Actualizado el martes, 22 febrero, 2022
El tema del reciclaje sigue siendo un dilema. Yo particularmente en mi vida hace tiempo que opté por evitar reciclar. Cuando hablo de no reciclar, no hablo del tema de separar los plásticos de lo orgánico y del vidrio para echarlos en el contenedor. Hablo de evitar usar materiales fácilmente desechables. Sí, puede parecer una locura para todo lo sostenible que me declaro ser, pero la razón de esto es que no creo en el modelo de reciclaje. Pensamos que al reciclar hacemos de este mundo un mundo mejor, pero:
¿Cuál es la realidad? ¿qué hay detrás del reciclaje?
En su informe Maldito Plástico, Greenpeace demuestra que Ecoembes miente: España apenas recupera el 25% de los envases plásticos, lo cual es mucho menos de lo que dice Ecoembes (77%).
El informe de Greenpeace concluye que el sistema actual funciona muy mal pero resulta muy beneficioso tanto para las empresas envasadoras, como para Ecoembes y Ecovidrio, que tienen el negocio perfecto para ganar dinero, sin importarles demasiado ni el reciclaje ni la contaminación. Para el negocio de estas empresas lo importante es que se produzcan muchos envases. ¿Qué hacen esas empresas para reducir los envases de usar y tirar? ¿Y para evitar los incendios en plantas de reciclaje?
El reciclaje consiste en un proceso a través del cual se reutilizan materiales, artículos y productos que de otra manera se desecharían como residuos. Según el material y el trato que recibe, puede pasar por un proceso de “upcycling”, en el que se le añade valor, o por un proceso de infraciclaje, en el que un objeto o material pierde valor y es utilizado para funciones para las que no fue creado.
Greenpeace pone nombre a las empresas más contaminantes. Por orden, algunas de las más contaminantes son Coca-Cola, PepsiCola, Nestlé, Danone, Mondelez International, Procter&Gamble y Unilever. Ahora vas y compras algo de estas marcas.
¿Qué pasa una vez deposito un envase en un contenedor de reciclaje?
Lo primero que tiene lugar es la recolección. Los residuos se recogen y se clasifican, para así enterrar o incinerar aquellos que no son reciclables, y preparar aquellos que sí lo son. Una vez clasificados, los residuos reciclables son transformados en materiales, listos para ser usados de nuevo.
Si no estás familiarizado con las 5 Rs, éstas forman parte de una pirámide de acciones para vivir de manera más sostenible y sugieren, en este orden, rechazar, reducir, reutilizar, reincorporar y reciclar. Precisamente las acciones de rechazar productos y envases que no necesitamos, reducir nuestro consumo y reutilizar aquellos productos o envases que ya tenemos forman parte de la solución para acabar con tantos residuos.
Las dos últimas acciones consisten en reincorporar (o hacer compostaje) y en reciclar, un proceso con el que estamos ya muy familiarizados en España. Son las últimas opciones a las que deberíamos acudir, porque no atacan el problema de raíz, pero no dejan de ser una ayuda importante para la gestión de los residuos ya existentes.
Las veces en que un producto puede ser reciclado son limitadas, y el mismo proceso de reciclaje requiere energía (y produce polución, aunque menos que no hacerlo), a veces tanta como generar un producto de nuevo. Por eso mismo no debemos desentendernos e ignorar nuestros hábitos de consumo.
A pesar de ser la última opción en la pirámide de las 5Rs, reciclar es un paso importante. De todos aquellos residuos que generamos, cuántos más podamos reutilizar, salvar de las incineradoras y vertederos y reconvertir en otros objetos, mejor.
¿Cuál es la alternativa al reciclaje?
La filosofía Cero Residuos, esta consiste en movilizar y motivar a una sociedad para generar la menor cantidad de residuos posible. Algo crucial, dada la situación de consumismo masivo, destrucción ambiental e ineficacia de gestión residual en la que nos encontramos.
Este movimiento parte del gran mito occidental de que el planeta es un lugar lleno de recursos infinitos, todos a nuestro servicio y abasto. Pero cada vez nos llegan más noticias de carácter medioambiental, económica o social, que contradicen estas creencias.
Nuestro déficit ecológico no hace más que aumentar y los recursos se agotan a una velocidad vertiginosa. Ya lo dijo la propia Estrategia Europea de Desarrollo Sostenible: necesitamos un cambio de paradigma. Nuestro sistema actual es bastante linear, es decir, producimos a partir de recursos limitados, generamos contaminación y residuos, y perdemos energía y materia. Y de vuelta a empezar, una y otra vez. Un sistema que a simple vista podemos decir que ha quedado obsoleto. ¿Cuál es el cambio?.
Cinco niveles de conciencia ambiental respecto a los envases:
- Nivel 1: No comprar envases de un solo uso, salvo excepciones y nunca en compras habituales (alimentos, bebidas…). Para evitar algunos envases hay que usar la imaginación. Por ejemplo, haciendo jabón casero podemos evitar comprar champú y detergentes.
- Nivel 2: Comprar pocos envases de un solo uso y depositarlos en el contenedor adecuado para que se reciclen (si hay suerte). Pero atención, no debemos comprar nada en tetrabrik (envase que no se pueden reciclar o es muy costoso, aunque nos quieran engañar diciéndonos lo contrario).
- Nivel 3: Comprar sin mirar el tipo de envase, pero luego depositar cada uno en su contenedor para intentar que se reciclen. Ten en cuenta que muchos de tus envases no serán reciclados.
- Nivel 4: Comprar sin fijarse en el tipo de envase y no reciclar nada, pero tirarlos a la basura, junto con lo orgánico. Todo acaba en un vertedero y dificulta hasta la generación de compost.
- Nivel 5: Comprar sin atender al tipo de envase y tirar todo a donde mejor nos pille (al suelo, en el campo, en la playa…). Este nivel está demasiado extendido por la escasa atención a la educación ambiental, como se muestra en el vídeo de Greenpeace que ponemos más abajo.
Necesitamos integrarnos en un sistema circular que nos permita reutilizar los recursos que tomamos del planeta, reciclar energía y materia y prevenir la generación de residuos y de contaminación innecesaria.
El termino en inglés para la filosofía de Residuos Cero es Zero Waste, el estilo de vida que intenta generar tan pocos residuos como sea posible, ya sea evitando productos con envases, haciendo compost, rechazando bolsas de papel o de plástico, o comprando de segunda mano, por ejemplo. No es novedoso y lleva varios años desarrollandose tanto en América del Norte como en Europa.
Esta iniciativa no solo es positiva para el medio ambiente sino ¡también para nosotros mismos!. Generando menos residuos, acumulas menos cosas en casa, por lo que tienes que limpiar menos, tienes más espacio, te deshaces del estrés relacionado con objetos materiales y evitas la toxicidad de según qué objetos o materiales. El echo de pensar sobre lo que compras te ayuda a ser más consciente de lo que tienes y de lo que consumes y el poder gastar menos dinero en objetos de un solo uso o con envoltorios y envases innecesarios.
Yo hace poco que me he unido a esta iniciativa pero solo con el hecho de comprar en mercados locales y en tiendas a granel, ¡he notado que mis residuos han disminuido a la mitad!
Adoptando una filosofía Cero Residuos podemos hacer frente a uno de los mayores retos de nuestra sociedad moderna, que es el de crear una economía resistente e inclusiva, que tenga una huella ecológica mínima y que sea eficaz en términos de recursos y energías.