Actualizado el martes, 22 noviembre, 2016
Se llama Wefood y se ubica en Copenhague. Sus creadores no pretenden envenenar a la población, sino todo lo contrario. Venden tanto productos un poco pasados de fecha como otros que están al borde del límite. El éxito sobrevino pronto. Las personas hacen cola para entrar y las dependientas casi no dan abasto.
Como cuenta Directo al paladar, los precios del establecimiento son entre un 30% y un 50% más baratos. Muchos de los productos que venden son donados por otras superficies que, por política de empresa u otras causas, desperdician todo lo que sobrepasa la fecha de caducidad. Wefood está gestionado por voluntarios y sus beneficios se destinan a DanChurchAid, la ONG que está detrás del proyecto y que coopera contra la desigualdad en todo el mundo.
El debate sobre la conveniencia o no de comer productos una vez rebasada la fecha de caducidad trae cola. Hay opiniones de expertos para todos los gustos. Sin embargo, muchos de los límites de consumo no significan estrictamente que el alimento esté en mal estado. Muchas veces se refieren simplemente a que el sabor o la textura puede haberse deteriorado. Nada más. En 2013, un informe europeo contaba que en nuestro continente se tiran 89 millones de alimentos por año. El 20% de éstos van al contenedor por dudas, y sólo dudas, asociadas a la fecha de caducidad.
En Europa ya existían locales de tipo benéfico como Wefood, no obstante, parece que el acierto de los daneses radica en no promocionar el establecimiento como una campaña anti-pobreza, sino como un supermercado para el público general. Nada de estigmas. Ideas como Wefood, dado su éxito, conforman el método más eficiente para luchar contra la locura del despilfarro.
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