Actualizado el jueves, 11 enero, 2024
París, la epítome del romance y la cultura, se embarca en un ambicioso proyecto para transformar la mitad de su paisaje en un vibrante «bosque urbano». Esta iniciativa visionaria recientemente tomó impulso con la plantación de un micro-bosque de 478 árboles en la bulliciosa Place de Catalogne, marcando un avance significativo hacia el compromiso de la ciudad de combatir el cambio climático y mejorar la calidad de vida urbana.
Transformación de una Jungla de Concreto
La Place de Catalogne, ubicada en el sur de la ciudad, ha sido durante mucho tiempo un emblema del diseño urbano centrado en el automóvil de los años 70 y 80. Sin embargo, con la reciente incorporación de robles, fresnos, arces y cerezos, desde árboles jóvenes hasta ejemplares semi-maduros, la plaza está dejando atrás su piel de concreto. Esta transformación no es solo estética, sino que aborda problemas críticos como la reducción del calor estival, la resistencia a las inundaciones y las emisiones de carbono.
Verde para un Mañana Más Fresco
París, con la mirada puesta en el futuro, aspira a cubrir el 50% de su superficie con superficies permeables al agua para 2030. Techos verdes, avenidas, mini jardines y parques son componentes clave de este ambicioso plan. La ciudad reconoce la urgencia, con porcentajes que aumentaron del 29.6% en 2013 al 32% en 2020. El proyecto Place de Catalogne, al cubrir el 60% de la superficie de la plaza con vegetación, tiene como objetivo reducir las altas temperaturas estivales hasta 4 grados Celsius (7.2 Fahrenheit).
Más Allá de lo Estético: Salud Pública y Movilidad
Los beneficios se extienden más allá de la estética; esta iniciativa verde contribuye significativamente a la salud pública. Al reorganizar las carreteras, pavimentar la plaza para bicicletas y peatones, y limitar el espacio para autos, París busca crear no solo un espacio visualmente atractivo sino también uno más saludable. Aunque la Place de Catalogne es pequeña, ahora forma el punto de partida de una «ruta verde» para ciclistas que se dirigen a los suburbios del sur de París, ofreciendo carriles protegidos y sombreados por árboles.
Desafíos en el Esfuerzo Verde
Sin embargo, no todos los rincones de París han adoptado la ola verde sin problemas. Las representaciones iniciales mostraban transformaciones exuberantes de espacios icónicos como la plaza de la Ópera Garnier y el área alrededor de la Gare de Lyon. Desafortunadamente, debido a limitaciones técnicas y presupuestarias, los planes de mini bosques en estas áreas tuvieron que abandonarse. Las propuestas para la Place de l’Hotel de Ville aún están en discusión, poniendo en duda las representaciones que la muestran como un bosque de altos pinos.
Progreso en Medio de Desafíos
A pesar de los obstáculos, París avanza en sus esfuerzos verdes. Desde noviembre de 2020, la ciudad ha plantado más de 63,000 árboles, con planes para un parque de 3.5 hectáreas en el borde este de París, a lo largo de la ruta del ferrocarril Petite Ceinture en desuso. El compromiso se extiende aún más, con 200 calles adicionales programadas para ser arboladas en los próximos años, con la esperanza de agregar 170,000 árboles más al paisaje urbano para 2026.
Buenas Noticias para los Parisinos
Para los parisinos que anhelan una ciudad más verde, fresca y saludable, estos desarrollos traen esperanza. Sin embargo, como se ha visto en ciudades de todo el mundo, el camino hacia un Edén verde no está exento de desafíos. La verdadera prueba no radica solo en plantar nuevas áreas verdes, sino en asegurar su supervivencia, una tarea que requiere dedicación, recursos e involucramiento comunitario.
Huertos urbanos en París
En conclusión, la audaz visión de París de envolverse en un bosque urbano es un paso loable hacia un futuro sostenible. El proyecto Place de Catalogne ejemplifica el compromiso de la ciudad de equilibrar la modernidad con la naturaleza, ofreciendo un modelo para que otras metrópolis sigan. A medida que París transforma sus junglas de concreto en espacios verdes exuberantes, no solo realza su belleza, sino que también allana el camino hacia un entorno urbano más saludable, fresco y resiliente.
La alcaldía de París anunció la puesta en marcha de una nueva economía circular con el objetivo de proteger jardines y promover el desarrollo de actuaciones ecológicas en la ciudad. El objetivo era fomentar un ecosistema donde nada se pierda y todo se transforme y dar un paso para acabar con la imagen de las ciudad como ente devorador de recursos.
La ciudad de París quiere que sus ciudadanos ayuden a reverdecer la ciudad y cultivar su propia comida.
Se pretendía favorecer la ecoconcepción (productos cuyo ciclo de vida tenga el menor impacto medioambiental), la ecología industrial (que los residuos de una empresa sean fuente de otras) y la economía de la funcionalidad (priorizar el servicio prestado de un bien a su posesión). Entre otros temas se comprometieron ocho millones de euros para potenciar la agricultura urbana.
En esta línea el Ayuntamiento de París aprobó el pasado 1 de julio una medida tanto inédita como revolucionaria. Cualquier ciudadano de la capital francesa podrá reverdecer el entorno y cultivar comida en cualquier punto de la ciudad, ya sea en su casa, oficina, en los jardines públicos, las paredes, los tejados o las jardineras de los árboles en la calle. Se trata de reverdecer la ciudad y promover la cultura de los huertos urbanos por toda la capital.
El gobierno de la ciudad francesa permitirá que cualquier ciudadano se convierta en jardinero, aunque establece una serie de condiciones: se deberán utilizar métodos sostenibles, evitando el uso de pesticidas tóxicos y promoviendo la biodiversidad en la ciudad. Según informan desde Ecoinventos, se necesitará un permiso del Ayuntamiento -que atorgará en el plazo de un mes- y se deberán comprometer a mantener correctamente sus huertos urbanos y asegurar que la vegetación mejora la estética de la ciudad. El gobierno local de París emitirá los permisos para tres años, con la opción de renovación. A cambio el gobierno local les aportará un “kit de siembra” con semillas y tierra vegetal.
La nueva ley pretende crear 100 hectáreas de jardines usando los muros, fachadas y azoteas por toda la ciudad para el año 2020, un tercio de ese espacio dedicado a los huertos urbanos.
La nueva ley pretende crear 100 hectáreas de jardines usando los muros, fachadas y azoteas por toda la ciudad para el año 2020, un tercio de ese espacio dedicado a los huertos urbanos.
Esta medida pretende mejorar la calidad de vida de los ciudadanos parisinos, dando libertad a sus «jardineros» y permitirles hacer volar su imaginación, para que puedan ser creativos en sus prácticas de reverdecimiento local, fortaleciendo la cohesión social y convirtiendo París en una ciudad más verde y habitable.
Los «ciudadanos-jardineros» firmarán una Carta de revegetación, en la que se comprometen a utilizar plantas locales y a promocionar la biodiversidad de París, a no recurrir al uso de pesticidas y a asegurar la estética y el mantenimiento de sus plantas y materiales.
¿No os parece una iniciativa genial?
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