Actualizado el jueves, 13 enero, 2022
No hay duda de que los animales tienen sentimientos y sufren. Sería de necios pensar que como se expresan de forma diferente a nosotros, no lo hacen en absoluto. Es por ello que debemos luchar por conseguir, día a día, una sociedad más humana que minimice al máximo el dolor y el sufrimiento de los animales.
No necesitamos beber leche de vaca. Pero si la tomas, consume con respondabilidad. Escoger leche ecológica frente a la convencional no es simplemente un gesto en pro de los derechos de los animales, sino que también favorece al medio ambiente en su conjunto, del que, aunque a veces parece que se nos olvide, formamos parte.
Los mamíferos han desarrollado el instinto materno debido a la necesidad de sus crías de depender de sus padres durante los primeros meses o años de vida para sobrevivir. Vacas, perros o cerdos tienen sentimientos, pensamientos (a su manera) y son capaces de expresar amor y cariño, alegría, miedo o enfado.
El siguiente vídeo sobre la triste y cruel separación de una vaca y su jato de apenas 7 días de vida nos deja sin palabras:
Las vacas y todos los mamíferos tienen sentimientos. Su maltrato no está justificado y debería estar amparado con derechos.
¿Qué tipos de ganadería existen en el criado de vacas?
Está la ganadería intensiva, la extensiva y dentro de esta última se puede distinguir la ecológica de la que no lo es. El médico López Heras nos las explica de la siguiente manera:
Ganadería intensiva
La ganadería intensiva es la ganadería industrializada, ligada al máximo beneficio de la explotación ganadera aunque para ello se atropellen los derechos de los animales. Las vacas viven en entornos artificiales estabuladas en habitáculos reducidos y sin capacidad de moverse libremente, donde no reciben la luz del sol, comen de piensos, hacen sus necesidades y son ordeñadas.
Este tipo de granja es altamente contaminante en relación al método tradicional debido a la cantidad de residuos que generan y al alto consumo de agua y energía para producir los productos finales.
Separación del ternero lo antes posible: la vaca produce mucha más leche los primeros 6 meses tras el parto, por este motivo es más rentable alimentar a sus terneros con leche artificial en polvo que con la leche de su propia madre y, por este y el siguiente motivo, se les separa a los pocos días tras el nacimiento, no más tarde de los 7 días. Como aquí lo que cuenta es sacarle el máximo beneficio a la vaca, se utilizan técnicas para que esta produzca la mayor cantidad de leche a lo largo de su vida «útil» como son la generación continua de embarazos para producir más leche y la separación temprana del ternero para que este no se la beba.
- Estimulación de la lactancia a máximo rendimiento mediante embarazos continuados: Las vacas después del parto tienen un periodo llamado anestro en que no pueden quedarse embarazadas (como la cuarentena de la mujer) que oscila entre las 2-3 semanas si no dan de mamar a su ternero y entre 150-250 días si lo amamantan. Para sacarle la máxima rentabilidad a la «vida útil» de la vacas, hay que mantenerlas en continua situación de embarazo para producir terneros al ritmo de 1 al año y para mantenerla en situación de máxima producción de leche el máximo de tiempo posible. El contacto de la madre con su ternero alarga el periodo de anestro, al igual que el amamantamiento del mismo, y esto no es rentable para una granja de cría intensiva y, por este motivo, también se les separa de forma temprana.
- Estimulación de la ovulación mediante ciclos hormonales: Además, para acortar el máximo de tiempo posible los ciclos de anestro postparto de las vacas y para que puedan ponerse a procrear de nuevo lo antes posible se las somete a ciclos hormonales de fertilidad para tenerlas continuamente engendrando terneros, pariendo y volviendo a ser vacas 100% productoras de leche y terneros lo antes posible. Por este motivo, se está sometiendo a las vacas a un uso masivo de tratamientos hormonales (como GnRH, gonadotropinas -eCG, FSH, hCG- o esteroides -estrógenos, progestágenos-) con fin de reducir dicho periodo.
La debilidad de la salud de las vacas explotadas a este ritmo las hace sufrir frecuentemente mastitis y otras enfermedades que requieren el uso de antibióticos y medicamentos que en parte pueden pasar a la leche, igual que las hormonas de los ciclos de fertilización. El resultado es una producción de gran cantidad de leche de peor calidad, con restos de medicamentos y antibióticos que luego nos comemos nosotros, y a costa de la salud, la dignidad y el bienestar animal.
Esto genera un enorme sufrimiento para aumentar beneficios y abaratar costes de producción, contaminado más el medio ambiente y consumiendo más recursos naturales (agua y alimentos) y energéticos para producirlos que de la forma tradicional.
Ganadería extensiva
La ganadería extensiva es la que utiliza métodos tradicionales de cría. Es mucho menos rentable que la intensiva pues permite a las vacas una vida más digna. Pueden pastar y salir a pasear y los terneros pueden o no amamantarse de la madre dependiendo del tipo de granja y la rentabilidad que el ganadero le quiera sacar. Normalmente, el destete de las crías se hace también de forma más o menos temprana dependiendo de la granja; se siguen usando técnicas de reproducción asistida y medicamentos si hacen falta para incrementar su rentabilidad. El resultado son productos más caros pero de mejor calidad y con un menor sufrimiento de las vacas. Suelen ser las vacas que vemos por los campos libremente.
La ganadería ecológica de las vacas lecheras es un tipo de ganadería extensiva (NUNCA una explotación intensiva puede ser ecológica) que además ha de cumplir con una serie de requisitos marcados por normativas de la Unión Europea, en concreto el Reglamento CEE 2092/91. Parte de la base del equilibrio de la vaca y su entorno natural, del respeto del ciclo de funcionamiento cerrado y natural, en el que se integran el suelo, las plantas y los animales. Se consigue combinando cultivo de cosechas y cuidado de los animales en el mismo sitio. Los principios básicos de la ganadería ecológica de vacas lecheras son: Por lo tanto, la compra de leche ecológica asegura la cría extensiva de ganado; garantiza que el ternero sea criado y amamantado por su madre (de forma preferente) o al menos por una vaca nodriza; que las vacas vivan en entornos naturales, que puedan pastar, les de el sol y no estén sometidas al estrés de la vida condenada a cubículos de la ganadería intensiva. Este tipo de granjas no contamina, es respetuosa con el medio ambiente; necesita de muchos menos recursos para generar 1 litro de leche que la de ganadería intensiva; garantiza un trato digno a las vacas y la posibilidad de que sean felices. Las granjas ecológicas son las menos productivas y el coste del litro de leche acaba siendo mayor, aproximadamente entre 20-50 centimos mayores por litro (0,70-1 euro, frente a 1,20-1,50 euros)
Fuente original del texto: Dr. David López Heras
La leche de vaca no es necesaria para el ser humano, pero si la tomas… ¿Por qué no te pasas a la ecológica?
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