Actualizado el sábado, 9 noviembre, 2024
No sería aventurarse demasiado si afirmamos que la inteligencia artificial es uno de los descubrimientos más prometedores de las últimas décadas. Y, aunque exista cierto desacuerdo entre algunos “gurús” tecnológicos sobre sus riesgos, lo cierto es que el potencial de esta herramienta está todavía en las fases más iniciales. No pasa un día en el que no se descubra una nueva aplicación de gran valor en algunos de los sectores productivos de nuestra sociedad.
Si mercados tradicionales como la agricultura, la logística o la sanidad están encontrando formas de mejorar su actividad con esta tecnología, ¿cómo iban a ser menos las empresas del entorno online? Veamos algunos ejemplos de actividades digitales que sacan partido de la IA.
El ocio digital
Sin duda, este es uno de los sectores que más ha crecido en los últimos años. Y la competencia es muy alta. Por tanto, las empresas deben aprovechar cualquier ventaja posible para no sucumbir ante sus rivales, ofreciendo el mejor servicio posible a sus clientes. De entre todas las actividades que conforman el ocio digital, el casino online es uno de los ejemplos más paradigmáticos de aplicación de la IA. Estas plataformas deben invertir una gran cantidad de recursos para garantizar la seguridad y privacidad de sus usuarios. Con esta herramienta, la experiencia para un aficionado al blackjack online u otros de sus juegos está mucho más resguardada de posibles ataques cibernéticos.
Por otra parte, tanto en esta área del ocio como en otras (plataformas de streaming, redes sociales, etc.), la inteligencia artificial permite conseguir un grado mucho más alto de personalización en los servicios, los productos o las búsquedas, de forma que el cliente accede antes a contenidos que se ajustan a sus gustos. Incluso en lo que se refiere a promociones y ofertas, también es más sencillo encontrar lo que les pueda resultar más atractivo de forma específica.
La banca electrónica
La necesidad de seguridad en las transacciones en línea alcanza su máximo exponente en las finanzas digitales. Evitar el fraude o la suplantación es vital para estas empresas, con millones de operaciones cada día en las que deben encontrar el perfecto equilibrio entre agilidad y las necesarias precauciones. La IA tiene la capacidad de analizar ingentes cantidades de bases de datos, observando patrones de conducta que puedan ser sospechosos. Por otra parte, como puede aprender por sí misma, tiene mayor facilidad para adaptar sus defensas y anticiparse a los potenciales ataques.
Su habilidad para automatizar algunas tareas, eliminando el riesgo del error humano, también puede agilizar muchos trámites, algo que, sin duda, beneficia a los usuarios en todo lo relacionado con financiación, gestión del patrimonio, seguros y una larga lista de servicios que proveen estas empresas. Por otra parte, su servicio de atención al cliente puede realizar un seguimiento mucho más ajustado de las incidencias, en horarios más amplios. Para las plataformas de banca, también resulta de gran ayuda la IA, pues adquieren facilidad para segmentar a su público y ofrecer productos financieros que se ajusten más a las preferencias de cada cliente.
eCommerce
Imposible no pensar en el comercio electrónico, uno de los sectores con mayor impacto de la inteligencia artificial. Los ingresos de las empresas de este nicho no dejan de aumentar y han llegado a duplicarse en apenas 5 años. Por tanto, puede llegar a ser bastante complejo gestionar este volumen de operaciones, manteniendo la seguridad en las transacciones y buscando la excelencia en todo el proceso (marketing, creación de catálogos, plataformas de pago, logística, gestión de incidencias…).
De algunos de estos aspectos ya hemos hablado en otros ejemplos. Pero, tal vez, sea un buen momento para destacar otro elemento: los motores de búsqueda, que permiten a los clientes encontrar lo que quieren (incluso lo que no sabían que querían). La IA y el Big Data pueden potenciar estos recursos, adaptándolos a las preferencias de los compradores, tanto de forma general como específica, lo cual beneficia a ambas partes; incluso, puede analizar otros entornos, como las redes sociales, para aumentar la información útil y aplicable.