Actualizado el domingo, 1 agosto, 2021
La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro tuvo a millones de telespectadores enganchados a alguna de sus pantallas viendo el gran evento que acontecía dentro del estadio olímpico de Maracanã. Pero bastó una sola imagen fuera del gran recinto deportivo para plasmar la chocante desigualdad social y económica que vive el país que acoge el evento deportivo del cuatrienio.
La imagen, en la que se observa a una familia observando los fuegos artificiales iluminados con una sencilla bombilla, fue tomada por el fotógrafo serbio Andrej Isakovic durante la noche de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos.
El fotógrafo, que también compartió otra foto de la serie desde su cuenta en Twitter, trabaja para la agencia de noticias AFP -encargada de distribuirla a los medios de comunicación- comentó a la web Verne que la fotografía fue tomada desde la favela de Mangueira.
«Entre la profesión es un lugar conocido por las vistas que ofrece de la ciudad y del estadio», señala Isakovic, «durante el mundial de fútbol otro compañero había estado allí y guardaba el contacto con una de las familias, así que me los presentó para ver si podía trabajar desde su terraza».
En un principio el objetivo principal del fotógrafo esa noche era lograr una buena panorámica de los fuegos artificiales, pero una vez allí se dio cuenta de que podía captar algo diferente:
«Es la primera vez que visito Brasil», explicó, «llegué hace cinco días para cubrir los Juegos Olímpicos, y en la favela volví a ver algo que te llama la atención desde el principio, esa diferencia entre las zonas ricas y las pobres».
Isakovic comenta que la familia que aparece retratada en la foto, no era la única contemplando los fuegos:
«Además de muchos medios de comunicación había mucha gente siguiendo la retransmisión por la tele, asomados a los balcones, cantando y tocando música, niños jugando al fútbol… La verdad que había un ambiente muy agradable», recuerda el fotógrafo, «sobre todo cuando el equipo de Brasil entró en el estadio y se escuchó una especie de grito colectivo de ánimo».
La favela de Mangueira es una de las más conocidas de la ciudad por sus niveles de desigualdad y pobreza y las actuaciones militares llevadas a cabo en la lucha de las autoridades contra el narcotráfico, además de las demoliciones de edificios.
Rodeado por los niños del barrio, Mario Renato Xavier Damasceno, de 58 años, revela a USA Today, cómo ve la celebración de los Juegos Olímpicos con un coche de emociones.
«Creemos que es a la vez una alegría y una razón para la tristeza», dijo. «Porque cuando esto termine, la misma tristeza va a seguir pasando ‘.
Eleonora de Freitas, de 26 años y madre de dos hijos, continúa la reflexión respondiendo a la pregunta: «¿Qué va a ser mañana? Hoy todo es bonito, pero ¿qué pasa mañana?
«Es complicado porque al mismo tiempo estamos felices de tener este hermoso evento en nuestro país. … Pero, me siento triste por todas las cosas terribles que todavía están sucediendo «.
El cineasta Fernando Meirelles, director de la película ‘Ciudad de Dios’, y el productor Marco Balich, fueron los encargados de organizar el espectáculo de inauguración de los Juegos Olímpicos, con un marcado carácter de denuncia. El evento dejó constancia de la problemática de las favelas, la desigualdad y dio espacio a grupos como indios y negros, que en muchos casos siguen siendo marginados.
Si te interesa este tema te recomendamos que leas el artículo titulado «From Barcelona 1992 to Rio 2016: A Tale of Two Olympic Cities» («Desde Barcelona 1992 a Rio 2016: un cuento de dos ciudades olímpicas») en el que se debate sobre el legado que la organización de unos Juegos Olímpicos puede dejar a una ciudad.
Seguro que te interesa leer:
Una respuesta a «La foto viral que captura la gran desigualdad que vive el Rio de Janeiro olímpico»