientes aspectos:

  1. Autoconocimiento: Entender nuestra zona de confort nos permite conocernos mejor a nosotros mismos. Identificar nuestras limitaciones y temores nos ayuda a comprender qué nos impide avanzar y crecer.
  2. Superación personal: Salir de la zona de confort nos reta a enfrentar nuevos desafíos y aprender cosas nuevas. Este proceso de superación personal nos lleva a desarrollar habilidades y capacidades que, de otra manera, permanecerían inexploradas.
  3. Crecimiento y aprendizaje: Al aventurarnos fuera de nuestra zona cómoda, nos exponemos a nuevas experiencias y perspectivas. Este crecimiento y aprendizaje continuo son fundamentales para nuestro desarrollo personal y profesional.
  4. Flexibilidad y adaptabilidad: Al enfrentar lo desconocido, desarrollamos una mayor capacidad de adaptación y flexibilidad ante los cambios, lo cual es esencial en un mundo en constante evolución.
  5. Alcance de metas y sueños: La zona de confort puede ser un obstáculo para alcanzar nuestras metas y perseguir nuestros sueños. Al salir de ella, nos abrimos a oportunidades que nos acercan a lo que realmente deseamos.
  6. Mejora de la autoconfianza: Enfrentar y superar desafíos nos brinda una sensación de logro y fortalece nuestra autoconfianza. Esto nos impulsa a seguir desafiándonos a nosotros mismos y a perseguir objetivos más ambiciosos.
  7. Fomento de la creatividad: La comodidad puede frenar nuestra creatividad, pero al salir de la zona de confort, nuestra mente se vuelve más abierta y receptiva a nuevas ideas e innovaciones.

El concepto de zona de confort es importante porque nos invita a cuestionar nuestros límites y nos motiva a buscar un crecimiento constante. Al superar nuestros miedos y desafiar lo conocido, encontramos nuevas oportunidades y nos convertimos en versiones más completas y realizadas de nosotros mismos. Es un camino hacia el autodescubrimiento y el logro de una vida más plena y enriquecedora.

¿Qué es la zona de confort en psicología?

La zona de confort en psicología es un concepto ampliamente estudiado y reconocido que hace referencia a un estado mental y emocional en el que una persona se siente cómoda y segura, evitando situaciones o desafíos que podrían generar estrés o ansiedad. Es como una burbuja donde todo es familiar y predecible, lo que da una sensación de control y estabilidad.

Cómo salir de la zona de confort

Salir de la zona de confort es un proceso valioso para el crecimiento personal y profesional. Al hacerlo, nos abrimos a nuevas experiencias y oportunidades que pueden enriquecer nuestras vidas. El primer paso para salir de esta zona es reconocerla y admitir que estamos en ella. Una vez que somos conscientes de nuestra comodidad, podemos comenzar a dar pasos hacia el cambio.

Los riesgos de quedarse en la zona de confort

Permanecer en la zona de confort puede parecer seguro, pero en realidad, tiene sus riesgos. Si evitamos constantemente enfrentarnos a desafíos, nuestro crecimiento se estanca, y podemos perder oportunidades significativas en nuestra vida. Además, el miedo a lo desconocido puede limitarnos y evitar que alcancemos nuestro verdadero potencial.

¿Por qué es importante salir de la zona de confort?

Salir de la zona de confort es fundamental para alcanzar el éxito y la felicidad. Cuando nos atrevemos a enfrentar situaciones nuevas, aprendemos y adquirimos habilidades que de otra manera nunca hubiéramos desarrollado. Esto nos brinda confianza en nosotros mismos y nos permite expandir nuestros horizontes. Además, la vida fuera de la zona de confort está llena de emocionantes desafíos y oportunidades para crecer.

Consejos para enfrentar la zona de confort

  1. Identificar nuestras barreras mentales: Reconocer los miedos y creencias limitantes que nos mantienen en la zona de confort es el primer paso para superarlas.
  2. Establecer metas desafiantes pero alcanzables: Marcarse objetivos que requieran esfuerzo y superación nos motiva a salir de nuestra zona cómoda.
  3. Aprender a tolerar la incertidumbre: Aceptar que el cambio conlleva cierto grado de incertidumbre nos ayudará a abrazar nuevas oportunidades.
  4. Buscar apoyo y motivación: Compartir nuestros desafíos con personas de confianza y rodearnos de personas que nos inspiren puede ser de gran ayuda.
  5. Celebrar los logros: Reconocer y celebrar cada paso fuera de la zona de confort refuerza nuestra determinación.

Cómo identificar si estoy en mi zona de confort

Es posible que estemos en nuestra zona de confort sin siquiera darnos cuenta. Algunas señales de que estamos en este estado incluyen:

  • Resistencia a asumir nuevos retos.
  • Evitar conversaciones o situaciones incómodas.
  • Estancamiento en nuestra vida personal o profesional.
  • Sensación de aburrimiento o insatisfacción general.

Beneficios de salir de la zona de confort

Salir de la zona de confort ofrece numerosos beneficios que impactan positivamente en todos los aspectos de nuestras vidas:

  1. Crecimiento personal: Nos enfrentamos a nuevos desafíos y aprendemos cosas nuevas, lo que nos lleva a un crecimiento personal significativo.
  2. Aumento de la confianza: A medida que superamos obstáculos, nuestra confianza en nuestras habilidades aumenta.
  3. Mayor creatividad e innovación: Al exponernos a lo desconocido, estimulamos nuestra creatividad y capacidad para encontrar soluciones innovadoras.
  4. Mejoras en nuestras relaciones: Salir de la zona de confort nos permite conectarnos con otras personas y mejorar nuestras relaciones sociales.
  5. Logro de metas más ambiciosas: Al vencer miedos y limitaciones, nos sentimos más capaces de perseguir metas ambiciosas.

¿Cuáles son los límites de la zona de confort?

La zona de confort no tiene límites físicos, sino que está definida por nuestras propias percepciones y creencias. Lo que puede ser desafiante para una persona puede no serlo para otra. Los límites de la zona de confort varían de un individuo a otro y están influenciados por su experiencia, personalidad y contexto.

Cómo expandir la zona de confort gradualmente

Ampliar nuestra zona de confort no significa lanzarnos de inmediato a situaciones extremas. Es un proceso gradual que debe hacerse de forma segura y consciente. Algunas estrategias para hacerlo incluyen:

  • Tomar pequeños riesgos: Comenzar con desafíos pequeños nos prepara para enfrentar retos mayores.
  • Aprender nuevas habilidades: Adquirir conocimientos y habilidades nos da confianza para enfrentar lo desconocido.
  • Buscar apoyo: Contar con el apoyo de amigos, familiares o un mentor puede ser de gran ayuda en este proceso.
  • Aceptar posibles fracasos: Entender que los fracasos son oportunidades de aprendizaje nos permite seguir adelante.

Frases inspiradoras sobre la zona de confort

«El éxito siempre está al otro lado del miedo.» «Lo único constante en la vida es el cambio.» «Si quieres crecer, debes estar dispuesto a sentirte incómodo.» «La verdadera magia sucede fuera de la zona de confort.»

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Historia Personal para explicar la zona de confort

Recuerdo perfectamente estar en aquella estación esperando el autobús que me llevara hasta un pueblo, de difícil acceso, donde estaba la empresa que me iba a hacer la entrevista de trabajo. Era diciembre, en Holanda, un frío que te mueres. Era muy temprano por la mañana, llevaba en mi bolsillo una nota con el nombre del pueblo escrito “Wijk bij Duurstede”, aquello no había quien lo pronunciara. Al entrar en el autobús le enseñé la nota al conductor para que me indicara cuando me tenía que bajar, cuando llegué a mi destino el conductor, encantador, me explico el camino que tenía que tomar  y me advirtió que me llevaría unos  15 minutos ya que la empresa se encontraba en la zona industrial del pueblo, a las afueras.

