Actualizado el jueves, 8 agosto, 2024
Sin duda una de las consecuencias más terribles del cambio climático es el aumento del nivel del mar. Por ello, los científicos están trabajando duro en la detección precoz de las futuras inundaciones costeras. Y en la NASA ya han encontrado la herramienta capaz de predecir estas catástrofes.
En los últimos 25 años ha desaparecido el 29% de las especies animales y la cantidad de agua dulce disponible se ha reducido en más de una cuarta parte.
Pero gracias a esta nueva herramienta de la NASA (por desgracia solo disponible en inglés) podemos identificar qué capas de hielo o glaciares afectan al aumento del mar de localidades concretas. Con esta información se puede predecir cuándo sucederán las temidas inundaciones y, así, crear un mapa del alcance de la subida del nivel del mar en el que se verán los devastadores efectos del calentamiento global.
El resultado del estudio ayudará a que las personas comprendan qué zonas heladas del mundo contribuirán al aumento del nivel del mar en su ciudad.
La administración Trump ha revelado este mes uno de los últimos informes sobre los efectos del cambio climático. En él se explica que el nivel del mar ha aumentado entre 17 y 20 cm desde el pasado siglo. Esta cifra puede parecer insignificante, pero debemos tener en cuenta que la mitad de estos centímetros han aumentado en los últimos 25 años.
El cambio climático ya está enseñando las fauces. El incremento del nivel del mar es uno de los muchos síntomas que ya podemos notar
Este estudio, como otros muchos, también advierte que para el año 2100 se espera un aumento de nivel del mar de hasta 1,20 m en todo el mundo. Además, esta subida no será uniforme para todas las ciudades costeras: algunas se verán más perjudicadas que otras. Por ello, poder saber la nueva distribución de nuestros mares es la tarea principal de los científicos y planificadores de las ciudades costeras de todo el planeta.
El reparto de este agua depende de muchos factores que investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California (Estados Unidos) han tenido en cuenta para desarrollar su nueva herramienta. Entre ellos, el proceso de rotación de la Tierra y sus efectos gravitacionales que determinan cómo los puntos de fusión del hielo va a afectar a ciertas ciudades.
Además, para crear esta herramienta se analizaron 293 ciudades costeras principales en las que se pudo calcular fácilmente la subida del nivel del mar. Curiosamente, y aunque parezca contradictorio, las mayores contribuciones al aumento del nivel del mar local provienen de los glaciares y las capas de hielo más alejadas de la ciudades.
En esta imagen observamos el deshielo que afectará a la ciudad de Barcelona
Todo tiene su explicación: en este caso es por culpa de la gravedad. Cuando las capas pesadas de hielo se derriten cambian el campo de gravedad, lo que provoca que el océano se sienta menos atraído por la masa de hielo. Con toda esta información, los científicos de la NASA piden a los gobiernos que inicien planes específicos para mitigar esta subida de los océanos y mares en los próximos 83 años.
Todo el contenido de la investigación ha sido publicado en la revista Science Advances y la nueva herramienta ya está disponible en línea.
El Ártico se calienta al doble de velocidad que cualquier otra región del planeta
Desde Greenpeace nos recuerdan que lo que pasa en el Ártico no se queda en el Ártico. O al menos a eso apuntan las investigaciones que señalan que la pérdida de hielo puede estar detrás de los fenómenos meteorológicos extremos sin precedentes que estamos viviendo en países más al sur: surpertormentas, sequías, olas de calor, inundaciones e inviernos con nevadas que baten récords.
Testigos de cinco datos alarmantes:
Para saber más: el mejor argumento contra el calentamiento global.
El Ártico ha marcado un nuevo récord de mínima extensión de hielo este invierno —cuando debería alcanzar su máximo— desde que se iniciaron los registros científicos, hace 39 años.
Menos hielo y más delgado. Pero también preocupa que el hielo grueso, el que no se tendría que descongelar ni en verano, lo está haciendo a velocidades alarmantes. El bloque de hielo más antiguo y espeso, al norte de Groenlandia, está empezando a romperse.
Récord de temperaturas que siguen subiendo. Ya el pasado febrero, las temperaturas del Ártico se elevaron más de 30º C por encima del promedio en esa época del año. Este verano en Noruega, dentro del círculo polar, se alcanzaron los 33 grados, por poner otro ejemplo.
El permafrost, el suelo permanentemente helado, ya no lo es tanto. Un suelo congelado que lleva así miles de años y que tiene la función de retener gases de efecto invernadero producto de la descomposición de materia orgánica, está pasando de hielo a formar grandes lagos (lagos que incluso pueden liberar enfermedades atrapadas en el tiempo).
Incendios. Este verano ha habido 10 veces más incendios en el Ártico ruso que los que se registraban hace una década. Los satélites de la NASA han registrado 10.057 focos de incendio al inicio del mes de agosto.
Y en vez de acelerar todas las medidas que deberían frenar la subida de temperaturas, como por ejemplo en nuestro caso cerrar las térmicas de carbón en España para el 2025 y acelerar la transición hacia un modelo basado en energías renovables, la destrucción del Ártico es una oportunidad de negocio para muchos.
Ya estamos empezando a ver cómo las empresas navieras mundiales pretenden aprovechar ese deshielo para ahorrar días de tránsito en el transporte de sus mercancías, circulando a través de esta nueva ruta inexplorada, no abierta comercialmente hasta la fecha.
Que haya barcos de 42.000 toneladas atravesando el Ártico debería preocuparnos, porque el aumento del tráfico marítimo contribuirá a la pérdida de hielo y al aumento de los impactos del cambio climático en un lugar tan frágil como el Ártico, ya de por sí amenazado por líderes como Trump y las petroleras.
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