Actualizado el lunes, 13 diciembre, 2021
La voz de alarma la dio hace unos meses la protectora de animales del municipio Navi Mumbai en las redes sociales. Los vecinos del área industrial de Taloja llevaban algunos días viendo pasear por sus calles perros azules, con el pelaje teñido, y los trabajadores del refugio publicaron varias imágenes que se volvieron virales.
El diario Hindustan Times relacionaba esta triste circunstancia con los altos niveles de contaminación industrial en los alrededores de río Kasadi y a la inexistencia de medidas de control por parte de las autoridades gubernamentales pese a que el nivel de contaminación es 13 veces superior al permitido. Además del extraño color, los animales también habían sufrido daños en los ojos por los que tuvieron que ser tratados.
Los hechos fueron denunciados a la Junta de Control de la Contaminación de Maharashtra y, tras abrir una investigación, encontraron la fuente del tinte en una fábrica de detergentes cercana. Los «perros azules» se habían bañado en una zona del río en la que eran vertidos estos productos químicos.
La protectora se encargó de tratar las infecciones en los ojos de los perros y la propia lluvia de quitarles el tinte. Un reportaje de New York Times publicado semanas después de que surgiera la noticia revela que se recuperaron todos los perros, aunque uno de ellos perdió la visión debido al ácido de los tintes.
Más allá de este caso, la solidaridad vecinal juega un papel fundamental en la curación y recuperación de perros callejeros. El alto número de perros sin hogar está siendo atajado gradualmente a través de campañas de esterilización.
“India es bastante única en este sentido”, dice al NYT Ingrid Newkirk, fundadora de la Asociación para el Tratamiento Ético de los Animales. “Tal vez ayuda la idea kármica de que el perro podrías ser tú en otra vida. O sencillamente que los pobres tienen mayor compasión, ya que se identifican con los seres vivos que luchan por sobrevivir”.
El shock producido por estas imágenes en la India y en todo el mundo hizo a las autoridades locales reaccionar y limpiar el área del río afectada, además de sancionar a la empresa contaminante e intensificar los controles en Taloja. Aún así, queda mucho trabajo por hacer a nivel medioambiental en un área industrial con más de 900 fábricas químicas, farmacéuticas y de diversos tipos de procesamientos.
Los vecinos se enfrentan a una paradoja evidente. Las empresas que contaminan su barrio e intoxican a los animales que habitan en él y a ellos mismos son las que dan empleo a más de 75.000 personas en la región. Es por ello que los esfuerzos se concentran actualmente en reducir las tasas de contaminación de las industrias.
Y no solo a nivel local: combatir la contaminación se ha convertido en una prioridad nacional en la India.
¡Esperemos que los perros azules no se vuelvan a repetir!
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