Actualizado el martes, 16 junio, 2020
El Gobierno tiene previsto aprobar las nuevas ayudas a la compra de vehículos, incluidos diésel y gasolina. En el contexto actual de pandemia y crisis ecońomica, no se puede seguir apoyando los combustibles fósiles con dinero público. Ayudas como estas se van a aprobar demuestran que el sistema económico e industrial ha fallado y es incompatible con los compromisos climáticos.
Solo en España, ya se han aprobado más de mil millones de euros en avales a las aerolíneas, a los que se suma el paquete de ayudas aprobado hoy por un total de 4.000 millones de euros, de los que 1.050 millones son ayudas directas a la compra de coches. Un gasto multimillonario que el Gobierno ha disfrazado como “verde”, cuando en realidad supone seguir apoyando un modelo de movilidad basado en el vehículo privado y contaminante.
Las empresas automovilísticas nos venderán los coches que Europa ya no quiere y que no tienen futuro.
Cumbre de alcaldes C40
París, Madrid y Ciudad de México tienen el mismo problema: sus niveles de contaminación en el aire son superiores a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por lo tanto, los alcaldes de las tres capitales han acordado prohibir la circulación de los vehículos diésel en sus ciudades a partir de 2025 en la Cumbre de alcaldes C40: Ciudades liderando acciones climáticas.
Los alcaldes de las tres capitales reconocieron el problema de contaminación ambiental y se han comprometido a incentivar el uso de vehículos alternativos, promover los desplazamientos a pie y desarrollar infraestructuras para bicicletas.
«Alzamos la voz para anunciar que no seguiremos tolerando la contaminación atmosférica y los problemas de salud y muertes que provoca, especialmente entre nuestros ciudadanos más vulnerables. Los grandes problemas como la contaminación atmosférica requieren grandes acciones para hacerles frente. Por ello pedimos a los productores de coches y autobuses que se unan a nosotros»
Anne Hidalgo, alcaldesa de París
París ya ha impulsado la peatonalización de algunas de sus calles. En Ciudad de México (que duplica los niveles de contaminación recomendado por la OMS) han iniciado la expansión del sistema de transporte metrobús y el sistema de bicicletas compartidas. En Madrid, el Ayuntamiento ha creado zonas de bajas emisiones de carbono en el centro de la ciudad.
La calidad del aire que respiramos en nuestras ciudades está directamente relacionada con la lucha contra el cambio climático. En la medida en que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero generadas nuestro aire será más limpio. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente se producen tres millones de muertes al año en todo el mundo relacionadas con la exposición a la contaminación atmosférica (la mayoría ocurren en las ciudades).
“El coche devora la ciudad”, afirma el lema ecologista, ¿por qué hay tantos automóviles en las ciudades? Tantos automóviles generando una cantidad innumerable de problemas: contaminación, ruido, degradación del espacio urbano, fraccionamiento de lo rural y muertes.
A escala mundial, las colisiones en las vías de tránsito matan a 1,2 millones de personas, hieren a 50 millones y son la segunda causa de muerte entre personas de 5 a 29 años de edad (y la tercera entre la población de 30 a 44 años), según un informe conjunto que la OMS y el Banco Mundial en 2004. Aún así, la cantidad de autos que se venden año a año no para de crecer. A nivel mundial hay un billón de automóviles y se espera que ese número suba a dos billones para 2020. Quien viva o haya vivido en una gran ciudad coincidirá con el filósofo André Gorz quien en Ideología social del automóvil dirá:
“El automóvil ha vuelto inhabitable la gran ciudad. La ha vuelto fétida, ruidosa, asfixiante, polvorienta, atascada al grado de que la gente ya no tiene ganas de salir por la noche. Puesto que los coches han matado a la ciudad, son necesarios coches aun más rápidos para escaparse hacia suburbios lejanos. Impecable circularidad: dennos más automóviles para huir de los estragos causados por los automóviles”.
Usamos el auto para ir al supermercado, para ir al médico, para llevar los niños al colegio, para ir a trabajar y para curiosamente para escaparnos de nuestras ciudades ruidosas y contaminadas.
El auto es tan necesario porque las ciudades están diseñadas en función del coche; y a pesar de las numerosas obras que se realizan para ensanchar las autopistas y evitar el congestionamiento, aún así, cada vez hay más atascos. Los autos se han convertido en la columna vertebral del crecimiento, dice el urbanista Jean Robert. De objeto de lujo y símbolo de privilegio (en sus inicios) el automóvil ha pasado a ser una necesidad vital. Por eso celebramos iniciativas como las que se pretenden llevar a cabo en estas tres ciudades.
Esperamos que más urbes se sumen al cambio de paradigma y que las medidas se realicen lo antes posible. De nosotros, los ciudadanos, depende abandonar el uso del automóvil y apostar por trasportes más amigables con la ciudad, el medio ambiente y la salud de las personas. Por ejemplo, en Copenhague el número de bicicletas en circulación ya ha superado al de coches.
Durante los últimos 10 años, la ciudad ha invertido para mejorar sus infraestructuras y su política de movilidad. En total, hay 13.100 bicis más que automóviles, de esta manera se confirman los buenos resultados de una política de inversiones a largo plazo. Según los datos aportados por las autoridades locales, los ciudadanos de Copenhague prefieren la bicicleta antes que cualquier otro medio de transporte.
¡Vivan las bicicletas… y en su defecto los autos y motocicletas électricas!
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