Actualizado el Friday, 5 February, 2021
Bill Gates es una de las figuras del sector tecnológico que más presencia están teniendo en la pandemia del COVID-19. A través de su fundación, el ex CEO de Microsoft está invirtiendo en desarrollar vacunas, tratamientos y pruebas contra el virus, si bien es consciente de que todavía nos queda un largo camino que recorrer para acabar con la pandemia. Hasta 2022, para ser precisos.
El multimillonario Bill Gates predijo la pandemia del coronavirus años antes de que llegase, en 2015. De hecho, hizo públicos sus remordimientos de conciencia por no haber insistido más en sus cábalas: “Ojalá hubiera hecho más para llamar la atención sobre el peligro”.
Aprendiendo del pasado, el confundador de Microsoft quiere poner el foco hoy por hoy en las consecuencias del cambio climático como el próximo reto sanitario y económico que debe asumir la sociedad:
“Por terrible que sea esta pandemia, el cambio climático podría ser peor”, sentencia en su blog Gates Notes.
Durante la crisis del ébola en África occidental, Bill Gates dijo que no estábamos preparados para la próxima epidemia. Necesitamos un sistema de respuesta con capacidad para movilizar a cientos de miles de trabajadores de la salud.
En 2015, el cofundador de Microsoft, Bill Gates, subió a un escenario en la ciudad de Vancouver, Canadá, empujando en una carretilla un gran barril negro con los sellos del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Cuando se le preguntó a Bill Gates qué debería hacer el mundo para detener otra pandemia como la que sufrimos, el empresario remitió a una charla donde había descrito precisamente esta misma situación y ninguna administración pública la tomó en serio.
El barril, explicó, era lo que muchas familias guardaban en el sótano de sus casas cuando él era niño y estaba lleno de comida enlatada, agua y otros artículos necesarios para sobrevivir la gran amenaza de la época: una guerra nuclear.
Para hacer frente a la próxima epidemia, Gates ha sugerido que necesitamos lo siguiente:
- Sistemas de salud sólidos en los países pobres.
- Cuerpos médicos de reserva, con mucha gente entrenada y experiencia lista para incorporarse.
- Poner en contacto al personal experto médicos y militar, para que el militar puedan proporcionar logística y áreas seguras.
- Simulaciones o “juegos de gérmenes” para ver lo bien que están preparados los líderes.
- Mucha I+D avanzada en el ámbito de vacunas y diagnósticos.
Maravilloso gráfico de Pictoline
Pero, en esta ocasión, Gates no venía a hablar de un apocalipsis atómico, sino de lo que él vaticinaba sería el próximo gran riesgo de una catástrofe global: una pandemia causada por un virus altamente infeccioso que se propagaría rápidamente por todo el mundo y contra el cual no estaríamos listos para luchar.
Bill Gates dio su charla TED en el contexto de la epidemia de ébola que, entre 2014 y 2016, cobró unas 10.000 vidas y afectó principalmente a tres países en África Occidental antes de extenderse limitadamente a otros países, incluyendo Estados Unidos, Italia y España.
La conclusión es que se necesita invertir en mejores sistemas sanitarios, aumentar la colaboración internacional, mantener en reserva al personal médico capacitado e invertir en la investigación de vacunas.
De no hacerlo, Gates asegura que pandemias tales como el nuevo coronavirus podrían costar millones de vidas y miles de millones de dólares para las arcas públicas y privadas.
Maravilloso gráfico de Pictoline
En la conversación hizo referencia a su charla y afirmo que durante mucho tiempo se han estado ignorando las señales de que una pandemia como la que vive el planeta hoy podría suceder: “Nadie podía predecir cuál era la posibilidad de que surgiera un nuevo virus. Sin embargo, sabíamos que sucedería en algún momento con los de la gripe o con algún otro virus respiratorio y casi no ha habido financiación […] Necesitamos tener la capacidad de realizar diagnósticos, medicamentos y vacunas muy rápido. Las tecnologías para hacerlo bien existen si se realizan las inversiones adecuadas. Los países pueden trabajar juntos en esto. Creamos CEPI (siglas en inglés de Coalición para la Innovación y Preparación contra Epidemias) que se centra en las vacunas, pero este organismo necesita más financiación para tener la capacidad de fabricación que necesita el mundo”.
«Detrás de cada crisis, hay una llamada a la ética del civismo y a la responsabilidad colectiva e individual. Aunque la agenda global se vaya a reordenar tras esta pandemia, no podemos retroceder en otras batallas abiertas y necesarias, como las que libramos contra el cambio climático o la desigualdad»
Pablo Blázquez, editor de Ethic