Los africanos están cansados de ser tratados como mercancía limpia conciencias

África no es un país. Son muchos y muy diversos. Y no es sólo pobreza, y no es sólo desierto. Reconozcamos su riqueza cultural, sus idiomas, sus ciudadanos, su música, su arte, su ciencia, sus emprendedores, su desarrollo propio… y pidamos a nuestros gobiernos el retorno de la «cooperación internacional» pero sobre todo, que España no negocie con empresas que saquean a los africanos y mucho menos, con dictadores de ese continente. África no necesita que la lloremos no compadezcamos, ni que vayamos allí a regalarles camisetas de fútbol y comida en polvo. No necesita que nos hagamos fotos con niños acompañadas de «ellos sí que saben qué es ser feliz». Necesitan mucho más: menos hipocresía y más respeto: