Actualizado el domingo, 16 junio, 2024
La globalización contemporánea presenta características distintivas que la diferencian significativamente de la del siglo pasado. En este contexto, es crucial que tanto los países como las empresas comprendan estas diferencias para poder adaptarse eficazmente a la nueva realidad global. Intentar aplicar las estrategias de globalización de hace treinta años es un error que ha llevado a diversas instituciones a fallar en sus planes de crecimiento y expansión.
En su obra fundamental, el renombrado especialista en economía internacional Richard Baldwin explica cómo los avances en las tecnologías de la información están dando origen a una nueva etapa de la globalización. Esta transformación está reconfigurando las economías globales y regionales de manera profunda y sin precedentes. Baldwin ha desarrollado una de las teorías más importantes para comprender integralmente la globalización moderna, aportando una perspectiva esencial para quienes buscan navegar y prosperar en este dinámico entorno global. Su análisis ofrece una guía imprescindible para entender cómo las innovaciones tecnológicas están impulsando cambios estructurales en los mercados internacionales, y qué estrategias deben adoptarse para aprovechar estas oportunidades emergentes.
Ideas fundamentales
- La globalización es parte de un proceso histórico extenso y continuo.
- La invención de la máquina de vapor representa la primera gran ruptura en la trayectoria de la globalización, marcando el inicio de la Revolución Industrial y la expansión del comercio internacional.
- La difusión de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) señala la segunda gran ruptura en la globalización, facilitando una interconexión sin precedentes entre mercados y culturas a nivel mundial.
- La globalización moderna se caracteriza por la fragmentación del proceso de producción, donde diferentes etapas de fabricación se distribuyen globalmente, y por la transferencia interna de tecnología dentro de las empresas multinacionales.
- Las naciones desarrolladas deben reconsiderar y reformular sus políticas económicas para adaptarse eficazmente a las nuevas dinámicas de la globalización contemporánea, enfocándose en la innovación y la competitividad.
- Los países en vías de desarrollo tienen la oportunidad de industrializarse e integrarse en la economía global participando en cadenas de suministro globales, lo que les permite acceder a tecnología y mercados internacionales.
- Actualmente, se está gestando una tercera gran ruptura en la globalización, impulsada por avances tecnológicos y cambios en las dinámicas económicas y políticas globales.
- El mercado laboral está en proceso de globalización, con trabajadores y empresas operando más allá de las fronteras nacionales gracias a las tecnologías digitales.
- El teletrabajo y la telepresencia están provocando una revolución en la prestación de servicios, permitiendo que profesionales de diversas partes del mundo colaboren y ofrezcan sus servicios de manera remota y eficiente, redefiniendo las estructuras tradicionales de empleo y negocio.
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La globalización forma parte de un largo proceso histórico.
La globalización moderna presenta diversas interrogantes para los economistas y los investigadores. No está claro, por ejemplo, por qué algunos países han tenido tanto éxito en su industrialización, mientras que otros han fracasado a pesar de haber aplicado las mismas políticas económicas. Para responder a este y otros cuestionamientos es necesario entender la globalización como un largo proceso histórico ligado al desarrollo de la civilización misma. La globalización puede dividirse en cuatro fases:
- La “humanización” del planeta (200.000 a.C. a 10.000 a.C.) – Se caracteriza por el desplazamiento nómada de las personas, cuando se esparcen por la mayor parte del mundo en busca de recursos para su supervivencia. En esta fase el comercio es prácticamente inexistente.
- La localización de la economía mundial (10.000 a.C. a 1820 d.C.) – La tecnología agrícola permite el sedentarismo. Durante esta fase el comercio mundial también es escaso, pero el consumo y la producción ya se realizan en lugares fijos. Los precios dependen de la oferta y la demanda locales.
- La globalización de las economías locales (1820 a 1990) – La Revolución Industrial marca el nacimiento del mundo moderno. Los países del norte del planeta aumentan su producción aceleradamente gracias a los avances tecnológicos. Los nuevos transportes permiten que los productos sean consumidos lejos de su lugar origen.
- La globalización de las fábricas (1990 a la actualidad) – Los países del sur, especialmente de Asia, alcanzan los niveles de producción de los países que se habían industrializado antes. La fase actual se caracteriza por el libre intercambio de ideas y conocimientos gracias a la revolución de las telecomunicaciones.
“Aunque la diferencia de renta per cápita entre las economías atlánticas y Asia durante la segunda fase fue en aumento, Asia continuó teniendo la supremacía económica mundial”.
La máquina de vapor marca la primera ruptura de la globalización.
Durante la mayor parte de la historia, las personas habían consumido únicamente los productos de su comunidad. Así, producción y consumo sucedían en un mismo espacio. Gracias a la invención de los motores a vapor y de combustión interna se pudo sustituir la locomoción animal y la locomoción eólica sustituyó a vela. La revolución de los transportes permitió importar productos prácticamente de todo el mundo, iniciando el comercio internacional.
Si bien antes de estos avances tecnológicos existía la posibilidad de obtener productos de lugares lejanos, el costo era sumamente elevado. A partir de la máquina de vapor fue posible producir masivamente para el mercado mundial. Esta producción resulta en una gran aglomeración de capitales en algunos centros urbanos, donde se estimula la innovación industrial. Los países del norte, en los que se inició el desarrollo tecnológico, aumentaron su renta y su producción de una manera sustancial. El foco del mercado mundial se desplazó desde Asia central hacia Europa.
Este crecimiento súbito de la economía y la innovación en Occidente con respecto a Oriente se conoce como la Gran Divergencia. El proceso continuó durante todo el siglo XX, solo para interrumpirse en el periodo entre las dos guerras mundiales.
“Las innovaciones que se desarrollaron en el norte permanecían en el norte, por lo que mejoraron el salario y los niveles de vida del norte mucho más que los del sur”.
La propagación de las tecnologías de la información y la comunicación marcan la segunda ruptura de la globalización.
A finales del siglo XX dos tercios de la actividad económica mundial se concentraba en los siete países más desarrollados. Sin embargo, la revolución en las tecnologías de la información permitió establecer redes de comunicación más baratas y eficientes en todo el mundo. Las compañías trasladaron sus fábricas a los países en vías de desarrollo por sus menores salarios. De esta manera la coordinación y administración se mantuvo en los países del norte mientras que la producción se trasladó al sur.
Algunos países, principalmente asiáticos, alcanzaron en apenas unos años el mismo desarrollo que a los países del norte les había tomado varias décadas, gracias al flujo de conocimientos. La consecuencia de esta segunda ruptura fue la desindustrialización de los países del norte y una nivelación de la actividad económica mundial que ahora se distribuye entre más países. Esta rápida industrialización de los países del sur es un fenómeno que podría ser llamado la “Gran Convergencia”, el cual se ha visto reforzado por la creciente exportación de materias primas de algunos países en desarrollo.
Como puede verse, en las dos rupturas de la globalización que han sucedido, se han podido superar diferentes restricciones al intercambio de bienes entre los países. En la primera ruptura la revolución de los transportes permitió superar la restricción de la distancia para el comercio mundial. Durante la segunda ruptura, hace tres décadas, la revolución en las tecnologías de la información permitió superar la restricción de la comunicación y el intercambio de ideas a grandes distancias, lo que permitió deslocalizar la producción.
“El vertiginoso crecimiento de la renta de los países que se industrializaron rápidamente provocó un aumento de las exportaciones y de los precios de las materias primas que se conoce con el nombre de ‘superciclo de las materias primas’”.
La globalización moderna se caracteriza por el fraccionamiento del proceso de producción y la transferencia de tecnología dentro de la empresa.
La segunda ruptura de la globalización la ha transformado radicalmente y tiene numerosas implicaciones que muchos países y empresas aún no comprenden. Las naciones más desarrolladas continúan aplicando estrategias que eran válidas hace treinta años, pero que hoy día son obsoletas. En la globalización moderna el proceso de producción está fraccionado y las empresas transfieren conocimientos internamente a lo largo de sus redes de producción. Es así que la segunda ruptura ha generado una nueva globalización con algunas características propias:
- Su impacto es más repentino y más incontrolable – En parte, las causas de este fenómeno se deben a la rapidez del desarrollo de las telecomunicaciones y a la incapacidad de los gobiernos para controlarlos y regularlos.
- Desnacionaliza la ventaja competitiva – Ahora las compañías aprovechan las ventajas sin que esto signifique una mejora real para la economía de país.
- Rompe la relación entre los trabajadores y las empresas del G7 – Ahora las compañías obtienen más recursos de su tecnología combinándola con la mano de obra barata de otros países, lo que las aleja de los trabajadores de sus propios países.
- Cambia el papel de la distancia – Ahora la distancia es importante, pero dentro de las cadenas de producción, las cuales deben ser relativamente accesibles entre ellas.
- Exige nuevas políticas económicas – Los países más ricos deben adaptar sus políticas para mejorar el beneficio que obtienen de sus conocimientos.
“En otras palabras, las compuertas del conocimiento están totalmente abiertas y este está entrando a raudales en un puñado de países en vías de desarrollo”.
Los países ricos deben reformular sus políticas económicas para adaptarse eficazmente a la nueva globalización.
Los países más desarrollados han de entender que la economía nacional no se puede favorecer en su conjunto con políticas generales, sino con resoluciones específicas para cada sector, puesto que la competitividad ahora se da por sectores industriales y cadenas de producción más que por países. De otra manera, no podrán evitar que su tecnología termine generando una mayor renta en los lugares adonde la lleven para producir. Los centros urbanos ahora son polos de las cadenas de producción más que centros de producción.
Asimismo, es un error centrarse en aumentar la producción y pretender volver a manufacturar en los países más desarrollados como se hacía en el siglo pasado. Los países que han manifestado su deseo de industrializarse nuevamente y regresar la producción manufacturera a su territorio deberían enfocarse mejor en obtener mayores beneficios de los servicios sobre las exportaciones, sobre sus productos y su mano de obra. Hay que enfocarse en explotar las capacidades de los trabajadores más que en sus puestos de trabajo, para que cada trabajador sea individualmente más competitivo y se aprovechen todas sus capacidades.
“A medida que avance la servificación de la fabricación, la competitividad de las exportaciones de bienes industriales de un país dependerá cada vez más de la existencia local de una amplia variedad de servicios excelentes a un precio razonable”.
Los países en vías de desarrollo se pueden industrializar integrándose, por ejemplo, a una cadena de suministro.
No es necesario controlar un mercado completo ni dominar el mercado de cierto producto para ser competitivo. Los países en vías de desarrollo pueden identificar las cadenas internacionales de producción a las que podrían sumarse, aprovechando sus ventajas estratégicas. Numerosos ejemplos internacionales demuestran que es posible lograr un desarrollo sostenido si se produce de forma especializada para sectores como el automotriz o el aeroespacial, enfocándose en aspectos específicos de la producción.
“La idea de que las cadenas globales de valor exigen la reconsideración de las estrategias de desarrollo está imponiéndose rápidamente, lo cual es alentador”.
Hoy día está en marcha una tercera ruptura de la globalización.
Aunque la globalización se ha caracterizado por el intercambio de bienes entre países y la deslocalización de la producción, aún existen restricciones a la internacionalización del mercado laboral. Esto significa que hay numerosas limitantes al intercambio de trabajadores entre países y ciudades. Las políticas migratorias, las distancias, las dificultades de idioma y otros factores impiden que los trabajadores puedan internacionalizarse y competir en el mercado laboral de cualquier país. La restricción del traslado de personas frena la globalización del mercado laboral.
Sin embargo, hoy día está en marcha una nueva ruptura de la globalización que está por superar la restricción del traslado de personas, gracias al avance mismo de las tecnologías de la comunicación y la información. El límite geográfico o la distancia de otros países había sido el factor que impidió a algunos países aprovecharse de la industrialización totalmente, ahora esto podría estar por cambiar.
“Los costes de producción comprenden los salarios, los costes de capital, los costes de las materias primas y las subvenciones implícitas o explícitas”.
El mercado laboral se globalizará.
Hoy día, la tecnología se ha desarrollado de manera tal que pronto será posible que los profesionales de todo el mundo presten servicios en cualquier país de manera remota. Miles de trabajadores de los países en vías de desarrollo podrán acceder a puestos de trabajo en los países desarrollados, por los que podrán competir a distancia. Esto puede globalizar realmente el empleo. Ello se generaría de tal manera que los equipos internacionales se puedan coordinar sin estar presentes en el mismo espacio, sino solo a través de las poderosas redes de comunicación modernas y algunos adelantos tecnológicos.
Los avances de la inteligencia artificial y la robótica podrían representar un avance que transforme radicalmente el panorama de la manufactura. Aún no está claro qué tan rápido afectará y cómo, pero es posible que se computaricen muchos sectores productivos y se deslocalicen aún más servicios profesionales.
“El proceso de producción, una vez, diseñado, se puede definir por medio de sistemas de planificación de procesos por ordenador y los programas de diseño pueden generar instrucciones para las máquinas controladas digitalmente”.
El teletrabajo y la telepresencia pueden marcar una revolución en la prestación de servicios.
En el mundo laboral la interacción cara a cara es valiosa pero costosa. Hoy día muchas empresas están apostando por el trabajo a distancia para reducir costes de oficina y el gasto de recursos en los traslados por parte de los empleados. El abaratamiento y optimizaciones de las comunicaciones han facilitado la coordinación del trabajo a distancia.
En el futuro los avances en la reproducción holográfica y la telerrobótica permitirán que los miembros de un equipo interactúan casi con la misma naturalidad de una oficina, aunque estén a cientos de kilómetros de distancia, lo cual abre numerosas posibilidades. Se puede prever que las compañías contratarán mucha mano de obra capacitada en los países en desarrollo por su menor coste, lo cual puede dificultar aún más la situación del empleo en algunos países ricos.
En algunos años un doctor podría operar desde China a un paciente en Nueva York por medio de un robot controlado a distancia. Asimismo, una compañía de seguridad en Perú podría vigilar las instalaciones de una compañía en Estados Unidos por medio de robots e inteligencia artificial.
“Como las tareas rutinarias, poco cualificadas y repetitivas son más fáciles de informatizar y automatizar, es probable que los avances de las TI continúen eliminando las ocupaciones que exigen este tipo de tareas”.
Asimismo, es posible esperar que las medidas proteccionistas de algunos países fracasen en su intento de mantener la producción industrial en su territorio, puesto que las compañías siempre encontrarán el modo de aprovecharse de la mano de obra barata de otros países. En ese sentido, es posible que las fases de producción se trasladen a África oriental y América del Sur a medida que los salarios aumenten en los países que hoy concentran la manufactura mundial.
La migración
A primera vista, la migración puede parecer sencilla – personas en situación de pobreza se trasladan a países más prósperos y quienes son afectados por la guerra buscan refugio – pero sus efectos son profundamente complejos y multifacéticos. Los gobiernos enfrentan el desafío de formular políticas equitativas que beneficien tanto a los inmigrantes como a las poblaciones nativas.
Paul Collier, destacado profesor de economía, explora las profundas ramificaciones económicas, sociales y políticas de la migración. En su análisis, Collier aborda la migración desde tres perspectivas clave: el impacto en los migrantes, en los países de destino y en las naciones de origen. Su enfoque proporciona datos y reflexiones que invitan a un examen más profundo de los problemas más urgentes relacionados con la migración.
Aunque Collier escribe desde una perspectiva académica, lo que puede limitar su comprensión de las experiencias vividas por los migrantes, sus análisis son sumamente valiosos. getAbstract recomienda sus reflexiones a todos aquellos interesados en comprender los múltiples factores que configuran este fenómeno crucial. A través de su obra, los lectores pueden obtener una visión integral y crítica de las dinámicas migratorias y de cómo estas transforman tanto a las sociedades receptoras como a las comunidades de origen.
Ideas fundamentales
- Los países con un fuerte sentido de nacionalismo suelen implementar políticas de inmigración más estrictas, protegiendo su identidad cultural y priorizando la seguridad nacional.
- La rapidez con la que los inmigrantes se integren con la población nativa depende en gran medida de las diferencias culturales, incluyendo idioma, religión y costumbres.
- La asimilación cultural y económica generalmente beneficia tanto a los individuos inmigrantes como a la sociedad en su conjunto, promoviendo la cohesión social y el crecimiento económico.
- En Londres, la población inmigrante predomina en áreas como el “inner city”, reflejando patrones de asentamiento comunes en muchas ciudades globales.
- En Europa, muchos inmigrantes enfrentan un pronunciado separatismo cultural, a menudo viviendo en comunidades segregadas que limitan su integración plena.
- Los inmigrantes con bajas calificaciones laborales y los ciudadanos nativos de bajos ingresos a menudo compiten por viviendas de interés social, intensificando las tensiones socioeconómicas.
- Las políticas gubernamentales deben equilibrar la necesidad de controlar los flujos migratorios sin detenerlos por completo, asegurando que la migración sea gestionada de manera sostenible y equitativa.
- A medida que crece la población de inmigrantes en una comunidad, los ciudadanos nativos pueden experimentar un aumento en sentimientos de infelicidad y percepción de amenaza cultural.
- Las barreras legales y financieras dificultan que muchas personas pobres puedan emigrar, restringiendo la movilidad y las oportunidades de mejorar su calidad de vida.
- Una política de migración sensata considera las necesidades y circunstancias de los migrantes, los países de origen y las poblaciones nativas de los países anfitriones, buscando un equilibrio que maximice los beneficios y minimice los conflictos.
Complejidad del problema
Pocos temas son tan complicados y tan controversiales como la migración. En tanto que el público parece aplaudir a los refugiados por huir de la pobreza opresiva de sus países de origen, simultáneamente los critica por abandonar a quienes se quedaron atrás, y debate el impacto potencial de los refugiados en los países a los que ingresan.
“Las posturas morales sobre la migración están unidas de manera confusa con las de la pobreza, el nacionalismo y el racismo”.
Las políticas nacionales de migración difieren grandemente; por ejemplo, Japón no permite la inmigración, mientras que la población residente de Dubái es 95% extranjera. Australia y Canadá tienen demandas educativas más altas para los inmigrantes que Estados Unidos. Algunos países otorgan derechos de ciudadanía rápidamente; otros, insisten en que los migrantes se asimilen lentamente.
“Los países varían en cuanto al éxito que tienen para permitir que los inmigrantes y sus hijos adopten las normas de la sociedad nueva. Entre los más exitosos está Estados Unidos”.
Llegar a una evaluación objetiva de las políticas de migración resulta casi imposible, ya que las políticas de inmigración derivan de valores y principios morales subjetivos. Usted puede creer en la obligación moral de ayudar a los pobres y no querer gente afectada por la pobreza accediendo a sus fronteras. Hay una fuerte correlación entre el nacionalismo y las restricciones de inmigración. Quienes defienden la inmigración podrían considerar como racismo la oposición a la inmigración, puesto que, generalmente, la identidad racial de los migrantes varía de la de los pobladores nativos en muchos de los países anfitriones.
Cómo acercarse a la migración de una manera considerada
Una evaluación bien pensada de la migración debe considerar su impacto en:
- Los migrantes – Quienes generalmente tienen que vencer obstáculos formidables para abandonar su tierra, pero pueden obtener ganancias financieras en los países nuevos.
- Las personas a quienes los migrantes dejan tras de sí – ¿Su situación se deteriora o se benefician de una “cuerda salvavidas de apoyo” de remesas enviadas por sus parientes?
- Los nativos – ¿Cuáles son las ramificaciones sociales y económicas de la inmigración en los ciudadanos menos favorecidos de las sociedades anfitrionas?
Cómo funciona la asimilación
La pregunta no es si las consecuencias de la migración son positivas o negativas, sino “cuánto es lo mejor”. La respuesta depende de qué tan rápido los migrantes se asimilen. Su impacto sigue siendo estrictamente económico en las sociedades que consideran a los migrantes solo como trabajadores; pero en la mayoría de los casos, los migrantes se mezclan en la sociedad y estimulan el multiculturalismo. La velocidad a la que las familias de migrantes acepten los estándares y la cultura de sus nuevas sociedades dependerá en gran medida de los países a los que lleguen.
“La pregunta pertinente no es si la migración daña o beneficia a los países de origen, sino si una migración más rápida los dañaría o los beneficiaría”.
Los niños inmigrantes que se crían en Estados Unidos invariablemente adoptan los valores estadounidenses. Por el contrario, los hijos de los inmigrantes europeos se resisten a absorber la identidad nacional del país anfitrión más que sus padres. En Estados Unidos, entre más grande sea la población de una comunidad de inmigrantes, más bajos serán los niveles de confianza entre los inmigrantes y los nativos, y entre los grupos mismos. La diversidad presenta un reto a la solidaridad social. El ritmo al que las poblaciones migrantes y nativas se mezclen depende de las brechas culturales que los separen.
Narrativas de migrantes
Generalmente, estas cuatro narrativas delinean las diferentes poblaciones de migrantes:
- Llegan a un país extranjero con la intención de aceptar la cultura y asimilarse.
- Esperan mezclarse y añadir un poco de sabor cultural distintivo a la sociedad.
- Planean permanecer culturalmente separados y participar económicamente.
- Quieren difundir su cultura entre la población nativa.
“Los caprichos al legislar sobre la migración reflejan un contenido tóxico de mucha emoción y poco conocimiento”.
La asimilación beneficia a todos los grupos. Los inmigrantes que están dispuestos a aprender el idioma de la nación anfitriona se preparan para funcionar de manera más efectiva en la sociedad. Los niveles de confianza más fuertes entre los inmigrantes y las poblaciones nativas incrementan la probabilidad de matrimonios mixtos y el establecimiento de una identidad y un legado comunes. Los migrantes asimilados dan lugar a generaciones futuras con raíces en una herencia común.
“Casi todos los países pobres y pequeños acaban siendo perdedores por la migración”.
Los inmigrantes que buscan transmitir su cultura crean un ambiente positivo que favorece la aceptación y una mentalidad abierta. En esos casos, los inmigrantes y los grupos nativos demuestran estar dispuestos a aprender del otro sin ejercer superioridad. El platillo nacional más popular en Inglaterra, más que el pescado con papas fritas, es el pollo tikka, que un inmigrante británico creó al fusionar su conocimiento cultural con la demanda local de comida rápida.
“China se ha beneficiado mucho de la migración porque una proporción alta de sus estudiantes decide regresar”.
Sin intervención gubernamental, los inmigrantes tienden a poblar áreas en donde otros inmigrantes residen. Algunos países, como Canadá, requieren que los inmigrantes se ubiquen en áreas específicas. En una ocasión, Gran Bretaña envió varios migrantes somalíes a Glasgow, pero un ataque racista, que culminó en el asesinato de un somalí, terminó el experimento. Los inmigrantes en Inglaterra favorecen cada vez más ciertas ciudades y conforman la mayoría de la población de Londres. El separatismo, aunque más difícil de cuantificar, se ha vuelto más reconocible. El ritmo de asimilación tiende a ser más lento cuando los inmigrantes más pobres van a las sociedades más prósperas. A menudo, los migrantes que llegan enfrentan racismo y discriminación en el trabajo, lo que los mantiene separados. Las políticas gubernamentales influyen en gran medida en la mentalidad tanto de los migrantes como de la población nativa.
El balance de la migración
Un estudio reciente de las consecuencias económicas de la migración en Gran Bretaña indica que la reducción de los sueldos en el extremo más bajo de la escala salarial va de la mano con el incremento de salarios a lo largo del resto del espectro. Estos incrementos sobrepasan las reducciones y, así, en general, la migración beneficia a los trabajadores nativos. Los inmigrantes hacen que el mercado laboral sea más eficiente y productivo, lo que permite a los dueños de los negocios pagar salarios más altos. Sin embargo, suponer que una migración sin supervisión reduciría seriamente los salarios de los trabajadores nativos, no es razonable.
“Ya que se privilegia los lazos familiares en el otorgamiento de visas, las diásporas crean oportunidades de acceso legal para los migrantes subsecuentes”.
Los efectos de la migración sobre los salarios palidecen ante el impacto de esta en la vivienda, puesto que los inmigrantes y los nativos pobres a menudo compiten por las mismas viviendas de interés social de bajo costo. Los países anfitriones deben luchar con el tema política y éticamente cargado de si los migrantes deben o no tener acceso a la vivienda de interés social. Los oponentes argumentan que migrar brinda a los inmigrantes ventajas que no obtendrían en sus países de origen, así que transferir un segmento desproporcionado de viviendas de interés social para ellos es injusto.
Suposiciones económicas
Los economistas ven favorablemente el movimiento de la migración, con base en estas suposiciones a continuación:
- A final de cuentas, los migrantes beneficiarán a la sociedad con el paso del tiempo – Los migrantes son extraordinariamente innovadores. En Estados Unidos, los inmigrantes y sus hijos son responsables de un número desproporcionado de inventos patentados. Sin embargo, existe la posibilidad de que los emprendedores más brillantes escojan el carácter empresarial de Estados Unidos sobre otros países.
- Las familias migrantes tienen una motivación mayor para el éxito que los ciudadanos nativos – Los hijos de inmigrantes en Estados Unidos tienen mayor escolaridad y ganan más dinero que los nacidos como ciudadanos estadounidenses. Los asiáticos orientales representan aproximadamente el 50% de los estudiantes en las universidades canadienses.
- Los migrantes pueden compensar la escasez de fuerza de trabajo – Alemania reclutó trabajadores asiáticos calificados para hacer frente a una escasez laboral de tecnologías de la información en la década de 1990. Francia llevó trabajadores de la construcción del norte de África en los años 1950. En los años 1970 Gran Bretaña reclutó enfermeras de toda la Mancomunidad de Naciones. Las compañías con capacidad para importar talento podrían volverse reticentes a invertir en la capacitación de los trabajadores nativos.
“Los migrantes no están en una competencia cerrada con los trabajadores nativos, incluso respecto a los trabajadores nativos que tienen un nivel de educación similar”.
Las políticas gubernamentales de migración efectivas deben evitar que la migración se salga de control en lugar de detenerla completamente. Por lo general, la migración moderada produce mayormente efectos económicos positivos y consecuencias sociales ambiguas para la población local. El impacto de la migración depende en gran medida del país y la población a los que afecta. Es posible que los países con población escasa se beneficien a largo plazo; los países con una población más densa podrían tener un crecimiento económico a corto plazo, pero podrían enfrentarse a dificultades sociales complicadas y prolongadas. Un estudio sugiere que entre más grande sea la población inmigrante de una comunidad, más infelices serán los ciudadanos nativos.
Ganadores y perdedores
La migración beneficia a quienes van de países pobres a países ricos. La gran diferencia en salarios de una nación a otra enfatiza la disparidad entre el mundo rico y el “club de la miseria”. Aunque no todos los inmigrantes reciben salarios altos, ganan más que sus homólogos en los países pobres. Esta brecha de productividad deriva de las diferencias sistemáticas en los modelos sociales de países particulares, no de las características de los trabajadores. Muchos países pobres padecen de modelos sociales fallidos. Los migrantes que busquen salarios más altos también deben evaluar la salud financiera de los países a los que quieren entrar. Los sistemas de impuestos y de bienestar social también son consideraciones importantes.
“Al establecer políticas de migración, los gobiernos huésped necesitarán equilibrar los intereses de los nativos pobres y los intereses de los migrantes y aquellos que quedaron atrás en los países pobres”.
A muchos ciudadanos de países pobres les gustaría emigrar, pero se enfrentan a obstáculos legales y financieros. Algunos tendrían que ahorrar durante años, tan solo para poder pagar el transporte. Idealmente, recuperarían su inversión ya que migraran, pero nadie tiene el empleo garantizado. Incluso con probabilidades razonables de éxito, muchos temen correr el riesgo financiero. Las restricciones de inmigración a los países con salarios altos son otro obstáculo importante. La mayoría de las naciones impone requisitos profesionales y de educación.
“La migración moderada tiene efectos económicos en la población nativa que a acorto y mediano plazo son marginales y con mucha probabilidad modestamente positivos”
A menudo, los migrantes recurren a medios ilegales para entrar al país anfitrión. La táctica más común es pagarle a algún agente de visas en la embajada local del país anfitrión. Algunos migrantes tratan de usar los documentos legales de otras personas, aunque eso es cada vez más difícil debido a las mejoras en la seguridad. El último recurso, aunque peligroso y caro, es entrar al país ilegalmente, por lo general, con la ayuda de traficantes profesionales de personas. La migración daña a los que ya habían migrado porque la competencia primaria por trabajos que requieren poca calificación viene principalmente de los migrantes que van llegando, no de los trabajadores nativos. Los miembros de las poblaciones nativas mantienen ciertas ventajas: hablan el idioma, son socialmente más aptos y se benefician del prejuicio de los empleadores contra los inmigrantes.
Cuestión de política
Una de las cuestiones más importante en el debate sobre la migración es si las sociedades deben centrarse exclusivamente en sus propios intereses o también considerar los intereses de los distintos grupos afectados al establecer políticas migratorias. Una postura que no imponga restricciones a la libertad individual podría facilitar éxodos masivos de personas de países pobres, llevando a la formación de mayorías inmigrantes en los países de acogida.
Una política migratoria sensata debe equilibrar las necesidades y derechos de los inmigrantes, los países de origen y la población nativa de los países receptores. Idealmente, los migrantes regresarían a sus países de origen después de mejorar su educación y adquirir nuevas habilidades, contribuyendo así al desarrollo de sus comunidades. Sin embargo, los países de origen a menudo carecen de control sobre las tasas de emigración y retorno.
Aunque, en términos generales, la migración no ha perjudicado significativamente ni a las personas pobres que permanecen en los países de origen ni a la población de los países anfitriones, es fundamental que los legisladores adopten políticas preventivas en lugar de reactivas. Estas políticas deben anticipar y gestionar los flujos migratorios de manera que se maximicen los beneficios para todas las partes involucradas, evitando potenciales conflictos y tensiones sociales.