Recuerdo perfectamente ese trayecto caminando, un frío horrible, todavía no había amanecido del todo, estaba oscuro….. me venían pensamientos tipo:

“Pero ¿qué hago yo aquí en medio de la nada yendo a una entrevista de trabajo….? ¿de verdad tengo necesidad de esto?”…

Estaba nerviosa, era una entrevista para trabajar de Account Manager para una empresa holandesa, nunca había trabajado como profesional anteriormente, había terminado unas prácticas que estaba realizando ahí y había decido que mi experiencia en Holanda no había terminado, y me puse a buscar trabajo…. Era mi primera entrevista, os puedo asegurar que la preparé a conciencia: me leí todo lo que encontré sobre la empresa, preparé las posibles preguntas y las respuestas etc. De la entrevista salí muy contenta,  y en seguida me llamaron para comunicarme que todo iba bien pero que tenía que completar mi entrevista con un test de conocimientos a rellenar en un tiempo limitado.  Todo salió bien y me contrataron con unos honorarios que no me esperaba 🙂

Todos los años la empresa se iba a una gran feria del sector a Alemania, y el director quería que recibiera un training intensivo de 5 días y que luego me fuera con ellos a la feria. De esta manera, rápidamente me iba a familiarizar con los productos de la empresa y su forma de trabajar, ¡¡todo un reto para mí!!  Pues os puedo decir, que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida! Finalmente trabajé casi cuatro año con ellos… y no os podéis imaginar la cantidad de experiencias que he vivido y sobre todo, todos los conocimientos y aprendizajes que adquirí!!!

Si no me hubiera decidido a dar ese paso, y hubiera vuelto a España después de las prácticas, a mi zona de confort,  no habría vivido el cumulo de experiencias tan fantásticas que me dio esa oportunidad. Nunca habría llegado a saber lo que soy capaz de alcanzar por mí misma, y por supuesto, no sería la persona que soy ahora mismo. Esa experiencia me hizo crecer…

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Es ahí, fuera de la zona de confort donde uno crece! Donde uno saca a florecer todo su verdadero potencial, ya que son caminos desconocidos que nos obliga a expandir nuestros límites y ser más de lo que somos e hubiéramos imaginado. ES AHÍ FUERA DONDE OCURREN COSAS INCREÍBLES!

Aquí os dejo un cuento que nos refleja perfectamente lo que quiero transmitiros:

Cuento de los Dos Arboles para explicar las zonas de Confort

Una vez, un niño de ocho años que era muy listo para su edad, fue a visitar a su abuelo como hacía cada fin de semana. Esta vez tenía una idea muy interesante en la mente, se había propuesto triunfar en la vida y pensaba hacer todo lo que fuera necesario para lograr ese objetivo.

Su abuelo había sido una persona de éxito por lo que le formuló la siguiente pregunta: Yo, cuando crezca voy a tener mucho éxito. Abuelo, ¿Puedes darme algún consejo sobre cómo alcanzarlo?

El abuelo asintió pero no dijo ni una palabra. Cogió al niño de la mano y fueron a un vivero donde compraba regularmente las plantas. Le dijo que escogiera dos árboles.

Se los llevaron a la casa y se dispusieron a plantarlos en un lugar adecuado. Uno de ellos lo pusieron en el jardín, el otro, en cambio, lo plantaron en una pequeña olla en el interior.

Entonces el abuelo le preguntó a su nieto: ¿Cuál de los dos árboles piensas que va a tener más éxito en el futuro?

Al niño le encantaba este tipo de acertijos, así que se tomó unos minutos para pensarlo y dijo: El árbol de la olla. La razón es que aquí dentro se encuentra protegido y seguro. El de fuera tiene que enfrentarse a elementos externos que pueden dificultar que crezca.

El abuelo se encogió de hombre y dijo: ya veremos.

El tiempo pasó y el abuelo se encargó de cuidar las dos plantas por igual. Un día, el niño ya convertido en adolescente volvió a visitar a su abuelo.

-En realidad nunca contestaste a mi pregunta-le dijo- ¿Cómo puedo tener éxito cuando sea mayor?

El anciano llevo a su nieto a ver los dos árboles, luego le dijo: ¿Cuál es el mayor?

-Pero no tiene sentido-, dijo el adolescente. –Es más grande el de fuera… pero tendría que haber crecido más el otro de dentro ya que ha tenido menos dificultades para hacerlo.

-Sí, pero el riesgo de enfrentarse a desafíos vale la pena-Dijo el abuelo sonriendo. –Si eliges la opción segura nunca vas a crecer. En cambio, los peligros y desafíos hacen que tu único límite pueda ser el cielo.

Si tú tienes el valor de arriesgar y apostar por que realmente crees, puedes tener la certeza de que despertarás tu verdadero potencial y tendrás éxito en aquello que te propongas.

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Crítica a la zona de Confort

Aunque el paradigma ampliamente aceptado es que el crecimiento solo se puede lograr si te esfuerzas más allá de tu zona de confort, ese tipo de pensamiento ha mantenido a muchas personas atrapadas en ciclos interminables de estrés, ansiedad y baja autoestima. Una mejor manera de pensar en el crecimiento es imaginar crecer desde un lugar seguro, fácil y cómodo. Cuando haces eso, tu cerebro y tu sistema nervioso están mejor capacitados para tomar buenas decisiones y aprender cosas nuevas. Darse tiempo y dividir los grandes desafíos en pasos pequeños y manejables tampoco es un signo de debilidad, sino de coraje, autoaceptación y autenticidad.

Deshazte de la mentalidad de incomodidad y abraza tu flujo

Hojee cualquier libro motivacional o de autoayuda y es probable que se encuentre con alguna versión de este mensaje central: debe esforzarse más allá de su zona de confort para lograr algo que valga la pena. La autora escuchó estos mensajes a temprana edad y abrazó la idea de que, a menos que se esforzara, viviera al borde del crecimiento y se apoyara en su incomodidad, nunca lograría sus objetivos. 

Y durante un tiempo, funcionó. Estudió mucho, se obsesionó con sus objetivos y pasó cada momento de vigilia empujándose a sí misma para alcanzarlos. Completó su horario universitario hasta el tope, se conectaba constantemente a pesar de ser introvertida, y apartó todos esos sentimientos incómodos, diciéndose a sí misma que la incomodidad era realmente buena . Era una señal de crecimiento.

Así es exactamente como ella también se quemó. A pesar de todos los elogios por sus muchos logros, se sentía vacía y apática. Peor aún, se había enseñado a sí misma a no escuchar su intuición, a no tomar en serio sus propias necesidades y honrarlas. Así que se perdió todas las señales de advertencia de un colapso inminente. Cuando tenía poco más de veinte años, atormentada por la ansiedad y la depresión, la obesidad y la mala salud, sufrió un colapso mental y físico completo. Sintiéndose como un fracaso, sabía que algo tenía que cambiar. Pero se necesitarían varias averías más antes de que lo hiciera.

Finalmente, cuando tocó fondo, comenzó a honrar la tranquila voz de la intuición que le decía que estaba bien ser ella misma . No la reina de la cultura de la rutina, ve y consíguelos, cuya autoestima subió y cayó con su último logro, sino solo su yo auténtico, positivo y feliz. La que le gustaba tener tiempo para reflexionar, para conectarse profundamente con los demás y consigo misma. Cuando hizo de esas cosas una prioridad, las cosas incluso se volvieron más fáciles a medida que comenzó a prosperar.

Así que este artículo romperá algunos mitos de larga data sobre lo que se necesita para tener éxito, comenzando con la idea de que no puedes crecer o tener éxito sin sufrir por ello. Examinará honestamente los costos de vivir fuera de su zona de confort durante demasiado tiempo y cómo puede evitarlo alimentando su intuición y haciendo de la comodidad una prioridad. Luego ofrece algunos consejos prácticos para ayudarlo a trazar un nuevo rumbo hacia la vida con la que sueña, sin salir nunca de su zona de confort. 

¿Sin dolor no hay ganancia? Piensa otra vez

Tómate un momento e imagina un momento de tu infancia en el que tuviste problemas para hacer algo, como la tarea de matemáticas o aprender a andar en bicicleta. ¿Qué tipo de cosas decían las personas a tu alrededor al respecto? 

Para muchos, la respuesta podría haber sido algo como, simplemente no te estás esforzando lo suficiente , o si quieres mejorar en algo, tienes que trabajar duro . O tal vez fue el siempre alentador Nada viene fácil .

El verdadero mensaje de estos comentarios es simple: todo lo que vale la pena en la vida tiene un alto precio en esfuerzo, tiempo o incomodidad. Ya sea en la escuela, el trabajo, los deportes o incluso en la mesa familiar, la creencia de que el trabajo arduo es la única forma de lograr sus objetivos es un paradigma aceptado. 

Y las creencias importan más de lo que piensas. El cerebro humano cree cosas, como mensajes que escucha de padres, maestros, líderes religiosos, medios de comunicación o compañeros, y luego busca activamente evidencia para respaldar esas creencias. La idea de que la experiencia determina tus creencias es en realidad falsa. Llamado sesgo de confirmación por el psicólogo inglés Peter Wason, es una tendencia demasiado humana a ignorar la evidencia que contradice las propias creencias y, en cambio, buscar inconscientemente la confirmación de ellas.

Entonces, si cree que solo puede construir una vida que ama trabajando increíblemente duro todo el tiempo, buscará evidencia de que esto es cierto. Ignorará por completo el hecho de que esta creencia en realidad lo está encadenando a la incomodidad, la ansiedad y el estrés. Peor aún, esta creencia se basa en la idea de que hay un déficit fundamental que tienes que compensar empujándote a ti mismo a crecer de maneras incómodas, que solo puedes lograr cosas que valen la pena trabajando en contra de tu propia naturaleza y no siendo tú mismo.

Es por eso que el primer paso para encontrar tu zona de confort es buscar creencias como esta y comenzar a desafiar sus mensajes implícitos. Si has internalizado la idea de que tu autoestima está ligada a tus logros, es posible que te sientas obligado a seguir impulsándote a ti mismo como una forma de vida. Esa es una receta para el agotamiento y el agotamiento, y para negarte el amor y la compasión que tanto mereces solo por ser tú .

Entonces, la próxima vez que se sienta obligado a decir «sí» a establecer una meta o asumir un desafío, independientemente de cuán ansioso o temeroso lo haga, haga una pausa por un momento y pregúntese por qué se siente así. Puede descubrir que estas creencias lo están atrapando fuera de su zona de confort, manteniéndolo en lugares que son mucho menos propicios para vivir la vida que ama.

Fuera de la zona de confort

Si no estás en tu zona de confort en este momento, sintiéndote auténtico y satisfecho con la vida, puedes estar experimentando otra zona de vida que es mucho menos placentera. Así que echemos un vistazo más de cerca a las tres zonas de vida, para entender por qué elegir la cómoda tiene mucho sentido.

Cuando no estás en un lugar donde te sientes realizado, auténtico y conectado con las cosas que realmente te importan, entonces estás viviendo en la zona de supervivencia o en la zona complaciente .

Justo fuera de su zona de confort está la zona de supervivencia . Este es el lugar donde te presionas a ti mismo para hacer un esfuerzo descomunal y tomar decisiones basadas en el estrés, el miedo y la incertidumbre. En la zona de supervivencia, es fácil tomar decisiones a corto plazo que ponen en peligro la salud y el bienestar a largo plazo, porque la vida diaria es caótica, impulsada por circunstancias que se sienten fuera de su control. 

Muchos adictos al trabajo permanecen en la zona de supervivencia e incluso pueden ser admirados por su ética de trabajo. Pero lo que impulsa todo este esfuerzo es una capa de miedo: miedo a que los objetivos estén fuera de su alcance, a que ser ellos mismos no sea suficiente, a que sus logros no estén a la altura de los de los demás. 

Aquellos en la zona de supervivencia probablemente se sientan agotados por todo este esfuerzo y reconozcan que es insostenible. Lamentablemente, en lugar de buscar consuelo nuevamente, en realidad pueden alejarse aún más, hacia la zona complaciente .

En la zona complaciente, todo se derrumba y todo esfuerzo cesa. Este es el lugar donde todo se siente demasiado difícil, donde el agotamiento no es solo un fenómeno corporal, sino que también parece afectar la mente y el espíritu. Este es el lugar donde todo el miedo y el diálogo interno negativo te dejan incapaz de preocuparte por nada. Puede sentirse como un alivio por un corto tiempo, ya que el entumecimiento a veces se siente como una mejora en el ciclo interminable de estrés.

Pero esta zona es realmente solo agotamiento. Es un lugar donde vivir se ha convertido en una tarea, e incluso levantarse de la cama es demasiado. Aquí es donde el cuerpo y la mente se retiran cuando el estrés del modo de supervivencia se vuelve insoportable. Pero también es insostenible, porque la vida en esta zona no tiene alegría, ni paz, ni crecimiento. No es ni vivir ni sobrevivir, simplemente… existir.

Si te encuentras en las zonas de supervivencia o de complacencia, la respuesta es no esforzarte más para salir de ellas. De hecho, es todo lo contrario. Es ponerte a ti mismo en la parte superior de la lista de prioridades y hacer tiempo para descansar, reflexionar y restaurarte. Si bien esto puede parecer contrario a la intuición en las zonas de supervivencia o complacencia, en realidad es la elección inteligente, como veremos a continuación.

Crea con comodidad en la zona de flujo

 

Si las zonas de supervivencia y complacencia se tratan en última instancia de actuar a partir de sentimientos de miedo, ansiedad, autocrítica y falta de autoestima, echemos un vistazo más de cerca a cómo se siente vivir en una zona de confort.

Trate de recordar un momento temprano en su vida cuando descubrió algo que lo hizo sentir increíble. Tal vez fue aprender a andar en bicicleta o la primera vez que aplicó pintura con los dedos a un lienzo. Tal vez fue la primera vez que cantaste una canción completa solo o leíste un libro en voz alta. 

¿Puedes recordar lo animado que te sentiste? ¿La emoción del descubrimiento o la felicidad que inundó tu sistema? Podría haber sido natural en ese momento imaginarse a sí mismo como un gran artista, un atleta de clase mundial, un gran novelista o un músico famoso. Esos sentimientos de confianza y pasión fueron la fuerza impulsora en ese momento, y simplemente fluiste con ellos.

Así es la vida en la zona de confort. Piensa en él como el lugar mental donde te sientes como en casa, el lugar seguro desde el que puedes encontrarte con el mundo y que te permite interactuar como tu auténtico yo con la plena conciencia de que es suficiente. Este es el lugar donde te sientes confiado en la búsqueda de las cosas que te hacen sentir realizado, ya sea que le importen o no a los demás. 

Y debido a que todas esas hormonas del estrés que impulsaban sus elecciones fuera de esta zona de confort tienen la oportunidad de apagarse aquí, la zona de confort es en realidad el lugar donde puede ocurrir un crecimiento real. Asociar el crecimiento con el estrés en realidad va en contra de las capacidades del cerebro. Los seres humanos toman mejores decisiones cuando se sienten cómodos, cuando sus sistemas nerviosos no están en alerta máxima y sus cuerpos están atascados en el modo de lucha o huida.

Cuanto más permanezca en una zona donde su bienestar, salud y vitalidad son importantes, más tiempo tendrán su cuerpo y su cerebro para descansar y repararse. Esto, a su vez, lo hace mucho mejor para tomar buenas decisiones sobre cómo emplea su tiempo y esfuerzo, y brinda mejores resultados. Debido a que te mueves con propósito y pasión, incluso las dificultades que surgen tienen menos impacto. Se sienten menos personales y, como resultado, no despiertan tanta ansiedad o respuesta al estrés.  

Este es también el lugar mental seguro desde el cual puede aprender cosas nuevas y experimentar un crecimiento sostenible. De hecho, no tienes que salir de tu zona de confort para lograr grandes cosas; solo tienes que hacer crecer tu zona de confort lo suficientemente grande como para abarcarlos.

Crecer en comodidad: ampliar la zona de confort

 

¿Recuerdas la vieja fábula sobre la carrera entre la tortuga y la liebre? Todo el mundo apuesta a que la liebre ganará, dada su naturaleza rápida y enérgica. Sin embargo, es la tortuga la que gana, porque mantiene un ritmo constante hasta la línea de meta, mientras que la liebre se quema. Esta idea de moverse a su propio ritmo y ganar la carrera es atemporal, pero la historia tiene aún más lecciones que impartir.

Piense en el caparazón de la tortuga como su zona de confort. Tiene todo lo que necesita para sentirse seguro y como en casa allí mismo. Desde este lugar seguro, asume el desafío de la carrera, sabiendo muy bien que si se detiene en cualquier lugar del camino, estará bien. Es seguro en casa todo el tiempo.

Desde este lugar seguro emprende un viaje hacia lo desconocido, con la plena conciencia de que nadie a su alrededor puede imaginar que lo logrará. Lentamente, de manera constante y con tiempo para disfrutar la experiencia, ¿por qué la tortuga no disfrutaría la carrera? No se trata solo de la línea de meta, la tortuga lo sabe, sino de lo que experimentará en el camino.

De eso se trata vivir en la zona de confort. Es moverse y crecer a tu propio ritmo, en la dirección que realmente quieres ir, y no dejarte atrás para hacerlo. Después de todo, es dudoso que la tortuga pueda disfrutar del viaje sin su caparazón. Tampoco puedes disfrutar verdaderamente el viaje de la vida desde fuera de tu zona de confort. 

Su viaje de crecimiento debe tomar todo el tiempo que necesite para aclimatarse a los cambios en el camino. Comprenda que el crecimiento no tiene por qué ocurrir a borbotones y que los desafíos no tienen por qué ser abrumadores. Puedes ir despacio si no te impulsa el miedo, si no te preocupa la supervivencia o si no estás atrapado en la autocomplacencia. Y lento y constante finalmente ganan.

Para volver a la zona de confort, es importante confrontar los sentimientos que intentan sacarte de ella durante demasiado tiempo. Esa confrontación puede sentirse incómoda, seguro. Pero el objetivo es comprender cómo la autoestima negativa o el diálogo interno le impiden expresar su ser auténtico. También pueden mantenerlo atrapado en relaciones, trabajos o situaciones de vida que tampoco se sienten bien.

Enfrentar estos sentimientos negativos requiere coraje. Pero al igual que la tortuga, el coraje es mucho más fácil cuando puedes sentirte como en casa en cualquier circunstancia en la que te encuentres. Vivir en la seguridad y certeza de tu zona de confort significa aceptar plenamente que todo lo que eres en este momento, ya es suficiente. También significa resistir la tentación de abandonarse solo para cruzar una línea de meta imaginaria un poco más rápido. 

Porque, en definitiva, cada meta es también un punto de partida. Y cuando esté en su zona de confort, puede enfrentar cada nuevo desafío que asuma con propósito y pasión. 


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